Consciente de lo chorra del debate os voy a hacer una reflexión de abuelete y supongo que varios más, aunque solo sea por la edad, coincidirán conmigo en recuerdos parecidos.
Mi acceso a los relojes no fue un cuarzo, por la sencilla razón de que todavía ¡no existían!! Así pues empecé con un automático suizo, hay que ver cómo suena ese órdago a grande dicho hoy en día, porque cuando hice la comunión era lo que se podía encontrar, marca barata pero suiza, no había más posibilidades. y recuerdo como algo futurista el primer cuarzo que lució un compañero de clase, aquél todo acero con pantalla negra y números que aparecían iluminados solo al pulsar un botón, funciones: hora, minutos, segundos, fecha y ¡cronómetro!!! Todavía tuvo que pasar más de un año para empezar a ver los primeros con pantalla de cuarzo líquido. Pero no podía tener cuarzos, ¡eran caros! y de vez en cuando mi padre me regalaba alguna "baratija", un Duward de carga manual recuerdo ahora, hasta que por fin pude estrenar mi primer Casio, vaya flipe, día de la semana y todo, y dos alarmas, ah y con luz para verlo a oscuras toda una pasada y por fin en el grupo de los chicos listos y a la moda.
Pero esa felicidad me duró poco, de nuevo volvieron mis padres a la carga y me regalaron un Seiko automático, y aunque con harto esfuerzo llegué a comprarme otro Casio de aquellos primeros analógicos y digitales, tal vez su endeblez en comparación con la máquina japonesa me acabaron decantando finalmente por los relojes mecánicos y claro, automático mejor, se alimenta él solo.
Eso parecía una afición suave, de poca trascendencia, hasta que haya por el año 80, tal vez 81 no lo recuerdo, en el dominical del diario El País salió el anuncio que más dinero me ha costado en la vida: IWC (qué diablos eran esas siglas??) anunciaba su nuevo Da Vinci calendario perpetuo a página completa, explicando las maravillas que llevaba dentro y en letras muy pequeñas, diminutas, al pie, decía que costaba 1.750.000 pesetas, una cifra que yo jamás me iba a poder gastar no ya en un reloj, en nada! pensé. Pero dentro de mí se encendió esa llama que me hacía repetirme, algún día me compraré algo así. Y así fue, cuando llegó el momento décadas después mi primer reloj bueno fue de esa marca. Y mientras tanto si, tuve más cuarzos pero ya todos analógicos, algunos al límite de mi presupuesto, sumergibles, cronógrafos, kinetic, pero en mi interior algo me decía que eran otra cosa y a día de hoy lo siguen siendo.
Bueno, ¿a que se pueden recordar muchas cosas aunque hablemos de algo banal?