Fernando T.
Habitual
Sin verificar
Hola a todos
Hace tiempo que no presento ningún reloj, pero con éste quiero hacer una excepción.
Siempre me han gustado los relojes con diseños sencillos, sin complicaciones, y especialmente los inspirados en los diseños de la escuela Bauhaus.
Nomos es para mí uno de los referentes en cuanto a piezas con este tipo de diseño, pero el tamaño demasiado contenido para mi gusto, y el precio -elevado para mi bolsillo-, han impedido que me hiciera con una pieza de este fabricante.
Stowa era mi segunda opción, el Antea 390 también me gustaba mucho, y además el precio ya no era tan alto, así que lo único que me retenía era el no haber podido ver uno en directo, ya que esos 39mm. de diámetro se me hacían algo escasos.
La oportunidad de comprobar su tamaño la tuve durante una de las quedadas madrileñas, en la que nuestro compañero Maese tuvo la amabilidad de llevar el suyo a petición mía.
En ese momento tomé la decisión, quería uno, y me dispuse a ahorrar para la caja “B” con el fin de comprarlo. Pero claro, la carne es débil, y en el transcurso de unas semanas ya había caído en un par de piezas que, aunque económicas, mermaban la caja “B” en detrimento de el deseado 390 –os suena ¿verdad?-.
Esto, y la cantidad de meses que en Stowa estaban dando para la entrega del reloj, hicieron que casi me olvidase del capricho. Peero un día veo en el FCV que Maese saca a la venta el suyo -y a un buen precio- así que sin pensármelo dos veces me pongo en contacto con él para, de una vez por todas, hacerme con la pieza deseada.
Esta es la historia del reloj que a continuación presentaré, y que a su anterior dueño agradezco nuevamente la oportunidad de hacerme con este pequeñín en el fantástico estado de conservación en el que estaba.
Gracias a todos y perdón por el ladrillo y la pésima calidad de las fotos, ya sabéis que no son lo mío.
Un saludo
Fernando
Hace tiempo que no presento ningún reloj, pero con éste quiero hacer una excepción.
Siempre me han gustado los relojes con diseños sencillos, sin complicaciones, y especialmente los inspirados en los diseños de la escuela Bauhaus.
Nomos es para mí uno de los referentes en cuanto a piezas con este tipo de diseño, pero el tamaño demasiado contenido para mi gusto, y el precio -elevado para mi bolsillo-, han impedido que me hiciera con una pieza de este fabricante.
Stowa era mi segunda opción, el Antea 390 también me gustaba mucho, y además el precio ya no era tan alto, así que lo único que me retenía era el no haber podido ver uno en directo, ya que esos 39mm. de diámetro se me hacían algo escasos.
La oportunidad de comprobar su tamaño la tuve durante una de las quedadas madrileñas, en la que nuestro compañero Maese tuvo la amabilidad de llevar el suyo a petición mía.
En ese momento tomé la decisión, quería uno, y me dispuse a ahorrar para la caja “B” con el fin de comprarlo. Pero claro, la carne es débil, y en el transcurso de unas semanas ya había caído en un par de piezas que, aunque económicas, mermaban la caja “B” en detrimento de el deseado 390 –os suena ¿verdad?-.
Esto, y la cantidad de meses que en Stowa estaban dando para la entrega del reloj, hicieron que casi me olvidase del capricho. Peero un día veo en el FCV que Maese saca a la venta el suyo -y a un buen precio- así que sin pensármelo dos veces me pongo en contacto con él para, de una vez por todas, hacerme con la pieza deseada.
Esta es la historia del reloj que a continuación presentaré, y que a su anterior dueño agradezco nuevamente la oportunidad de hacerme con este pequeñín en el fantástico estado de conservación en el que estaba.
Gracias a todos y perdón por el ladrillo y la pésima calidad de las fotos, ya sabéis que no son lo mío.
Un saludo
Fernando