Superaton
Forer@ Senior
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Siempre me han gustado los relojes… de pequeño me volvía loco por esos Casio de resina… mi familia se ríe cuando en las fotos de la primera comunión, en casi todas aparezco enseñando mi muñeca con un flamante reloj más grande que yo. Desde entonces, la eterna pregunta en casa ha sido ¿otro reloj?. Me gustan todos, tengo cerca de cuarenta entre los que se cuentan varios Casio “tope de gama”, tres Suunto… en fin, esos relojes que cualquier purista considera “relojes del montón” y varios Zenith antiguos, un par de Seamaster maduritos, un Audemars Royal Oak, un Submariner de hace veinte años, un Nautica, un Sector automatic, un Panerai…<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o
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Esa es mi debilidad… simplemente me gustaban y hace mucho tiempo que dejé de buscar excusas con mi mujer para comprarlos: “es que estaba rebajado…”, “es que es una oportunidad…”, “es que es una inversión…” ahora digo sencillamente que lo quiero sin más.<o></o>
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Lo que ocurre es que antes sencillamente me gustaba tenerlos conmigo… limpiarlos en sábado por la mañana, darles cuerda, decirles buenos días y abrirles la ventana para que les diera un poco la luz… después de un tiempo visitando vuestro foro, ahora además me gusta aprender sobre ellos y voy descubriendo día a día cosas que no sabía. Siempre que puedo me conecto a leer cosas interesantes sobre mis y vuestros niños.<o></o>
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A mi mujer (que ya no se opone a mi fetichismo relojeril) siempre le digo que admiro la perdurabilidad de las cosas bien hechas, sea un reloj o una pieza de escritura… es mi manera de admirar el arte. <o></o>
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Ahora espero adquirir otro Seamaster también madurito (me encantaría montar un geriátrico de relojes y mantenerlos a todos en forma, es mi manera de apoyar a la tercera edad) y prontito un Omega Aqua Terra… El primer síntoma de mi acercamiento a un reloj es cuando veo que empiezo a recopilar fotos de ese modelo. Si al cabo de unos días me despierto y siento unas irrefrenables ganas de verlo en la pantalla de mi ordenador, quiere decir indefectiblemente que ese reloj, en algún lugar del mundo, ha decidido que yo lo posea, lo admire y lo cuide. Y no puedo evitar buscarlo esté donde esté y comprarlo. Curiosamente, adquirirlo sin papeles nunca me ha quitado el sueño pues sé que es poco probable que decida deshacerme de el o el de mi, y he de confesar aunque no esté bien decirlo, que en más de una ocasión, la ilusión era tal que tampoco su procedencia me ha importado.
Supongo que me pasa como los papás que por cualquier medio buscan adoptar a un niño. Soy consciente de que no es disculpa… es una confesión.<o></o>
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En fin… seguramente mi historia no difiera de la vuestra, pero me apetecía compartirla. <o></o>
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Un saludo a tod@s.<o></o>
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> </o>Esa es mi debilidad… simplemente me gustaban y hace mucho tiempo que dejé de buscar excusas con mi mujer para comprarlos: “es que estaba rebajado…”, “es que es una oportunidad…”, “es que es una inversión…” ahora digo sencillamente que lo quiero sin más.<o
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> </o>Lo que ocurre es que antes sencillamente me gustaba tenerlos conmigo… limpiarlos en sábado por la mañana, darles cuerda, decirles buenos días y abrirles la ventana para que les diera un poco la luz… después de un tiempo visitando vuestro foro, ahora además me gusta aprender sobre ellos y voy descubriendo día a día cosas que no sabía. Siempre que puedo me conecto a leer cosas interesantes sobre mis y vuestros niños.<o
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> </o>A mi mujer (que ya no se opone a mi fetichismo relojeril) siempre le digo que admiro la perdurabilidad de las cosas bien hechas, sea un reloj o una pieza de escritura… es mi manera de admirar el arte. <o
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> </o>Ahora espero adquirir otro Seamaster también madurito (me encantaría montar un geriátrico de relojes y mantenerlos a todos en forma, es mi manera de apoyar a la tercera edad) y prontito un Omega Aqua Terra… El primer síntoma de mi acercamiento a un reloj es cuando veo que empiezo a recopilar fotos de ese modelo. Si al cabo de unos días me despierto y siento unas irrefrenables ganas de verlo en la pantalla de mi ordenador, quiere decir indefectiblemente que ese reloj, en algún lugar del mundo, ha decidido que yo lo posea, lo admire y lo cuide. Y no puedo evitar buscarlo esté donde esté y comprarlo. Curiosamente, adquirirlo sin papeles nunca me ha quitado el sueño pues sé que es poco probable que decida deshacerme de el o el de mi, y he de confesar aunque no esté bien decirlo, que en más de una ocasión, la ilusión era tal que tampoco su procedencia me ha importado.
Supongo que me pasa como los papás que por cualquier medio buscan adoptar a un niño. Soy consciente de que no es disculpa… es una confesión.<o></o><o
> </o>En fin… seguramente mi historia no difiera de la vuestra, pero me apetecía compartirla. <o
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> </o>Un saludo a tod@s.<o
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jeje, así ... que a por más..
:. Saludos.
