L
Liberiano
Milpostista
Sin verificar
Buenas tardes muchachos:
Ayer tuve una reunión en Madrid, como me sobraba algo de tiempo y estaba en la calle Don Ramón de la Cruz, decidí entrar a ver la boutique de Jaeger Lecoultre, que a la sazón tiene un sótano de lo más interesante. Debo decir que el trato dado por Patricia fue magnífico, me ofreció tomar un café, Coca-cola, agua... me enseñó, comentó y permitió probar todos los relojes que se me antojaban, incluso me sorprendió con una marca que era desconocida para mi y que me encantó, Nivrel. En la planta de arriba estaba Jaeger en exclusiva, charlé con su compañero, me permitió probarme un diver, un master compresor, etc. Me obsequió con una charla muy interesante acerca de la manufactura, el Atmos, etc.
Al salir, crucé la calle y me metí en Audemars Piguet, donde fuí atendido por Elena, quien también se comportó como una perfecta anfitriona y una excelente profesional. En este caso yo estaba muy interesado en el nuevo diver. Me lo probé: impresionante, mejora mucho al natural. Además conversamos acerca de la manufactura, y me acompañó por la boutique mostrándome todos los modelos que solicitaba.
De ahí me fuí a la calle Ortega y Gasset, a Officine Panerai, donde me atendió Alejandra, rebosante de simpatía, educación y conocimientos. Esa boutique es un museo, me permitió probarme un Egipcio auténtico, espeluznante. Me dió una teórica de la marca y sus calibres (genéricos y manufacturados), me regaló unos catálogos y una camiseta.
Finalmente me fuí a la boutique de Blanc Pain, donde me atendió Raquel. Otro encanto de profesional. Me ilustró acerca de la manufactura, calibres, ediciones especiales, etc. También me regaló unos catálogos y unas revistas.
Conclusión: Estas boutiques están atendidas por personal especializado con conocimientos de sus manufacturas y apasionados con la relojería. No me ocurrió como en algunas tiendas en las que no son profesionales los que atienden. No se pusieron pesados intentando venderme nada, se limitaron a lanzar el anzuelo dejándome probar todos los modelos y contándome las excelencias de sus manufacturas. Este es el trato que deseo recibir cuando voy a una tienda de relojes.
Siento haber sido tan pesado, pero quería contaros cuál fué mi estupenda tarde de ayer.
Muchas gracias.:
Ayer tuve una reunión en Madrid, como me sobraba algo de tiempo y estaba en la calle Don Ramón de la Cruz, decidí entrar a ver la boutique de Jaeger Lecoultre, que a la sazón tiene un sótano de lo más interesante. Debo decir que el trato dado por Patricia fue magnífico, me ofreció tomar un café, Coca-cola, agua... me enseñó, comentó y permitió probar todos los relojes que se me antojaban, incluso me sorprendió con una marca que era desconocida para mi y que me encantó, Nivrel. En la planta de arriba estaba Jaeger en exclusiva, charlé con su compañero, me permitió probarme un diver, un master compresor, etc. Me obsequió con una charla muy interesante acerca de la manufactura, el Atmos, etc.
Al salir, crucé la calle y me metí en Audemars Piguet, donde fuí atendido por Elena, quien también se comportó como una perfecta anfitriona y una excelente profesional. En este caso yo estaba muy interesado en el nuevo diver. Me lo probé: impresionante, mejora mucho al natural. Además conversamos acerca de la manufactura, y me acompañó por la boutique mostrándome todos los modelos que solicitaba.
De ahí me fuí a la calle Ortega y Gasset, a Officine Panerai, donde me atendió Alejandra, rebosante de simpatía, educación y conocimientos. Esa boutique es un museo, me permitió probarme un Egipcio auténtico, espeluznante. Me dió una teórica de la marca y sus calibres (genéricos y manufacturados), me regaló unos catálogos y una camiseta.
Finalmente me fuí a la boutique de Blanc Pain, donde me atendió Raquel. Otro encanto de profesional. Me ilustró acerca de la manufactura, calibres, ediciones especiales, etc. También me regaló unos catálogos y unas revistas.
Conclusión: Estas boutiques están atendidas por personal especializado con conocimientos de sus manufacturas y apasionados con la relojería. No me ocurrió como en algunas tiendas en las que no son profesionales los que atienden. No se pusieron pesados intentando venderme nada, se limitaron a lanzar el anzuelo dejándome probar todos los modelos y contándome las excelencias de sus manufacturas. Este es el trato que deseo recibir cuando voy a una tienda de relojes.
Siento haber sido tan pesado, pero quería contaros cuál fué mi estupenda tarde de ayer.
Muchas gracias.: