Goldoff
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No, todavía no han terminado los reportajes de Basel, los iré poniendo a medida que el tiempo me lo permita. Y como no tengo la presión de traer las novedades-antes-que-nadie prefiero poner las cosas que me gustaron a mí.
Y una de ellas es esta recién nacida (2011) marca, aunque ya les gustaría a muchas con más años a sus espaldas contar con su bagage...
Resulta que Lehmann es una prestigiosísima marca de... máquinas de precisión para la industria óptica pero también la relojera. Esto, y el hecho de haber nacido cerca de la Selva Negra, hizo que Markus Lehmann, actual generación a cargo de la fábrica, alimentara desde niño una pasión relojera "agravada" por el contacto profesional con la mayoría de grandes nombres del sector, clientes naturales de Lehmann Präzision y donde el propio Markus desarrolló parte de su carrera profesional antes de tomar el mando de la empresa familiar.
Dicho en corto: a pesar de la juventud de la marca, Lehmann Schramberg ha empezado con velocidad de crucero. No sólo eso: desde un punto de vista no estricto se podría decir que Lehmann es una manufactura puesto que se provee de sus propios movimientos, cajas y esferas (aunque de esto último no estoy muy seguro), gozando de gran independencia en lo tocante a suministros tan estratégicos como puedan ser los movimientos.
Para empezar, es el propio Markus Lehmann quien te atiende en su propio micro-stand del "Palace". Y de verdad que lo que tiene en las vitrinas llama la atención incluso en un entorno como ese:
Puede que así, a priori, no te impresione mucho: relojes sólo hora tirando a clásicos (aunque grandecitos: 42mm) y con pocas o ninguna complicación. Bueno, técnicamente el calendario lo es...
Es cuando te fijas en los detalles que empiezas a quedar cautivado. Para empezar, esa caja con asas cerradas. No es una caja cualquiera -ya he dicho que "hecha en casa"- que tiene una complejidad constructiva poco frecuente. Pongo aquí una imagen sacada de su propia web:
A pesar de esa aparente sencillez pronto te das cuenta de que estás ante algo extraordinario.
La cosa empieza a subir de temperatura cuando te los sacan de las vitrinas para una percepción más cercana...
.... y sigues apreciando esos detalles que a priori podrían pasar desapercibidos:
Esferas complejas (esas agujas destilan personalidad...)
Indicadores de reserva de marcha
Una novedad de este año (sin perder de vista los acabados de la caja):
O el maravilloso tourbillon en caja de platino:
Y me he guardado para el final lo que más me gustó en una marca de la que me gusta casi todo: el movimiento. No parece automático porque -otra vez a priori- no se ve el rotor: pues está ahí, en forma de disco de zafiro en cuyo borde se ha fijado la masa oscilante, de manera que ejerce su función mientras permite ver los soberbios acabados de las pletinas y puentes (atención también al detalle de la correa y su amarre):
Decía que es una marca de la que me gusta casi todo. Como sería de prever, y aun admitiendo que puedan justificarse en algún caso, lo que menos me gusta son sus precios. Los metales preciosos empiezan en los 21.000 € de los Basic en oro rosa y van hasta los 122.000 del tourbillon en platino. Vistos desde esa perspectiva, los 6.250 de los Basic en acero hasta parecería asequibles, pero se vuelven a poner difíciles los casi 10.000 del PointerDate también en acero.
No importa. Me tienen enamorado. El año que viene no me los pierdo.
Saludos
Y una de ellas es esta recién nacida (2011) marca, aunque ya les gustaría a muchas con más años a sus espaldas contar con su bagage...
Resulta que Lehmann es una prestigiosísima marca de... máquinas de precisión para la industria óptica pero también la relojera. Esto, y el hecho de haber nacido cerca de la Selva Negra, hizo que Markus Lehmann, actual generación a cargo de la fábrica, alimentara desde niño una pasión relojera "agravada" por el contacto profesional con la mayoría de grandes nombres del sector, clientes naturales de Lehmann Präzision y donde el propio Markus desarrolló parte de su carrera profesional antes de tomar el mando de la empresa familiar.
Dicho en corto: a pesar de la juventud de la marca, Lehmann Schramberg ha empezado con velocidad de crucero. No sólo eso: desde un punto de vista no estricto se podría decir que Lehmann es una manufactura puesto que se provee de sus propios movimientos, cajas y esferas (aunque de esto último no estoy muy seguro), gozando de gran independencia en lo tocante a suministros tan estratégicos como puedan ser los movimientos.
Para empezar, es el propio Markus Lehmann quien te atiende en su propio micro-stand del "Palace". Y de verdad que lo que tiene en las vitrinas llama la atención incluso en un entorno como ese:
Puede que así, a priori, no te impresione mucho: relojes sólo hora tirando a clásicos (aunque grandecitos: 42mm) y con pocas o ninguna complicación. Bueno, técnicamente el calendario lo es...
Es cuando te fijas en los detalles que empiezas a quedar cautivado. Para empezar, esa caja con asas cerradas. No es una caja cualquiera -ya he dicho que "hecha en casa"- que tiene una complejidad constructiva poco frecuente. Pongo aquí una imagen sacada de su propia web:
A pesar de esa aparente sencillez pronto te das cuenta de que estás ante algo extraordinario.
La cosa empieza a subir de temperatura cuando te los sacan de las vitrinas para una percepción más cercana...
.... y sigues apreciando esos detalles que a priori podrían pasar desapercibidos:
Esferas complejas (esas agujas destilan personalidad...)
Indicadores de reserva de marcha
Una novedad de este año (sin perder de vista los acabados de la caja):
O el maravilloso tourbillon en caja de platino:
Y me he guardado para el final lo que más me gustó en una marca de la que me gusta casi todo: el movimiento. No parece automático porque -otra vez a priori- no se ve el rotor: pues está ahí, en forma de disco de zafiro en cuyo borde se ha fijado la masa oscilante, de manera que ejerce su función mientras permite ver los soberbios acabados de las pletinas y puentes (atención también al detalle de la correa y su amarre):
Decía que es una marca de la que me gusta casi todo. Como sería de prever, y aun admitiendo que puedan justificarse en algún caso, lo que menos me gusta son sus precios. Los metales preciosos empiezan en los 21.000 € de los Basic en oro rosa y van hasta los 122.000 del tourbillon en platino. Vistos desde esa perspectiva, los 6.250 de los Basic en acero hasta parecería asequibles, pero se vuelven a poner difíciles los casi 10.000 del PointerDate también en acero.
No importa. Me tienen enamorado. El año que viene no me los pierdo.
Saludos
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