anselmus
Forer@ Senior
Sin verificar
Recientemente he adquirido una Soffer 31 sin estrenar. Una modesta estilográfica española pero que para mí tiene una interesante historia.
Soffer fue propiedad de Ricardo Gurina Pérez, que era un montador. Adquiría los elementos de sus productos a diversos proveedores, y en su taller se efectuaba el montaje de las piezas.
Ricardo Gurina era propietario de la marca Capitán. A mediados de los años cincuenta del pasado siglo adquirió la marca Soffer a un italiano, y comenzó a montar productos con esta marca.
Creo que alrededor de 1960 se fusionó con Inoxcrom, encargándose a partir de entonces Soffer de la distribución comercial de los productos Inoxcrom.
La Soffer 31 es un modelo de finales de los años 50. Sigue la moda imperante en la época de imitar los modelos de Parker, esta en concreto a su modelo 21.
Como veis, esta es de color negro.
El cuerpo de la pluma mide 12.5 cm. . Con el capuchón puesto mide 13.5 cm. . La anchura máxima es de 1 cm.
El capuchón es muy similar al de la P21, presentando su clip característico.
La marca y el modelo solamente aparecen grabadas en el borde del capuchón.
Una de sus particularidades es la presencia de joyas en los extremos del cuerpo y del capuchón, así como el anillo metálico en el borde del cuerpo.
En la foto se puede observar en el barril el agujero de respiración para igualar la presión del interior de la pluma y la atmosférica.
La carga es aerométrica. Es el sistema, que dejando aparte el tema de los cambios de presión en los aviones, más me gusta, debido a que carga la suficiente tinta, y que no requiere prácticamente mantenimiento.
La camisa del cargador, así como las barras de presión no tienen ninguna inscripción. Supongo que sería debido a que Soffer era un montador, y que así se ahorraban costos.
Lo más interesante de la Soffer 31 es la relación que mantuvo con las Inoxcrom. En 1960, Inoxcrom lanzó una pluma, la Inoxcrom 60, que pretendía ser para la marca lo que ahora llamaríamos un “alto de gama”. Se comenzó a vender a 125 pesetas y el cuerpo era prácticamente igual que la Soffer 31, que se vendía a mitad de precio. De hecho varias de sus piezas eran intercambiables.
Evidentemente la Inoxcrom 60 fue un fracaso comercial, ya que la Inoxcrom 55 se vendía muy bien y era un excelente producto que tenía un precio de “solo 100 pesetas”, que creo que para la época era ya una cantidad bastante respetable.
Como una de las características de Inoxcrom al lanzar nuevos modelos ha sido siempre aprovechar en lo posible las fornituras de los modelos anteriores, lanzó el modelo 33, a un precio de 60 pesetas.
Como se puede observar, su diseño es prácticamente el mismo. Aunque para la ocasión se cambió el paso de las roscas, para evitar que las piezas fueran intercambiables.
Las únicas diferencias de los cuerpos están en la joya que lleva la Soffer, y en la boquilla., ya que las ventanas del alimentador son diferentes.
El acabado del plumín presenta alguna irregularidad, lo que no le impide tener una muy buena escritura.
Después de varias limpiezas y de un par de días a remojo, la cargué con tinta negra permanente de Parker, y mis temores respecto a posibles problemas por el estado del punto del plumín desaparecieron.
La escritura es de trazo fino, tirando un poquillo a medio. El flujo de la tinta es constante y suficiente y a pesar de lo que temía, no raspa ni se agarra al papel, prácticamente no hace falta ni tocarlo. Solamente se le nota un pelín aspera, aunque supongo que con un poco de rodaje desparecerá. Con alguna otra me ha pasado así.
Saludos a todos
Soffer fue propiedad de Ricardo Gurina Pérez, que era un montador. Adquiría los elementos de sus productos a diversos proveedores, y en su taller se efectuaba el montaje de las piezas.
Ricardo Gurina era propietario de la marca Capitán. A mediados de los años cincuenta del pasado siglo adquirió la marca Soffer a un italiano, y comenzó a montar productos con esta marca.
Creo que alrededor de 1960 se fusionó con Inoxcrom, encargándose a partir de entonces Soffer de la distribución comercial de los productos Inoxcrom.
La Soffer 31 es un modelo de finales de los años 50. Sigue la moda imperante en la época de imitar los modelos de Parker, esta en concreto a su modelo 21.
Como veis, esta es de color negro.
El cuerpo de la pluma mide 12.5 cm. . Con el capuchón puesto mide 13.5 cm. . La anchura máxima es de 1 cm.
El capuchón es muy similar al de la P21, presentando su clip característico.
La marca y el modelo solamente aparecen grabadas en el borde del capuchón.
Una de sus particularidades es la presencia de joyas en los extremos del cuerpo y del capuchón, así como el anillo metálico en el borde del cuerpo.
En la foto se puede observar en el barril el agujero de respiración para igualar la presión del interior de la pluma y la atmosférica.
La carga es aerométrica. Es el sistema, que dejando aparte el tema de los cambios de presión en los aviones, más me gusta, debido a que carga la suficiente tinta, y que no requiere prácticamente mantenimiento.
La camisa del cargador, así como las barras de presión no tienen ninguna inscripción. Supongo que sería debido a que Soffer era un montador, y que así se ahorraban costos.
Lo más interesante de la Soffer 31 es la relación que mantuvo con las Inoxcrom. En 1960, Inoxcrom lanzó una pluma, la Inoxcrom 60, que pretendía ser para la marca lo que ahora llamaríamos un “alto de gama”. Se comenzó a vender a 125 pesetas y el cuerpo era prácticamente igual que la Soffer 31, que se vendía a mitad de precio. De hecho varias de sus piezas eran intercambiables.
Evidentemente la Inoxcrom 60 fue un fracaso comercial, ya que la Inoxcrom 55 se vendía muy bien y era un excelente producto que tenía un precio de “solo 100 pesetas”, que creo que para la época era ya una cantidad bastante respetable.
Como una de las características de Inoxcrom al lanzar nuevos modelos ha sido siempre aprovechar en lo posible las fornituras de los modelos anteriores, lanzó el modelo 33, a un precio de 60 pesetas.
Como se puede observar, su diseño es prácticamente el mismo. Aunque para la ocasión se cambió el paso de las roscas, para evitar que las piezas fueran intercambiables.
Las únicas diferencias de los cuerpos están en la joya que lleva la Soffer, y en la boquilla., ya que las ventanas del alimentador son diferentes.
El acabado del plumín presenta alguna irregularidad, lo que no le impide tener una muy buena escritura.
Después de varias limpiezas y de un par de días a remojo, la cargué con tinta negra permanente de Parker, y mis temores respecto a posibles problemas por el estado del punto del plumín desaparecieron.
La escritura es de trazo fino, tirando un poquillo a medio. El flujo de la tinta es constante y suficiente y a pesar de lo que temía, no raspa ni se agarra al papel, prácticamente no hace falta ni tocarlo. Solamente se le nota un pelín aspera, aunque supongo que con un poco de rodaje desparecerá. Con alguna otra me ha pasado así.
Saludos a todos
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