Cirurtger
Milpostista
Sin verificar
Hola buenas tardes a todos,
Después de mucho tiempo registrado me presenté en el hilo pertinente, pero veo que también hay foreros que lo hacen aquí. Así que me voy a tomar la libertad de subiros las fotos de aquel hilo de nuevo y la que corresponde al título de este hilo.
Mi afición a las estilográficas se remonta a la carrera, cuando la que es hoy mi mujer y entonces mi novia, me regaló una preciosa "pluma negra estilo Montblanc" que cargaba con émbolo y que no fallaba nunca. Qué tiempos. Murió en acto de servicio (ni idea de que eran reparables) y dejó el recuerdo fantástico de aquella que no tenía ni marca e iba tan bien, comprada en una librería de barrio con nuestros menguados ahorros.
Un día me regalaron una 146 fruto de un agradecimiento laboral. En mi inocencia jamás me hubiera gastado ese dinero en algo para escribir, pero ciertamente recordé el momento y el agradecimiento décadas. Desde entonces adquirir una pluma era el objeto para recordar a algo o a alguien. Así llegaron todas las de la cajita, el conjunto Montblanc que completó mi señora para un aniversario y el resto.
Reconozco que disfruto sobremanera con los consejos de limpieza que leo en el foro, con la selección de las tintas (mmmm esos matices que describe Papish y que yo no sé ver, gracias) y con el pequeño ritual de cargar la que usaré esa semana en lo que he aprendido que se llama "rotaciones". Incluso en el trabajo, hoy en día tan tecnificado con tanto ordenador, he pasado de ser un rara avis, a que a algún compañero se le contagie la fiebre. Y es este compañero, un buen amigo que ya está entintando casi todo lo que se le acerca, que me sorprendió en primer día de trabajo de septiembre. Tras los parabienes de rigor me dijo que no me fuera, se giró y sacó un paquete perfectamente envuelto de su mesa. Encontró en una papelería de esas que aún deben quedar que tienen trastienda, este estuche caligráfico NOS, compró dos, uno para él y uno para mí. El agradecimiento ya sabéis que no se puede explicar con palabras, se lleva dentro y sólo especímenes como los que leo por aquí lo entienden.
Total que acabo esta espístola subiendo las fotos. Mi letra es horrorosamente profesional e inmune a cualquier tratamiento caligráfico, pero tras pasar los plumines por "el Fairy" una noche...un día de estos haré pruebas.
Gracias por vuestro tiempo.
Después de mucho tiempo registrado me presenté en el hilo pertinente, pero veo que también hay foreros que lo hacen aquí. Así que me voy a tomar la libertad de subiros las fotos de aquel hilo de nuevo y la que corresponde al título de este hilo.
Mi afición a las estilográficas se remonta a la carrera, cuando la que es hoy mi mujer y entonces mi novia, me regaló una preciosa "pluma negra estilo Montblanc" que cargaba con émbolo y que no fallaba nunca. Qué tiempos. Murió en acto de servicio (ni idea de que eran reparables) y dejó el recuerdo fantástico de aquella que no tenía ni marca e iba tan bien, comprada en una librería de barrio con nuestros menguados ahorros.
Un día me regalaron una 146 fruto de un agradecimiento laboral. En mi inocencia jamás me hubiera gastado ese dinero en algo para escribir, pero ciertamente recordé el momento y el agradecimiento décadas. Desde entonces adquirir una pluma era el objeto para recordar a algo o a alguien. Así llegaron todas las de la cajita, el conjunto Montblanc que completó mi señora para un aniversario y el resto.
Reconozco que disfruto sobremanera con los consejos de limpieza que leo en el foro, con la selección de las tintas (mmmm esos matices que describe Papish y que yo no sé ver, gracias) y con el pequeño ritual de cargar la que usaré esa semana en lo que he aprendido que se llama "rotaciones". Incluso en el trabajo, hoy en día tan tecnificado con tanto ordenador, he pasado de ser un rara avis, a que a algún compañero se le contagie la fiebre. Y es este compañero, un buen amigo que ya está entintando casi todo lo que se le acerca, que me sorprendió en primer día de trabajo de septiembre. Tras los parabienes de rigor me dijo que no me fuera, se giró y sacó un paquete perfectamente envuelto de su mesa. Encontró en una papelería de esas que aún deben quedar que tienen trastienda, este estuche caligráfico NOS, compró dos, uno para él y uno para mí. El agradecimiento ya sabéis que no se puede explicar con palabras, se lleva dentro y sólo especímenes como los que leo por aquí lo entienden.
Total que acabo esta espístola subiendo las fotos. Mi letra es horrorosamente profesional e inmune a cualquier tratamiento caligráfico, pero tras pasar los plumines por "el Fairy" una noche...un día de estos haré pruebas.
Gracias por vuestro tiempo.