M
manuleon
Habitual
Sin verificar
Yo vivía una existencia apacible, sufriendo los recortes, el robo de mi paga extra, las estrecheces... con resignación. Disfrutaba escribiendo, cuando tenía que hacerlo a mano (siempre la poesía, notas varias...) lo hacía con estilográfica, sabía que MB no era de mi gusto, que una Inoxcrom Corinthian era el Paraíso, que había marcas como Parker, Sheaffer...
Y así, iba tirando, daba de comer a mi familia, mal que bien llegaba a fin de mes. Era, en mi sencilla existencia, feliz...
Pero mira por dónde, curioseando por Internet, me encontré con este foro, y el Infierno vino a mí sin yo buscarlo. Aparecieron marcas, modelos, siniestros personajes que manejaban un extraño argot ignoto... Y una extraña sensación me invadió. Tardé en descubrirlo, y ya fue tarde. El síndrome de abstinencia ya hacía mella cuando me dí cuenta. Pero todavía controlaba esta manía...
Hasta que, este fin de semana, a la perfidia del foro; se unió la maldad absoluta de un forero, cuyo nombre voy a callar y a cuyo albedrío dejo la gallardía de identificarse; y que, con total impunidad, puso ante mis ojos, en esta maldita pantalla que ya no controlo, dos yayas. Yayas que se dice en este maldito argot (no sé si con el plumín sustituido siguen siendo yayas...) Y perdí el control por completo. Estoy perdido por completo. Ya ni siquiera soy capaz de controlar mis finanzas para que mis niños coman durante la semana que falta para que mi nómina llegue al banco. Mefistófeles ya está acercándose a mi puerta...
Gracias al foro. Gracias a sus miembros. Gracias al siniestro forero que ha terminado de perder mi alma. Gracias a los objetos que en breve llenarán mi hogar de siniestras carcajadas, pues ya siento a Mefistofeles y su cohorte subiendo desde el Averno...
Lo siento, lo siento, lo siento... Cuando me sale la vena de escribir... Se me va la pinza, que se dice ahora...
A ver si llegan. Y gracias al compañero. Él sabe...
Y así, iba tirando, daba de comer a mi familia, mal que bien llegaba a fin de mes. Era, en mi sencilla existencia, feliz...
Pero mira por dónde, curioseando por Internet, me encontré con este foro, y el Infierno vino a mí sin yo buscarlo. Aparecieron marcas, modelos, siniestros personajes que manejaban un extraño argot ignoto... Y una extraña sensación me invadió. Tardé en descubrirlo, y ya fue tarde. El síndrome de abstinencia ya hacía mella cuando me dí cuenta. Pero todavía controlaba esta manía...
Hasta que, este fin de semana, a la perfidia del foro; se unió la maldad absoluta de un forero, cuyo nombre voy a callar y a cuyo albedrío dejo la gallardía de identificarse; y que, con total impunidad, puso ante mis ojos, en esta maldita pantalla que ya no controlo, dos yayas. Yayas que se dice en este maldito argot (no sé si con el plumín sustituido siguen siendo yayas...) Y perdí el control por completo. Estoy perdido por completo. Ya ni siquiera soy capaz de controlar mis finanzas para que mis niños coman durante la semana que falta para que mi nómina llegue al banco. Mefistófeles ya está acercándose a mi puerta...
Gracias al foro. Gracias a sus miembros. Gracias al siniestro forero que ha terminado de perder mi alma. Gracias a los objetos que en breve llenarán mi hogar de siniestras carcajadas, pues ya siento a Mefistofeles y su cohorte subiendo desde el Averno...
Lo siento, lo siento, lo siento... Cuando me sale la vena de escribir... Se me va la pinza, que se dice ahora...
A ver si llegan. Y gracias al compañero. Él sabe...