Hoarmurathdedir
Forer@ Senior
Sin verificar
Tras haberme perdido el evento del año pasado y haber tenido que disfrutar en la distancia y gracias a las fotos de los compañeros, tanto del PenShow de Barcelona como del de Madrid, afrontaba esta ocasión con una expectación y esperanza especiales. Además este año he tenido la suerte de acudir acompañado de un buen amigo que se ha adentrado tímidamente en el mundo de la estilográfica.
Sé que no soy el único que se siente como un tipo raro cuando, por algún extraño motivo, empiezo a hablar de plumas en mi entorno (laboral o familiar) y tener un día para poder adquirir conocimientos y compartir dudas sobre nuestra afición, me resulta sinceramente fascinante.
Por supuesto, debido a mis mínimos conocimientos, suelo ejercer de rémora de los Sabios que se congregan para la ocasión y preguntar, preguntar y preguntar para, algún día, llegar a responder alguna duda.
Tras poneros en situación de mi punto de vista y de mis expectativas, podéis imaginar que esperaba el sábado por la mañana como un niño el día de Reyes. Así que me planté en la puerta del hotel MontBlanc junto a mi amigo con toda esa mezcla de emociones.
Para todo aquel que asistiera el sábado huelga decir que mis expectativas se cumplieron sobradamente ya que el nivel de los expositores se supera año a año.
En la entrada nos esperaba la primera buena noticia del día, miembros de la organización (Els amics de l’estilográfica) nos obsequiaron con un bloc de notas Rhodia con una pegatina conmemorativa y un número para el sorteo que se realizaría por la tarde.
Una vez dentro de la sala, como cada año, la visión de mesas repletas de plumas inundó nuestros sentidos. Respiramos hondo y nos dispusimos a hacer el primer recorrido por las mesas para situarnos y planificar una segunda vuelta con más detenimiento. Cada vez que he asistido a un Pen Show me he sentido abrumado al entrar ante semejante despliegue y he de dar un par de pasadas por las mesas hasta que mis pulsaciones vuelven a la normalidad y mis ojos se empiezan a centrar en los detalles sin perderse abrumados por los estímulos.
Ya con tranquilidad empecé a recorrer las mesas de nuevo, parándome a buscar alguna joya escondida y a conversar con alguno de los presentes. Nos paramos en la pesa de Paco Cruz que, como nos tiene acostumbrados, exponía piezas de caza mayor y algunas a un precio increíble. Como en años anteriores me dejé seducir por sus ofertas y además de “su” Waldmann de plata (me llevé la nº 74 de 100) , se vino conmigo una Delta Pompeii que estoy deseando entintar. En otra de las meas encontré plumas del artesano francés Mattieu Faivet que hace poco descubrí navegando en la red y que en directo son aún más bonitas si esto fuera posible. La pena fue que mi ajustado presupuesto no me permitió que este año se sumara a mi ecléctica colejunción y se quedó sin venir a casa. Estuve hablando un rato con el poseedor, en mi limitado inglés, quien me contó que había visitado el taller de Faivet y que era un tipo traaaaanquilo y risueño, que acogía a los visitantes entre bromas y risas.
Este año, a causa de la afición al lettering de mi mujer, también compré algunos cuadernos: Midori, Life y Tomoe River.
El mejor encuentro y el más esperado, fue conocer a Miguel Angel que hizo el esfuerzo de no perderse esta cita y que tiene la misma calidad de persona que de artesano y por supuesto, no podía perder la oportunidad de agradecerle el trabajo que ha hecho posible que escriba estas letras con una magnífica pluma fabricada por él.
Antes del sorteo y como final de mi acción colejuntadora del día me decidí a acercarme a la mesa de Pelikan. Tengo en mi colección dos M400 de diferente épocas y realmente son de mis favoritas, así que este año quería aumentar ese grupo y me decidí por una M200 Brown Marble que me cautivó con sus brillos.
Por supuesto no puedo acabar este resumen de mi día en el Pen Show sin agradecer el GRAN trabajo, tanto de la organización como de los expositores ya que de ellos depende que los aficionados disfrutemos como cerdos (si se me permite la expresión) y deseemos que el años que queda para el siguiente, pase como centella.
Animo a cualquiera, aficionado o no, a acercarse y disfrutar por un momento del ambiente y la experiencia. Como ejemplo, mi amigo quiere volver el años que viene.
Así que nada más, espero haberos acercado un poco más al Pen Show de Barcelona y haber despertado inquietudes en aquellos que aún no habéis venido ningún año.
Un saludo.
P.D.: Creo que ya existen pero igualmente porpongo un nuevo proyecto para el foro. ¿Qué os parece hacer pines del foro de Grafos para reconocernos entre foreros en el próximo encuentro?
Sé que no soy el único que se siente como un tipo raro cuando, por algún extraño motivo, empiezo a hablar de plumas en mi entorno (laboral o familiar) y tener un día para poder adquirir conocimientos y compartir dudas sobre nuestra afición, me resulta sinceramente fascinante.
Por supuesto, debido a mis mínimos conocimientos, suelo ejercer de rémora de los Sabios que se congregan para la ocasión y preguntar, preguntar y preguntar para, algún día, llegar a responder alguna duda.
Tras poneros en situación de mi punto de vista y de mis expectativas, podéis imaginar que esperaba el sábado por la mañana como un niño el día de Reyes. Así que me planté en la puerta del hotel MontBlanc junto a mi amigo con toda esa mezcla de emociones.
Para todo aquel que asistiera el sábado huelga decir que mis expectativas se cumplieron sobradamente ya que el nivel de los expositores se supera año a año.
En la entrada nos esperaba la primera buena noticia del día, miembros de la organización (Els amics de l’estilográfica) nos obsequiaron con un bloc de notas Rhodia con una pegatina conmemorativa y un número para el sorteo que se realizaría por la tarde.
Una vez dentro de la sala, como cada año, la visión de mesas repletas de plumas inundó nuestros sentidos. Respiramos hondo y nos dispusimos a hacer el primer recorrido por las mesas para situarnos y planificar una segunda vuelta con más detenimiento. Cada vez que he asistido a un Pen Show me he sentido abrumado al entrar ante semejante despliegue y he de dar un par de pasadas por las mesas hasta que mis pulsaciones vuelven a la normalidad y mis ojos se empiezan a centrar en los detalles sin perderse abrumados por los estímulos.
Ya con tranquilidad empecé a recorrer las mesas de nuevo, parándome a buscar alguna joya escondida y a conversar con alguno de los presentes. Nos paramos en la pesa de Paco Cruz que, como nos tiene acostumbrados, exponía piezas de caza mayor y algunas a un precio increíble. Como en años anteriores me dejé seducir por sus ofertas y además de “su” Waldmann de plata (me llevé la nº 74 de 100) , se vino conmigo una Delta Pompeii que estoy deseando entintar. En otra de las meas encontré plumas del artesano francés Mattieu Faivet que hace poco descubrí navegando en la red y que en directo son aún más bonitas si esto fuera posible. La pena fue que mi ajustado presupuesto no me permitió que este año se sumara a mi ecléctica colejunción y se quedó sin venir a casa. Estuve hablando un rato con el poseedor, en mi limitado inglés, quien me contó que había visitado el taller de Faivet y que era un tipo traaaaanquilo y risueño, que acogía a los visitantes entre bromas y risas.
Este año, a causa de la afición al lettering de mi mujer, también compré algunos cuadernos: Midori, Life y Tomoe River.
El mejor encuentro y el más esperado, fue conocer a Miguel Angel que hizo el esfuerzo de no perderse esta cita y que tiene la misma calidad de persona que de artesano y por supuesto, no podía perder la oportunidad de agradecerle el trabajo que ha hecho posible que escriba estas letras con una magnífica pluma fabricada por él.
Antes del sorteo y como final de mi acción colejuntadora del día me decidí a acercarme a la mesa de Pelikan. Tengo en mi colección dos M400 de diferente épocas y realmente son de mis favoritas, así que este año quería aumentar ese grupo y me decidí por una M200 Brown Marble que me cautivó con sus brillos.
Por supuesto no puedo acabar este resumen de mi día en el Pen Show sin agradecer el GRAN trabajo, tanto de la organización como de los expositores ya que de ellos depende que los aficionados disfrutemos como cerdos (si se me permite la expresión) y deseemos que el años que queda para el siguiente, pase como centella.
Animo a cualquiera, aficionado o no, a acercarse y disfrutar por un momento del ambiente y la experiencia. Como ejemplo, mi amigo quiere volver el años que viene.
Así que nada más, espero haberos acercado un poco más al Pen Show de Barcelona y haber despertado inquietudes en aquellos que aún no habéis venido ningún año.
Un saludo.
P.D.: Creo que ya existen pero igualmente porpongo un nuevo proyecto para el foro. ¿Qué os parece hacer pines del foro de Grafos para reconocernos entre foreros en el próximo encuentro?