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De la casa
Sin verificar
Le Titty Twister es el club de moda de París. Algunos lo consideran el Studio 54 del siglo XXI.
La discoteca es un auténtico foco de celebrities.
El nombre se inspira en el bar de la famosa película Abierto hasta el Amanecer.
Piercing con forma de puñal en la oreja derecha, gorra de béisbol, un tatuaje de una rosa y una pistola en el cuello donde termina el pelo. Se acerca a una muchacha con vestido entallado, bolso pequeño con el símbolo de Chanel en plateado. Él mulato, ella pelirroja. Él, bailarín profesional; ella, estudiante de Berkeley, hija de propietarios de viñedos de visita en París. Se miran, bailan. Tardan poco en mezclar sus disímiles grupos. Se besan tras un coqueteo rápido, sin concesiones. De repente, otra escena. Pasan, entre guardaespaldas de 150 kg de músculos, dos hombres con el aspecto de Montgomery Burns. Se sientan en una de las butacas de piel en el centro, no hay reservados, te acomodas donde quieres y puedes. "¿Son Rothschild?", pregunta susurrando una chica en la barra. Un ejecutivo con look muy Burberry que apura un cóctel llamado Chicano Broc (120 €), asiente primero, después mueca de duda. Sus escoltas abren paso con educación a los gemelos Burns, que vienen acompañados de dos modelos, morena una, la otra rubia como Lady Di... Es Le Titty Twister.
Éste es el bar de moda de París. Dicen otros, más atrevidos, que es el Studio 54 del siglo XXI. La inspiración neoyorquina es evidente. Hay otro nexo con el mundo de Tarantino. Está en el nombre, que nace del bar del filme que hizo famosa a Salma Hayek, Abierto hasta el Amanecer
El desenfreno es sello y gloria de la casa. Desde los baños a la barra pueden entrar en ebullición. Un lugar para "chicas calientes" y "hot gringos", como señalan los letreros camino de los servicios donde los urinarios, repletos de hielo, intentan aplacar las temperaturas. Cyril Peret, casi en los 40, creador del concepto, loco genio de la noche gala, señala todos los espacios y, sin dejar de mostrar los dientes, suelta su idea. Lo que ha conseguido. "Llegan gays, modernos, ricos, modelos, raperos, góticos, tatuados, lo que quieras, todos vienen. Todos gozan". También podría aparecer una vampiresa y chuparte la sangre fuera, en los Campos Elíseos, en algún rincón entre la tienda de Louis Vuitton y el Arco del Triunfo. No extrañaría.
Los gemelos Burns piden más de seis botellas de Cristal, el legendario champán de Louis Roederer creado para Alejandro II de Rusia en el siglo XIX. Llegan desde la bodega a su mesa con pirotecnia. Iluminan el ambiente (hubo esos chispazos las tres noches que Fuera de Serie realizó este reportaje). Cuatro copas. Más botellas. Abren un envase por cada recipiente. Pasan 20 minutos en el local y abandonan sus sitios. Bailan 10 minutos. Y parten. Un guardaespaldas parece custodiar las joyas vinícolas hasta su retorno. Se toca el pinganillo, lo presiona contra su cabeza, y se va. Deja cuatro botellas prácticamente llenas, otras sin abrir. Miles de euros abandonados. La revolución.
El DJ mantiene a raya a la audiencia. Éste cambia, pero de repente se puede poner al mando de la consola un mito como DJ Premier, alias Christopher Edward Martin, el archirival del Dr. Dre, uno de los mejores productores de hip hop de los tiempos. A su ritmo se contonea una chica Sports Illustrated ante la mirada de Peret, que se mueve con ella unos instantes. Después sigue mostrando su paraíso con aspecto de lujurioso bar clandestino.
Jessica Alba en Le Titty Twister.
Naomi Campbell junto a Cyril Peret.
Jamie Foxx con el creador del club
Foco de 'celebrities'. Se siente orgulloso de la atmósfera creada, de haber exportado el espíritu de los clubes de Manhattan a Europa. Pero manteniendo el je ne sais quoi de la capital gala que ha logrado que Jessica Alba, Jude Law, Mick Jagger, Lenny Kravitz o Jamie Foxx, protagonista de Django Desencadenado, acudan aquí en sus escapadas. Que el propio Tarantino sople los dados de su apuesta. Y que, en la Semana de la Moda de París, sea el lugar al que acudir. Entrada imposible.
De rato en rato, la gente huye a un nirvana para el tabaco. En este loft de 500 m2 hay un espacio para fumar con licencia, fruto de unos extractores de aire silenciosos y efectivos. Es una suerte de terraza interior, dentro de un sótano.
No es especialmente caro para París. Se puede tomar una Coronita por 9 €. O el cóctel de la casa, El Diablo, hecho de mezcal, chile y pepino, por 17 €. Hasta el Cristal de los bolsillos más desahogados. Volvemos a la pista. Descubres a la muchacha del vestido entallado bailando con el ejecutivo de look Burberry. El chico del piercing de puñal ya se ha ido, con la rubia Sports Illustrated. Éste es el lugar soñado en el que puedes mirar a los ojos a la chica perfecta. Para que te ignore con una sonrisa. Y aún así continúas divirtiéndote porque, a lo mejor, vuelve.
Oda al exceso. En 500 m2 se ha concebido un escenario que tiene detalles del Viejo Oeste, del glamour de los Campos Elíseos y de un club 'underground' de Manhattan. Desde su inauguración el septiembre pasado, su ecléctica decoración ha deslumbrado a los especialistas. Sus robustos sillones Chesterfield de piel y los diversos elementos que componen su espacio (mesa de billar, juegos de pinball, esposas de policía gigantes del artista Philippe Pasqua...) que provienen desde Dinamarca a China, de Estados Unidos a Bélgica, podrían pecar de excesivos, pero no.
W Magazine y Vogue Francia ya se han rendido a su encanto. "Un gran trabajo... a veces evoca la atmósfera extraña de Edward Hopper", escribió en sus páginas el diario Le Figaro. Los materiales son de primera, y abarcan desde hierro forjado a madera. El rojo fuego de los letreros de neón le aporta el aire del pecado por cometer.
fuente... expansion.com
Más info: Le Titty Twister. 5, Rue de Berri. París. Abre de lunes a sábado de 21 h a 5 h.