Muy buena si, y eso que Ozon no siempre me gusta.
François Ozon es, en mi modesta opinión, uno de los directores de cine más interesantes actualmente.
He tenido la oportunidad de trabajar a fondo una de sus películas-que seguramente habrás visto-titulada
Joven y bonita, nominada para la Palma de oro de Cannes no recuerdo en qué año. Pocas veces se ve tanta rigurosidad en la descripción psicológica de un momento tan complicado como es la adolescencia en una mujer.
Sin duda alguna, se asesoró muy bien porque el psicoanalista que sale en la película lo es también en la vida real, Serge Hefez, quien, además, ha escrito trabajos sobre la adolescencia bastante interesantes..... y es buen actor. Eso es lo que se llama ser polifacético.
El pobre de Ozon cometió la ingenuidad de decir que una de las fantasías más frecuentes las mujeres, en general, era la de ser prostitutas. Qué has dicho. Los grupos feministas, concretamente Femen, se le echaron encima para decir que la única Palma de oro que Ozon merecía era la Palma de oro
au roi des cons . Resulta patético la ceguera que puede provocar la ideología, porque cualquier profesional medianamente habituado a tratar con mujeres, sabe de sobras que eso es así, de la misma manera que que muchos hombres tienen fantasías de violación, por ejemplo, lo que no quiere decir ni que ellas sean putas ni que ellos sean unos violadores: las fantasías son eso, solo fantasías.
La película además tiene, como una gran parte de sus películas, un homenaje a los surrealistas y más concretamente a Buñuel. Si te fijas bien el final de J
oven y bonita es muy parecido-por no decir idéntico-al de
Belle de jour, otra extraordinaria película sobre la siempre compleja y poco comprendida sexualidad femenina. Buñuel lo dijo primero, pero Ozon ha tenido la valentía de seguirle.
Otra película muy mal comprendida de Ozon es
Una nueva amiga : es un gran tratado sobre el duelo y deja a
Manchester frente al mar en mantillas. La pena es que parece que lo banaliza, que queda muy en segundo plano, y que se trata de una visión casi grotesca del travestismo, cuando de eso, nada.
Es por eso que, harto de las críticas-supongo yo-ha hecho una película como
Frantz, una película bellísima, que sigue los cánones del cine clásico hasta en el blanco y negro en el que transcurre gran parte de la película, una banda sonora que, esta sí, escucho sistemáticamente - y no la de La la Land- con una descripción muy fina de los personajes que están, de nuevo, inmersos en un duelo muy difícil y complicado.
Si algo he aprendido del cine de Ozon, es que, pese a la apariencias, nunca da puntada sin hilo. El problema con él es que a veces, la puntada transcurre en segundo plano y uno cree que la película es trivial. Pero de eso, nada de nada.