LuisG
Tropicalizado
Sin verificar
Pánico en los mercados, crack del 2013, crecen los suicidios entre los buscadores de pepitas de oro en los ríos del Yukon canadiense, los compro-oro se reconvierten en locutorios o tiendas de teléfonos móviles, los que han pagado 700 euros por un reloj con 8 gramos de oro se miran al espejo con cara de "¿y a mí quien me mandaba?", los expertos no se ponen de acuerdo en si el oro seguirá siendo un valor refugio y si esta bajada es especulativa previa una nueva ascensión o el precioso metal era sólo una burbuja más...
En fin... que anteayer fue un día duro para los que negocian con oro, y para los fans de los vintages ya se verá... ¿bajarán, subiran?... Sobre todo, espero que si baja dejen de fundirse miserablemente algunas piezas maravillosas que no volveran. Puede entenderse en casos de necesidad económica, pero aún así da mucha lástima...
Lo dicho, que seguramente no es un momento adecuado para desprenderse de un reloj con caja, esfera y agujas de oro macizo como este, que espero les guste... Tras el éxito que tuvo en la reciente comida post-exposición Zenith, me he decidido a enseñarlo en mínimas condiciones, aunque merece una sesión de fotos que le saque todo el partido.
El calibre es un habitual de los primeros Polerouter con micro-rotor, no recuerdo ahora si el 215 o el 218, pero este es de los casos en que da lo mismo.
La caja, que yo creo que me gusta más que el reloj y todo, es una antigua caja de presentación de Universal Geneve, de madera forrada de piel, con cierres metálicos y revestimiento de seda sobre espuma, con capacidad para ocho relojes desplegados, con separadores de madera.
Para celebrar que hoy valen menos (lo cual a mí personalmente me parece perfecto, no se crean) vamos a ver si les parece bien esos relojes del vil metal...
En fin... que anteayer fue un día duro para los que negocian con oro, y para los fans de los vintages ya se verá... ¿bajarán, subiran?... Sobre todo, espero que si baja dejen de fundirse miserablemente algunas piezas maravillosas que no volveran. Puede entenderse en casos de necesidad económica, pero aún así da mucha lástima...
Lo dicho, que seguramente no es un momento adecuado para desprenderse de un reloj con caja, esfera y agujas de oro macizo como este, que espero les guste... Tras el éxito que tuvo en la reciente comida post-exposición Zenith, me he decidido a enseñarlo en mínimas condiciones, aunque merece una sesión de fotos que le saque todo el partido.
El calibre es un habitual de los primeros Polerouter con micro-rotor, no recuerdo ahora si el 215 o el 218, pero este es de los casos en que da lo mismo.
La caja, que yo creo que me gusta más que el reloj y todo, es una antigua caja de presentación de Universal Geneve, de madera forrada de piel, con cierres metálicos y revestimiento de seda sobre espuma, con capacidad para ocho relojes desplegados, con separadores de madera.
Para celebrar que hoy valen menos (lo cual a mí personalmente me parece perfecto, no se crean) vamos a ver si les parece bien esos relojes del vil metal...
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