• El foro de relojes de habla hispana con más tráfico de la Red, donde un reloj es algo más que un objeto que da la hora. Relojes Especiales es el punto de referencia para hablar de relojes de todas las marcas, desde Rolex hasta Seiko, alta relojería, relojes de pulsera y de bolsillo, relojería gruesa y vintages, pero también de estilográficas. Además, disponemos de un foro de compraventa donde podrás encontrar el reloj que buscas al mejor precio. Para poder participar tendrás que registrarte.

Preámbulo

  • Iniciador del hilo Nicolau
  • Fecha de inicio
Estado
Hilo cerrado
Nicolau

Nicolau

Crono-Historiador
Sin verificar
Inserto el preámbulo que he confeccionado para la ELGIN, ha tomado entidad propia y ha resultado posiblemente demasiado largo, lo inserto aparte, ya que creo puede tener interés.
Me he visto obligado a hablar de relojes de bolsillo. Paso forzado hasta llegar a los de pulsera.


PREÁMBULO
La mayor aportación norteamericana a la relojería, fue la plena mecanización de la producción Standard, abaratando de esta manera los costos y -especialmente- poder atender a las gran demanda de relojes, tras convertirse en un objeto accesible.
Inicialmente, los relojes tuvieron dos funciones esenciales: bienes de lujo para monarcas y nobles adinerados e instrumentos exactos para la navegación marina. En Suiza, no había monarcas (era una república de cantones), tampoco una aristocracia muy pujante ni poseía costa. Por ello, el desarrollo de la industria relojera tardó más que en otros países.
Se tiene como inventor del reloj de bolsillo al alemán Peter Henlein en 1524. En realidad, se trataba de relojes portátiles con un peso y tamaño que dificultaba poderlos llevar encima.
Algunas fuentes mantienen que la relojería fue implantada en Suiza con el calvinismo, por el supuesto “amor al trabajo y organización” de los protestantes franceses y por estarles prohibidas las joyas. De esta manera, con los diversas corrientes de emigración hugonota, los naturales del país, se habrían vuelto extremadamente laboriosos y los joyeros, forzados a reconvertir sus talleres en manufacturas de relojes (hablamos de mediados/finales del siglo XVI). Pero lo cierto es que en dicha época, el arte relojero tenía ya tradición en toda Europa, esencialmente en Francia, Inglaterra, Alemania, Países Bajos e Italia. Los principales centros de producción estaban en Ausburgo y Nuremberg, más tarde se desplazaron a Paris y Lyon y finalmente a Londres y Ginebra.
El inicio de los talleres artesanos familiares, embriones de parte importante de las grandes marcas manufactureras relojeras suizas, tiene su inicio en el Jura en el siglo XVIII y fue propiciada por Daniel Jeanrichard (ats) “Bressel” (1665-1741), hijo y nieto de herreros y ex/herrero él mismo. Quien, por la primera vez, institucionalizó el reparto de mano de obra en la elaboración de relojes (junto con la racionalización y la mecanización), convirtiéndose de esta manera en el “primer relojero empresario”. Los destinatarios fueron sus vecinos de la comarca de la República-Cantón de Neuchâtel, zona montañosa cubierta de nieve casi la mitad del año. Voy a dar más detalles de la ubicación, ya que sus lugares nos traerán recuerdos. Dentro de Neuchâtel, se halla el valle del Jura (Vallée de Joux, Joux Valley –”Valjoux”). La capital de Neuchâtel es el Chaux-de- Fonds, en cuya comuna, entre otras ciudades se encuentra Le Locle. Val-de-Joux, no forma parte de la moderna República-Cantón del Jura suizo. La cordillera jurásica atraviesa Francia, Suiza y Alemania. Hasta entonces, el grueso de la relojería suiza se concentraba en Ginebra, que siguió creando un atractivo flujo por su ubicación y capitalidad.
JeanRichard, creó un producto copiado de modelos anticuados franceses, se valió de la red de distribución de los encajeros; formó aprendices; promovió la colaboración con los maquinistas o expertos en producir herramientas, maquinarias y fornituras diversas; adquirió piezas difícil producción en la comarca, como muelles y espirales y -en fin-, fijó precios de venta accesibles a las posibilidades del mercado. Es el embrión de la producción masiva de relojes y posibilidad de ser adquirido por las clases populares. A finales del siglo XVIII, el valle estaba ya plagado de pequeños talleres de relojería, con preponderancia en Neuchâtel de relojes de péndulo y en Le Locle de bolsillo.



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NEUCHÂTEL, junto al lago homónimo



Inicialmente los relojes eran montados por maestros relojeros que diseñaban sus piezas y daban el encargo a distintos profesionales para cada fragmento concreto. Se trataba de artesanos especializados (al principio fueron herreros, cerrajeros o fundidores de cañones), constituyendo una corporación de especialistas bajo la dirección del maestro/relojero. Ello se traducía en desperdicio de tiempo y elevado costo. El reparto ideado por JeanDaniel, en sus comienzos supuso una “segunda tarea” para los pequeños agricultores y ganaderos de Valjoux, un complemento a sus menguados ingresos y ocupación del tiempo perdido cuando el clima les imposibilitaba a trabajar.



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DANIEL JEANRICHARD





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SU ESTATUA CONMEMORATIVA EN LE LOCLE (1888)


Vestido de Herrero y observando el primer reloj que copió a un vendedor inglés.




Con el tiempo, alguno de dichos campesinos/relojeros (en ocasiones con la ayuda de otros miembros del clan), fueron diversificando la producción de piezas y montando los primeros talleres relojeros (ya fuera con ayuda de capitalista/Banca o asociándose entre ellos), haciendo de la relojería su única y exclusiva actividad. Llegamos ya al inicio del siglo XIX y es de aplicación la idea conocida de las sagas familiares que dan nombre a las más consagrados marcas de la relojería, si bien su continuidad no es frecuente y precisan de inyecciones de capital externo o se asocian entre ellos, hasta culminar en los desastrosos 70 del XXI.
Un personaje clave para alcanzar el panorama anteriormente descrito, fue el conocido por todos Georges-Frédéric Roskopf (1813-1889), originario de la Selva Negra alemana y establecido en Chaux-de-Fonds, padre del “Reloj del Obrero”, el de los 20 francos, equivalente al salario semanal de un operario no especializado (cuatro veces inferior al reloj más accesible de la época). Nos hemos ubicado en la última mitad del XIX y alcanzado la popularización de los guardatiempos. Lo que, inicialmente, supuso una gran demanda a la que se tenía que atender con una producción masiva de relojes. Posiblemente el Roskopf fue una de las primeras grandes falsificaciones, que causó importantes pleitos. En uno de ellos, se privó al propio hijo del inventor a hacer uso de su apellido en los relojes, Se compró la "franquicia" del apellido a un carnicero "Roskpof" sin relación con D. Jorge, etc., etc... Recuerdo que hay hasta cinco patentes distintas de Roskpof/RossKpof.




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GEORGES-FRÉDÉRIC ROSKOPF







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PUBLICIDAD DE ROSKOPF (1928)


De una gráfica aplastante. La mujer lleva un “elegante” RELOJ DE PULSERA y el hombre, vestido de obrero un “robusto” RELOJ DE BOLSILLO




Es de destacar, asimismo, el trabajo de los vendedores de las sagas familiares sugeridas, que realizaron viajes a todos los confines conocidos del planeta e hizo posible la expansión de la relojería suiza, no solo a Europa, también a la Rusia de los Zares, a Turquía, a Oriente (China fue un gran mercado, el propio Cortébert era conocido como “El Chino), etc… y a América.
En el siglo XIX, subsistía la manufactura relojera inglesa, posiblemente la más especializada y que ensayó con la revolución industrial un intento de racionalización de la producción. La francesa, que fue escuela de grandes relojeros y cuidaba de manera especial los envoltorios y acabados (amén de exportar a Suiza sagas enteras de relojeros por su proximidad, reclamo económico y emigración forzada –en especial- durante las Guerras Religiosas) y la alemana, la más popular y olvidada.
Y vamos terminando con el preámbulo, saltando otras teorías no documentadas, entre las que se encuentra que el primer reloj americano lo hizo un esclavo. El primer fabricante documentado fue Luther Goddard de Shrewsbury (Massachussets) en 1809.
Llegamos a mediados del siglo XIX, que es cuando América (Norteamérica) hace su gran aportación a la relojería. Es la época próxima a la Guerra de Secesión y unificación/homogenización del país. Nacen en USA las grandes industrias relojeras, como tales. Nada que ver con la paulatina progresión y tradición artesanal suiza que llega al movimiento estándar, este camino ya estaba andado. En Norteamérica, se reúne un grupo de potentes empresarios que aportan una cantidad importante de capital para construir fábricas de relojes de manera mecánica. Las construcciones y la producción serán gigantescas. Es el sistema de producción puro y duro, consecuencia de la Revolución Industrial. Mecanización de la producción y tren manual de montaje de determinadas piezas por obreros -en su mayoría- no especializados, siguiendo los planos de los ingenieros contratados. Fue la aplicación al mundo relojero del conocido como Método Taylor al mundo relojero-
De las tres principales empresas americanas: la Waltham, la Elgin y la Hamilton, las dos primeras llevan el nombre de la ciudad en donde se ubicaron y la tercera del personaje que fundó la ciudad de en donde se montó la fábrica: Lancaster (Pennsylvania). A ella podríamos añadir la Illinois (absorbida por la Hamilton, que lleva el nombre del "condado" USA). Se ha de decir que inicialmente, ninguna de las fábricas llevó dichos nombres, si no otros mucho más impersonales y difíciles de memorizar, resultando una imposición -por simplificada identificación- de mercado. Jamás ostentaron el apellido del maestro/relojero que las fundó, ya que éste fue inexistente.
De los relojes americanos conocidos, que me vengan a la memoria, los únicos que llevan el apelativo de sus fundadores son la Wittnauer (emigrante suizo) y la Bulova (emigrante Bohemio). El primero se dedicó primordialmente a la importación (si bien marcó relojes) y el segundo (también gran importador de ebauches suizos) nunca alcanzó el escalafón de las tres marcas dichas, siendo recordado por su aporte en los relojes electrónicos.
La más antigua de las tres fábricas en cuestión, es Waltham, aunque con una primera fundación en 1850 y consiguiente fracaso, no inicia su verdadera andadura hasta 1857, siendo la primera empresa USA que fabricó un reloj con modelo Standard (entiéndase industrialmente), le sigue la Elgin (1864) y la Hamilton, fundada en 1892 (la Illinois en 1870).
El resultado, fue plenamente satisfactorio, se trataba de productos de calidad aceptable, con buenos movimientos y acabados plausibles de una belleza externa innegable. En realidad es el producto que hemos conocido y son los mismos ejemplares suizos que poseemos. El sistema fue plenamente aceptado e implantado en Europa al cabo de poco tiempo. Valgan dos de los más claros ejemplos: En Suiza el caso de la Cyma/Tavannes de Schwob Frères and Co) que fue una gran productora de relojes en masa de buena calidad y la Junghans en Alemania. En ambos casos, los fundadores (que no fueron grandes capitalistas), se proveyeron de maquinaria USA. El sistema fue aplicado al resto de las antiguas manufacturas subsistentes, lo que produjo la desaparación de gran número de talleres familiares, cuya colaboración ya no fue necesaria y de las manufacturas que no pudieron (por falta de capital) o no quisieron aceptar la nueva corriente. Tren que ya habían perdido las manufacturas que se negaron a aceptar el reloj de pulsera masculino, con inicio después de a Primera Guerra Mundial. Y hago otro inciso, recordando que los ingleses fueron especialmente reacios a ello.
En el caso de la Cyma, su propio fundador Henri Frédéric Sandoz (aventajado maestro-relojero), había viajado personalmente a USA y primero fabricó o hizo fabricar maquinaria al estilo USA en su manufactura, Henri Sandoz & Cie: 1871, que fue mecanizando aceleradamente. Se entró plenamente en la producción en masa cuando se unió -precisamente para conseguir una inmediata inyección de capital- con la Schwob (1892), adquiriendo ya la más moderna maquinaria de Europa. Esta es una de las razones que nos permiten hoy en día poder disponer de un Cyma, de una calidad contrastadas y con movimiento propio, a precio aceptable. Casi por el mismo importe de un más que mediocre setentero.




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FÁBRICA CYMA/TAVANNES






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GRÁFICA PUBLICIDAD DE CYMA/TAVANNES: “Una de las mayores “fábricas de relojería del mundo”






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OTRO FOLLETO PUBLICITARIO, también de gran interés,
Una de las razones de la superioridad de CYMA: Su moderna maquinaria.



Por su parte la Junghans, con inicio en 1860 en la Selva Negra, fundada por un ex/fabricante de sombreros Erhard Junghans (Schamberg) se asocia con su hermano menor Xavier (Gebrüder Junghans) que había emigrado a América y trabajado en una empresa relojera americana, importando maquinaria USA.
Habrá que dedicar un hilo a la relojería alemana, como he dicho en varias ocasiones, la GRAN OLVIDADA Y POSTERGADA. La Junghans, tras unirse con Thomas Halle, lanzó cantidad considerable de relojes, sin llegar al extremo de la Cyma. Algunos de ellos de una calidad envidiable, con unos movimientos que nada tienen que envidiar a los suizos y con estética muy lograda.
Llamo la atención sobre un extremo, la fabricación de relojes de pared, que supuso una gran dedicación de la Junghans, dirigiendo parte muy importante de su producción a este sector del que fueron los reyes indiscutibles. Raro es el hogar en el que no exista un ejemplar colgado en la pared. Ello es clara herencia del lugar de procedencia del fundador.
No obstante, también se produjo un número muy considerable de relojes de pulsera. Yo destacaría varios ejemplares de los años 60, con unos movimientos hermosísimos, algunos con certificado Cronométrico alemán -manuales y automáticos- que nada tienen que envidiar a sus coetáneos suizos (hablamos del punto hálgido, para mí, de la relojería de pulsera).




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JUNGHANS



Saludos cordiales,
 
Última edición:
:clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap::clap:

Sin palabras.
De Enciclopedia.
Más información que en todos los libros que poseo.
Me lo guardo.
¿Porque no se hace un hilo aparte y se sube a esenciales?
Muchs gracias.
 
Saludos Nicolau, gracias por seguir engrandeciendo este querido rincon del Vintag, la verdad es que hay que hacerte un monumento por las horas de trabajo que dedicas ha cada hilo que abres,si tubieramos que dar un premio a la constancia y esfuerzo por desempolvar viejas historias y datos antiguos sobre relojes te llevarias el 1º premio seguro.Que tengas un buen 2010 lleno de salud y bienestar.
 
Gracias amigo. La verdad es que dedico un tiempo del que no dispongo. He vuelto a las andadas, tendré que enmendarme.
la cuestión es que conocemos tan poco de la relojería y hay tan pocos libros sobre ella, en especial en español, que la información la recibes con cuenta-gotas y parece todo novedoso. El problema es luego encajarla, ya que en no pocas ocasiones es contradictoria.
UN fuerte abrazo
Y venturoso 2010 de Isleño a Isleño.
 
Nicolau, estoy de acuerdo; cuando completes unos cuantos esenciales más, o todos los que tengas previsto hacer, habría que plantearse una edición impresa de cierta seriedad...
 
Gracies Nicolau, perfecto preámbulo para un muy completo hilo de Elgin que practicamente han hecho tu solo y como bien dices, demasiado tiempo dedicado, pero que te perpetua como el mejor historiador del foro.

Una Abraçada.
 
Saludos Maestro Nicolau, y un Feliz 2010 para usted y los suyos, gracias como siempre gracias por su enriquecedores post, como siempre me quito el sombrero..... un abrazo...
 
Excelente trabajo Nicolau, una pregunta ¿supongo que cuando se finiquite el trabajo y al pasarlo a esenciales se ordena todo, se junta y se depura..no?.... Pues si es así se va a quedar como la mejor historia de la Elgin en castellano de toda la red..... Gran fuente de información de la marca.

Muchas gracias Maestro Nicolau
Fernando
 
Que razon tienes Kali. , si este de Elgin es bueno, el de Cuervo y Sobrinos es inmejorable, no creo que alla una historia editada mas completa que la mostrada a lo largo de los hilos por Nicolau, que junto con Jmazpiazu an logrado que sea casi perfecto.
 
  • #10
Inserto el preámbulo que he confeccionado para la ELGIN, ha tomado entidad propia y ha resultado posiblemente demasiado largo, lo inserto aparte, ya que creo puede tener interés.
Me he visto obligado a hablar de relojes de bolsillo. Paso forzado hasta llegar a los de pulsera.


PREÁMBULO
La mayor aportación norteamericana a la relojería, fue la plena mecanización de la producción Standard, abaratando de esta manera los costos y -especialmente- poder atender a las gran demanda de relojes, tras convertirse en un objeto accesible.
Inicialmente, los relojes tuvieron dos funciones esenciales: bienes de lujo para monarcas y nobles adinerados e instrumentos exactos para la navegación marina. En Suiza, no había monarcas (era una república de cantones), tampoco una aristocracia muy pujante ni poseía costa. Por ello, el desarrollo de la industria relojera tardó más que en otros países.
Se tiene como inventor del reloj de bolsillo al alemán Peter Henlein en 1524. En realidad, se trataba de relojes portátiles con un peso y tamaño que dificultaba poderlos llevar encima.
Algunas fuentes mantienen que la relojería fue implantada en Suiza con el calvinismo, por el supuesto “amor al trabajo y organización” de los protestantes franceses y por estarles prohibidas las joyas. De esta manera, con los diversas corrientes de emigración hugonota, los naturales del país, se habrían vuelto extremadamente laboriosos y los joyeros, forzados a reconvertir sus talleres en manufacturas de relojes (hablamos de mediados/finales del siglo XVI). Pero lo cierto es que en dicha época, el arte relojero tenía ya tradición en toda Europa, esencialmente en Francia, Inglaterra, Alemania, Países Bajos e Italia. Los principales centros de producción estaban en Ausburgo y Nuremberg, más tarde se desplazaron a Paris y Lyon y finalmente a Londres y Ginebra.
El inicio de los talleres artesanos familiares, embriones de parte importante de las grandes marcas manufactureras relojeras suizas, tiene su inicio en el Jura en el siglo XVIII y fue propiciada por Daniel Jeanrichard (ats) “Bressel” (1665-1741), hijo y nieto de herreros y ex/herrero él mismo. Quien, por la primera vez, institucionalizó el reparto de mano de obra en la elaboración de relojes (junto con la racionalización y la mecanización), convirtiéndose de esta manera en el “primer relojero empresario”. Los destinatarios fueron sus vecinos de la comarca de la República-Cantón de Neuchâtel, zona montañosa cubierta de nieve casi la mitad del año. Voy a dar más detalles de la ubicación, ya que sus lugares nos traerán recuerdos. Dentro de Neuchâtel, se halla el valle del Jura (Vallée de Joux, Joux Valley –”Valjoux”). La capital de Neuchâtel es el Chaux-de- Fonds, en cuya comuna, entre otras ciudades se encuentra Le Locle. Val-de-Joux, no forma parte de la moderna República-Cantón del Jura suizo. La cordillera jurásica atraviesa Francia, Suiza y Alemania. Hasta entonces, el grueso de la relojería suiza se concentraba en Ginebra, que siguió creando un atractivo flujo por su ubicación y capitalidad.
JeanRichard, creó un producto copiado de modelos anticuados franceses, se valió de la red de distribución de los encajeros; formó aprendices; promovió la colaboración con los maquinistas o expertos en producir herramientas, maquinarias y fornituras diversas; adquirió piezas difícil producción en la comarca, como muelles y espirales y -en fin-, fijó precios de venta accesibles a las posibilidades del mercado. Es el embrión de la producción masiva de relojes y posibilidad de ser adquirido por las clases populares. A finales del siglo XVIII, el valle estaba ya plagado de pequeños talleres de relojería, con preponderancia en Neuchâtel de relojes de péndulo y en Le Locle de bolsillo.



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NEUCHÂTEL, junto al lago homónimo



Inicialmente los relojes eran montados por maestros relojeros que diseñaban sus piezas y daban el encargo a distintos profesionales para cada fragmento concreto. Se trataba de artesanos especializados (al principio fueron herreros, cerrajeros o fundidores de cañones), constituyendo una corporación de especialistas bajo la dirección del maestro/relojero. Ello se traducía en desperdicio de tiempo y elevado costo. El reparto ideado por JeanDaniel, en sus comienzos supuso una “segunda tarea” para los pequeños agricultores y ganaderos de Valjoux, un complemento a sus menguados ingresos y ocupación del tiempo perdido cuando el clima les imposibilitaba a trabajar.



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DANIEL JEANRICHARD





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SU ESTATUA CONMEMORATIVA EN LE LOCLE (1888)


Vestido de Herrero y observando el primer reloj que copió a un vendedor inglés.




Con el tiempo, alguno de dichos campesinos/relojeros (en ocasiones con la ayuda de otros miembros del clan), fueron diversificando la producción de piezas y montando los primeros talleres relojeros (ya fuera con ayuda de capitalista/Banca o asociándose entre ellos), haciendo de la relojería su única y exclusiva actividad. Llegamos ya al inicio del siglo XIX y es de aplicación la idea conocida de las sagas familiares que dan nombre a las más consagrados marcas de la relojería, si bien su continuidad no es frecuente y precisan de inyecciones de capital externo o se asocian entre ellos, hasta culminar en los desastrosos 70 del XXI.
Un personaje clave para alcanzar el panorama anteriormente descrito, fue el conocido por todos Georges-Frédéric Roskopf (1813-1889), originario de la Selva Negra alemana y establecido en Chaux-de-Fonds, padre del “Reloj del Obrero”, el de los 20 francos, equivalente al salario semanal de un operario no especializado (cuatro veces inferior al reloj más accesible de la época). Nos hemos ubicado en la última mitad del XIX y alcanzado la popularización de los guardatiempos. Lo que, inicialmente, supuso una gran demanda a la que se tenía que atender con una producción masiva de relojes. Posiblemente el Roskopf fue una de las primeras grandes falsificaciones, que causó importantes pleitos. En uno de ellos, se privó al propio hijo del inventor a hacer uso de su apellido en los relojes, Se compró la "franquicia" del apellido a un carnicero "Roskpof" sin relación con D. Jorge, etc., etc... Recuerdo que hay hasta cinco patentes distintas de Roskpof/RossKpof.




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GEORGES-FRÉDÉRIC ROSKOPF







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PUBLICIDAD DE ROSKOPF (1928)


De una gráfica aplastante. La mujer lleva un “elegante” RELOJ DE PULSERA y el hombre, vestido de obrero un “robusto” RELOJ DE BOLSILLO




Es de destacar, asimismo, el trabajo de los vendedores de las sagas familiares sugeridas, que realizaron viajes a todos los confines conocidos del planeta e hizo posible la expansión de la relojería suiza, no solo a Europa, también a la Rusia de los Zares, a Turquía, a Oriente (China fue un gran mercado, el propio Cortébert era conocido como “El Chino), etc… y a América.
En el siglo XIX, subsistía la manufactura relojera inglesa, posiblemente la más especializada y que ensayó con la revolución industrial un intento de racionalización de la producción. La francesa, que fue escuela de grandes relojeros y cuidaba de manera especial los envoltorios y acabados (amén de exportar a Suiza sagas enteras de relojeros por su proximidad, reclamo económico y emigración forzada –en especial- durante las Guerras Religiosas) y la alemana, la más popular y olvidada.
Y vamos terminando con el preámbulo, saltando otras teorías no documentadas, entre las que se encuentra que el primer reloj americano lo hizo un esclavo. El primer fabricante documentado fue Luther Goddard de Shrewsbury (Massachussets) en 1809.
Llegamos a mediados del siglo XIX, que es cuando América (Norteamérica) hace su gran aportación a la relojería. Es la época próxima a la Guerra de Secesión y unificación/homogenización del país. Nacen en USA las grandes industrias relojeras, como tales. Nada que ver con la paulatina progresión y tradición artesanal suiza que llega al movimiento estándar, este camino ya estaba andado. En Norteamérica, se reúne un grupo de potentes empresarios que aportan una cantidad importante de capital para construir fábricas de relojes de manera mecánica. Las construcciones y la producción serán gigantescas. Es el sistema de producción puro y duro, consecuencia de la Revolución Industrial. Mecanización de la producción y tren manual de montaje de determinadas piezas por obreros -en su mayoría- no especializados, siguiendo los planos de los ingenieros contratados. Fue la aplicación al mundo relojero del conocido como Método Taylor al mundo relojero-
De las tres principales empresas americanas: la Waltham, la Elgin y la Hamilton, las dos primeras llevan el nombre de la ciudad en donde se ubicaron y la tercera del personaje que fundó la ciudad de en donde se montó la fábrica: Lancaster (Pennsylvania). A ella podríamos añadir la Illinois (absorbida por la Hamilton, que lleva el nombre del "condado" USA). Se ha de decir que inicialmente, ninguna de las fábricas llevó dichos nombres, si no otros mucho más impersonales y difíciles de memorizar, resultando una imposición -por simplificada identificación- de mercado. Jamás ostentaron el apellido del maestro/relojero que las fundó, ya que éste fue inexistente.
De los relojes americanos conocidos, que me vengan a la memoria, los únicos que llevan el apelativo de sus fundadores son la Wittnauer (emigrante suizo) y la Bulova (emigrante Bohemio). El primero se dedicó primordialmente a la importación (si bien marcó relojes) y el segundo (también gran importador de ebauches suizos) nunca alcanzó el escalafón de las tres marcas dichas, siendo recordado por su aporte en los relojes electrónicos.
La más antigua de las tres fábricas en cuestión, es Waltham, aunque con una primera fundación en 1850 y consiguiente fracaso, no inicia su verdadera andadura hasta 1857, siendo la primera empresa USA que fabricó un reloj con modelo Standard (entiéndase industrialmente), le sigue la Elgin (1864) y la Hamilton, fundada en 1892 (la Illinois en 1870).
El resultado, fue plenamente satisfactorio, se trataba de productos de calidad aceptable, con buenos movimientos y acabados plausibles de una belleza externa innegable. En realidad es el producto que hemos conocido y son los mismos ejemplares suizos que poseemos. El sistema fue plenamente aceptado e implantado en Europa al cabo de poco tiempo. Valgan dos de los más claros ejemplos: En Suiza el caso de la Cyma/Tavannes de Schwob Frères and Co) que fue una gran productora de relojes en masa de buena calidad y la Junghans en Alemania. En ambos casos, los fundadores (que no fueron grandes capitalistas), se proveyeron de maquinaria USA. El sistema fue aplicado al resto de las antiguas manufacturas subsistentes, lo que produjo la desaparación de gran número de talleres familiares, cuya colaboración ya no fue necesaria y de las manufacturas que no pudieron (por falta de capital) o no quisieron aceptar la nueva corriente. Tren que ya habían perdido las manufacturas que se negaron a aceptar el reloj de pulsera masculino, con inicio después de a Primera Guerra Mundial. Y hago otro inciso, recordando que los ingleses fueron especialmente reacios a ello.
En el caso de la Cyma, su propio fundador Henri Frédéric Sandoz (aventajado maestro-relojero), había viajado personalmente a USA y primero fabricó o hizo fabricar maquinaria al estilo USA en su manufactura, Henri Sandoz & Cie: 1871, que fue mecanizando aceleradamente. Se entró plenamente en la producción en masa cuando se unió -precisamente para conseguir una inmediata inyección de capital- con la Schwob (1892), adquiriendo ya la más moderna maquinaria de Europa. Esta es una de las razones que nos permiten hoy en día poder disponer de un Cyma, de una calidad contrastadas y con movimiento propio, a precio aceptable. Casi por el mismo importe de un más que mediocre setentero.




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FÁBRICA CYMA/TAVANNES






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GRÁFICA PUBLICIDAD DE CYMA/TAVANNES: “Una de las mayores “fábricas de relojería del mundo”






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OTRO FOLLETO PUBLICITARIO, también de gran interés,
Una de las razones de la superioridad de CYMA: Su moderna maquinaria.



Por su parte la Junghans, con inicio en 1860 en la Selva Negra, fundada por un ex/fabricante de sombreros Erhard Junghans (Schamberg) se asocia con su hermano menor Franz Xaver que había emigrado a América y trabajado en una empresa relojera americana, importando maquinaria USA.
Habrá que dedicar un hilo a la relojería alemana, como he dicho en varias ocasiones, la GRAN OLVIDADA Y POSTERGADA. La Junghans, lanzó cantidad considerable de relojes unos 40.000.000), sin coincidir con la CYMA en cuanto a mercado. Algunos de ellos de una calidad envidiable, con unos movimientos que nada tienen que envidiar a los suizos y con estética muy lograda.
Llamo la atención sobre un extremo, la fabricación de relojes de pared, que supuso una gran dedicación de la Junghans, dirigiendo parte muy importante de su producción a este sector del que fueron los reyes indiscutibles. Raro es el hogar en el que no exista un ejemplar colgado en la pared. Ello es clara herencia del lugar de procedencia del fundador.
No obstante, también se produjo un número muy considerable de relojes de pulsera. Yo destacaría varios ejemplares de los años 60, con unos movimientos hermosísimos, algunos con certificado Cronométrico alemán -manuales y automáticos- que nada tienen que envidiar a sus coetáneos suizos (hablamos del punto hálgido, para mí, de la relojería de pulsera).



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JUNGHANS 1910



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JUNGHANS 1930



Saludos cordiales,


He añadido varias fotografias y corregido (Junghans).
 
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