saopa
Omega Magister
Sin verificar
Muy buenas amigos,
Soy un admirador confeso de la Longines y les tengo que reconocer que cada vez que paso por una relojería siento un pequeño resquemor cuando la veo compitiendo en el segmento donde la han colocado. La ha colocado el mercado, la ha colocado sus propietarios,...no lo sé. Si sé que una marca de esa historia merece ser recordada de vez en cuando por el legado que a la historia de la relojería aportó. Que fue mucho y bueno lo que la Longines hizo.
Sea lo que fuere, aquí entre amigos que aprecian el pasado de nuestra afición, la Longines es muchísimo más respetada que en el mercado actual. La Longines fue una grande y grandes cosas hizo. Pero poco a poco fue feneciendo y ahora vive es un status inferior al que tuvo. Perdió su prestigio por decisiones tomadas no sé por quién, pero nos queda el legado de lo hizo en forma de buenos relojes.
Hoy les dejo un 27.0 de los años 40.
La estética del reloj es muy clásica. Caja de oro rosado, que llama la atención por sus curiosas asas. Asas dobles, las podríamos definir, unas largas patas forman la base y se rematan con otras dos falsas en la parte superior. Dial bitono, indices horarios arábigos para los pares y circulares para los impares. Con agujas en tono rosado a juego con el color de la caja.
La caja llama la atención en muñeca y resulta extremadamente cómoda.
El calibre no es de los más conocidos de la marca. Un 12 líneas de 4.6 mm de altura, 17 joyas, 18.000 alternancias y 42 horas de reserva. Equipado con espiral Breguet y un acabado cobrizo característico de la marca en los años 40. Personalmente me parece un calibre muy bien acabado con los rochetes de calidad y cotes de geneve muy bien terminadas, datable en 1.945.
Y por último la caja, con los sellos correspondientes y la misma numeración que el calibre, como era la costumbre de la casa.
Un Longines era esto.
Que tiempos aquellos. En fin, espero que les guste este antiguo ejemplo de lo que hacía esta gran marca.
Un saludo.
Juan
Soy un admirador confeso de la Longines y les tengo que reconocer que cada vez que paso por una relojería siento un pequeño resquemor cuando la veo compitiendo en el segmento donde la han colocado. La ha colocado el mercado, la ha colocado sus propietarios,...no lo sé. Si sé que una marca de esa historia merece ser recordada de vez en cuando por el legado que a la historia de la relojería aportó. Que fue mucho y bueno lo que la Longines hizo.
Sea lo que fuere, aquí entre amigos que aprecian el pasado de nuestra afición, la Longines es muchísimo más respetada que en el mercado actual. La Longines fue una grande y grandes cosas hizo. Pero poco a poco fue feneciendo y ahora vive es un status inferior al que tuvo. Perdió su prestigio por decisiones tomadas no sé por quién, pero nos queda el legado de lo hizo en forma de buenos relojes.
Hoy les dejo un 27.0 de los años 40.
La estética del reloj es muy clásica. Caja de oro rosado, que llama la atención por sus curiosas asas. Asas dobles, las podríamos definir, unas largas patas forman la base y se rematan con otras dos falsas en la parte superior. Dial bitono, indices horarios arábigos para los pares y circulares para los impares. Con agujas en tono rosado a juego con el color de la caja.
La caja llama la atención en muñeca y resulta extremadamente cómoda.
El calibre no es de los más conocidos de la marca. Un 12 líneas de 4.6 mm de altura, 17 joyas, 18.000 alternancias y 42 horas de reserva. Equipado con espiral Breguet y un acabado cobrizo característico de la marca en los años 40. Personalmente me parece un calibre muy bien acabado con los rochetes de calidad y cotes de geneve muy bien terminadas, datable en 1.945.
Y por último la caja, con los sellos correspondientes y la misma numeración que el calibre, como era la costumbre de la casa.
Un Longines era esto.
Que tiempos aquellos. En fin, espero que les guste este antiguo ejemplo de lo que hacía esta gran marca.
Un saludo.
Juan
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