rodilla
Milpostista
Sin verificar
Buenos días amigos,
El viernes pasado, por la noche, me deleité con una película estupenda, RUSH (2013). Cuenta la rivalidad existente, en el marco de la Fórmula 1 de los años 70, entre dos conductores antagónicos: James Hunt y Niki Lauda. La película es un despliegue visual del glamour, fastuosidad y vidas al límite, propios de las carreras de coches de aquellos tiempos.
Recientemente he vuelto a ver LE MANS (1971) que en realidad, más que una película parece un documental de la famosa prueba automovilística, protagonizada por mi idolatrado Steve McQueen. Es otra muestra de lo atractivo de aquellas competiciones.
Y como no podía ser de otra forma, el sábado amanecí nostálgico, así que decidí darme un festín fetichista, anticipando el carnaval, y me pertreché de mi HEUER CHRONOSPLIT LED/LCD(1975), mi chaqueta racing Apollo (197?) y mis guantes de conductor. Y de esta guisa me puse al volante de mi coche, dispuesto a emular a esos titanes de motor
Mi mujer, ajena a mis inquietudes competitivas, se tronchaba de la risa y me dijo: pero donde crees que vas majadero?.
Como todo en la vida no se puede tener, aquí va la primera contradacción entre mi fantasía y la realidad: en mi coche (que no es un Ferrari) no tengo un copiloto, tengo tres :
Y el destino de mi iniciativa motorizada no fue una carretera virada en la sierra de Guadarrama, ni unas vueltecitas en el Jarama, ni siquiera una concentración de aficionados a estas cosas, no, fue ....
Tras este episodio de avituallamiento familiar (actividad delicada donde la haya), nos fuimos los cuatro a comer unas anodinas hamburguesas al B.K. del barrio (daba pereza hacer la comida) y, a pesar de lo insustancial del plan, he de admitir que terminó siendo un buen día y que disfruté con mis nenes y señora como gorrino en lodazal.
Por la noche, vi GRAND PRIX (1966), otro chute de carreras
Moraleja: Si nos lo tomamos con cierto sentido del humor, a pesar de los pesares, la vida es llevadera y hasta bonita.
Que la semana os sea propicia, amigos.
El viernes pasado, por la noche, me deleité con una película estupenda, RUSH (2013). Cuenta la rivalidad existente, en el marco de la Fórmula 1 de los años 70, entre dos conductores antagónicos: James Hunt y Niki Lauda. La película es un despliegue visual del glamour, fastuosidad y vidas al límite, propios de las carreras de coches de aquellos tiempos.
Recientemente he vuelto a ver LE MANS (1971) que en realidad, más que una película parece un documental de la famosa prueba automovilística, protagonizada por mi idolatrado Steve McQueen. Es otra muestra de lo atractivo de aquellas competiciones.
Y como no podía ser de otra forma, el sábado amanecí nostálgico, así que decidí darme un festín fetichista, anticipando el carnaval, y me pertreché de mi HEUER CHRONOSPLIT LED/LCD(1975), mi chaqueta racing Apollo (197?) y mis guantes de conductor. Y de esta guisa me puse al volante de mi coche, dispuesto a emular a esos titanes de motor
Mi mujer, ajena a mis inquietudes competitivas, se tronchaba de la risa y me dijo: pero donde crees que vas majadero?.
Como todo en la vida no se puede tener, aquí va la primera contradacción entre mi fantasía y la realidad: en mi coche (que no es un Ferrari) no tengo un copiloto, tengo tres :
Y el destino de mi iniciativa motorizada no fue una carretera virada en la sierra de Guadarrama, ni unas vueltecitas en el Jarama, ni siquiera una concentración de aficionados a estas cosas, no, fue ....
Tras este episodio de avituallamiento familiar (actividad delicada donde la haya), nos fuimos los cuatro a comer unas anodinas hamburguesas al B.K. del barrio (daba pereza hacer la comida) y, a pesar de lo insustancial del plan, he de admitir que terminó siendo un buen día y que disfruté con mis nenes y señora como gorrino en lodazal.
Por la noche, vi GRAND PRIX (1966), otro chute de carreras
Moraleja: Si nos lo tomamos con cierto sentido del humor, a pesar de los pesares, la vida es llevadera y hasta bonita.
Que la semana os sea propicia, amigos.
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