territoriocamps
Forer@ Senior
Sin verificar
En el mundo de los aficionados a los relojes hay diversas formas de ver las cosas. Una de esas dicotomías es entre “puristas” e “innovadores”. El reloj del que habla esta review hará las delicias de muchos de los segundos, y puede que no satisfaga a los primeros. En este caso me refiero al último de los herederos de la larga saga de los bullhead, el nuevo:
Seiko Bullhead Chronograph SCEB009
Un poco de historia
En la década de los ’70 hubo abundancia de películas cuya temática era la de las carreras de coches. En la mente de todos está el mítico Steve McQueen y sus famosas 24 horas de Le Mans (año 1971)
En estas películas era habitual ver un primer plano de una mano que arranca o para el cronómetro de un reloj con los pulsadores y corona en la parte superior de la caja. Estos son los conocidos como Bullhead o “cabeza de toro” sin que el apodo requiera mucha explicación…
La peculiar disposición de los pulsadores era más que interesante para los pilotos, para los que era mucho más fácil su manipulación. Hay que recordar que había una época en la que las carreras de coches eran diferentes y los pilotos controlaban sus tiempos utilizando para ello el reloj de pulsera.
Estos relojes proliferaron entre los aficionados y tuvieron representante en casi todas las marcas importantes. El primero que he encontrado con esta estética data del año de mi nacimiento, el 1969, siendo Omega el papá de la criatura:
Después de este fueron muchas las marcas que lanzaron sus apuestas, hasta que en el año 1974 salió a la palestra el antecesor del protagonista de hoy, aquí en una de sus variantes:
No voy a extenderme en comentar esta obra de arte que contenía uno de los calibres más emblemáticos de la marca, ya que no es eso lo que se pretende en el hilo, pero debe dejarse constancia de que de ninguna manera pretendo con este hilo enfrentar al “padre” con el “hijo”, cosa por otra parte imposible teniendo en cuenta que lo único que comparten es el apodo y la estética general.
Sus características
Se trata de un reloj de 42mm sin contar sus características coronas siendo el bisel (de aluminio con escala taquimétrica) más bien estrecho, por lo que el resultado visual es el de un reloj para nada pequeño. Como se puede apreciar en las fotos tiene una forma tal que las asas quedan semiocultas bajo la caja. El grosor del reloj es de aprox. 12,5mm y su cristal es el consabido hardlex plano del fabricante nipón. La forma de la caja confiere una gran comodidad en muñeca.
El dial es negro grafito, con subesfera para segundero a las 6 y otras 2 para las funciones del cronómetro a las 3 y a las 6, siendo el segundero central la trotadora. Las agujas de horas y minutos son finas y presentan un discreto lumen, no por su intensidad, sino por la escasa superficie tratada. Existe una pequeña ventana para la fecha situada a las 4,30 que es el único elemento que rompe la simetría del dial.
Monta un armis del que todos coincidimos que es como poco “mejorable”, con doble cierre de seguridad (solapa y doble pulsador) al que nos tiene acostumbrado Seiko en muchos de sus modelos.
El reloj es sumergible 100m. Sus pulsadores situados en la parte superior tienen las funciones típicas de arranque, paro y reseteo del cronómetro, dejando el privilegio de la posición central a las 12 a la corona, de cierre no roscado y con posición intermedia para el cambio de fecha.
Pero… ¡es de cuarzo!
Pues sí, y ese es el principal argumento que esgrimen sus detractores y que arranca la consabida frase:
“Si montara un calibre automático sería un relojazo. Seguro que me lo compraría, pero siendo de cuarzo…”
A nadie se le escapa que si este reloj montara un calibre automático de los de otros cronos modernos de la marca, estaría en un nivel de precio inalcanzable para muchos de nosotros.
Es difícil saber cuáles son las motivaciones del fabricante a la hora de elegir las tripas del bicho, por otro lado orientado para el mercado nipón y conocido en occidente sólo por nosotros los aficionados a los relojes. La democratización de la marca es tal que comparten el calibre del Bullhead relojes cuyos precios oscilan entre escasamente 80€ y cerca de 500€
Se trata de un calibre 7T92 con las funciones de cronómetro y fecha, del que no hay mucho que decir ni para bien ni para mal. Está claro que no es el punto fuerte del reloj.
El reloj en todo su esplendor
La principal virtud del reloj es una estética primorosa, que como todo en la vida está sujeto a interpretaciones. La mía es que me resulta difícil elegir un reloj de aquellos que han pasado por mis manos, cuya belleza sea comparable en su conjunto a la de este nuevo Bullhead.
En esta sesión de fotos he elegido un fondo que contrasta con el tono grafito de su dial. Además es un cómic que cuenta los orígenes de Superman, algo apropiado para resaltar que nuestro reloj de hoy también tuvo un origen.
Veremos fotos con su armis original y otras con una correa racing que mandó junto con el reloj el antiguo propietario de esta pieza (gracias Dabert por ser tan buena gente, y por hacerme llegar esta maravilla)
Seiko Bullhead Chronograph SCEB009
Un poco de historia
En la década de los ’70 hubo abundancia de películas cuya temática era la de las carreras de coches. En la mente de todos está el mítico Steve McQueen y sus famosas 24 horas de Le Mans (año 1971)
En estas películas era habitual ver un primer plano de una mano que arranca o para el cronómetro de un reloj con los pulsadores y corona en la parte superior de la caja. Estos son los conocidos como Bullhead o “cabeza de toro” sin que el apodo requiera mucha explicación…
La peculiar disposición de los pulsadores era más que interesante para los pilotos, para los que era mucho más fácil su manipulación. Hay que recordar que había una época en la que las carreras de coches eran diferentes y los pilotos controlaban sus tiempos utilizando para ello el reloj de pulsera.
Estos relojes proliferaron entre los aficionados y tuvieron representante en casi todas las marcas importantes. El primero que he encontrado con esta estética data del año de mi nacimiento, el 1969, siendo Omega el papá de la criatura:
Después de este fueron muchas las marcas que lanzaron sus apuestas, hasta que en el año 1974 salió a la palestra el antecesor del protagonista de hoy, aquí en una de sus variantes:
No voy a extenderme en comentar esta obra de arte que contenía uno de los calibres más emblemáticos de la marca, ya que no es eso lo que se pretende en el hilo, pero debe dejarse constancia de que de ninguna manera pretendo con este hilo enfrentar al “padre” con el “hijo”, cosa por otra parte imposible teniendo en cuenta que lo único que comparten es el apodo y la estética general.
Sus características
Se trata de un reloj de 42mm sin contar sus características coronas siendo el bisel (de aluminio con escala taquimétrica) más bien estrecho, por lo que el resultado visual es el de un reloj para nada pequeño. Como se puede apreciar en las fotos tiene una forma tal que las asas quedan semiocultas bajo la caja. El grosor del reloj es de aprox. 12,5mm y su cristal es el consabido hardlex plano del fabricante nipón. La forma de la caja confiere una gran comodidad en muñeca.
El dial es negro grafito, con subesfera para segundero a las 6 y otras 2 para las funciones del cronómetro a las 3 y a las 6, siendo el segundero central la trotadora. Las agujas de horas y minutos son finas y presentan un discreto lumen, no por su intensidad, sino por la escasa superficie tratada. Existe una pequeña ventana para la fecha situada a las 4,30 que es el único elemento que rompe la simetría del dial.
Monta un armis del que todos coincidimos que es como poco “mejorable”, con doble cierre de seguridad (solapa y doble pulsador) al que nos tiene acostumbrado Seiko en muchos de sus modelos.
El reloj es sumergible 100m. Sus pulsadores situados en la parte superior tienen las funciones típicas de arranque, paro y reseteo del cronómetro, dejando el privilegio de la posición central a las 12 a la corona, de cierre no roscado y con posición intermedia para el cambio de fecha.
Pero… ¡es de cuarzo!
Pues sí, y ese es el principal argumento que esgrimen sus detractores y que arranca la consabida frase:
“Si montara un calibre automático sería un relojazo. Seguro que me lo compraría, pero siendo de cuarzo…”
A nadie se le escapa que si este reloj montara un calibre automático de los de otros cronos modernos de la marca, estaría en un nivel de precio inalcanzable para muchos de nosotros.
Es difícil saber cuáles son las motivaciones del fabricante a la hora de elegir las tripas del bicho, por otro lado orientado para el mercado nipón y conocido en occidente sólo por nosotros los aficionados a los relojes. La democratización de la marca es tal que comparten el calibre del Bullhead relojes cuyos precios oscilan entre escasamente 80€ y cerca de 500€
Se trata de un calibre 7T92 con las funciones de cronómetro y fecha, del que no hay mucho que decir ni para bien ni para mal. Está claro que no es el punto fuerte del reloj.
El reloj en todo su esplendor
La principal virtud del reloj es una estética primorosa, que como todo en la vida está sujeto a interpretaciones. La mía es que me resulta difícil elegir un reloj de aquellos que han pasado por mis manos, cuya belleza sea comparable en su conjunto a la de este nuevo Bullhead.
En esta sesión de fotos he elegido un fondo que contrasta con el tono grafito de su dial. Además es un cómic que cuenta los orígenes de Superman, algo apropiado para resaltar que nuestro reloj de hoy también tuvo un origen.
Veremos fotos con su armis original y otras con una correa racing que mandó junto con el reloj el antiguo propietario de esta pieza (gracias Dabert por ser tan buena gente, y por hacerme llegar esta maravilla)