Fer Seamaster
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Sin verificar
Introducción: Un poco de Historia.
El Ingenieur es, desde mi humilde punto de vista, junto con el Portuguese, en estrecha y directa pugna, el modelo icónico y más representativo de IWC.
Sin ánimo de ser exhaustivos, creo que merece la pena dedicar unas cuantas líneas a la trayectoria de este modelo genial. Para todos aquellos compañeros que deseen profundizar en el tema, pueden hacerlo a través de los siguientes enlaces:
https://www.frizzellweb.com/larry/ingenieur/
En esta revisión nos limitaremos a dar algunas pinceladas sobre una saga de relojes que merece la pena conocer antes de entrar en materia con el objeto de este artículo: el IWC Ingenieur AMG ref. 3227-02.
Así pues, las raíces del Ingenieur se hunden en la incorporación del ingeniero Albert Pellaton a IWC en el año 1944. A principios de los 50, IWC contaba con el modelo Mark XI destinado al mercado militar. Con un movimiento manual tan fiable y robusto que sigue funcionando de manera precisa en muchas piezas que han llegado a la actualidad, un encapsulado antimagnético y un dial extremadamente legible formaba un conjunto armónico que parecía que podía tener éxito en el mercado civil.
En 1955 Pellaton introdujo el movimiento 852. Este calibre, siguiendo la estela del mítico Mark XI, pasó a alojarse bajo un escudo de hierro dulce con un dial sencillo y a comercializarse bajo la denominación de Ingenieur con el objetivo de llegar, obviamente, a un público mucho más amplio que un objeto estrictamente militar como el Mark XI.
El Ingenieur no fue un reloj ni innovador conceptualmente ni especialmente lujoso, pero la sobriedad de la configuración del dial y la incorporación de un movimiento que incorporaba las dos novedades tecnológicas de Pellaton (su sistema de carga y el amortiguador de vibraciones que comentaré más adelante) lo convertían en una pieza con carácter propio.
Con el movimiento 852 y sus evoluciones posteriores se hicieron numerosísimas versiones con diverso éxito comercial durante más de dos décadas. Es precisamente en 1976, después de veinte años de vida ininterrumpida del modelo, cuando se da la gran revolución de la gama Ingenieur.
Es en el citado año 1976 cuando IWC, animada por éxito del Royal Oak de Audemars Piguet, decide emular la estrategia e incorporar una gama de relojes de lujo de acero (concepto novedoso en la época) a su colección. Así, recurre al mismísimo Gerald Genta para diseñar diversas piezas, entre ellas, el novedoso Ingenieur SL, cuyas líneas básicas son las que marcan el diseño actual: dial limpio, bisel liso con cinco agujeros y brazalete integrado con eslabones en forma de H.
Este modelo (el “Fat Ingenieur”) tuvo un impacto más que discreto en el mercado, no llegando a vender ni un millar de unidades sumando todas sus versiones. En palabras del propia Genta, era “el reloj correcto en el momento equivocado”. Quizás no fuera tanto por el diseño, que aún hoy sigue vigente en líneas generales, sino porque parece que IWC erró el enfoque: el Ingenieur era un reloj “herramienta” en cierto modo, por lo que no tenía mucho sentido equipararlo a una joya de modo similar a como hacía Audemars Piguet con su Royal Oak.
No obstante, IWC perseveró en el diseño, al que incorporó a mediados de los 80 maquinarias ETA que lo hacían más fino, desarrolló una versión antimagnética hasta 500.000 A/m con una espiral de Berilio, movimientos de cuarzo, movimientos de origen Jaeger y hasta una versión “de bolsillo”.
No quiero entretenerme mucho más en la gloriosa historia del IWC Ingenieur. Desde esta época de cierto esplendor de los 80, la gama Ingenieur entró en franca decandencia a lo largo de los 90 hasta que, en el año 2005, ya bajo el paraguas del grupo Richemont, IWC relanza la gama, a cuya serie pertenece el modelo que actualmente revisamos.
Esta generación del 2005 se ha mantenido inalterada hasta la remodelación de 2013, en la que, con los mismos parámetros estéticos y mecánicos, se ha profundizado en el concepto, abandonando quizás el marcado carácter de reloj herramienta, para acercarse más al mundo de las carreras de automóviles en general, y de la Fórmula 1 en particular.
Quizás, el modelo AMG que nos ocupa, una serie “especial” dedicada a una marca de coches, sea precisamente por eso el “puente de unión” entre la generación de Ingenieurs de 2005 y la actual de 2013.
EL RELOJ
El objeto de esta revisión es un IWC Ingenieur AMG “sólo hora”, referencia 3227-02. La referencia 3227 se corresponde con los modelos no cronográficos de la generación 2005 del Ingenieur. El 3227-01 es la versión en acero (nótese que el modelo de análisis está realizado en titanio), con variaciones no sólo en el material de la caja y brazalete respecto a la pieza de esta revisión, sino que también cuenta con un dial diferente.
La referencia 3227-03 es exactamente igual a la que analizamos, pero viene equipada con una correa de kevlar y cierre de hebijón realizado en titanio.
Nos centramos en la referencia 3227-02 de la que incluimos algunas fotografías de conjunto:
LA PRESENTACIÓN
Pues de todo lo que acompaña a este reloj es quizás la presentación lo más flojo. A pesar de que esta pieza la adquirí con una caja algo deteriorada, no logro perdonar que un reloj de una marca como IWC presente una caja exterior de cartón tan “blandita” y una caja interior con un acabado “corriente”. La caja exterior es de cartón en acabado brillo blanco. La caja interior es una caja gris antracita-gris plata con el logo IWC serigrafiado y de un material plástico de acabado suave.
Interiormente, la caja expone la pieza con sencillez, acompañándola del logo de la marca y la mención a la serie especial AMG.
Si sirve de referencia, la calidad de presentación de “El Buzo”, por hablar de un reloj conocido por todos, no está muy por debajo de las cajas que envuelven a esta pieza.
El resto de la dotación está dentro del standard exigible: manual de uso, libreto de garantía, tarjeta de garantía. Hay que mencionar que junto con lo anterior se acompañan dos punzones especiales para el ajuste del brazalete (que comentaremos más adelante).
LA CAJA Y EL CRISTAL
La caja de esta pieza enlaza directamente con la tradición del diseño de Gerald Genta, conservando los dos elementos más característicos del mismo: el bisel con cinco huecos perforados para representar los pasadores que lo fijan a la carrura y la ausencia de asas debido a la utilización de un brazalete integrado.
La caja y el brazalete están íntegramente realizados en titanio. Hay que decir que IWC fue la primera marca en utilizar este elemento para la realización de una caja de un reloj, en la década de los 80. Así pues, de nuevo, encontré en este hecho un acicate más para la búsqueda y compra de este modelo, pues si había que tener un reloj de titanio, qué mejor que buscarlo en la marca pionera en su uso.
Cuenta con un diámetro de 42,5 mm y una altura de 13,5 mm. La caja, en general, es bastante proporcionada y, para mi gusto, en el límite de tamaño, ya que no me agradan los relojes llamados “contundentes”. No obstante, la presencia en la muñeca es imponente, gracias quizás a la conjunción con el brazalete integrado.
La caja tiene una estructura clásica de tres piezas: bisel, carrura y fondo.
El bisel es liso y cuenta con un perfil achaflanado. Como citábamos el bisel presenta cinco huecos en la posición que en el diseño de 1976 ocupaban cinco agujeros que entiendo servían de fijación a una herramienta que lo fijaba a la caja para mantenerlo en posición. En la actualidad desconozco si siguen sirviendo para lo mismo. Estos cinco agujeros son vértices de un pentágono de lados curvos que se apoya sobre un segmento cilíndrico, también achaflanado en su extremo, que conforma la unión con la carrura.
La geometría del bisel, por tanto, no es nada sencilla, lo que unido al excepcional acabado del titanio, hace que sea uno de los puntos más atractivos del reloj.
La carrura es, directamente, una maravilla de mecanizado. Posee una geometría muy compleja. En planta, parece una especia de octógono irregular en la que las asas se integran mediante la incorporación en los lados septentrionales de los eslabones centrales del brazalete como un elemento solidario.
El alzado de la carrura o perfil longitudinal, es un trapecio con chaflanes en las esquinas inferiores que lo convierten en un hexágono irregular.
La carrura mezcla aristas vivas con biseladas, lo que unido a la calidad del mecanizado y el acabado del titanio, da una sensación de muy elevada calidad.
El lateral de la corona, además, cuenta con dos salientes que no llegan a materializarse en protectores de la corona; cosa que ya no pasa en la referencia 3239 que sustituye a este modelo. Desde mi punto de vista, este cambio le resta personalidad.
La corona cuenta con acabado con salientes rectangulares a modo de grueso dentado. En la cubierta de la misma, aparecen en relieve las siglas de la marca y la paradigmática leyenda “Probus Scafusia” (para los no versados y los que como yo son víctimas de la LOGSE: viene a significar algo así como “bien hecho en Schafhaussen”, sede de la marca). La impresión general que da la corona es magnífica y su tacto, envidiable.
El fondo es otro elemento destacable del reloj, y cuenta con un grabado con el emblema y la leyenda del preparador AMG, representante de las actividades deportivas de Mercedes-Benz. Es de un relieve y un acabado sobresalientes, como se puede apreciar en las imágenes.
Finalmente, el cristal es plano y presenta doble tratamiento antirreflejos interior y exterior. Cumple con su función pero, para mi gusto, da demasiada tonalidad azul. Es cuestión de acostumbrarse pero no llega a dar esa sensación de “no llevar cristal”, que según mi punto de vista es la verdadera función de un buen tratamiento contra los reflejos.
LA ESFERA
La esfera, sin ser sencilla ni sobria, aúna facilidad de lectura con profundidad y calidad de detalles. Se configura como una sucesión concéntrica en tres niveles, en color negro, si bien cuenta con un acabado mate que lo llena de matices y que, en función de la luz y su incidencia, hace que aparezcan tonalidades que van desde el negro más profundo al chocolate, pasando por varios grises y azulados. Es un acabado muy especial y todavía más difícil de captar en fotos, pero que le da a este reloj una personalidad muy característica.
El nivel más amplio, ocupa la posición más profunda, justo en el centro del reloj. En el tercio superior se encuentra serigrafiado en color blanco intenso el logotipo de la marca junto con el nombre de la ciudad originaria de la misma. El tercio inferior, la denominación “Ingenieur” del modelo en su característica grafía y el anagrama del rayo, identificativo de esta familia de relojes y que recuerda a las indicaciones clásicas de riesgo eléctrico. Una alusión romántica a su pasado de reloj herramienta para ingenieros y científicos.
El siguiente nivel, desde el centro a la periferia, está ocupado por las marcas de las horas, todas ellas realizadas en metal pulido a espejo, en realce y con relleno de material luminiscente. Todos los índices muestran un acabado sobresaliente, además de un relieve considerable sobre la propia esfera.
Las marcas correspondientes a las horas pares están materializadas por numerales arábigos, mientras que las nonas están marcadas por bastones, a excepción de las “tres” que ve ocupado su lugar por la ventana del fechador. Es muy característico el numeral de las diez, por poseer un cero con el cuadrante inferior cortado justo en la zona en la que se solapa sobre el nivel inferior del dial.
El tercer nivel se configura como un anillo exterior a las marcas horarias. En él se marca la minutería con marcas en blanco intenso a excepción de los múltiplos de 10, que lo hacen con numerales arábigos en rojo intenso, y de los múltiplos de 5, que lo hacen con dobles marcas en blanco intenso.
El disco del fechador es de color blanco, mientras que la tipografía de los números, además de ser muy característica está materializada en negro brillante.
Las agujas son tres, horaria y minutera presentan la misma configuración formal, mientras que la segundera adopta una morfología de alfiler de anchura constante con un contrapeso alargado. La segundera está esmaltada en color rojo carmín, con un disco central que la fija al cañón un tanto sobredimensionado y que da al conjunto una nota de color muy interesante y de gran personalidad.
Las agujas principales son de tipo lápiz, facetadas a dos vertientes y con acabado pulido a espejo. En el medio, ambas cuentan con relleno de material luminiscente. No son especialmente grandes, pero el acabado con doble facetado y la pequeña nota de material lumínico en color blanco, hacen que no desaparezcan nunca del campo de visión y que faciliten la lectura.
La visibilidad nocturna del reloj no es especialmente buena. La disposición del material luminiscente dentro de los índices, como un relleno, así como la poca cantidad con que cuentan las agujas, hacen que no sea un reloj especialmente sobresaliente en condiciones de poca luz. La luminova, o similar, con que viene equipado brilla en color verde, pero como comentamos, con poca intensidad.
EL MOVIMIENTO
El movimiento es uno de los factores que me empujaron a buscar este reloj y, a día de hoy, es uno de los elementos del mismo que más satisfacciones me da. Hablamos del calibre IWC 80110, el que se considera heredero moderno del mítico 854, considerado uno de los mejores movimientos de la historia. El calibre tiene un diámetro de 30 mm y una altura de 7,20 mm. Presentado en 2005, es el primer movimiento menor de 37 mm (16 ½ líneas) que IWC fabrica desde hace más de 40 años.
Podemos entrar en discusiones de si es un auténtico manufactura o no, puesto que comparte con el Valjoux 7765 (versión manual del probado 7750) la concepción general de la platina y otros componentes. Abajo incluyo un despiece comparativo de ambos movimientos tomado de los foros de iwc.
Para mí, sí es un manufactura y básicamente lo es por el hecho de que, aunque inspirándose en el diseño básico de la platina y algún otro elemento del Valjoux, el IWC no es compatible con las piezas de aquél y, además, incorpora dos elementos fundamentales de la tradición manufacturera de la marca: el sistema de carga Pellaton y el dispositivo de absorción de choques y vibraciones, amén de que, por supuesto, la decoración y estética general del movimiento es muy del estilo IWC.
El sistema de carga Pellaton se basa en tres elementos: el primero, la unión de una rueda oval (dicen que con forma de corazón) al vástago de la masa oscilante que actúa sobre el segundo, una pieza basculante equipada con dos levas que actúan sobre el tercero, una rueda dentada inclinada. Las levas son de diferentes tamaños y cargan el sistema en ambas direcciones, con una ventaja fundamental: el tren de rodaje convencional pierde energía en cada paso, mientras que el sistema Pellaton optimiza la pérdida.
Después de esto, ¿en qué se nota? En una mañana de uso de oficina lo tienes totalmente cargado, cosa que no pasa con ninguno de mis otros relojes.
Otra característica que me encanta de este movimiento es que cuando utilizas el remonte manual tienes un tacto fantástico, muy alejado del que tienen otros automáticos en los que la desmultiplicación enorme del tren de rodaje para permitir el funcionamiento de la masa oscilante te da la sensación de dar vueltas “en vacío”. Aquí nada de eso: un clac-clac-clac muy marcado acompaña cada vuelta. Una delicia.
El otro sistema ingenioso es el sistema de amortiguación de impactos y vibraciones viene dado por el diseño del puente de la masa oscilante: la introducción de una curva en el diseño del mismo, en forma de S, le resta rigidez y ayuda a disipar la energía de los impactos horizontales. La absorción de impactos verticales, en cambio, se confía a unos apoyos realizados en un material resinoso plástico que, colocados en la zona de rotación de la masa oscilante, absorben los impactos de la misma en caso de fuertes movimientos verticales.
En cuanto a la precisión, simplemente decir que se encuentra en unos +3 segundos por día en uso normal. Como además el sistema de carga es profundamente eficiente, no noto desviaciones especiales en días en los que me lo pongo menos (fines de semana, por ejemplo). Es por tanto, bastante satisfactorio desde el punto de vista de la exactitud.
EL BRAZALETE Y EL CIERRE
Al hablar del brazalete de este reloj podemos aplicar muchos de los adjetivos que hemos empleado para la caja, no sólo por el hecho de estar realizado con el mismo nivel de calidad general, sino porque, el propio diseño, inspirado en aquel primigenio de Genta en que se integra el brazalete en la caja, hace que de una sensación de continuidad y armonía del discurso estético del reloj. Dicho con otras palabras: no es de esos relojes en los que la caja va por un lado y el armis te da la sensación de ser un añadido posterior.
El brazalete y el cierre, al igual que la caja, se encuentran realizados en titanio, lo que contribuye a que el reloj alcance un peso de tan sólo 141 g frente a los 216 g de la versión en acero, nada menos que una reducción de peso del 35%.
La configuración como cadena se consigue mediante eslabones en H en cuyos huecos se sitúa otro eslabón cuadrado. Los eslabones cuadrados sobresalen sobre las H y cuentan con los bordes biselados.
El brazalete está diseñado con una importante disminución de anchura desde la zona de integración en la caja, materializada mediante un eslabón cuadradillo que se encastra en los extremos de la misma, hasta el cierre. Esta variación de ancho hace que se requieran 4 formas diferentes de eslabones en H (más un medio eslabón para mejor ajuste) y una sola para los cuadrados. Desde luego, no debe ser un diseño barato de fabricar.
El cierre se integra en el brazalete de manera discreta. Con un aspecto exterior cuadrado en el que están grabadas las iniciales de la marca, cuenta con un pulsador en un lateral con el que se acciona el mecanismo que lo libera. Su accionamiento es muy preciso y la sensación es muy sólida.
Hay que citar finalmente el sistema de ajuste rápido del brazalete. Ideado por Cartier, IWC lo utiliza de manera autorizada en este modelo. Es muy sencillo: cada eslabón cuenta con un pulsador en su reverso que libera el pasador correspondiente. De este modo, con uno de los dos útiles que vienen de dotación se presiona el pulsador y, con el otro, se empuja el pasador e, inmediatamente, queda liberado el eslabón y abierto el brazalete. Es una cuestión de segundos.
MI IMPRESIÓN GENERAL
Para ser objetivos en estas conclusiones finales a la revisión, empezaremos por la parte mala del reloj.
Como puntos negros, desde mi punto de vista, tres: el antirreflejos del cristal, no me gusta como funciona. La luminova funciona mal, no sé si es una cuestión de cantidad o de cómo está colocada. Por otra parte en la muñeca el reloj se siente un poquito “cabezón”. Esto último es curioso, puesto que las dimensiones no son especialmente radicales para provocarlo. Más bien es una cuestión de peso. Y es que el encapsulado antimagnético del movimiento sumado a la extrema ligereza del armis, hace que el conjunto esté un tanto descompensado.
Volviendo, ya para terminar, a la parte positiva, tenemos que volver a resaltar que el conjunto es de una enorme calidad y la sensación que transmite en la muñeca es impresionantemente buena. Es también cierto que no se le puede exigir menos a un reloj de este nivel y precio.
A destacar el diseño general, heredero del diseño del Ingenieur SL de Gerald Genta, la calidad de los mecanizados de la caja, el tratamiento de la esfera y el funcionamiento del movimiento. En resumen: todo lo bueno que se debe exigir a una pieza de este nivel, cumple lo que promete y de una forma más que notable.
El Ingenieur es, desde mi humilde punto de vista, junto con el Portuguese, en estrecha y directa pugna, el modelo icónico y más representativo de IWC.
Sin ánimo de ser exhaustivos, creo que merece la pena dedicar unas cuantas líneas a la trayectoria de este modelo genial. Para todos aquellos compañeros que deseen profundizar en el tema, pueden hacerlo a través de los siguientes enlaces:
https://www.frizzellweb.com/larry/ingenieur/
En esta revisión nos limitaremos a dar algunas pinceladas sobre una saga de relojes que merece la pena conocer antes de entrar en materia con el objeto de este artículo: el IWC Ingenieur AMG ref. 3227-02.
Así pues, las raíces del Ingenieur se hunden en la incorporación del ingeniero Albert Pellaton a IWC en el año 1944. A principios de los 50, IWC contaba con el modelo Mark XI destinado al mercado militar. Con un movimiento manual tan fiable y robusto que sigue funcionando de manera precisa en muchas piezas que han llegado a la actualidad, un encapsulado antimagnético y un dial extremadamente legible formaba un conjunto armónico que parecía que podía tener éxito en el mercado civil.
En 1955 Pellaton introdujo el movimiento 852. Este calibre, siguiendo la estela del mítico Mark XI, pasó a alojarse bajo un escudo de hierro dulce con un dial sencillo y a comercializarse bajo la denominación de Ingenieur con el objetivo de llegar, obviamente, a un público mucho más amplio que un objeto estrictamente militar como el Mark XI.
El Ingenieur no fue un reloj ni innovador conceptualmente ni especialmente lujoso, pero la sobriedad de la configuración del dial y la incorporación de un movimiento que incorporaba las dos novedades tecnológicas de Pellaton (su sistema de carga y el amortiguador de vibraciones que comentaré más adelante) lo convertían en una pieza con carácter propio.
Con el movimiento 852 y sus evoluciones posteriores se hicieron numerosísimas versiones con diverso éxito comercial durante más de dos décadas. Es precisamente en 1976, después de veinte años de vida ininterrumpida del modelo, cuando se da la gran revolución de la gama Ingenieur.
Es en el citado año 1976 cuando IWC, animada por éxito del Royal Oak de Audemars Piguet, decide emular la estrategia e incorporar una gama de relojes de lujo de acero (concepto novedoso en la época) a su colección. Así, recurre al mismísimo Gerald Genta para diseñar diversas piezas, entre ellas, el novedoso Ingenieur SL, cuyas líneas básicas son las que marcan el diseño actual: dial limpio, bisel liso con cinco agujeros y brazalete integrado con eslabones en forma de H.
Este modelo (el “Fat Ingenieur”) tuvo un impacto más que discreto en el mercado, no llegando a vender ni un millar de unidades sumando todas sus versiones. En palabras del propia Genta, era “el reloj correcto en el momento equivocado”. Quizás no fuera tanto por el diseño, que aún hoy sigue vigente en líneas generales, sino porque parece que IWC erró el enfoque: el Ingenieur era un reloj “herramienta” en cierto modo, por lo que no tenía mucho sentido equipararlo a una joya de modo similar a como hacía Audemars Piguet con su Royal Oak.
No obstante, IWC perseveró en el diseño, al que incorporó a mediados de los 80 maquinarias ETA que lo hacían más fino, desarrolló una versión antimagnética hasta 500.000 A/m con una espiral de Berilio, movimientos de cuarzo, movimientos de origen Jaeger y hasta una versión “de bolsillo”.
No quiero entretenerme mucho más en la gloriosa historia del IWC Ingenieur. Desde esta época de cierto esplendor de los 80, la gama Ingenieur entró en franca decandencia a lo largo de los 90 hasta que, en el año 2005, ya bajo el paraguas del grupo Richemont, IWC relanza la gama, a cuya serie pertenece el modelo que actualmente revisamos.
Esta generación del 2005 se ha mantenido inalterada hasta la remodelación de 2013, en la que, con los mismos parámetros estéticos y mecánicos, se ha profundizado en el concepto, abandonando quizás el marcado carácter de reloj herramienta, para acercarse más al mundo de las carreras de automóviles en general, y de la Fórmula 1 en particular.
Quizás, el modelo AMG que nos ocupa, una serie “especial” dedicada a una marca de coches, sea precisamente por eso el “puente de unión” entre la generación de Ingenieurs de 2005 y la actual de 2013.
EL RELOJ
El objeto de esta revisión es un IWC Ingenieur AMG “sólo hora”, referencia 3227-02. La referencia 3227 se corresponde con los modelos no cronográficos de la generación 2005 del Ingenieur. El 3227-01 es la versión en acero (nótese que el modelo de análisis está realizado en titanio), con variaciones no sólo en el material de la caja y brazalete respecto a la pieza de esta revisión, sino que también cuenta con un dial diferente.
La referencia 3227-03 es exactamente igual a la que analizamos, pero viene equipada con una correa de kevlar y cierre de hebijón realizado en titanio.
Nos centramos en la referencia 3227-02 de la que incluimos algunas fotografías de conjunto:
LA PRESENTACIÓN
Pues de todo lo que acompaña a este reloj es quizás la presentación lo más flojo. A pesar de que esta pieza la adquirí con una caja algo deteriorada, no logro perdonar que un reloj de una marca como IWC presente una caja exterior de cartón tan “blandita” y una caja interior con un acabado “corriente”. La caja exterior es de cartón en acabado brillo blanco. La caja interior es una caja gris antracita-gris plata con el logo IWC serigrafiado y de un material plástico de acabado suave.
Interiormente, la caja expone la pieza con sencillez, acompañándola del logo de la marca y la mención a la serie especial AMG.
Si sirve de referencia, la calidad de presentación de “El Buzo”, por hablar de un reloj conocido por todos, no está muy por debajo de las cajas que envuelven a esta pieza.
El resto de la dotación está dentro del standard exigible: manual de uso, libreto de garantía, tarjeta de garantía. Hay que mencionar que junto con lo anterior se acompañan dos punzones especiales para el ajuste del brazalete (que comentaremos más adelante).
LA CAJA Y EL CRISTAL
La caja de esta pieza enlaza directamente con la tradición del diseño de Gerald Genta, conservando los dos elementos más característicos del mismo: el bisel con cinco huecos perforados para representar los pasadores que lo fijan a la carrura y la ausencia de asas debido a la utilización de un brazalete integrado.
La caja y el brazalete están íntegramente realizados en titanio. Hay que decir que IWC fue la primera marca en utilizar este elemento para la realización de una caja de un reloj, en la década de los 80. Así pues, de nuevo, encontré en este hecho un acicate más para la búsqueda y compra de este modelo, pues si había que tener un reloj de titanio, qué mejor que buscarlo en la marca pionera en su uso.
Cuenta con un diámetro de 42,5 mm y una altura de 13,5 mm. La caja, en general, es bastante proporcionada y, para mi gusto, en el límite de tamaño, ya que no me agradan los relojes llamados “contundentes”. No obstante, la presencia en la muñeca es imponente, gracias quizás a la conjunción con el brazalete integrado.
La caja tiene una estructura clásica de tres piezas: bisel, carrura y fondo.
El bisel es liso y cuenta con un perfil achaflanado. Como citábamos el bisel presenta cinco huecos en la posición que en el diseño de 1976 ocupaban cinco agujeros que entiendo servían de fijación a una herramienta que lo fijaba a la caja para mantenerlo en posición. En la actualidad desconozco si siguen sirviendo para lo mismo. Estos cinco agujeros son vértices de un pentágono de lados curvos que se apoya sobre un segmento cilíndrico, también achaflanado en su extremo, que conforma la unión con la carrura.
La geometría del bisel, por tanto, no es nada sencilla, lo que unido al excepcional acabado del titanio, hace que sea uno de los puntos más atractivos del reloj.
La carrura es, directamente, una maravilla de mecanizado. Posee una geometría muy compleja. En planta, parece una especia de octógono irregular en la que las asas se integran mediante la incorporación en los lados septentrionales de los eslabones centrales del brazalete como un elemento solidario.
El alzado de la carrura o perfil longitudinal, es un trapecio con chaflanes en las esquinas inferiores que lo convierten en un hexágono irregular.
La carrura mezcla aristas vivas con biseladas, lo que unido a la calidad del mecanizado y el acabado del titanio, da una sensación de muy elevada calidad.
El lateral de la corona, además, cuenta con dos salientes que no llegan a materializarse en protectores de la corona; cosa que ya no pasa en la referencia 3239 que sustituye a este modelo. Desde mi punto de vista, este cambio le resta personalidad.
La corona cuenta con acabado con salientes rectangulares a modo de grueso dentado. En la cubierta de la misma, aparecen en relieve las siglas de la marca y la paradigmática leyenda “Probus Scafusia” (para los no versados y los que como yo son víctimas de la LOGSE: viene a significar algo así como “bien hecho en Schafhaussen”, sede de la marca). La impresión general que da la corona es magnífica y su tacto, envidiable.
El fondo es otro elemento destacable del reloj, y cuenta con un grabado con el emblema y la leyenda del preparador AMG, representante de las actividades deportivas de Mercedes-Benz. Es de un relieve y un acabado sobresalientes, como se puede apreciar en las imágenes.
La esfera, sin ser sencilla ni sobria, aúna facilidad de lectura con profundidad y calidad de detalles. Se configura como una sucesión concéntrica en tres niveles, en color negro, si bien cuenta con un acabado mate que lo llena de matices y que, en función de la luz y su incidencia, hace que aparezcan tonalidades que van desde el negro más profundo al chocolate, pasando por varios grises y azulados. Es un acabado muy especial y todavía más difícil de captar en fotos, pero que le da a este reloj una personalidad muy característica.
Las marcas correspondientes a las horas pares están materializadas por numerales arábigos, mientras que las nonas están marcadas por bastones, a excepción de las “tres” que ve ocupado su lugar por la ventana del fechador. Es muy característico el numeral de las diez, por poseer un cero con el cuadrante inferior cortado justo en la zona en la que se solapa sobre el nivel inferior del dial.
El disco del fechador es de color blanco, mientras que la tipografía de los números, además de ser muy característica está materializada en negro brillante.
EL MOVIMIENTO
El movimiento es uno de los factores que me empujaron a buscar este reloj y, a día de hoy, es uno de los elementos del mismo que más satisfacciones me da. Hablamos del calibre IWC 80110, el que se considera heredero moderno del mítico 854, considerado uno de los mejores movimientos de la historia. El calibre tiene un diámetro de 30 mm y una altura de 7,20 mm. Presentado en 2005, es el primer movimiento menor de 37 mm (16 ½ líneas) que IWC fabrica desde hace más de 40 años.
El sistema de carga Pellaton se basa en tres elementos: el primero, la unión de una rueda oval (dicen que con forma de corazón) al vástago de la masa oscilante que actúa sobre el segundo, una pieza basculante equipada con dos levas que actúan sobre el tercero, una rueda dentada inclinada. Las levas son de diferentes tamaños y cargan el sistema en ambas direcciones, con una ventaja fundamental: el tren de rodaje convencional pierde energía en cada paso, mientras que el sistema Pellaton optimiza la pérdida.
Después de esto, ¿en qué se nota? En una mañana de uso de oficina lo tienes totalmente cargado, cosa que no pasa con ninguno de mis otros relojes.
Otra característica que me encanta de este movimiento es que cuando utilizas el remonte manual tienes un tacto fantástico, muy alejado del que tienen otros automáticos en los que la desmultiplicación enorme del tren de rodaje para permitir el funcionamiento de la masa oscilante te da la sensación de dar vueltas “en vacío”. Aquí nada de eso: un clac-clac-clac muy marcado acompaña cada vuelta. Una delicia.
El otro sistema ingenioso es el sistema de amortiguación de impactos y vibraciones viene dado por el diseño del puente de la masa oscilante: la introducción de una curva en el diseño del mismo, en forma de S, le resta rigidez y ayuda a disipar la energía de los impactos horizontales. La absorción de impactos verticales, en cambio, se confía a unos apoyos realizados en un material resinoso plástico que, colocados en la zona de rotación de la masa oscilante, absorben los impactos de la misma en caso de fuertes movimientos verticales.
En cuanto a la precisión, simplemente decir que se encuentra en unos +3 segundos por día en uso normal. Como además el sistema de carga es profundamente eficiente, no noto desviaciones especiales en días en los que me lo pongo menos (fines de semana, por ejemplo). Es por tanto, bastante satisfactorio desde el punto de vista de la exactitud.
EL BRAZALETE Y EL CIERRE
Al hablar del brazalete de este reloj podemos aplicar muchos de los adjetivos que hemos empleado para la caja, no sólo por el hecho de estar realizado con el mismo nivel de calidad general, sino porque, el propio diseño, inspirado en aquel primigenio de Genta en que se integra el brazalete en la caja, hace que de una sensación de continuidad y armonía del discurso estético del reloj. Dicho con otras palabras: no es de esos relojes en los que la caja va por un lado y el armis te da la sensación de ser un añadido posterior.
El brazalete y el cierre, al igual que la caja, se encuentran realizados en titanio, lo que contribuye a que el reloj alcance un peso de tan sólo 141 g frente a los 216 g de la versión en acero, nada menos que una reducción de peso del 35%.
La configuración como cadena se consigue mediante eslabones en H en cuyos huecos se sitúa otro eslabón cuadrado. Los eslabones cuadrados sobresalen sobre las H y cuentan con los bordes biselados.
El brazalete está diseñado con una importante disminución de anchura desde la zona de integración en la caja, materializada mediante un eslabón cuadradillo que se encastra en los extremos de la misma, hasta el cierre. Esta variación de ancho hace que se requieran 4 formas diferentes de eslabones en H (más un medio eslabón para mejor ajuste) y una sola para los cuadrados. Desde luego, no debe ser un diseño barato de fabricar.
El cierre se integra en el brazalete de manera discreta. Con un aspecto exterior cuadrado en el que están grabadas las iniciales de la marca, cuenta con un pulsador en un lateral con el que se acciona el mecanismo que lo libera. Su accionamiento es muy preciso y la sensación es muy sólida.
Hay que citar finalmente el sistema de ajuste rápido del brazalete. Ideado por Cartier, IWC lo utiliza de manera autorizada en este modelo. Es muy sencillo: cada eslabón cuenta con un pulsador en su reverso que libera el pasador correspondiente. De este modo, con uno de los dos útiles que vienen de dotación se presiona el pulsador y, con el otro, se empuja el pasador e, inmediatamente, queda liberado el eslabón y abierto el brazalete. Es una cuestión de segundos.
MI IMPRESIÓN GENERAL
Para ser objetivos en estas conclusiones finales a la revisión, empezaremos por la parte mala del reloj.
Como puntos negros, desde mi punto de vista, tres: el antirreflejos del cristal, no me gusta como funciona. La luminova funciona mal, no sé si es una cuestión de cantidad o de cómo está colocada. Por otra parte en la muñeca el reloj se siente un poquito “cabezón”. Esto último es curioso, puesto que las dimensiones no son especialmente radicales para provocarlo. Más bien es una cuestión de peso. Y es que el encapsulado antimagnético del movimiento sumado a la extrema ligereza del armis, hace que el conjunto esté un tanto descompensado.
Volviendo, ya para terminar, a la parte positiva, tenemos que volver a resaltar que el conjunto es de una enorme calidad y la sensación que transmite en la muñeca es impresionantemente buena. Es también cierto que no se le puede exigir menos a un reloj de este nivel y precio.
A destacar el diseño general, heredero del diseño del Ingenieur SL de Gerald Genta, la calidad de los mecanizados de la caja, el tratamiento de la esfera y el funcionamiento del movimiento. En resumen: todo lo bueno que se debe exigir a una pieza de este nivel, cumple lo que promete y de una forma más que notable.
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