Tienes toda la razón. Podía parecer publicidad, pero quería ser directo. Luego lo pensé. Ya veo que la relojería nueva en España no tiene mucho éxito, por eso es difícil de encontrar en tiendas. Antes ibas a El Corte Inglés y tenían decenas de modelos de relojes de antesala, pared, etc. Ahora no hay. Si El Corte Inglés ya no los tiene, es que no se venden, eso está claro. Sin embargo, en Alemania y EEUU se vende mucho todavía.
Hoy ha estado en mi casa un amigo que tiene una magnífica colección de relojes de pie ingleses antiguos, de sobremesa con maquinaria París, etc. y hemos estado hablando de eso. Me contaba cómo hace unos días escuchó un golpe muy fuerte y tardó en averiguar que se le había caído una pesa a uno de los relojes de pie. Yo no sabía que las cuerdas eran de tripa de gato. Algunas ya le han sido sustituidas por nylon. También me ha contado del desgaste y la deformación de los agujeros donde van insertados los ejes y su refuerzo con acero que no ha hecho mas que desgastarle los ejes por el rozamiento del material nuevo y más duro con el antiguo y más blando.
Entiendo que para personas que aman este tipo de relojes les pueda parece una aberración mi preferencia por relojes modernos. No es que los prefiera, los de este amigo que he comentado son maravillosos (esferas de bronce o pintadas a mano, etc, cajas de maderas irrepetibles), pero no entiendo porqué no hay que apreciar lo que hacen los hombres de nuestro tiempo de empresas modernas enfocadas a competir en un mercado globalizado. Creo que también tiene su mérito. Es más, creo que tiene más mérito aún que todavía haya fabricantes que sigan utilizando maquinarias mecánicas en plena era informática y espacial. Antes, la relojería mecánica equivalía a los ordenadores o los Ipad de hoy, por tanto, con la fabricación de relojes mecánicos hoy, están demostrando una nostalgia digna de apreciar.
Para mi los relojes de hoy, aunque se hagan en una fábrica ultarmoderna dirigida por un experto en Administración de Empresas de Harvard o IESE, son tan artesanos y bonitos como los de antes.
Hay distintas categorías de producto para cada bolsillo. No hay más que ver los relojes Comitti de Londres, que también incorporan esferas pintadas a mano con el motivo que el cliente elija, cajas maravillosamente trabajadas y con maquinarias mecánicas modernas y mucho más fiables.
Los trabajadores de esas fábricas son, para mi, tan artesanos como los del siglo XVIII sólo que con derechos laborales, salarios dignos y cobertura sanitaria.
A título personal, las cosas antiguas me dan un poco de reparo. Me parecen impregnadas del espíritu de sus anteriores propietarios, que no sabemos cómo eran, qué desgracias les acontecieron, etc. Prefiero que mis cosas inicien su vida conmigo.
Suena raro, pero es así como lo veo. Nunca me encontraréis en un anticuario. Me gusta mi tiempo.