Tiber
Forer@ Senior
Sin verificar
En muchos casos los comienzos de un tipo de reloj son difusos. Esta es la situación de los relojes de 400 días. Está claro que empezaron a realizarse a finales del Siglo XIX, y que distintas personas colaboraron independientemente a su desarrollo y a las distintas patentes.
Dentro de las empresas que ocuparon un papel destacado en este proceso esta Jahresuhrenfabrick (Fábrica de relojes de año). En 1881 Anton Harder y un grupo de trabajadores fundaron esta empresa. Dentro de dicho grupo estaba August Schatz, abuelo de Charles y Kurt Schatz, los cuales posteriormente formarían parte de A. Schatz & Sohne, el mayor fabricante de relojes de 400 días en el periodo posterior a la II Guerra Mundial.
Aquí presento un ejemplar de dicha empresa, de aproximadamente 1912, después de un intenso proceso de restauración (en el que yo he ocupado un discreto papel de compañero de viaje). El resultado a mi, personalmente, me parece muy bueno. A ello han contribuido (además del trabajo del artesano), la calidad de los materiales empleados en la construcción original del reloj: gruesas platinas de latón, dial de porcelana, péndulo de disco, un notable trabajo en las ruedas y el escape.... La cúpula, quizás no se aprecia bien en la foto, no es completamente transparente. Tiene un ligero aire como ahumado, del que desconozco su origen y proceso. Tiene también un curioso anclaje de la suspensión, notablemente distinto de los anclajes posteriores.
Espero que os guste.
Feliz Año y Próspero (dadas las circunstancias) 2010.
Dentro de las empresas que ocuparon un papel destacado en este proceso esta Jahresuhrenfabrick (Fábrica de relojes de año). En 1881 Anton Harder y un grupo de trabajadores fundaron esta empresa. Dentro de dicho grupo estaba August Schatz, abuelo de Charles y Kurt Schatz, los cuales posteriormente formarían parte de A. Schatz & Sohne, el mayor fabricante de relojes de 400 días en el periodo posterior a la II Guerra Mundial.
Aquí presento un ejemplar de dicha empresa, de aproximadamente 1912, después de un intenso proceso de restauración (en el que yo he ocupado un discreto papel de compañero de viaje). El resultado a mi, personalmente, me parece muy bueno. A ello han contribuido (además del trabajo del artesano), la calidad de los materiales empleados en la construcción original del reloj: gruesas platinas de latón, dial de porcelana, péndulo de disco, un notable trabajo en las ruedas y el escape.... La cúpula, quizás no se aprecia bien en la foto, no es completamente transparente. Tiene un ligero aire como ahumado, del que desconozco su origen y proceso. Tiene también un curioso anclaje de la suspensión, notablemente distinto de los anclajes posteriores.
Espero que os guste.
Feliz Año y Próspero (dadas las circunstancias) 2010.