Jesús
Gran Cruz al Mérito Forero
Sin verificar
Gran cruz
Actualización: Toyota acaba de señalar mediante comunicado de prensa que "no se han reportado problemas en el Reino Unido o Europa con el rendimiento de los frenos del Prius de tercera generación desde su lanzamiento en agosto de 2009", si bien es cierto que los concesionarios de EEUU y Japón "han recibido quejas relacionadas con los frenos de la actual generación del Prius". Toyota afirma estar investigando la situación. Las citas entrecomilladas son textuales.
Noticia original: Lo que comenzó siendo una simple llamada a revisión por un problema que casi todos hemos sufrido por A o por B (un atascón de pedales por culpa de una alfombrilla entrometida), ha terminado convirtiéndose en el peor desastre de relaciones públicas en la historia de Toyota. Rascando rascando, el asunto de las alfombrillas terminó por dar pie a una masiva campaña de servicio para reparar millones de aceleradores, y ahora se ha sabido que tanto la electrónica de varios modelos como los frenos del Toyota Prius se encuentran bajo sospecha.
Empezando por lo primero, que sería lo más preocupante dadas las dimensiones del asunto, la prensa estadounidense informa de que la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico en Carreteras de Estados Unidos está investigando si posibles interferencias electromagnéticas serían la causa de los problemas experimentados por algunos vehículos de la compañía. Oficialmente la agencia no ha encontrado nada extraño en las centralitas y Toyota niega tajantemente que la electrónica pueda ser causa de sus males, pero fuentes de la CNN señalan que las autoridades estadounidenses no están satisfechas con las explicaciones del fabricante japonés, por lo que este frente sigue abierto.
Tampoco parece creerse la postura de Toyota la consultora Safety Research & Strategies, cuyo presidente ha señalado que ni los pedales aceleradores ni las alfombrillas defectuosas pueden explicar "los muchos, muchos incidentes" protagonizados por varios modelos, y muy particularmente los Camry 2002-2006 y Tacoma 2005-2007.
Hay consumidores que comparten su punto de vista. Automotive News señala concretamente el caso de Bulent Ezal, un estadounidense que perdió a su mujer cuando el Camry 2005 de la familia se precipitó por un acantilado. Según su abogado, las alfombrillas estaban correctamente fijadas y la fallecida tenía el pie en el pedal de freno, lo que señalaría la existencia del todavía no demostrado factor electrónico.
Respecto al Toyota Prius, el New York Times publica que las autoridades de Japón y Estados Unidos han recibido más de 100 quejas relacionadas con el mal funcionamiento de sus frenos, por lo que han lanzado sendas investigaciones para aclarar si existe o no un fallo de producción.
De acuerdo a lo informado, varios conductores habrían señalado pérdidas momentáneas de la frenada al circular a baja velocidad sobre firmes deslizantes o bacheados. Obviamente, no es lo mismo ni parece tener relación con los problemas de aceleraciones súbitas que han ocupado las páginas durante los últimos días, pero no deja de ser preocupante la posibilidad de que quieras pisar el freno y este se quede de brazos cruzados.
Asumiendo mucho, el software de control del sistema de frenada regenerativa podría ser una de las posibilidades. Cuando el conductor de un vehículo híbrido trata de frenar, un software especial finísimamente calibrado analiza la deceleración deseada desde el mismo pedal, y a continuación activa la frenada regenerativa para detener el automóvil. Una vez que las ruedas han dejado de rodar (y por tanto es imposible capturar más energía), el sistema de recuperación pasa a modo de inactividad, dejando la deceleración en manos de los frenos convencionales. Una desincronización entre unos y otros motivada por un registro inadecuado de la fuerza de las ruedas (como el que podría darse al circular sobre firmes difíciles), bastaría para restar potencia de frenada a un híbrido. De ser así, Toyota podría solucionar el problema con una simple reprogramación.
Cabe señalar que hasta ahora el Prius se había salvado de las últimas campañas de revisión emprendidas por Toyota.