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Posteguillo. La segunda de Trajano.

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De la casa
Sin verificar
El autor, Santiago Posteguillo, cree la actual Europa sería distinta si la gobernara un Trajano actual










Comencemos hablando sobre qué le hizo, tras varios trabajos de carácter académico, lanzarse a la novela.


Siempre me gustó escribir, desde adolescente, incluso desde niño, lo que pasa es que ante las negativas que recibí de editoriales cuando tenía 20 años, decidí centrarme en una carrera profesional alternativa a la escritura para poder ganarme la vida. Ahí surgió mi carrera universitaria. Luego, una vez consolidada mi posición en la universidad, retomé lo de la novela, esta vez, con más fortuna.


Cuando tomó la decisión de iniciar una carrera literaria, ¿pensó en algún momento que sus obras serían best seller?
No, no creí que fuera a escribir novelas tan populares. Siempre tienes la esperanza, eso es cierto, pero sabes que es prácticamente imposible. Lo que siempre intenté y sigo intentando es escribir obras entretenidas y rigurosas a la vez que me gustara leer a mí. Y se ve que hay más gente que comparte un gusto similar.


Además de escritor de éxito, usted es profesor en la Universitat Jaume I de Castellón. ¿Cómo consigue compaginar las tareas de documentación y preparación que implican ambas profesiones?
Pues voy bastante de cabeza y buscando tiempo debajo de las piedras. Hay semanas de bastante tensión cuando se me junta el lanzamiento de una nueva novela con un montón de clases, pero, bueno, al final todo se puede ir haciendo.


Viendo el éxito de sus libros, ¿en algún momento se ha planteado abandonar la docencia para centrarse en escribir novelas?
De momento no. Incluso si económicamente ésa fuera una decisión factible, la enseñanza universitaria me enriquece como escritor. Imparto clases donde tengo que hablar de Shakespeare, Dickens, Conrad, Faulkner, Hemingway, Wilde, etc… eso es muy muy bueno para luego escribir uno: tener esos referentes te aporta modelos magníficos.




Busto de Escipión
Podríamos decir que usted es experto en literatura anglosajona –es sobre lo que enseña. Sin embargo, sus novelas tratan sobre personajes de la Roma Clásica. ¿Qué el atrae de este periodo histórico?
Roma es nuestro pasado, nuestras raíces: hablamos en lenguas derivadas del latín, nuestras leyes derivan del derecho romano y muchas de nuestras costumbres también. Saber más de Roma es aprender más de nosotros mismos y, además, la Roma de los emperadores, los gladiadores y las carreras de cuadrigas en un escenario fastuoso para cualquier novela.


La Antigua Roma ha despertado el interés de muchos historiadores, escritores y directores de teatro y cine. ¿Resulta complicado aportar algo nuevo? ¿Cómo lo consigue usted?
Sí, lo es. Por eso aún no he escrito sobre Julio César, por ejemplo, porque no veo una forma original de novelarlo después de la obra magna de Colleen McCullough. Esto no quiere decir que no se me ocurra algo más adelante. Ya veremos.


Ahora, con la segunda parte de la trilogía de Trajano, en la que estoy trabajando va a haber varias carreras de cuadrigas. Ése era un tema en el que no me había adentrado porque no veía como hacer algo al nivel de Ben-Hur o parecido, pero, a la vez, novedoso. Pero se me ocurrió, y la nueva novela tendrá dos carreras de cuadrigas tremendamente espectaculares.


Las críticas más generalizadas a la novela histórica son, por un lado, el abuso del rigor histórico en detrimento del entretenimiento y, por otro, el abuso de la espectacularidad frente a la veracidad de los hechos. Sin embargo, usted asegura que es compatible el rigor y el entretenimiento. ¿Puede revelarnos la fórmula?
Yo uso la ficción para rellenar los vacíos de la historia sin alterar los datos que sí sabemos. Esto permite respetar lo fundamental del pasado pero, al mismo tiempo, inventar situaciones y personajes que complementan el relato histórico y lo dotan de más vitalidad.


Sus primeras obras forman la trilogía sobre Escipión. ¿Tuvo claro desde el primer momento que la historia que tenía en mente daba para 3 libros?
No. Lo decidí cuando Escisión tenía 17 años y llevaba 500 páginas. Comprendí que a ese ritmo necesitaría más espacio y decidí lo de la trilogía. Luego ha probado ser una buena estructura y por eso la estoy usando de nuevo para relatar la vida de Trajano. Pero también me gusta otras estructuras: espero hacer una novela que sea una y ya está, o por ejemplo, he usado 24 relatos cortos para construir “La noche en que Frankestein leyó el Quijote”.




Relieve de Trajano
Ahora está escribiendo la trilogía sobre Trajano. ¿Qué le atrajo de este personaje para dedicarle el esfuerzo que requieren la documentación y redacción de una obra de estas dimensiones?
Es cierto que cuando vas a escribir una serie de tres novelas sobre un personaje, es decir, un millón de palabras repartidas en unas 3000 páginas, hay que estar muy seguro de que ese personaje merece la pena. Digamos que Trajano luchó contra los gobernadores de provincias romanas que eran corruptos, a los que obligaba a devolver todo el dinero robado y luego los desterraba; decidió poner más jueces que controlaran los gobiernos provinciales para evitar precisamente esa corrupción, sacó a Roma de una crisis social y económica, fue un brillante militar que compartía las penalidades de las campañas con sus soldados (por ejemplo, marchaba a pie al frente de las legiones); decidió que se publicaran los gastos de la familia imperial, construyó bibliotecas, restauró calzadas, levantó puentes, fue tolerante con las religiones no imperiales, incluida la cristiana. En fin, me parece que si tuviéramos un Trajano en la Europa del siglo XXI, las cosas nos irían mejor. Se merece el millón de palabras.


Cuando publicó La noche en la que Frankestein leyó el Quijote sus lectores le imaginaban trabajando en el segundo volumen de la citada trilogía. ¿Cómo surgió este libro?
Llevo años dando clases de literatura y recopilando anécdotas sobre escritores y libros. La editorial me preguntó si podría hacer algo diferente a las novelas de Roma y les propuse un libro sobre libros, pero diferente: hablar de los escritores pero novelando sus vidas en relatos breves pero intensos y parece que la fórmula ha interesado. El libro ha funcionado muy bien y sigue interesando mucho en España y en Colombia se ha vendido muchísimo y en México lleva semanas entre los diez libros más vendidos (ficción no ficción juntos), llegando a estar el cuarto. Pero lo más importante para mí es que puede que este pequeño libro fomente que algunos primeros lectores deseen adentrarse en la lectura de algunos de los grandes clásicos de los que hablo en “La noche en que Frankenstein leyó el Quijote”.


Ya ha dicho que este año saldrá a la venta la continuación de Los asesinos del emperador (El ascenso de Trajano). ¿Nos puede adelantar fechas, título? ¿En qué parte del proceso de redacción o publicación se encuentra?


Estoy en la recta final del libro. El título de esta segunda parte será Circo Máximo y en él tendremos carreras de cuadrigas, juicios sumarísimos en la Regia, vestales, sacerdotes, las dos guerras dácicas, campañas militares, batallas, asedios, amor, gladiadores una vez más, lealtad, traición, augurios, religión y superstición. Y, siempre, la lucha por el poder. Espero que esté este septiembre.


¿Y para el final de la trilogía hay fechas o volverá a sorprender con un proyecto totalmente diferente como ahora?
No lo sé. Tengo muchas propuestas: hacer guiones de cine o televisión, una posible continuación de “La noche en que F. leyó el Q”, y otros. Tengo que madurarlo. Lo que sé es que Circo Máximo será espectacular y la tercera parte aún más. La tercera parte es un proyecto completamente desbordante pero apasionante. Poco a poco.


Hace algún tiempo declaró que La traición de Roma era la obra de la que más orgulloso se sentía. ¿Sigue pensando así?
Ahora diría que “Circo Máximo” es la obra que más tensión dramática tiene, pero quizá porque esté ahora plenamente volcado en ella. Cada libro que he hecho tiene sus virtudes (y supongo que algún defecto), pero siempre es el último el que más te apasiona en cada momento. El de Frankenstein tiene un valor especial de divulgación de la literatura.


En su página web comprobamos que está muy al día de todo lo que se publica sobre usted. ¿Le afectan los comentarios y criticas que los lectores hacen de sus novelas?
Me interesan y, siempre que sean constructivos, puedes aprender de ellos. Desde luego me interesa mucho lo que piensan aquellas personas que se adentran en mis novelas.


Y, ¿qué le dicen los lectores que se acercan hasta las presentaciones de sus libros?
Normalmente suelen salir satisfechos. Llevo veinte años impartiendo clases en la universidad procurando que esas sesiones docentes resulten entretenidas e intento que mis presentaciones también resulten divertidas.


Antes de concluir la entrevista queremos hablar de otra de sus actividades literarias. Desde hace algunos años imparte un taller de literatura creativa. ¿Qué suele enseñar en este taller?
A decidir qué narrador elegir (omnisciente, equisciente, primera persona protagonista, primera persona testigo, etc… hasta, al menos, trece diferentes), cómo construir escenarios, cómo crear personajes, cómo construir la trama y mantener la tensión dramática, cómo usar la documentación. Hay muchísimas cosas que se pueden aprender sobre cómo escribir novelas.


¿Nos puede hacer un perfil de los participantes en este tipo de talleres?
Gente que ya escribe hace tiempo, otros que quieren iniciarse. He tenido una alumna de 18 años y otra de 70. Y todas las edades entre una y otra. Profesionales universitarios, trabajadores. Pero todos tienen en común la pasión por contar historias y por leer.


Una frase muy escuchada de los docentes es que aprenden de sus estudiantes. ¿Se cumple este dicho también en los talleres de literatura?
Indudablemente. Tener que explicar cómo haces lo que haces, en este caso, escribir, te obliga a reflexionar sobre cómo tomas decisiones sobre tus narraciones y eso te hace más eficaz como escritor. Sin esos estudiantes delante no reflexionaría tanto y no mejoraría.


Para acabar, ¿puede recomendar a los lectores de este blog la novela histórica que no deben dejar de leer?
“Yo, Claudio” de Robert Graves, que les recuerdo que se escribió en su casa de Deià en Mallorca. Su hijo y su esposa me dejaron sentarme en la mesa donde él lo escribió. Para mí fue un momento muy especial. Es una novela magnífica.


Fuente...
https://lecturaobligada.wordpress.c...logia-sobre-trajana-se-titulara-circo-maximo/
 
Qué bien. Gracias por el aviso. Por lo que dice, imagino que para otoño estará en las librerías.
 
Coño, que buena noticia. No sabía que sería una trilogía como la de Escipión
 
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