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En defensa de los funcionarios

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Asterix

Asterix

Milpostista
Sin verificar
No soy funcionario, pero me siento completamente identificado con lo que dice FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL, en este pequeño artículo.

El desprecio político al funcionariado
Contra la bajada salarial y el incremento de jornada en la función pública

https://www.lne.es/opinion/2012/01/15/desprecio-politico-funcionariado-20967120.html


FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL Con el funcionariado está sucediendo lo mismo que con la crisis económica. Las víctimas son presentadas como culpables y los auténticos culpables se valen de su poder para desviar responsabilidades, metiéndoles mano al bolsillo y al horario laboral de quienes inútilmente proclaman su inocencia. Aquí, con el agravante de que al ser unas víctimas selectivas, personas que trabajan para la Administración pública, el resto de la sociedad también las pone en el punto de mira, como parte de la deuda que se le ha venido encima y no como una parte más de quienes sufren la crisis. La bajada salarial y el incremento de jornada de los funcionarios se aplaude de manera inmisericorde, con la satisfecha sonrisa de los gobernantes por ver ratificada su decisión.

Detrás de todo ello hay una ignorancia supina del origen del funcionariado.
Se envidia de su status -y por eso se critica- la estabilidad que ofrece en el empleo, lo cual en tiempos de paro y de precariedad laboral es comprensible; pero esta permanencia tiene su razón de ser en la garantía de independencia de la Administración respecto de quien gobierne en cada momento; una garantía que es clave en el Estado de derecho. En coherencia, se establece constitucionalmente la igualdad de acceso a la función pública, conforme al mérito y a la capacidad de los concursantes. La expresión de ganar una plaza «en propiedad» responde a la idea de que al funcionario no se le puede «expropiar» o privar de su empleo público, sino en los casos legalmente previstos y nunca por capricho del político de turno. Cierto que no pocos funcionarios consideran esa «propiedad» en términos patrimoniales y no funcionales y se apoyan en ella para un escaso rendimiento laboral, a veces con el beneplácito sindical; pero esto es corregible mediante la inspección, sin tener que alterar aquella garantía del Estado de derecho.

Los que más contribuyen al desprecio de la profesionalidad del funcionariado son los políticos cuando acceden al poder. Están tan acostumbrados a medrar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales, que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran. Con frecuencia los ven como un obstáculo a sus decisiones, como burócratas que ponen objeciones y controles legales a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes de la soberanía popular. En caso de conflicto, la lealtad del funcionario a la ley y a su función pública llega a interpretarse por el gobernante como una deslealtad personal hacia él e incluso como una oculta estrategia al servicio de la oposición. Para evitar tal escollo han surgido, cada vez en mayor número, los cargos de confianza al margen de la Administración y de sus tablas salariales; también se ha provocado una hipertrofia de cargos de libre designación entre funcionarios, lo que ha suscitado entre éstos un interés en alinearse políticamente para acceder a puestos relevantes, que luego tendrán como premio una consolidación del complemento salarial de alto cargo. El deseo de crear un funcionariado afín ha conducido a la intromisión directa o indirecta de los gobernantes en procesos de selección de funcionarios, influyendo en la convocatoria de plazas, la definición de sus perfiles y temarios e incluso en la composición de los tribunales. Este modo clientelar de entender la Administración, en sí mismo una corrupción, tiene mucho que ver con la corrupción económico-política conocida y con el fallo en los controles para atajarla.

Estos gobernantes de todos los colores políticos, pero sobre todo los que se tildan de liberales, son los que, tras la perversión causada por ellos mismos en la función pública, arremeten contra la tropa funcionarial, sea personal sanitario, docente o puramente administrativo. Si la crisis es general, no es comprensible que se rebaje el sueldo sólo a los funcionarios y, si lo que se quiere es gravar a los que tienen un empleo, debería ser una medida general para todos los que perciben rentas por el trabajo sean de fuente pública o privada. Con todo, lo más sangrante no es el recorte económico en el salario del funcionario, sino el insulto personal a su dignidad. Pretender que trabaje media hora más al día no resuelve ningún problema básico ni ahorra puestos de trabajo, pero sirve para señalarle como persona poco productiva. Reducir los llamados «moscosos» o días de libre disposición -que nacieron en parte como un complemento salarial en especie ante la pérdida de poder adquisitivo- no alivia en nada a la Administración, ya que jamás se ha contratado a una persona para sustituir a quien disfruta de esos días, pues se reparte el trabajo entre los compañeros. La medida sólo sirve para crispar y desmotivar a un personal que, además de ver cómo se le rebaja su sueldo, tiene que soportar que los gobernantes lo estigmaticen como una carga para salir de la crisis. Pura demagogia para dividir a los paganos. En contraste, los políticos en el poder no renuncian a sus asesores ni a ninguno de sus generosos y múltiples emolumentos y prebendas, que en la mayoría de los casos jamás tendrían ni en la Administración ni en la empresa privada si sólo se valorasen su mérito y capacidad. Y lo grave es que no hay propósito de enmienda. No se engañen, la crisis no ha corregido los malos hábitos; todo lo más, los ha frenado por falta de financiación o, simplemente, ha forzado a practicarlos de manera más discreta.
 
Lo leí en su día y lo comentamos en algunos foros sobre el tema (no sólo de relojes vive el ser humano :D) Y estoy bastante de acuerdo en las afirmaciones que manifiesta, matizables y/o ampliables ...
 
Yo tampoco soy funcionario, pero este señor tiene la cabeza bien amueblada y sus aseveraciones en mi opinion tienen fundamento. Desgraciadamente los politicos de este Pais (en su mayoria) no pasan de ser unos iletrados en el mejor de los casos. (no, no me refiero a que no pasaran por la escuela, que eso en muchos casos, personas que tampoco lo hicieron, tienen gran altura moral)
 
No soy funcionario, pero me siento completamente identificado con lo que dice FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL, en este pequeño artículo.

El desprecio político al funcionariado
Contra la bajada salarial y el incremento de jornada en la función pública

https://www.lne.es/opinion/2012/01/15/desprecio-politico-funcionariado-20967120.html


FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL Con el funcionariado está sucediendo lo mismo que con la crisis económica. Las víctimas son presentadas como culpables y los auténticos culpables se valen de su poder para desviar responsabilidades, metiéndoles mano al bolsillo y al horario laboral de quienes inútilmente proclaman su inocencia. Aquí, con el agravante de que al ser unas víctimas selectivas, personas que trabajan para la Administración pública, el resto de la sociedad también las pone en el punto de mira, como parte de la deuda que se le ha venido encima y no como una parte más de quienes sufren la crisis. La bajada salarial y el incremento de jornada de los funcionarios se aplaude de manera inmisericorde, con la satisfecha sonrisa de los gobernantes por ver ratificada su decisión.

Detrás de todo ello hay una ignorancia supina del origen del funcionariado.
Se envidia de su status -y por eso se critica- la estabilidad que ofrece en el empleo, lo cual en tiempos de paro y de precariedad laboral es comprensible; pero esta permanencia tiene su razón de ser en la garantía de independencia de la Administración respecto de quien gobierne en cada momento; una garantía que es clave en el Estado de derecho. En coherencia, se establece constitucionalmente la igualdad de acceso a la función pública, conforme al mérito y a la capacidad de los concursantes. La expresión de ganar una plaza «en propiedad» responde a la idea de que al funcionario no se le puede «expropiar» o privar de su empleo público, sino en los casos legalmente previstos y nunca por capricho del político de turno. Cierto que no pocos funcionarios consideran esa «propiedad» en términos patrimoniales y no funcionales y se apoyan en ella para un escaso rendimiento laboral, a veces con el beneplácito sindical; pero esto es corregible mediante la inspección, sin tener que alterar aquella garantía del Estado de derecho.

Los que más contribuyen al desprecio de la profesionalidad del funcionariado son los políticos cuando acceden al poder. Están tan acostumbrados a medrar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales, que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran. Con frecuencia los ven como un obstáculo a sus decisiones, como burócratas que ponen objeciones y controles legales a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes de la soberanía popular. En caso de conflicto, la lealtad del funcionario a la ley y a su función pública llega a interpretarse por el gobernante como una deslealtad personal hacia él e incluso como una oculta estrategia al servicio de la oposición. Para evitar tal escollo han surgido, cada vez en mayor número, los cargos de confianza al margen de la Administración y de sus tablas salariales; también se ha provocado una hipertrofia de cargos de libre designación entre funcionarios, lo que ha suscitado entre éstos un interés en alinearse políticamente para acceder a puestos relevantes, que luego tendrán como premio una consolidación del complemento salarial de alto cargo. El deseo de crear un funcionariado afín ha conducido a la intromisión directa o indirecta de los gobernantes en procesos de selección de funcionarios, influyendo en la convocatoria de plazas, la definición de sus perfiles y temarios e incluso en la composición de los tribunales. Este modo clientelar de entender la Administración, en sí mismo una corrupción, tiene mucho que ver con la corrupción económico-política conocida y con el fallo en los controles para atajarla.

Estos gobernantes de todos los colores políticos, pero sobre todo los que se tildan de liberales, son los que, tras la perversión causada por ellos mismos en la función pública, arremeten contra la tropa funcionarial, sea personal sanitario, docente o puramente administrativo. Si la crisis es general, no es comprensible que se rebaje el sueldo sólo a los funcionarios y, si lo que se quiere es gravar a los que tienen un empleo, debería ser una medida general para todos los que perciben rentas por el trabajo sean de fuente pública o privada. Con todo, lo más sangrante no es el recorte económico en el salario del funcionario, sino el insulto personal a su dignidad. Pretender que trabaje media hora más al día no resuelve ningún problema básico ni ahorra puestos de trabajo, pero sirve para señalarle como persona poco productiva. Reducir los llamados «moscosos» o días de libre disposición -que nacieron en parte como un complemento salarial en especie ante la pérdida de poder adquisitivo- no alivia en nada a la Administración, ya que jamás se ha contratado a una persona para sustituir a quien disfruta de esos días, pues se reparte el trabajo entre los compañeros. La medida sólo sirve para crispar y desmotivar a un personal que, además de ver cómo se le rebaja su sueldo, tiene que soportar que los gobernantes lo estigmaticen como una carga para salir de la crisis. Pura demagogia para dividir a los paganos. En contraste, los políticos en el poder no renuncian a sus asesores ni a ninguno de sus generosos y múltiples emolumentos y prebendas, que en la mayoría de los casos jamás tendrían ni en la Administración ni en la empresa privada si sólo se valorasen su mérito y capacidad. Y lo grave es que no hay propósito de enmienda. No se engañen, la crisis no ha corregido los malos hábitos; todo lo más, los ha frenado por falta de financiación o, simplemente, ha forzado a practicarlos de manera más discreta.
El final me ha matao::cry::::cry::
 
funcionarios

Se podría hacer un o varias tesis doctorales con el tema de los funcionarios. Como en un foro la cosa va de que cada uno suelta lo primero que se le ocurre que suele ser lo que guarda dentro más conflictivo con respecto a lo que se habla; allá van mis perlas:
1.-En los años pasados cuando el último mono ganaba en la hormigonera más que un funcionario del grupo A, nadie hablaba de ellos; ahora que las cosas han cambiado resulta que son malos.
2.- En reglas de juego conocidas por todos el señor funcionario ha sacado una plaza en oposición empleando muchas veces una parte significativa de su vida en conseguirlo.
3.- Que no son culpables de ese derroche de puestos funcionariales con que Autonomías, ayuntamientos, Diputaciones y demás administraciones han llenado sus organigramas.
Bueno, me canso y no os quiero cansar. saludos.
Una última cosa: parece que la envidia podría ser sobretodo si es muy recomida causa de cáncer; hay que cuidarse.
 
Unas consideraciones.

Pues no soy funcionario y las veo como unas sabias palabras, pero tengo varias cosillas que apostillar:

1) Trabajar media hora más en un horario de 35 horas semanales es trabajar ( efectivo no se cuanto) 37,5 horas a la semana. El resto de trabajadores del país suelen llevar trabajadas esas 37,5 horas a mediados del jueves.

2) Los sueldos de las admisnistraciones locales, provinciales y regionales no sólo son similares la media de cada sector homólogo privado, sino que suelen superar en mucho a esa media. Soy Ingeniero en el sector privado y trabajo 50 horas semanales. Mis homólogos locales y regionales cobran lo mismo o más que yo por 15 horas menos de trabajo. Lo digo con conocimiento de causa. Los de la administración central, grupo A, salen por unas decenas de euros menos, pero por 35 horas semanales. HOMOLOGACIÓN DE CATEGORÍAS EN LAS ADMINISTRACIONES DEL ESTADO.

3) El funcionario es poseedor de su plaza, pero si su plaza no es rentable, no debe ser una carga para su "empresa", el estado. Yo abogo porque no se le despida, sino que como a todo trabajador de una empresa, se le recoloque en otro puesto. Puestos que deben salir de los despidos del personal laboral colocado a dedo por los partidos. MOVILIDAD FUNCIONAL.

4) Cuando en una empresa sobra gente se producen despidos, reducciones de jornada, ERES y recortes. En mi empresa ya los hemos sufrido esos recortes dos veces. No es la única, lo que pasa es que no nos defienden los sindicatos ni salimos en la prensa. FLEXIBILIDAD.

5) La condición de fijos sin posibilidad de ser despedidos ( hay causas justificadas para ello, pero en general no se opta por ello), hace al personal creerse prescindible e inmune a todo, lo que provoca absentismo, falta de aptitud y vagancia. CONTROL DE LA PRODUCTIVIDAD.

Si estos condicionantes se implantan en el funcionariado, me crfeeré que es necesario, de lo contrario lo veo totalmente prescindible.

Cuento ahora tres casos reales:

1) Policia nacional de Córdoba. Los agentes hacen la petición de día de asuntos propios y se la dan al compañero para poder faltar al día siguiente. Esa solicitud no es entregada a no ser que alguien se de cuenta de la falta de dicho compañero, momento en que el poseedor de la solicitud hace entrega de la misma.

2) Polincía nacional de Jerez. Los agentes de la brigada xxxx trabajan de lunes a viernes en turnos de 7 horas de mañana y tarde. La realidad es que el horario de mañana es de 9 a 14:00 ( 5 horitas) y el de tarde es de 15:30 a 21:00 el que hace " guardia" y de 17:00 a 21:00 los que en su casa y con los walkis encendidos esperan de 15:30 a 17:00 para entrar a trabajar.

3) Agencia Andaluza del Agua. Ahora integrada en la Agencia de Obra Pública. Tiene tantos técnicos de la época de bonanza económica y tan poca obra actualmente, que los técnicos han decidido que no es necesaria su presencia en la oficina, que para lo que hacen allí, mejor se quedan en sus casas. Si se va a la oficina de Cádiz cualquier día a las 11:00 se pueden ver 20 mesas vacías, quizás una de ellas ocupadas por alguien leyendo el periódico. Y no están despedidos, cada mesa pertenece a un técnico. cada técnico cobra más de 2000 euros mensuales. El jefe no los controla porque sabe que no son necesarios realmente, que su presencia en la oficina no sirve para nada.

Ahí queda eso.

Un saludo y mis respetos a todos los funcionarios trabajadores, responsables y que sólo desean ser útiles, pero que el sistema se los prohíbe. Que también son muchos.
 
No soy funcionario, pero me siento completamente identificado con lo que dice FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL, en este pequeño artículo.

El desprecio político al funcionariado
Contra la bajada salarial y el incremento de jornada en la función pública

https://www.lne.es/opinion/2012/01/15/desprecio-politico-funcionariado-20967120.html


FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL Con el funcionariado está sucediendo lo mismo que con la crisis económica. Las víctimas son presentadas como culpables y los auténticos culpables se valen de su poder para desviar responsabilidades, metiéndoles mano al bolsillo y al horario laboral de quienes inútilmente proclaman su inocencia. Aquí, con el agravante de que al ser unas víctimas selectivas, personas que trabajan para la Administración pública, el resto de la sociedad también las pone en el punto de mira, como parte de la deuda que se le ha venido encima y no como una parte más de quienes sufren la crisis. La bajada salarial y el incremento de jornada de los funcionarios se aplaude de manera inmisericorde, con la satisfecha sonrisa de los gobernantes por ver ratificada su decisión.

Detrás de todo ello hay una ignorancia supina del origen del funcionariado.
Se envidia de su status -y por eso se critica- la estabilidad que ofrece en el empleo, lo cual en tiempos de paro y de precariedad laboral es comprensible; pero esta permanencia tiene su razón de ser en la garantía de independencia de la Administración respecto de quien gobierne en cada momento; una garantía que es clave en el Estado de derecho. En coherencia, se establece constitucionalmente la igualdad de acceso a la función pública, conforme al mérito y a la capacidad de los concursantes. La expresión de ganar una plaza «en propiedad» responde a la idea de que al funcionario no se le puede «expropiar» o privar de su empleo público, sino en los casos legalmente previstos y nunca por capricho del político de turno. Cierto que no pocos funcionarios consideran esa «propiedad» en términos patrimoniales y no funcionales y se apoyan en ella para un escaso rendimiento laboral, a veces con el beneplácito sindical; pero esto es corregible mediante la inspección, sin tener que alterar aquella garantía del Estado de derecho.

Los que más contribuyen al desprecio de la profesionalidad del funcionariado son los políticos cuando acceden al poder. Están tan acostumbrados a medrar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales, que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran. Con frecuencia los ven como un obstáculo a sus decisiones, como burócratas que ponen objeciones y controles legales a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes de la soberanía popular. En caso de conflicto, la lealtad del funcionario a la ley y a su función pública llega a interpretarse por el gobernante como una deslealtad personal hacia él e incluso como una oculta estrategia al servicio de la oposición. Para evitar tal escollo han surgido, cada vez en mayor número, los cargos de confianza al margen de la Administración y de sus tablas salariales; también se ha provocado una hipertrofia de cargos de libre designación entre funcionarios, lo que ha suscitado entre éstos un interés en alinearse políticamente para acceder a puestos relevantes, que luego tendrán como premio una consolidación del complemento salarial de alto cargo. El deseo de crear un funcionariado afín ha conducido a la intromisión directa o indirecta de los gobernantes en procesos de selección de funcionarios, influyendo en la convocatoria de plazas, la definición de sus perfiles y temarios e incluso en la composición de los tribunales. Este modo clientelar de entender la Administración, en sí mismo una corrupción, tiene mucho que ver con la corrupción económico-política conocida y con el fallo en los controles para atajarla.

Estos gobernantes de todos los colores políticos, pero sobre todo los que se tildan de liberales, son los que, tras la perversión causada por ellos mismos en la función pública, arremeten contra la tropa funcionarial, sea personal sanitario, docente o puramente administrativo. Si la crisis es general, no es comprensible que se rebaje el sueldo sólo a los funcionarios y, si lo que se quiere es gravar a los que tienen un empleo, debería ser una medida general para todos los que perciben rentas por el trabajo sean de fuente pública o privada. Con todo, lo más sangrante no es el recorte económico en el salario del funcionario, sino el insulto personal a su dignidad. Pretender que trabaje media hora más al día no resuelve ningún problema básico ni ahorra puestos de trabajo, pero sirve para señalarle como persona poco productiva. Reducir los llamados «moscosos» o días de libre disposición -que nacieron en parte como un complemento salarial en especie ante la pérdida de poder adquisitivo- no alivia en nada a la Administración, ya que jamás se ha contratado a una persona para sustituir a quien disfruta de esos días, pues se reparte el trabajo entre los compañeros. La medida sólo sirve para crispar y desmotivar a un personal que, además de ver cómo se le rebaja su sueldo, tiene que soportar que los gobernantes lo estigmaticen como una carga para salir de la crisis. Pura demagogia para dividir a los paganos. En contraste, los políticos en el poder no renuncian a sus asesores ni a ninguno de sus generosos y múltiples emolumentos y prebendas, que en la mayoría de los casos jamás tendrían ni en la Administración ni en la empresa privada si sólo se valorasen su mérito y capacidad. Y lo grave es que no hay propósito de enmienda. No se engañen, la crisis no ha corregido los malos hábitos; todo lo más, los ha frenado por falta de financiación o, simplemente, ha forzado a practicarlos de manera más discreta.

Hasta donde yo sé y pongo mi ejemplo:

Mi madre es funcionaria y vive más cómodamente y quizás más tranquilamente que yo...

Pero no cambio mi vida de trabajador de la empresa privada por su trabajo ni borracho...

Prefiero la vida laboral de la empresa privada.

El funcionario siempre va a aspirar a un mejor puesto, a tener a más funcionarios a su cargo, más allá de eso, no se yo hasta que punto se podría caracterizar a la figura del funcionario. Esa es mi opinión. Saludos. Interesante hilo.
 
Pues no soy funcionario y las veo como unas sabias palabras, pero tengo varias cosillas que apostillar:

1) Trabajar media hora más en un horario de 35 horas semanales es trabajar ( efectivo no se cuanto) 37,5 horas a la semana. El resto de trabajadores del país suelen llevar trabajadas esas 37,5 horas a mediados del jueves.

2) Los sueldos de las admisnistraciones locales, provinciales y regionales no sólo son similares la media de cada sector homólogo privado, sino que suelen superar en mucho a esa media. Soy Ingeniero en el sector privado y trabajo 50 horas semanales. Mis homólogos locales y regionales cobran lo mismo o más que yo por 15 horas menos de trabajo. Lo digo con conocimiento de causa. Los de la administración central, grupo A, salen por unas decenas de euros menos, pero por 35 horas semanales. HOMOLOGACIÓN DE CATEGORÍAS EN LAS ADMINISTRACIONES DEL ESTADO.

3) El funcionario es poseedor de su plaza, pero si su plaza no es rentable, no debe ser una carga para su "empresa", el estado. Yo abogo porque no se le despida, sino que como a todo trabajador de una empresa, se le recoloque en otro puesto. Puestos que deben salir de los despidos del personal laboral colocado a dedo por los partidos. MOVILIDAD FUNCIONAL.

4) Cuando en una empresa sobra gente se producen despidos, reducciones de jornada, ERES y recortes. En mi empresa ya los hemos sufrido esos recortes dos veces. No es la única, lo que pasa es que no nos defienden los sindicatos ni salimos en la prensa. FLEXIBILIDAD.

5) La condición de fijos sin posibilidad de ser despedidos ( hay causas justificadas para ello, pero en general no se opta por ello), hace al personal creerse prescindible e inmune a todo, lo que provoca absentismo, falta de aptitud y vagancia. CONTROL DE LA PRODUCTIVIDAD.

Si estos condicionantes se implantan en el funcionariado, me crfeeré que es necesario, de lo contrario lo veo totalmente prescindible.

Cuento ahora tres casos reales:

1) Policia nacional de Córdoba. Los agentes hacen la petición de día de asuntos propios y se la dan al compañero para poder faltar al día siguiente. Esa solicitud no es entregada a no ser que alguien se de cuenta de la falta de dicho compañero, momento en que el poseedor de la solicitud hace entrega de la misma.

2) Polincía nacional de Jerez. Los agentes de la brigada xxxx trabajan de lunes a viernes en turnos de 7 horas de mañana y tarde. La realidad es que el horario de mañana es de 9 a 14:00 ( 5 horitas) y el de tarde es de 15:30 a 21:00 el que hace " guardia" y de 17:00 a 21:00 los que en su casa y con los walkis encendidos esperan de 15:30 a 17:00 para entrar a trabajar.

3) Agencia Andaluza del Agua. Ahora integrada en la Agencia de Obra Pública. Tiene tantos técnicos de la época de bonanza económica y tan poca obra actualmente, que los técnicos han decidido que no es necesaria su presencia en la oficina, que para lo que hacen allí, mejor se quedan en sus casas. Si se va a la oficina de Cádiz cualquier día a las 11:00 se pueden ver 20 mesas vacías, quizás una de ellas ocupadas por alguien leyendo el periódico. Y no están despedidos, cada mesa pertenece a un técnico. cada técnico cobra más de 2000 euros mensuales. El jefe no los controla porque sabe que no son necesarios realmente, que su presencia en la oficina no sirve para nada.

Ahí queda eso.

Un saludo y mis respetos a todos los funcionarios trabajadores, responsables y que sólo desean ser útiles, pero que el sistema se los prohíbe. Que también son muchos.

Compi, te respondo sin acritud:

1) Eso no es culpa nuestra; además, el gobierno ha modificado la jornada laboral de forma unilateral y se cumple sin más. ¿Cual es el problema? ¿Que la empresa privada exige más? Las oposiciones son de pública participación.

2) Lo que no dices (y que conste que soy de la AGE) es que se les paga más, pero se redujo mucho personal (y no ahora precisamente). A muchos he conocido que han huido de la administración que tiene competencias, porque te pagan más pero te lo sacan del cuero y de la salud.
Por otra parte, ¿a quien quieres que nos homologuen? ¿No debería el empresario homologarte a tí? AH... Que si no se consigue mejorar, al menos que los demás empeoren y se pongan a mi nivel... :laughing1:

3) Ya existe y se hace: Se denomina amortización de puesto de trabajo y puede suponer el cambio de provincia e incluso de comunidad. En fin... :-P Parece que sólo se sabe "lo bueno" del trabajo de funcionario...

4) ¿Más FLEXIBILIDAD? Definitivamente, no sabes de lo que hablas. No vamos a discutir que hay nichos autonómicos y locales donde sobra personal, pero, que casualidad, no son funcionarios... :laughing1:
Cobran del erario público, pero no han aprobado una oposición. Son asalariados públicos, enchufadillos, puestos de confianza, etc... ¿Pero has visto que algún partido piense echarlos? No, prefieren bajar el sueldo de todos los funcionarios... Y en ocasiones el sueldo de esos cargos creados a dedo se mantiene. XD! ::grr::
Sin embargo, con la tasa de reposición del 10% (la informática no hace milagros, ¿sabes? Porque aún no se ha inventado el robot o el ordenador que funcione solo) cada vez hay menos funcionarios para desempeñar el mismo o más trabajo, aumentando la carga de trabajo por cabeza. ;-)

5) Saca tus propias cuentas: Menos funcionarios X menos sueldo X igual o más trabajo = + Productividad por unidad de personal. A buen entendedor... ::grr::

Habrá casos, que no lo dudo, de carotas, como también ocurre en la privada. Lo bueno es que en la privada cuando los cogen los echan, pero no pienses que la pública es la panacea.

¿Ventajas? Sueldo fijo.
¿Desventajas? Formación, promoción profesional, incentivos,...

¿NO SERÁ MÁS CULPA DE QUIEN GESTIONA QUE DE LOS INNOMBRABLES? ::Dbt::
 
Cobran del erario público, pero no han aprobado una oposición. Son asalariados públicos, enchufadillos, puestos de confianza, etc...

De esos en mi pueblo sobran prácticamente la totalidad. Ya que son enchufados del PP, del PSOE o de algún otro partido residual.
 
  • #10
De esos en mi pueblo sobran prácticamente la totalidad. Ya que son enchufados del PP, del PSOE o de algún otro partido residual.

Pero no los echan... No salen de ahí ni con decapante. Hay que pagar favores y comprar votos, y así nos va. ::grr::
 
  • #11
No soy funcionario, pero me siento completamente identificado con lo que dice FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL, en este pequeño artículo.

El desprecio político al funcionariado
Contra la bajada salarial y el incremento de jornada en la función pública

https://www.lne.es/opinion/2012/01/15/desprecio-politico-funcionariado-20967120.html


FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL Con el funcionariado está sucediendo lo mismo que con la crisis económica. Las víctimas son presentadas como culpables y los auténticos culpables se valen de su poder para desviar responsabilidades, metiéndoles mano al bolsillo y al horario laboral de quienes inútilmente proclaman su inocencia. Aquí, con el agravante de que al ser unas víctimas selectivas, personas que trabajan para la Administración pública, el resto de la sociedad también las pone en el punto de mira, como parte de la deuda que se le ha venido encima y no como una parte más de quienes sufren la crisis. La bajada salarial y el incremento de jornada de los funcionarios se aplaude de manera inmisericorde, con la satisfecha sonrisa de los gobernantes por ver ratificada su decisión.

Gran verdad, son víctimas, pero no son totalmente exonerables de responsabilidad. Ellos tienen gran culpa. Protestan cuando les tocan el bolsillo, pero no cuando han ido deprimiendo su independencia política, en la cual activamente han participado en contrario. Cuando a los interventores municipales se les quita la autoridad de paralizar acciones de gasto contrarias a la Ley, ningún funcionario municipal salió a la calle a protestar por algo que ponían en grave riesgo todo su sueldo, mucho más que una simple rebaja salarial, por poner un ejemplo.

Detrás de todo ello hay una ignorancia supina del origen del funcionariado.
Se envidia de su status -y por eso se critica- la estabilidad que ofrece en el empleo, lo cual en tiempos de paro y de precariedad laboral es comprensible; pero esta permanencia tiene su razón de ser en la garantía de independencia de la Administración respecto de quien gobierne en cada momento; una garantía que es clave en el Estado de derecho. En coherencia, se establece constitucionalmente la igualdad de acceso a la función pública, conforme al mérito y a la capacidad de los concursantes.

Lo cual con colaboración funcionarial es un mero fiasco. En las oposiciones educativas de la última remesa se ha permitido acceso a plaza con un 2, sobre 10, en la parta A, y la parte B a la que todo aspirante externo está obligado, la mitad de ella se la perdonan por un informe, por haber sido interino, cuya valoración oscila entre 9.99 y 10. Lo cual es una estafa al mérito y la capacidad, la oportunidad de acceso en igualdad de condiciones, etc., etc., etc.

En ello han colaborado sindicatos propios de educación, esto es, funcionarios e interinos. Con dos cojones. Mientras una persona con 10.00 en todo el proceso de oposición sin antigüedad ni informe se queda en la puta calle y, además, sin oportunidad probable y posible de no ser llamado siquiera a una mísera sustitución.

La expresión de ganar una plaza «en propiedad» responde a la idea de que al funcionario no se le puede «expropiar» o privar de su empleo público, sino en los casos legalmente previstos y nunca por capricho del político de turno. Cierto que no pocos funcionarios consideran esa «propiedad» en términos patrimoniales y no funcionales y se apoyan en ella para un escaso rendimiento laboral, a veces con el beneplácito sindical; pero esto es corregible mediante la inspección, sin tener que alterar aquella garantía del Estado de derecho.

Cuerpos de inspección en los que han medrado en acceso "accidental" por afinidad política, para actuar como correa de transmisión política para convertirse en comisarios políticos y nada más.

Los que más contribuyen al desprecio de la profesionalidad del funcionariado son los políticos cuando acceden al poder. Están tan acostumbrados a medrar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales, que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran. Con frecuencia los ven como un obstáculo a sus decisiones, como burócratas que ponen objeciones y controles legales a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes de la soberanía popular.

Falso, el que más ha contribuido a esto es el funcionario político que medrando ha degradado él mismo la función pública. También ha contribuido a esto toda la masa funcionarial al permitir que todos estos asesores de pacotilla que contratan no sean funcionarios que para eso están los técnicos de la administración. No he visto ninguna movilización ni protesta por esto.

En caso de conflicto, la lealtad del funcionario a la ley y a su función pública llega a interpretarse por el gobernante como una deslealtad personal hacia él e incluso como una oculta estrategia al servicio de la oposición. Para evitar tal escollo han surgido, cada vez en mayor número, los cargos de confianza al margen de la Administración y de sus tablas salariales; también se ha provocado una hipertrofia de cargos de libre designación entre funcionarios, lo que ha suscitado entre éstos un interés en alinearse políticamente para acceder a puestos relevantes, que luego tendrán como premio una consolidación del complemento salarial de alto cargo.

En lo cual no es inocente el funcionario, lo ha permitido y ha colaborado activamente a cambio de dietas, comisiones de servicio, etc.

El deseo de crear un funcionariado afín ha conducido a la intromisión directa o indirecta de los gobernantes en procesos de selección de funcionarios, influyendo en la convocatoria de plazas, la definición de sus perfiles y temarios e incluso en la composición de los tribunales. Este modo clientelar de entender la Administración, en sí mismo una corrupción, tiene mucho que ver con la corrupción económico-política conocida y con el fallo en los controles para atajarla.

Con toda colaboración de muchos funcionarios, y la omisión de protesta de casi la totalidad del resto.

Estos gobernantes de todos los colores políticos, pero sobre todo los que se tildan de liberales, son los que, tras la perversión causada por ellos mismos en la función pública, arremeten contra la tropa funcionarial, sea personal sanitario, docente o puramente administrativo.

Falso el político de izquierdas, ha usado al funcionariado público, y ha aprovechado su capacidad " bizcochable" para ejercer control político y domesticar cualquier protesta. El primero en crear grandes bolsas de contratados laborales, en vez de buscar funcionarializar esos empleos han sido ellos, y, al final, por la puerta de atrás, en Andalucía hay todo un escándalo porque los van a colar, si no los han colado ya, por la puerta de atrás como funcionarios con todos sus derechos.

Si la crisis es general, no es comprensible que se rebaje el sueldo sólo a los funcionarios y, si lo que se quiere es gravar a los que tienen un empleo, debería ser una medida general para todos los que perciben rentas por el trabajo sean de fuente pública o privada.

El funcionario lo paga el currito. Si al currito se le recorta el sueldo, es injusto no recortarle impuestos para que los que comen, como debe ser, gracias al sudor de la frente del currito, el defender bajo cualquier argumento que el sueldo del funcionario es intocable. Pues no señor. Ahora bien, lo que no tiene nombre son los recortes salariales, y el multicargo político, la multidieta, etc. que se perpetúa en el tiempo.

Con todo, lo más sangrante no es el recorte económico en el salario del funcionario, sino el insulto personal a su dignidad. Pretender que trabaje media hora más al día no resuelve ningún problema básico ni ahorra puestos de trabajo, pero sirve para señalarle como persona poco productiva.

Que te crees tú eso. En unidades grandes esa media hora puede ahorrar más de un puesto... pero bueno sí que es verdad que se usa para señalar al funcionario injustamente de ladrón, vividor, vago, etc.

Reducir los llamados «moscosos» o días de libre disposición -que nacieron en parte como un complemento salarial en especie ante la pérdida de poder adquisitivo- no alivia en nada a la Administración, ya que jamás se ha contratado a una persona para sustituir a quien disfruta de esos días, pues se reparte el trabajo entre los compañeros. La medida sólo sirve para crispar y desmotivar a un personal que, además de ver cómo se le rebaja su sueldo, tiene que soportar que los gobernantes lo estigmaticen como una carga para salir de la crisis. Pura demagogia para dividir a los paganos.

Esto es una verdad, como un templo.

En contraste, los políticos en el poder no renuncian a sus asesores ni a ninguno de sus generosos y múltiples emolumentos y prebendas, que en la mayoría de los casos jamás tendrían ni en la Administración ni en la empresa privada si sólo se valorasen su mérito y capacidad. Y lo grave es que no hay propósito de enmienda. No se engañen, la crisis no ha corregido los malos hábitos; todo lo más, los ha frenado por falta de financiación o, simplemente, ha forzado a practicarlos de manera más discreta.

Otra verdad como un templo. Verdad como un templo en la que los funcionarios han sido mansos, mansos, mansos, por lo cual no están exentos de su alícuota parte de responsabilidad.
 
  • #12
Pufff!

Ahora resulta que los responsables de la situación a la que hemos llegado son los funcionarios por no impedir a los políticos sinvergüenzas ser sinvergüenzas . . .
 
  • #13
Pufff!

Ahora resulta que los responsables de la situación a la que hemos llegado son los funcionarios por no impedir a los políticos sinvergüenzas ser sinvergüenzas . . .

Me has leído el pensamiento.
 
  • #14
ay dios... :-P esta bien esta bien me declaro culpable ::cry:: somos una sarta de gilicabroputo maricone
 
  • #15
ay dios... :-P esta bien esta bien me declaro culpable ::cry:: somos una sarta de gilicabroputo maricone

Es verdad, me retracto... lo han hecho Vds. todo perfecto. No tienen Vds. ninguna responsabilidad de no protestar nada más que cuando les han tocado el bolsillo. Mientras les han anulado su independencia es verdad, no me acordaba, que Vds. la liaron parda y que se han resistido como gato panza arriba a los cargos a dedo función comisario político. Y que han luchado Vds. mucho por la igualdad en la demostración de méritos y capacidad.

Se me fue la pinza. Disculpas.
 
  • #16
aceptadas las disculpas, no te preocupes, te guardaremos un trozo de tarta en la proxima celebracion que hagamos en la oficina por mi cumpleaños,

eufrasia dominguez auxiliar de la secretaria del cuñado del señor alcalde de badajuelos de abajo, provincia de soria

Es verdad, me retracto... lo han hecho Vds. todo perfecto. No tienen Vds. ninguna responsabilidad de no protestar nada más que cuando les han tocado el bolsillo. Mientras les han anulado su independencia es verdad, no me acordaba, que Vds. la liaron parda y que se han resistido como gato panza arriba a los cargos a dedo función comisario político. Y que han luchado Vds. mucho por la igualdad en la demostración de méritos y capacidad.

Se me fue la pinza. Disculpas.
 
  • #17
Se ve a leguas en este debate quien es y quien no es funcionario.

Lo siento mucho, pero me reafirmo en cada una de las cosas que he dicho porque es el sentir de la mayoría de las personas -no funcionarias- que conozco.

La defensa del funcionario es que si adquiere ese status es en base a unas oposiciones concurso. Sin embargo éstas son del todo injustas en muchas ocasiones. Primero se convoca una plaza que se otorga a dedo, después, a los años, se saca esa plaza en concurso oposición donde, casualmente, lo que más puntúa es la fase concurso, amañada para que la plaza se la quede quien en su momento fue designado a dedo. Estamos hartos de verlo.

Dias de asuntos propios ( de 6 a 8 o incluso más) que se toman como de vacaciones; Días de hospitalización cuando se enfermna el tio-abuelo del sobrino de mi tio Perico; 3 días para mudanzas; Toda la mañana para ir al médico; Días libres por quedarse un par de horitas de más un día... Y así hasta que, al cabo de un año, conozco alguno que ha trabajado un par de meses.

España no puede funcionar de esta forma. Esa media hora de más habría que cambiarla por controlar la efectividad de las 7 obligatorias, seguro que a más de uno no le molaba estar controlado. Pero a la hora de pedir derechos, son los primeros.

No creo que la privatización de algunos servicios pueda ser posible, pero algo hay que hacer. El sistema ha fracasado. Lo hemos hecho fracasar entre todos y es hora de refundar las administraciones. No puede funcionar el país con tantos ayuntamientos, mancomunidades, diputaciones, empresas públicas, etc...
 
  • #18
Compi, te respondo sin acritud:

1) Eso no es culpa nuestra; además, el gobierno ha modificado la jornada laboral de forma unilateral y se cumple sin más. ¿Cual es el problema? ¿Que la empresa privada exige más? Las oposiciones son de pública participación.

2) Lo que no dices (y que conste que soy de la AGE) es que se les paga más, pero se redujo mucho personal (y no ahora precisamente). A muchos he conocido que han huido de la administración que tiene competencias, porque te pagan más pero te lo sacan del cuero y de la salud.
Por otra parte, ¿a quien quieres que nos homologuen? ¿No debería el empresario homologarte a tí? AH... Que si no se consigue mejorar, al menos que los demás empeoren y se pongan a mi nivel... :laughing1:

3) Ya existe y se hace: Se denomina amortización de puesto de trabajo y puede suponer el cambio de provincia e incluso de comunidad. En fin... :-P Parece que sólo se sabe "lo bueno" del trabajo de funcionario...

4) ¿Más FLEXIBILIDAD? Definitivamente, no sabes de lo que hablas. No vamos a discutir que hay nichos autonómicos y locales donde sobra personal, pero, que casualidad, no son funcionarios... :laughing1:
Cobran del erario público, pero no han aprobado una oposición. Son asalariados públicos, enchufadillos, puestos de confianza, etc... ¿Pero has visto que algún partido piense echarlos? No, prefieren bajar el sueldo de todos los funcionarios... Y en ocasiones el sueldo de esos cargos creados a dedo se mantiene. XD! ::grr::
Sin embargo, con la tasa de reposición del 10% (la informática no hace milagros, ¿sabes? Porque aún no se ha inventado el robot o el ordenador que funcione solo) cada vez hay menos funcionarios para desempeñar el mismo o más trabajo, aumentando la carga de trabajo por cabeza. ;-)

5) Saca tus propias cuentas: Menos funcionarios X menos sueldo X igual o más trabajo = + Productividad por unidad de personal. A buen entendedor... ::grr::

Habrá casos, que no lo dudo, de carotas, como también ocurre en la privada. Lo bueno es que en la privada cuando los cogen los echan, pero no pienses que la pública es la panacea.

¿Ventajas? Sueldo fijo.
¿Desventajas? Formación, promoción profesional, incentivos,...

¿NO SERÁ MÁS CULPA DE QUIEN GESTIONA QUE DE LOS INNOMBRABLES? ::Dbt::

Compañero, la falta de acritud no se dice, se demuestra. Y en tus palabras denoto una acritud considerable.

Estoy contigo en que sobran los que han entrado a dedo. El personal laboral. Si después de quitarnoslos de en medio sigue sobrando gente, pues entonces debe entrarse en el funcionariado.

En cuanto a lo que dices del supuesto estress de los funcionarios por tanta carga de trabajo....simplemente y por ser educado, permiteme dudarlo. No conozco un funcionario estresado. Bueno sí, a uno que estaba jodido de no hacer nada y pensaba en salirse. Pero llegó la crisis y se lo pensó mejor, jejeje.

¿ Movilidad? A los que conozco que los han desplazado es porque han querido, no conozco a nadie que se le haya dicho " sobra personal y hemos pensado en mandarte a 1.000 km de tu casa". En la empresa privada te lo dicen rápidamente y si no aceptas, a la calle y encima motivados por tu falta de disponibilidad geográfica. Tengo amigos trabajando en Abu Dhabi, Qatar, Argelia, México, Colombia... Así que no hables de movilidad del funcionariado, porque tu sí que no sabes lo que significa estar disponible geográficamente.

En cuanto al razonamiento de menos sueldo, más trabajo, menos funcionarios = más productividad. Te falla entre otras cosas que la falta de carga de trabajo ha caído enormemente en muchos sectores del funcionariado, por lo que aunque haya menos funcionarios, hay menos trabajo para repartir. En otros casos como en la Sanidad, el problema es que ( y lo he oido de bocas de amigos míos), el funionario no va a rendir más, sino que como va a cobrar menos, pues se lo va a tomar con más tranquilidad.... De nuevo lo sufriremos los no funcionarios, porque paradójicamente, los funcionarios no son atendidos en la sanidad pública.

Para terminar, vuelvo a decir que la culpa no la tiene el funcionario, sino el sistema creado que hace que se aborreguen profesionales que en sus trabajos anteriores eran mucho mejores profesionales.
 
  • #19
Yo, lo que mo entiendo es que, si sobran tantos funcionarios ¿Por qué quieren ampliarles el horario y reducirles las vacaciones? ¿Para que sobren aún más? ¿Para qué, si no los puedes echar? Parece de tontos
 
  • #20
La verdad es que cuando empiezan con sin acritud ya ves que la bilis está desbocada.Que le vamos a hacer; por algo están los hospitales llenos.
 
  • #21
Yo, lo que mo entiendo es que, si sobran tantos funcionarios ¿Por qué quieren ampliarles el horario y reducirles las vacaciones? ¿Para que sobren aún más? ¿Para qué, si no los puedes echar? Parece de tontos



Al igual que con la tasa de desempleo que tenemos, se plantean aumentar aún más la edad de jubilación.
 
  • #22
:yuck:: Dios mío. Cuanto rencor...cuanta envidia...cuanto desconocimiento...en fin, que me encanta este hilo. España...sin ir más lejos.
 
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