Jose Claudio
Forer@ Senior
Sin verificar
El día en el que Valencia no sale en las primeras páginas de los medios de comunicación mundiales por la generosidad de su policía dispensando calefacción gratuita a estudiantes con frío, sale por estar en una situación de ruina similar -o peor- que la de Grecia y cuando no, por una corrupción que no respeta no ya las normas éticas - ¿cómo las iba a respetar?- sino ni tan siquiera las más elementales normas estéticas.
Supongo que convendréis conmigo en que apropiarse de la hucha del Domund para su propio beneficio es muy feo.
Pues bien, esto y no otra cosa es lo que- supuestamente- se les ha ocurrido al Director General de Cooperación de la Consellería de de Bienestar Social, antes llamada de Solidaridad, y a 14 personas más, por el momento.
Los muy pillines debieron aplicar aquello de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo y que la función prioritaria de todo bienestar en el propio bienestar. Así que ni cortos ni perezosos se embolsaron -o mejor dicho, invirtieron en activos inmobiliarios a nombre de espúreas sociedades- los fondos destinados a potabilizar el agua a los nicaragüenses, hospitales en Haiti y múltiples y variadas ONGs con actividades altruistas. Por el momento, son 9 millones de euros, mil quinientos millones de antiguas pesetas.
Da la casualidad que dicho Director -que ha pasado la noche en el calabozo- fue nombrado para ese puesto por Rafael Blasco, mano derecha de Camps, actual portavoz del PP en las Cortes Valencianas y a la sazón, Conseller de Solidaridad. Y da la casualidad que el susodicho Blasco lleva amenazando con querellas a discreción a todo aquel que osara insinuar que su Conselleria olía a podrido que echaba de espaldas. El Director General seguramente ha dormido mal en el calabozo, pero todos apuestan a que Blasco no ha dormido mucho mejor.
¿Crecerá la hierba alguna vez en esta -otrora- tierra de promisión?
Mucho me temo que por aquí ha pasado algo peor que el caballo de Atila.
P.S. Una nana para ellos, que lo están pasando mal
Supongo que convendréis conmigo en que apropiarse de la hucha del Domund para su propio beneficio es muy feo.
Pues bien, esto y no otra cosa es lo que- supuestamente- se les ha ocurrido al Director General de Cooperación de la Consellería de de Bienestar Social, antes llamada de Solidaridad, y a 14 personas más, por el momento.
Los muy pillines debieron aplicar aquello de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo y que la función prioritaria de todo bienestar en el propio bienestar. Así que ni cortos ni perezosos se embolsaron -o mejor dicho, invirtieron en activos inmobiliarios a nombre de espúreas sociedades- los fondos destinados a potabilizar el agua a los nicaragüenses, hospitales en Haiti y múltiples y variadas ONGs con actividades altruistas. Por el momento, son 9 millones de euros, mil quinientos millones de antiguas pesetas.
Da la casualidad que dicho Director -que ha pasado la noche en el calabozo- fue nombrado para ese puesto por Rafael Blasco, mano derecha de Camps, actual portavoz del PP en las Cortes Valencianas y a la sazón, Conseller de Solidaridad. Y da la casualidad que el susodicho Blasco lleva amenazando con querellas a discreción a todo aquel que osara insinuar que su Conselleria olía a podrido que echaba de espaldas. El Director General seguramente ha dormido mal en el calabozo, pero todos apuestan a que Blasco no ha dormido mucho mejor.
¿Crecerá la hierba alguna vez en esta -otrora- tierra de promisión?
Mucho me temo que por aquí ha pasado algo peor que el caballo de Atila.
P.S. Una nana para ellos, que lo están pasando mal