Sanza
Baneado
Por si sirve para reirse...con que nadie me demande me conformo
Pues estamos en la barra esperando la mesa y esperando al último, digámosle Sinzo, que es capaz de llegar tarde hasta a su funeral y aunque repartan billetes de mil; hay mucha gente más pendiente de mirarse los unos a los otros que de beber, comer, o lo que se haga en estos sitios; van vestidos de santanderinos (en sus diferentes variantes, marinerito, cazador de zorros inglés pero con chirucas, pijo-pero-no-de-Madrid-ni-andaluz, y por supuesto ellas con todos los tonos pastel y oro existentes en el mundo, sobre todo para la cabeza y en absoluto para las bragas, esto sin confirmar por nadie, aquí nos reproducimos por esporas, porque follar sólo folla Geli y con todas, hasta con su mujer…cualquier día lo capamos, parece la mejor opción)
Vale, está entrando por la puerta, como si invadiera Polonia, hace una pausa en la que parece que va a tirar de tres (hay una rubia más teñida que las demás y se la queda mirando, parece a punto de decirle algo pero repara en el maromo de su derecha y se escaquea hábilmente, hábilmente no, hábilmente en absoluto, porque va borracho pero a él seguro que se lo parece) y por fin nos informa de que ha dejado las llaves al aparcacoches.
Nos miramos callados porque en La Bombi jamás ha habido aparcacoches, a saber a quién cojones le ha dado éste las llaves, pero no hacemos ningún comentario porque luego será horroroso aguantarle toda la noche…
Como siempre va vestido del revés, como si fuera verano, - no lleva bermudas de puto milagro – y o está moreno o lo que le ha dejado al de afuera es una bicicleta, por los colores que trae- y el maitre (de esto sí que hay) cuando consigue digerir su aspecto, le dice que sí, que sí hay mesa, que sí está a su nombre, que no, que no es una mierda de mesa, que no, que luego no se puede jugar al mus, que no es época de maganos ni de maganas ni de leches, y que por favor le suelte el cuello de la camisa que él no le ha hecho nada, (sí, viene el cabrón borracho, confirmado, ya verás tú que velada) así que entramos en tromba al comedor de abajo…la dueña parece desolada, nos recuerda de otras veces, pero vamos tan rápido que le es imposible tomar medidas, sólo acierta a decirle a un empleado que nos vigile
Lo cual sólo sirve para que Sinzo le de diez euros y le mande a comprar uvas, (“eh, de las negras no eh?”) aunque es día treinta y las diez y media de la noche y, por el amor de Dios, para qué queremos uvas ahora
El comedor está lleno, animado, da gusto estar aquí, (ja, infelices) y la mesa está bien, así que nos sentamos inmediatamente contentos como todos los demás, un comedor en la tierruca suena -si son todos de aquí- diferente por cómo hablamos, de hecho hay que mandar callar a éste porque ya iba por la primera estrofa (versión lenta) de la Fuente de Cacho y el camarero apesadumbrado le dice que por favor, y el menda hace un gesto de claro claro…pero sigue cantando por lo que aprovecho para irme a esconder al baño un rato, mientras le echa la culpa de su arranque a los cuadros de las paredes (“joder, es que es inspiradora la marina esa, que sois unos desarraigados, como sigáis así me voy a casa” y también “lo que no entiendo es por qué no hay aquí un timón, debería haber un timón en todos los restaurantes” y durante un segundo se rebusca en los bolsillos y estoy casi seguro que está pensando mandar a cualquiera a comprar timones, el hijoputa)
Cuando vuelvo, Sinzo ha localizado a la nietísima, en una mesa cercana, y se acerca como si verdad esto fuera un barco bamboleándose en cubierta de la tajada que lleva, y antes de que se le pueda hacer cambiar de opinión está dando la paliza a la Bordiu como digo y a sus acompañantes, que estoy prácticamente seguro que no pensaban que nadie les iba a recordar la batalla del Ebro hoy en la cena, aunque a lo mejor les está dando la brasa con el Racing y por qué no vuelven a la camiseta con cordones “que ahora parecen los hermanos Tonetti los jugadores de jurgol…(j-u-r-g-o-l dice el cabrón), o con ir a correr por el Sardinero el día uno, “y si llueve mejor”, o montando un pollo porque van a cerrar la tienda de Golf y a ver “dónde cojones vamos a encontrar un sitio decente donde comprar ahora Belstaff”
Ratatatatatatatat las suelta sin pausa una detrás de otra, cómo se las arreglará con la moña que lleva para hablar tan rápido, es sorprendente, si se quedará quietecito daría el pego (y si nadie se fijara en las barbaridades que comenta más)
La mujer aguanta el tipo y sonríe, pero el de al lado le está haciendo señas al maitre de antes, que ha optado también por esconderse detrás de un ficus y aquí no se acerca ni Jesucristo a rescatarles y esto irá para largo…mientras por lo que se ve ahora le toca a Sinzo chivarse de que dicen que el alcalde se está beneficiando a la cantante esa de la Oreja de nosequé…pero no parece entusiasmarle a nadie la información, y esto lamentablemente tampoooooooco lo desanima…
De hecho dice algo más de las tetas de la cantante esa y acompaña el gesto con las manos, no sé, como si sintonizara una radio o algo así, y hace otra cosa con la lengua que le quita el apetito a más o menos medio restaurante
Cuando me aproximo para ayudar, improvisando que ya nos han traído unos tomates pelados, y oye venga que hay que pedir, me dice lo que puedo hacer exactamente con los tomates y ya verás que no rascan si encima van pelados, aunque se excusa con la Bordiu por su lenguaje “estos rojos siempre incordiando, perdona, Paquita”.
Claro, a Paquita que no se llama Paquita pero intuye la razón del mote, le cambia el color (la color) y le dice que por favor la deje cenar tranquila…pero aún tiene tiempo el colega de invitarla a “una quedada en el país vasco con no-se-cuantos Aitores y…”-se traba, y creo, o cree él, que está diciendo más nombres en vasco, pero dice realmente cucurucho varias veces- “y relojes” (aquí le golpea con el dedo el peluco a la Bordiu, pero como lamentablemente tiene el cuchillo del pan el Sinzo, le arrea tres viajes que en otros tiempos serían motivo de duelo u hostias varias) “y también van a comer” (ahora le toca cuchillada al plato, tiene sopa y parte va al mantel o peor), “son como sesenta, ya verás, Paquita, que gente tan graciosa, y que ocurrencias tienen, te lo vas a pasar bomba bomba bomb…uy” se para otra vez, parece que piensa que ha dicho algo malo porque se tapa la boca con la mano y con cara de susto, y Paquita pone una expresión como de que tienen más probabilidades de ir nuestros muertos en fila india al sitio ese pero por lo menos consigue echarse hacia atrás y esquivar hábilmente lo que hubiera sido un descabello con el cuchillito de los huevos; como Sinzo se desequilibra aprovecho y se lo quito, o más exactamente dejo que me lo clave en la mano y tiro de cuchillo, de Sinzo, y del mantel de la mesa de la Bordiu que tenía el colega trincado con la otra mano, y de resultas va lo que se dice a tomar por el culo todo lo habido y por haber, y, por supuesto, metiendo además un ruido del copón
Pues estamos en la barra esperando la mesa y esperando al último, digámosle Sinzo, que es capaz de llegar tarde hasta a su funeral y aunque repartan billetes de mil; hay mucha gente más pendiente de mirarse los unos a los otros que de beber, comer, o lo que se haga en estos sitios; van vestidos de santanderinos (en sus diferentes variantes, marinerito, cazador de zorros inglés pero con chirucas, pijo-pero-no-de-Madrid-ni-andaluz, y por supuesto ellas con todos los tonos pastel y oro existentes en el mundo, sobre todo para la cabeza y en absoluto para las bragas, esto sin confirmar por nadie, aquí nos reproducimos por esporas, porque follar sólo folla Geli y con todas, hasta con su mujer…cualquier día lo capamos, parece la mejor opción)
Vale, está entrando por la puerta, como si invadiera Polonia, hace una pausa en la que parece que va a tirar de tres (hay una rubia más teñida que las demás y se la queda mirando, parece a punto de decirle algo pero repara en el maromo de su derecha y se escaquea hábilmente, hábilmente no, hábilmente en absoluto, porque va borracho pero a él seguro que se lo parece) y por fin nos informa de que ha dejado las llaves al aparcacoches.
Nos miramos callados porque en La Bombi jamás ha habido aparcacoches, a saber a quién cojones le ha dado éste las llaves, pero no hacemos ningún comentario porque luego será horroroso aguantarle toda la noche…
Como siempre va vestido del revés, como si fuera verano, - no lleva bermudas de puto milagro – y o está moreno o lo que le ha dejado al de afuera es una bicicleta, por los colores que trae- y el maitre (de esto sí que hay) cuando consigue digerir su aspecto, le dice que sí, que sí hay mesa, que sí está a su nombre, que no, que no es una mierda de mesa, que no, que luego no se puede jugar al mus, que no es época de maganos ni de maganas ni de leches, y que por favor le suelte el cuello de la camisa que él no le ha hecho nada, (sí, viene el cabrón borracho, confirmado, ya verás tú que velada) así que entramos en tromba al comedor de abajo…la dueña parece desolada, nos recuerda de otras veces, pero vamos tan rápido que le es imposible tomar medidas, sólo acierta a decirle a un empleado que nos vigile
Lo cual sólo sirve para que Sinzo le de diez euros y le mande a comprar uvas, (“eh, de las negras no eh?”) aunque es día treinta y las diez y media de la noche y, por el amor de Dios, para qué queremos uvas ahora
El comedor está lleno, animado, da gusto estar aquí, (ja, infelices) y la mesa está bien, así que nos sentamos inmediatamente contentos como todos los demás, un comedor en la tierruca suena -si son todos de aquí- diferente por cómo hablamos, de hecho hay que mandar callar a éste porque ya iba por la primera estrofa (versión lenta) de la Fuente de Cacho y el camarero apesadumbrado le dice que por favor, y el menda hace un gesto de claro claro…pero sigue cantando por lo que aprovecho para irme a esconder al baño un rato, mientras le echa la culpa de su arranque a los cuadros de las paredes (“joder, es que es inspiradora la marina esa, que sois unos desarraigados, como sigáis así me voy a casa” y también “lo que no entiendo es por qué no hay aquí un timón, debería haber un timón en todos los restaurantes” y durante un segundo se rebusca en los bolsillos y estoy casi seguro que está pensando mandar a cualquiera a comprar timones, el hijoputa)
Cuando vuelvo, Sinzo ha localizado a la nietísima, en una mesa cercana, y se acerca como si verdad esto fuera un barco bamboleándose en cubierta de la tajada que lleva, y antes de que se le pueda hacer cambiar de opinión está dando la paliza a la Bordiu como digo y a sus acompañantes, que estoy prácticamente seguro que no pensaban que nadie les iba a recordar la batalla del Ebro hoy en la cena, aunque a lo mejor les está dando la brasa con el Racing y por qué no vuelven a la camiseta con cordones “que ahora parecen los hermanos Tonetti los jugadores de jurgol…(j-u-r-g-o-l dice el cabrón), o con ir a correr por el Sardinero el día uno, “y si llueve mejor”, o montando un pollo porque van a cerrar la tienda de Golf y a ver “dónde cojones vamos a encontrar un sitio decente donde comprar ahora Belstaff”
Ratatatatatatatat las suelta sin pausa una detrás de otra, cómo se las arreglará con la moña que lleva para hablar tan rápido, es sorprendente, si se quedará quietecito daría el pego (y si nadie se fijara en las barbaridades que comenta más)
La mujer aguanta el tipo y sonríe, pero el de al lado le está haciendo señas al maitre de antes, que ha optado también por esconderse detrás de un ficus y aquí no se acerca ni Jesucristo a rescatarles y esto irá para largo…mientras por lo que se ve ahora le toca a Sinzo chivarse de que dicen que el alcalde se está beneficiando a la cantante esa de la Oreja de nosequé…pero no parece entusiasmarle a nadie la información, y esto lamentablemente tampoooooooco lo desanima…
De hecho dice algo más de las tetas de la cantante esa y acompaña el gesto con las manos, no sé, como si sintonizara una radio o algo así, y hace otra cosa con la lengua que le quita el apetito a más o menos medio restaurante
Cuando me aproximo para ayudar, improvisando que ya nos han traído unos tomates pelados, y oye venga que hay que pedir, me dice lo que puedo hacer exactamente con los tomates y ya verás que no rascan si encima van pelados, aunque se excusa con la Bordiu por su lenguaje “estos rojos siempre incordiando, perdona, Paquita”.
Claro, a Paquita que no se llama Paquita pero intuye la razón del mote, le cambia el color (la color) y le dice que por favor la deje cenar tranquila…pero aún tiene tiempo el colega de invitarla a “una quedada en el país vasco con no-se-cuantos Aitores y…”-se traba, y creo, o cree él, que está diciendo más nombres en vasco, pero dice realmente cucurucho varias veces- “y relojes” (aquí le golpea con el dedo el peluco a la Bordiu, pero como lamentablemente tiene el cuchillo del pan el Sinzo, le arrea tres viajes que en otros tiempos serían motivo de duelo u hostias varias) “y también van a comer” (ahora le toca cuchillada al plato, tiene sopa y parte va al mantel o peor), “son como sesenta, ya verás, Paquita, que gente tan graciosa, y que ocurrencias tienen, te lo vas a pasar bomba bomba bomb…uy” se para otra vez, parece que piensa que ha dicho algo malo porque se tapa la boca con la mano y con cara de susto, y Paquita pone una expresión como de que tienen más probabilidades de ir nuestros muertos en fila india al sitio ese pero por lo menos consigue echarse hacia atrás y esquivar hábilmente lo que hubiera sido un descabello con el cuchillito de los huevos; como Sinzo se desequilibra aprovecho y se lo quito, o más exactamente dejo que me lo clave en la mano y tiro de cuchillo, de Sinzo, y del mantel de la mesa de la Bordiu que tenía el colega trincado con la otra mano, y de resultas va lo que se dice a tomar por el culo todo lo habido y por haber, y, por supuesto, metiendo además un ruido del copón
Feliz Año!!!
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