eufrasia
De la casa
Sin verificar
Siempre marcaba las cinco, el pequeño triangulo del bisel giratorio, porque en su pais de origen habia cinco horas en menos del horario continental europeo, y como no queria despertar a sus coetaneos con alguna llamada de urgencia, tenia siempre el bisel marcando las cinco, a partir de ahí leia la hora en dos horarios distintos, el del bisel le indicaba cuando no tenia que llamar al su pueblo
Y es que este hombre habia tenido un padre enfermo, alla
Muchos años después de la muerte del padre, el reloj continuaba marcando las cinco en el bisel, y aunque hacia años que no llamaba igualmente sentia como una gran perdida cambiar el triangulo del bisel de posición, como esas personas que les amputan un miembro y siguen sintiendo dolor o picor o calor o frio, en una parte de su cuerpo que ya no existe pero que ellos sienten igual
De la misma manera el sentia la presencia del padre enfermo y la hora se le hacia urgencia pero no urgencia de llamar, sino de no llamar para no preguntar para no despertar a nadie aunque no iba a llamar porque el padre ya no estaba, era una suerte de estancamiento en las costumbres del reloj, como cuando alguien calcula la hora sabiendo que el reloj atrasa o adelanta, un atavismo del comportamiento del reloj asociado al atavismo del ser humano que lo lleva en la muñeca
Algo difícil de liberarse
Aquel sabado de diciembre decidio girar el bisel hasta las doce, de una puñetera vez, no sabia cuanto rato resistiria en desprenderse de la vida del padre, pero lo intento, porque de alguna manera sentia que la vida cambiaria el dia que el triangulo del bisel volviera al punto donde años atrás, tal vez una decada, el reloj volviera a aparecer como cuando lo compro, ningun relojero o joyero hubiera permitido que el reloj saliera de la tienda con el bisel puesto a las cinco
Tendria que ser el cliente quien desplazara el bisel, no fuera que la clientela pensara que el joyero vendia relojes que se hubieran movido mucho durante el transporte, porque a pesar de que nadie se hubiera fijado, seguramente, el joyero venia de cuatro generaciones de proveedores de maquinas de tiempo, y eso quiere decir que tantos atavismos habria en casa de el como en la de los clientes
Y es que los relojes mecanicos no todo el mundo los tiene, ni todo el mundo los regula, hace limpiar, mantiene en forma, sino que la gente por lo regular compra relojes de pilas para no tener que preocuparse demasiado, la vida se rige por unos principios de impulsos electricos, no mecanicos, la electricidad desde que edison ilumino un barrio entero en USA ha iluminado los principios y finales de la vida de los occidentales
Pero algunos locos de los relojes siguen con sus maquinitas mecanicas, como si la calidad de vida fuera diferente cuando se encuentran, comparan, miden la fiesta con un repertorio de anecdotas de relojes de abuelos, bisabuelos… regalos, herencias relojiles… los relojes son una religión dilatada hacia los lados, en lugar de abarcar las generaciones mas jóvenes de las familias se extienden hacia los aficionados, amigos de aficionados y tal
Ese sabado de diciembre el bisel se quedo horas marcando las doce, y poco a poco empezo a mirar todo de cara al futuro “el tiempo empieza ahora” decia steve en “bullit” en 1968, un año de cromagnon en el recuerdo, la mirada celeste de steve regreso de golpe al reino del “king of cool” y el mustang y la persecución y el movimiento....
Y el salio de golpe al aire blanco de la montaña
Y es que este hombre habia tenido un padre enfermo, alla
Muchos años después de la muerte del padre, el reloj continuaba marcando las cinco en el bisel, y aunque hacia años que no llamaba igualmente sentia como una gran perdida cambiar el triangulo del bisel de posición, como esas personas que les amputan un miembro y siguen sintiendo dolor o picor o calor o frio, en una parte de su cuerpo que ya no existe pero que ellos sienten igual
De la misma manera el sentia la presencia del padre enfermo y la hora se le hacia urgencia pero no urgencia de llamar, sino de no llamar para no preguntar para no despertar a nadie aunque no iba a llamar porque el padre ya no estaba, era una suerte de estancamiento en las costumbres del reloj, como cuando alguien calcula la hora sabiendo que el reloj atrasa o adelanta, un atavismo del comportamiento del reloj asociado al atavismo del ser humano que lo lleva en la muñeca
Algo difícil de liberarse
Aquel sabado de diciembre decidio girar el bisel hasta las doce, de una puñetera vez, no sabia cuanto rato resistiria en desprenderse de la vida del padre, pero lo intento, porque de alguna manera sentia que la vida cambiaria el dia que el triangulo del bisel volviera al punto donde años atrás, tal vez una decada, el reloj volviera a aparecer como cuando lo compro, ningun relojero o joyero hubiera permitido que el reloj saliera de la tienda con el bisel puesto a las cinco
Tendria que ser el cliente quien desplazara el bisel, no fuera que la clientela pensara que el joyero vendia relojes que se hubieran movido mucho durante el transporte, porque a pesar de que nadie se hubiera fijado, seguramente, el joyero venia de cuatro generaciones de proveedores de maquinas de tiempo, y eso quiere decir que tantos atavismos habria en casa de el como en la de los clientes
Y es que los relojes mecanicos no todo el mundo los tiene, ni todo el mundo los regula, hace limpiar, mantiene en forma, sino que la gente por lo regular compra relojes de pilas para no tener que preocuparse demasiado, la vida se rige por unos principios de impulsos electricos, no mecanicos, la electricidad desde que edison ilumino un barrio entero en USA ha iluminado los principios y finales de la vida de los occidentales
Pero algunos locos de los relojes siguen con sus maquinitas mecanicas, como si la calidad de vida fuera diferente cuando se encuentran, comparan, miden la fiesta con un repertorio de anecdotas de relojes de abuelos, bisabuelos… regalos, herencias relojiles… los relojes son una religión dilatada hacia los lados, en lugar de abarcar las generaciones mas jóvenes de las familias se extienden hacia los aficionados, amigos de aficionados y tal
Ese sabado de diciembre el bisel se quedo horas marcando las doce, y poco a poco empezo a mirar todo de cara al futuro “el tiempo empieza ahora” decia steve en “bullit” en 1968, un año de cromagnon en el recuerdo, la mirada celeste de steve regreso de golpe al reino del “king of cool” y el mustang y la persecución y el movimiento....
Y el salio de golpe al aire blanco de la montaña