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Boskomia

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Estimados compañeros...
como no es cuestión de poner este tema en el foro general, pienso que aquí es la ubicación adecuada.

Como algunos sabéis, mi profesión es la enseñanza univesitaria. Desde hace ya unos años me encuentro redactando una monografía sobre un tema complicado: la tortura y su amenaza por parte de instancias estatales. Evidentemente, todos sabréis que tanto el Derecho penal español como diversos tratados internacionales prohíben tajantemente la tortura o su amenaza en cualquier contexto. Sin excepción posible.

Pues bien, en el año 2003 sucedió en Alemania una situación que puso patas arriba la cuestión jurídica y ética sobre la eventual admisión de la tortura en casos absolutamente excepcionales, haciéndose eco de esa problemática incluso la -en la mayoría de las ocasiones- pusilánime sociedad alemana.

El caso (real) es el siguiente:

El 29 de septiembre del año 2002, un estudiante de Derecho en el último curso secuestró a uno niño de 11 años, hijo de una acaudalada familia de banqueros de la ciudad de Frankfurt. El objetivo que perseguía el joven jurista (28 años) con dicho secuestro era claro: conseguir dinero para con ello poder seguir manteniendo el alto tren de vida que le conllevaba el codearse con un círculo de amistades en la Facultad de Derecho perteneciente a la alta sociedad de Frankfurt.
Secuestrado el niño, lo llevó a su piso y, acto seguido, contactó por escrito con la familia del menor, exigiéndole dos cosas: 1. El pago en metálico de 1 millón de euros; 2. La prohibición a la familia de informar a la policía, ya que, de lo contrario, daría muerte al niño.

La familia accedió a la petición del secuestrador, aunque, eso sí, dio conocimiento a la policía. En la noche del 30 de septiembre, el secuestrador se dirigió a un bosque en las cercanías de Frankfurt para, como había pactado con la familia, recoger las bolsas con el dinero. Evidentemente, la policía estaba allí presente, si bien no procedió a su detención para con ello no poner en peligro la vida del menor. A continuación (tras ingresar parte del dinero en un cajero automático para cerciorarse de su autenticidad, y siendo permanentemente seguido por la policía), el secuestrador se dirigió a su casa. En la mañana del 1 de octubre, el secuestrador salió de su domicilio, momento en el cual la policía (con la consiguiente orden judicial) irrumpió en el piso para ver si se hallaba allí el menor. Los resultados fueron negativos: todo lo que encontraron fue: 1. Parte del dinero pagado por la familia; 2. Un croquis del secuestro; 3. La máquina de escribir donde había redactado la carta de extorsión a la familia; 4. Cinta adhesiva y cuerdas.
Durante la mañana del 1 de octubre, el secuestrador, tras recoger a su novia, se dirigió al centro de Frankfurt para realizar varias compras en tiendas de lujo, entre ellas un flamante Mercedes Benz de la clase CLK. En todo momento fue seguido por la policía. En la tarde de ese mismo 1 de octubre, y una vez se dirigió con su novia al aeropuerto de Frankfurt para tomar un vuelo con destino a Formentera, la policía decidió no esperar más y procedió a su detención (junto a su novia, la cual, como se sabría posteriormente, nada sabía del secuestro).

Una vez en dependencias policiales, la primera pregunta de los inspectores fue, lógicamente, la siguiente: "¿Dónde tiene Usted retenido al niño?". Pregunta que no fue contestada por el secuestrador. A partir de ese momento (sobre las 18.30 horas del día 1 de octubre), la policía y, en especial, su Vicepresidente, Wolfgang Daschner, intentaron por todos los medios (legales) extraer del secuestrador (las pruebas contra él eran decisivas tras lo que se había encontrado en su casa) el lugar donde, desde hace más de 24 horas, se encontraba el pequeño de 11 años. Se llamó a la madre del secuestrador para que ésta intentara convencerle....se apeló a sus sentimientos como ser humano, haciéndole ver el peligro al que estaba expuesto el menor.....sin embargo, el secuestrador dio la callada por respuesta......dando pistas falsas....imputando del delito a personas que nada tenían que ver.....enviando a la policía a lugares donde no había nada......

Finalmente......en la mañana del día 2 de octubre....el Vicepresidente de la Policía de Frankfurt decidió amenazar con torturar al detenido para que éste revelase el lugar donde mantenía retenido al menor. Tal y como el agente de policía comunicó más tarde a la Fiscalía, él consideraba que, EN ESA CONCRETA Y EXCEPCIONAL SITUACIÓN, la vida del menor secuestrado tenía mucho más valor que la integridad física del detenido (con la amenaza de torturas no se trataba de acabar con la vida del secuestrador, sino simplemtne -según comentó más tarde el agente policial- aplicar dolores físicos en determinadas zonas del cuerpo los cuales conducen a quebrar la voluntad del detenido). Para el agente policial, no se trataba de esclarecer un hecho delictivo, sino única y exclusivamente de salvar la vida de un ser humano en peligro.

Ante dichas amenazas, el secuestrador confesó a la policía que al niño lo había asesinado el primer día del secuestro, indicando a continuación el lugar donde había tirado el cadáver.

A partir de este caso, y en los últimos dos años, he formulado a mis alumnos/as la siguiente pregunta, adjuntando cuatro posibles respuestas:

- "Estaría Usted a favor de aplicar la tortura (o su amenaza) en una situación excepcional como la descrita?

1. No. En ningún caso puede utilizarse la tortura o su amenaza contra un ser humano.
2. Estaría a favor de utilizar la tortura o su amenaza en casos excepcionales donde esté en juego la vida de una, varias o muchas personas.
3. Por supuesto que aplicaría la tortura (o su amenaza) antes criminales como el del ejemplo.
4. Todavía no me he formado una opinión al respecto.

En fin: Os agradecería que me diéseis vuestra opinión al respecto, eligiendo una de las cuatro opciones.

Gracias y un saludo.
Miguel Ángel
 
Estimados compañeros...
como no es cuestión de poner este tema en el foro general, pienso que aquí es la ubicación adecuada.

Como algunos sabéis, mi profesión es la enseñanza univesitaria. Desde hace ya unos años me encuentro redactando una monografía sobre un tema complicado: la tortura y su amenaza por parte de instancias estatales. Evidentemente, todos sabréis que tanto el Derecho penal español como diversos tratados internacionales prohíben tajantemente la tortura o su amenaza en cualquier contexto. Sin excepción posible.

Pues bien, en el año 2003 sucedió en Alemania una situación que puso patas arriba la cuestión jurídica y ética sobre la eventual admisión de la tortura en casos absolutamente excepcionales, haciéndose eco de esa problemática incluso la -en la mayoría de las ocasiones- pusilánime sociedad alemana.

El caso (real) es el siguiente:

El 29 de septiembre del año 2002, un estudiante de Derecho en el último curso secuestró a uno niño de 11 años, hijo de una acaudalada familia de banqueros de la ciudad de Frankfurt. El objetivo que perseguía el joven jurista (28 años) con dicho secuestro era claro: conseguir dinero para con ello poder seguir manteniendo el alto tren de vida que le conllevaba el codearse con un círculo de amistades en la Facultad de Derecho perteneciente a la alta sociedad de Frankfurt.
Secuestrado el niño, lo llevó a su piso y, acto seguido, contactó por escrito con la familia del menor, exigiéndole dos cosas: 1. El pago en metálico de 1 millón de euros; 2. La prohibición a la familia de informar a la policía, ya que, de lo contrario, daría muerte al niño.

La familia accedió a la petición del secuestrador, aunque, eso sí, dio conocimiento a la policía. En la noche del 30 de septiembre, el secuestrador se dirigió a un bosque en las cercanías de Frankfurt para, como había pactado con la familia, recoger las bolsas con el dinero. Evidentemente, la policía estaba allí presente, si bien no procedió a su detención para con ello no poner en peligro la vida del menor. A continuación (tras ingresar parte del dinero en un cajero automático para cerciorarse de su autenticidad, y siendo permanentemente seguido por la policía), el secuestrador se dirigió a su casa. En la mañana del 1 de octubre, el secuestrador salió de su domicilio, momento en el cual la policía (con la consiguiente orden judicial) irrumpió en el piso para ver si se hallaba allí el menor. Los resultados fueron negativos: todo lo que encontraron fue: 1. Parte del dinero pagado por la familia; 2. Un croquis del secuestro; 3. La máquina de escribir donde había redactado la carta de extorsión a la familia; 4. Cinta adhesiva y cuerdas.
Durante la mañana del 1 de octubre, el secuestrador, tras recoger a su novia, se dirigió al centro de Frankfurt para realizar varias compras en tiendas de lujo, entre ellas un flamante Mercedes Benz de la clase CLK. En todo momento fue seguido por la policía. En la tarde de ese mismo 1 de octubre, y una vez se dirigió con su novia al aeropuerto de Frankfurt para tomar un vuelo con destino a Formentera, la policía decidió no esperar más y procedió a su detención (junto a su novia, la cual, como se sabría posteriormente, nada sabía del secuestro).

Una vez en dependencias policiales, la primera pregunta de los inspectores fue, lógicamente, la siguiente: "¿Dónde tiene Usted retenido al niño?". Pregunta que no fue contestada por el secuestrador. A partir de ese momento (sobre las 18.30 horas del día 1 de octubre), la policía y, en especial, su Vicepresidente, Wolfgang Daschner, intentaron por todos los medios (legales) extraer del secuestrador (las pruebas contra él eran decisivas tras lo que se había encontrado en su casa) el lugar donde, desde hace más de 24 horas, se encontraba el pequeño de 11 años. Se llamó a la madre del secuestrador para que ésta intentara convencerle....se apeló a sus sentimientos como ser humano, haciéndole ver el peligro al que estaba expuesto el menor.....sin embargo, el secuestrador dio la callada por respuesta......dando pistas falsas....imputando del delito a personas que nada tenían que ver.....enviando a la policía a lugares donde no había nada......

Finalmente......en la mañana del día 2 de octubre....el Vicepresidente de la Policía de Frankfurt decidió amenazar con torturar al detenido para que éste revelase el lugar donde mantenía retenido al menor. Tal y como el agente de policía comunicó más tarde a la Fiscalía, él consideraba que, EN ESA CONCRETA Y EXCEPCIONAL SITUACIÓN, la vida del menor secuestrado tenía mucho más valor que la integridad física del detenido (con la amenaza de torturas no se trataba de acabar con la vida del secuestrador, sino simplemtne -según comentó más tarde el agente policial- aplicar dolores físicos en determinadas zonas del cuerpo los cuales conducen a quebrar la voluntad del detenido). Para el agente policial, no se trataba de esclarecer un hecho delictivo, sino única y exclusivamente de salvar la vida de un ser humano en peligro.

Ante dichas amenazas, el secuestrador confesó a la policía que al niño lo había asesinado el primer día del secuestro, indicando a continuación el lugar donde había tirado el cadáver.

A partir de este caso, y en los últimos dos años, he formulado a mis alumnos/as la siguiente pregunta, adjuntando cuatro posibles respuestas:

- "Estaría Usted a favor de aplicar la tortura (o su amenaza) en una situación excepcional como la descrita?

1. No. En ningún caso puede utilizarse la tortura o su amenaza contra un ser humano.
2. Estaría a favor de utilizar la tortura o su amenaza en casos excepcionales donde esté en juego la vida de una, varias o muchas personas.
3. Por supuesto que aplicaría la tortura (o su amenaza) antes criminales como el del ejemplo.
4. Todavía no me he formado una opinión al respecto.

En fin: Os agradecería que me diéseis vuestra opinión al respecto, eligiendo una de las cuatro opciones.

Gracias y un saludo.
Miguel Ángel

En realación a consideraciones legales y colectovas o comunitarias:
1.- No. Bajo ningún concepto . Además, en el caso que comentas, no hubiera salvado la vida de nadie y, seguramente, por eso no habló.

En relación a consideraciones morales individuales
Para evitar un mal mayor con el consecuente castigo para el que lo haga no es posible descartar que yo no lo haría, eso sí, sabiendo que me debería caer el peso de la Ley por ello y que cualquier prueba obtenida de ese modo debería ser nula.

Me parece increíble que la gente, tras años de legislación en múltiples países durante tantísimos años, se dude de esto. De verdad me sorprende y mucho más viniendo de Alemania. Se puede esperar que alguien, a título individual y por su cuenta y riesgo y no exento de castigo oportuno lo haga. El sistema de legislativo no debe considerarlo en ningún caso.

Le ley no siempre es ética ni moral ni lo moral o lo ético tiene por qué coincidir con lo legal.

Espero que nos vayas contando tus conclusiones.

Saludos.
 
Última edición:
Opción 1
Saludos
 
No alcanzo a ver la diferencia entre la 2 y la 3.

Con matices, la 3. En un caso como el que se ilustra creo que sí estaría justificado agotar todos los recursos y que prevalecería el derecho a la vida de un inocente frente al derecho a la integridad física de un criminal.
 
Opción 2-3.

No creo en el ser humano como especie capaz de vivir en paz y armonía con sus semejantes ni con otras especies.
Me repugna la tortura y muerte de animales como diversión, léase "las corridas de toros" . Insisto, cuya finalidad es la diversión.
Pero somos demasiados sobre la faz de la tierra y demasiados criminales y enfermos que no aceptan que tu libertad acaba donde empieza la mía. Por eso, con muchos matices, mi tendencia es a admitir la tortura en casos seleccionados. Porque el humano es capaz de racionalizar y entender porqué está siendo torturado, o lo va a ser, es capaz de detenerlo o evitarlo.

Ojalá se hubiese torturado o amenazado con hacerlo al asesino confeso de Marta del Castillo. Si alguno sois padres o madres, quisiera que os pusieseis 15 segundos en la piel de sus padres.
 
La 1ª

El fin no puede justificar los medios.
 
En frío, y como ciudadano que no ha tenido ningún susto, respuesta número 1.

Como hipotético ciudadano al que le han secuestrado el hijo o cosas similares pues la 2.


Teniendo en cuenta que sólo debe ser válida una respuesta pues la 1.
 
En realación a consideraciones legales y colectovas o comunitarias:
1.- No. Bajo ningún concepto ....

En relación a consideraciones morales individuales
Para evitar un mal mayor con el consecuente castigo para el que lo haga no es posible descartar que yo no lo haría, eso sí, sabiendo que me debería caer el peso de la Ley por ello y que cualquier prueba obtenida de ese modo debería ser nula.

Me parece increíble que la gente, tras años de legislación en múltiples países durante tantísimos años, se dude de esto. De verdad me sorprende y mucho más viniendo de Alemania. Se puede esperar que alguien, a título individual y por su cuenta y riesgo y no exento de castigo oportuno lo haga. El sistema de legislativo no debe considerarlo en ningún caso.

...

Coincido con Uleti5: en la opción elegida (1), y en las consideraciones individuales.
Ya nos contarás los resultados de tu estudio
 
  • #10
La 1 y por una razón muy simple: si te torturasen, serías capaz de asumir y firmar todos los crímenes que quisiesen. ¿Cuántos casos se han dado de inocentes que bajo tortura han "confesado" crímenes?
 
  • #11
1-No.

Enviado desde mi G630-U20 usando Tapatalk 2
 
  • #12
Tema muy difícil.

Yo estoy en contra de la pena de muerte. Pero no porque me parezca un castigo injusto, es más, me parece bastante adecuado para ciertos delitos. Lo que no puede asumir un sistema es la ejecución de un solo inocente, por eso estoy en contra.

Respecto a la tortura me pasa algo similar. Me parece algo tremendamente justo como acto para salvar vidas, pero tengo serias dudas sobre su aplicación sobre inocentes.

Ademas hay un problema. Hasta dónde, hasta cuando y que tortura.

Yo, como soy muy bruto estoy en contra de la pena de muerte y de la tortura en un sistema judicial democrático y avanzado, pero, en absoluto, de la venganza.

La venganza no necesita de la justicia. Y no sigo que te jorobo el hilo.
 
  • #13
1. No. En ningún caso puede utilizarse la tortura, ...
Solo acusado con cargos y se le deja ir con el conocimiento de la familia de niño secuestrado
de estos hechos, .... hasta que un juez sentencie.
La familia debería contestar tan bien el cuestionario ....
Salu2.
 
  • #14
Buenos días a todos y gracias por vuestros comentarios. La verdad es que el tema es muy complicado. Si no lo fuera no llevaría tratándolo de forma intensiva desde hace tres años (y rondándome la cabeza desde hace diez).

Varias puntualizaciones:


  1. Estaréis de acuerdo en que, la tortura (o su amenaza) en el caso real que os he presentado, nada tiene que ver con el paradigma clásico de esta conducta. Me explico: aquí no se está ante una situación en la que, en una habitación sin prácticamente luz, con mucho humo procedente del tabaco y con dos policías, se está torturando a una persona PARA QUE CONFIESE UN CRIMEN que es posible no haya cometido. En los sucesos de Frankfurt no existía una constelación de dos sujetos: torturador y torturado, sino de tres: torturador, torturado y víctima. A los policías de Frankfurt les importaba un comino cuestiones de confesión, de valoración de pruebas, de culpabilidad, de condena, etc. Ellos ÚNICAMENTE querían salvar la vida de un niño. Es más (y este dato es importante), una vez el detenido confesó que había matado al niño, el Vicepresidente de la Policía informó al Fiscal de lo que había sucedido para que constara en el sumario. Es decir, el Policía consideró que él mismo podría haber cometido un delito de torturas (en su modalidad de amenazas), si bien, en su opinión, la vida de un niño de 11 años (al que consideraba todavía con vida) tenía más valor que la integridad física del detenido. En Derecho penal, esto podría ser una cuestión de auxilio necesario o de estado de necesidad. Reitero: «podría».
  2. Los paralelismos con el caso «Marta del Castillo» son evidentes, si bien hay una diferencia fundamental: mientras que en el caso de aquí de España la policía ya partía de la base de que la chica estaba muerta (así lo habían manifestado los sujetos detenidos, inculpándose mutuamente sobre el autor del asesinato), la Policía de Frankfurt partía de la base de que el pequeño Jakob continuaba con vida. Es más, al comienzo del interrogatorio del detenido, éste dijo a la policía que EL NIÑO ESTABA VIVO Y QUE ESTABA SIENDO CUSTODIADO POR OTRAS PERSONAS. Lo que hizo a continuación fue mentir reiteradamente a la policía, dando pistas falsas y llegando a imputar a personas inocentes. En una de esas mentiras del detenido, indicando a la policía un lugar donde podría estar el niño, agentes se encontraron con un saco de dormir de un niño con manchas de sangre. Eso hizo pensar a la policía que el niño podría estar en serio peligro. La Policía de Frankfurt quería evitar un escenario semejante al ocurrido cinco años atrás en la ciudad de Potsdam, donde en un caso muy parecido de secuestro, la policía pudo hallar a la víctima, si bien esta, retenida en un zulo, había muerto deshidratada.
  3. Si bien el Derecho establece la presunción de inocencia de una persona hasta que no se dicta sentencia firme, en el caso que os he presentado es indudable que existían indicios más que evidentes que vinculaban al detenido con el secuestro del menor: se le había observado recogiendo las bolsas con el dinero; en su domicilio se había encontrado parte del dinero, un croquis del secuestro, cinta adhesiva y cuerdas, así como la máquina de escribir con la que redactó la carta de extorsión a la familia. Observaréis cómo en este caso la amenaza de torturas sucede en un contexto meridianamente distinto al clásico paradigma torturador (policía)-torturado (persona eventualmente inocente).
  4. La amenaza de torturas no fue la primera medida que adoptó la policía para conseguir saber el paradero del menor. Al detenido se le comienza a interrogar a las 18.30 del día 30 de septiembre. Y la amenaza de torturas se lleva a cabo a las 8.00 del día 1 de octubre. Los agentes intentaron por todos los medios conseguir esa información: apelaron a los sentimientos del detenido, confrontaron al detenido con su madre. Consideraron la opción de llamar a los padres del menor secuestrado. Intervino un psicólogo. Se le dijo que es información podría serle beneficiosa a la hora de imponer la pena correspondiente…..
  5. Con respecto a la diferencia entre las respuestas 2 y 3. Hay un matiz importante. Aquellos que se inclinan por la opción número 2 no son en principio partidarios de aplicar la tortura, aunque sí la admitirían EN CASOS ABSOLUTMENTE EXCEPCIONALES en los que está en peligro la vida de una, varias o muchas personas. Por el contrario, los que son partidarios de la opción núm. 3 son más retribucionistas (= partidarios de la «mano dura»), considerando aplicable la tortura en general, cuando se está delante de criminales sin escrúpulos.
  6. He de deciros que desde hace tres años estoy pasando un cuestionario ANONIMO sobre criminalidad en general entre alumnos que comienzan sus estudios en Derecho y Criminología. Entre las que preguntas que aparecen en el cuestionario se encuentra ésta. La verdad es que los resultados son sorprendentes.

Saludos y feliz domingo.
 
  • #15
Buenos días a todos y gracias por vuestros comentarios. La verdad es que el tema es muy complicado. Si no lo fuera no llevaría tratándolo de forma intensiva desde hace tres años (y rondándome la cabeza desde hace diez).

Varias puntualizaciones:


  1. Estaréis de acuerdo en que, la tortura (o su amenaza) en el caso real que os he presentado, nada tiene que ver con el paradigma clásico de esta conducta. Me explico: aquí no se está ante una situación en la que, en una habitación sin prácticamente luz, con mucho humo procedente del tabaco y con dos policías, se está torturando a una persona PARA QUE CONFIESE UN CRIMEN que es posible no haya cometido. En los sucesos de Frankfurt no existía una constelación de dos sujetos: torturador y torturado, sino de tres: torturador, torturado y víctima. A los policías de Frankfurt les importaba un comino cuestiones de confesión, de valoración de pruebas, de culpabilidad, de condena, etc. Ellos ÚNICAMENTE querían salvar la vida de un niño. Es más (y este dato es importante), una vez el detenido confesó que había matado al niño, el Vicepresidente de la Policía informó al Fiscal de lo que había sucedido para que constara en el sumario. Es decir, el Policía consideró que él mismo podría haber cometido un delito de torturas (en su modalidad de amenazas), si bien, en su opinión, la vida de un niño de 11 años (al que consideraba todavía con vida) tenía más valor que la integridad física del detenido. En Derecho penal, esto podría ser una cuestión de auxilio necesario o de estado de necesidad. Reitero: «podría».
  2. Los paralelismos con el caso «Marta del Castillo» son evidentes, si bien hay una diferencia fundamental: mientras que en el caso de aquí de España la policía ya partía de la base de que la chica estaba muerta (así lo habían manifestado los sujetos detenidos, inculpándose mutuamente sobre el autor del asesinato), la Policía de Frankfurt partía de la base de que el pequeño Jakob continuaba con vida. Es más, al comienzo del interrogatorio del detenido, éste dijo a la policía que EL NIÑO ESTABA VIVO Y QUE ESTABA SIENDO CUSTODIADO POR OTRAS PERSONAS. Lo que hizo a continuación fue mentir reiteradamente a la policía, dando pistas falsas y llegando a imputar a personas inocentes. En una de esas mentiras del detenido, indicando a la policía un lugar donde podría estar el niño, agentes se encontraron con un saco de dormir de un niño con manchas de sangre. Eso hizo pensar a la policía que el niño podría estar en serio peligro. La Policía de Frankfurt quería evitar un escenario semejante al ocurrido cinco años atrás en la ciudad de Potsdam, donde en un caso muy parecido de secuestro, la policía pudo hallar a la víctima, si bien esta, retenida en un zulo, había muerto deshidratada.
  3. Si bien el Derecho establece la presunción de inocencia de una persona hasta que no se dicta sentencia firme, en el caso que os he presentado es indudable que existían indicios más que evidentes que vinculaban al detenido con el secuestro del menor: se le había observado recogiendo las bolsas con el dinero; en su domicilio se había encontrado parte del dinero, un croquis del secuestro, cinta adhesiva y cuerdas, así como la máquina de escribir con la que redactó la carta de extorsión a la familia. Observaréis cómo en este caso la amenaza de torturas sucede en un contexto meridianamente distinto al clásico paradigma torturador (policía)-torturado (persona eventualmente inocente).
  4. La amenaza de torturas no fue la primera medida que adoptó la policía para conseguir saber el paradero del menor. Al detenido se le comienza a interrogar a las 18.30 del día 30 de septiembre. Y la amenaza de torturas se lleva a cabo a las 8.00 del día 1 de octubre. Los agentes intentaron por todos los medios conseguir esa información: apelaron a los sentimientos del detenido, confrontaron al detenido con su madre. Consideraron la opción de llamar a los padres del menor secuestrado. Intervino un psicólogo. Se le dijo que es información podría serle beneficiosa a la hora de imponer la pena correspondiente…..
  5. Con respecto a la diferencia entre las respuestas 2 y 3. Hay un matiz importante. Aquellos que se inclinan por la opción número 2 no son en principio partidarios de aplicar la tortura, aunque sí la admitirían EN CASOS ABSOLUTMENTE EXCEPCIONALES en los que está en peligro la vida de una, varias o muchas personas. Por el contrario, los que son partidarios de la opción núm. 3 son más retribucionistas (= partidarios de la «mano dura»), considerando aplicable la tortura en general, cuando se está delante de criminales sin escrúpulos.
  6. He de deciros que desde hace tres años estoy pasando un cuestionario ANONIMO sobre criminalidad en general entre alumnos que comienzan sus estudios en Derecho y Criminología. Entre las que preguntas que aparecen en el cuestionario se encuentra ésta. La verdad es que los resultados son sorprendentes.

Saludos y feliz domingo.


Con tus puntualizaciones, yo cambio mi respuesta a la 2
 
  • #16
A pesar de las puntualizaciones continúo votando el 1. Todas las pruebas son manipulables y en muchas ocasiones se ha visto. Por lo tanto no estoy a favor de la tortura oficial.

Otra cosa es la venganza que apunta Juanrock y con ella estoy totalmente a favor.
 
  • #17
A pesar de las puntualizaciones continúo votando el 1. Todas las pruebas son manipulables y en muchas ocasiones se ha visto. Por lo tanto no estoy a favor de la tortura oficial.

Otra cosa es la venganza que apunta Juanrock y con ella estoy totalmente a favor.

¿Y cuál es el límite de la tortura, una pierna arrancada, un ojo o qué? Y si al final no sabe nada, ¿qué?

Estamos en decadencia, de verdad.
 
Última edición:
  • #18
Hola

Sigo con la opcion 1, a donde ira el mundo si los organismos de seguridad de estado, llamese policia, agencia de inteligencia o ejercito, se van a poner al nivel de los delincuentes y torturar tambien?

Creo que hemos recorrido (en la mayoria de paises) un gran trecho desde las epocas dictatoriales, para volver atras.

Saludos
 
  • #19
Mi voto es por la opción 1, pero matizada. No quiero que ninguna ley ampare el uso de la tortura en ningún caso, por excepcional que sea, pero enfrentados a un caso como el de Frankfurt, pienso que el jefe de policía actuó correctamente, no por utilizar la amenaza de tortura para intentar salvar la vida de un inocente, sino por asumir las consecuencias de su decisión de hacerlo, es decir, por comunicar inmediatamente a la fiscalía que había actuado ilegalmente. Voy a hacer algo deleznable, pero creo que lo hago para conseguir un bien superior, así que lo hago y después afronto las consecuencias que para mí pueda tener, sin ocultarlo ni intentar huir. Para el policía de Frankfurt, salvar la vida del niño era superior al hecho de torturar al culpable Y a las consecuencias legales que para el propio policía pudiera tener.
 
  • #20
Hola Sigo con la opcion 1, a donde ira el mundo si los organismos de seguridad de estado, llamese policia, agencia de inteligencia o ejercito, se van a poner al nivel de los delincuentes y torturar tambien? Creo que hemos recorrido (en la mayoria de paises) un gran trecho desde las epocas dictatoriales, para volver atras. Saludos

Muy bonito todo esto. Hasta que te toca a tí. Ya puedes recurrir al ejército que mencionas que van a estar esperando para peinar todo Madrid norte cuando vuelvan a secuestrar y violar a otra chiquilla.

Si hubiese una guillotina en Sol, muchos se pensarían dos veces lo que hacen o lo que no dicen. Otros no.

Soy el único que tiene cierta impresión de que la ley defiende al criminal y al chorizo? Que existe impunidad de los malhechores? No sólo hablo de secuestradores que han visto todas las temporadas de CSI y Criminal Minds...
 
  • #21
Quizás el cuerpo pida la 2 o la 3, pero analizando fríamente sólo se puede escoger la 1.

Si se abre la puerta a la tortura legal, estaríamos abriendo la caja de Pandora. Imposible de controlar...

Definitivamente, la 1


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  • #22
En realación a consideraciones legales y colectovas o comunitarias:
1.- No. Bajo ningún concepto . Además, en el caso que comentas, no hubiera salvado la vida de nadie y, seguramente, por eso no habló.

En relación a consideraciones morales individuales
Para evitar un mal mayor con el consecuente castigo para el que lo haga no es posible descartar que yo no lo haría, eso sí, sabiendo que me debería caer el peso de la Ley por ello y que cualquier prueba obtenida de ese modo debería ser nula.

Me parece increíble que la gente, tras años de legislación en múltiples países durante tantísimos años, se dude de esto. De verdad me sorprende y mucho más viniendo de Alemania. Se puede esperar que alguien, a título individual y por su cuenta y riesgo y no exento de castigo oportuno lo haga. El sistema de legislativo no debe considerarlo en ningún caso.

Le ley no siempre es ética ni moral ni lo moral o lo ético tiene por qué coincidir con lo legal.

Espero que nos vayas contando tus conclusiones.

Saludos.

En algo hemos de estar de acuerdo y, en esto, totalmente.
Tienes toda la razón, sin más.
 
  • #23
A pesar de las puntualizaciones continúo votando el 1. Todas las pruebas son manipulables y en muchas ocasiones se ha visto. Por lo tanto no estoy a favor de la tortura oficial.

Otra cosa es la venganza que apunta Juanrock y con ella estoy totalmente a favor.
De acuerdo, a excepción de la venganza, que aún siendo razonable y hasta lógica, no debe ser justificada.
Saludos.
 
  • #24
Totalmente de acuerdo
 
  • #25
El 1. La historia nos ha enseñado que las torturas solo las puede justificar el torturador.


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