El terror a la hoja en blanco o la expresión escrita hecha sange

Buenas noches, compañeros y compañeras del Foro Estilográficas,
Un gusto saludarlos,

Lo confieso: nunca he sido buena para titular - ni siquiera en mis épocas de la Agencia de Noticias -. Pero no he tenido mejores palabras para expresar lo que deseo exponer aquí: la expresión escrita y ese pavor por no poder plasmar con la pluma o el bolígrafo lo que deseo, siento o anhelo.
Suelo hacerme preguntas, a propósito del proceso de escritura, una suerte de soliloquio en el que suelen ser testigos, también, mi cuaderno de notas y mis plumas - que aparecerán en próximos hilos -: ¿ Soy capaz de expresar lo que siento o hay un bloqueo narcisista que no me permite exponer los miedos, angustias o tristezas ? ¿ Soy feliz escribiendo ? ¿ Me hace bien escribir, garabatear, dibujar, fantasear con símbolos y letras, mientras ese proceso interior de volcar mis ideas pasa del cerebro al brazo, y de éste, a la mano ejecutora que no tiembla al dirigir la pluma, con suavidad y destreza, sobre el papel ?

Me cuesta creer que ese abismo reconvertido en fantasmas alegóricos en los que se ha convertido mi alma imparable e indomable pueda llegar a ser, algún día, procesada y triturada en una grafía poco elegante que mi o mis Parker volcarán al papel. Me reconozco como demoledora de palabras: las mastico, trituro, comprimo, ejecuto y desdoblo; las maltrato, les pego y las acaricio con cavernícola destreza; las someto a toda clase de tormentos; las encierro en mi usina mental hasta hacerlas gritar de dolor....¡¡¡¡ justamente a las palabras, que me permiten que mi ser respire por fuera del mundo anclado en paroxismos baratos y banalidades desencajadas !!!!

Y es que estoy mirando fijamente, en este preciso momento, esa Parker amada, y ese anotador tan bello - cuya tapa he comprado en San Marino hace casi 30 años...- Ellos son testigos abusados y maltratados de raptos de furia donde el descontrol por escribir, trasmitir, trasmutar y trocar conceptos e imágenes se vuelve caótico, misterioso y fascinante... Suelo tener muchas cosas rondándome en la cabeza que taladran mi gigantesco y alucinado ser interior hasta destrozarlo en expresiones y frases agrupadas quién sabe cómo en arbitrario milagro...
Puede que dicho agrupamiento responda a un orden mediado por mi encontronazo multicultural que rechazo y amo a la vez, en una pelea infinita en la que no logro definir qué soy, dónde estoy y hacia dónde voy; sin que me defina - valga la contradicción - en unas palabras de asombrosa complejidad...

El terror a la hoja en blanco se cierne sobre mí cada vez que debo tomar decisiones que tienen que ver con una humanidad vulnerable, miserable y mezquina; si alguna vez me he creído inmortal, ya no lo soy. Y ese darme cuenta, esa catarata de esquizofrénica honestidad me desmorona hasta lo infinito, cuan precipitación al fondo de un sumidero encajado en el fondo de la expresión. Una vez un editor ( que también es grafólogo ) me dijo que yo escribía con sangre; que mi letra en el papel es formidable en su compostura, el trazo muy vehemente, muy duro y trasparente...
Pero no entiendo por qué esa transparencia no pasa al papel en palabras de consuelo, alegría o redención. No entiendo lo visceral que soy - y en el ordenador, peor - y tampoco entiendo esa infantil, hermosa y mágica práctica que conservo de escribir con lapicera todo lo importante que pasa y me pasa; todo lo pequeño y anecdótico; todo lo masticado y comprendido; y también, todo lo ignorado y vedado...

Espero vuestra participación, pues el haber reflexionado en mi relación con la hoja de papel y mi lapicera como canal de expresión me provoca una gran emoción que deseaba trasmitirles; y me encantaría saber cuál es vuestra relación o sus sentimientos cuando están sentados frente al cuaderno u hojas en blanco y se ponen a escribir.
Gracias por leer y buen domingo

Serengenge72013

Me ha gustado, y me interesa, lo que escribes.
Veo que además de en el interés por los instrumentos de escritura coincidimos en el interés por la parte que no es estrictamente física o instrumental del acto de escribir, por ejemplo en el oficio, y en la dificultad para encontrar títulos.
Aunque he de decir que, en mis ejercicios más personales y , ehem, literarios , el título que se ha hecho esperar, cuando por fin aparece lleva consigo mucha luz, o al menos algo de orientación sobre el camino a seguir.
Sí, cada día, cada año que pasa, y ya empiezan a ser bastantes, siento más a menudo y con más intensidad esa sensación inquietante y paralizadora. Esa dificultad, esa ceguera o afasia.
En los asuntos más o menos profesionales, he aprendido que la única forma de escribir es empezar a escribir -aquello que se atribuye a un veterano jefe de redacción: - No me lo cuentes, escríbelo. Pero también es verdad que, cada vez mas, cuando acabo no de esos ejercicios, generalmente condicionados por la urgencia o, al menos, por el calendario, siento que el escrito que no tengo más remedio que dar por bueno es justo la reflexión peevia a un texto ideal que debería empezar entonces, ahora.

Para lo otro, queda ese equilibrio entre la necesidad de decir y la dificultad de hacerlo. Ese inicio de texto, esa imagen, esa intuición, que puede darme vueltas en la cabeza durante meses o años....pero bueno, quien tiene prisa ? No sé si lo que importa es el camino, el viaje más que Itaca, pero sí que importa (me importa) que, si se llega al final de una etapa, esa etapa me haya llevado a un sitio al que valía la pena ir, a un nivel algo mejor que el del día anterior. Un poeta que fue mi amigo -y sigue siendo mi maestro- citaba siempre a Elliot : Us is trying, que supongo que puedo traducir como "lo nuestro, lo que nos toca, es intentarlo...."

denits dijo:

Me ha gustado, y me interesa, lo que escribes.
Veo que además de en el interés por los instrumentos de escritura coincidimos en el interés por la parte que no es estrictamente física o instrumental del acto de escribir, por ejemplo en el oficio, y en la dificultad para encontrar títulos.
Aunque he de decir que, en mis ejercicios más personales y , ehem, literarios , el título que se ha hecho esperar, cuando por fin aparece lleva consigo mucha luz, o al menos algo de orientación sobre el camino a seguir.
Sí, cada día, cada año que pasa, y ya empiezan a ser bastantes, siento más a menudo y con más intensidad esa sensación inquietante y paralizadora. Esa dificultad, esa ceguera o afasia.
En los asuntos más o menos profesionales, he aprendido que la única forma de escribir es empezar a escribir -aquello que se atribuye a un veterano jefe de redacción: - No me lo cuentes, escríbelo. Pero también es verdad que, cada vez mas, cuando acabo no de esos ejercicios, generalmente condicionados por la urgencia o, al menos, por el calendario, siento que el escrito que no tengo más remedio que dar por bueno es justo la reflexión peevia a un texto ideal que debería empezar entonces, ahora.

Para lo otro, queda ese equilibrio entre la necesidad de decir y la dificultad de hacerlo. Ese inicio de texto, esa imagen, esa intuición, que puede darme vueltas en la cabeza durante meses o años....pero bueno, quien tiene prisa ? No sé si lo que importa es el camino, el viaje más que Itaca, pero sí que importa (me importa) que, si se llega al final de una etapa, esa etapa me haya llevado a un sitio al que valía la pena ir, a un nivel algo mejor que el del día anterior. Un poeta que fue mi amigo -y sigue siendo mi maestro- citaba siempre a Elliot : Us is trying, que supongo que puedo traducir como "lo nuestro, lo que nos toca, es intentarlo...."

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Hola, ¿ cómo estás ? Es un placer conocerte. Hace relativamente muy poco que participo en Estilográficas: estoy en la etapa de leer, leer y leer. He ingresado aquí por sugerencia de mi amiga VALIRA, a quién conozco de Relojes Vintages.
Tú sabes que la escritura ejerce un poder absoluto en mí: no me deja en paz ¡¡¡ algunas veces deseo liberarme de ella !!! El texto escrito, la producción que realizo, básicamente, en mi cuaderno de notas me provoca un vacío, una sensación de extrema dejadez... es como que se me pierde algo en mi interior, como que se evapora o expulsa y desvanece para no volver. Y ese desequilibrio de pérdida continua, más un desbalance entre un decir escrito verborrágico y un hacer imparable, me convierten en una mujer de una complejidad que ni siquiera yo entiendo...
Gracias por tu reflexión, la necesitaba...