B
barista
Visitante
Las palabras son maravillosas.
Tienen ese encanto abrasador del verano del alma. Traspiran la bondad y pasión de las ánimas con sed de vivenciar momentos bellos, los plenos amores de rocíos y eternas primaveras.
Las palabras suelen no ser inocentes. Cargan los flujos de admiración, desdichas, momentos duros o extraordinarios que nos regala la vida; esta vida tan gloriosa, tan honesta, tan limpia.
Ellas nos inundan. Nos encontramos abandonados y sumergidos en ese cause infinito de vocablos, tintas, trances y plumas; solitarios y solidarios.
Solitarios porque el acto de fenecer en palabras no tiene comparación con otros actos de nuestra existencia. Y solidarios, porque las almas que estamos sujetas al embrujo de los escrito por nuestra mano, los grafos y su veneno inevitable e inevitado nos engrilla al infinito; con nuestras alegorías y gozos.
Las palabras quiebran lo solemne de los ritos y nos inicia en la temible y explosiva aventura de desnudarnos ante otros seres amados, imaginados, sucumbidos o adormilados. Si tienes la fortuna de encontrar un alter ego en tu palabra mentada y amada sabrás lo que es estar en la gloria, entre cielos reconvertidos y en la plenitud de tu espíritu sensible.
Imaginar, escoger, escribir y vivir con palabras es una experiencia que no elegimos, sino que padecemos con dulzura y recato. Con palabras puedes adular, estremecer, amar u odiar: todos sentimientos que son de entrañas hechas tripas y carne en la punta del plumín.
Formidables palabras, bellas, espontáneas o pensadas; amorfas o coléricas. Las palabras son eso que somos; por y a través de ellas....
Buen fin de semana
Y gracias por leer
serengenge72013
Tienen ese encanto abrasador del verano del alma. Traspiran la bondad y pasión de las ánimas con sed de vivenciar momentos bellos, los plenos amores de rocíos y eternas primaveras.
Las palabras suelen no ser inocentes. Cargan los flujos de admiración, desdichas, momentos duros o extraordinarios que nos regala la vida; esta vida tan gloriosa, tan honesta, tan limpia.
Ellas nos inundan. Nos encontramos abandonados y sumergidos en ese cause infinito de vocablos, tintas, trances y plumas; solitarios y solidarios.
Solitarios porque el acto de fenecer en palabras no tiene comparación con otros actos de nuestra existencia. Y solidarios, porque las almas que estamos sujetas al embrujo de los escrito por nuestra mano, los grafos y su veneno inevitable e inevitado nos engrilla al infinito; con nuestras alegorías y gozos.
Las palabras quiebran lo solemne de los ritos y nos inicia en la temible y explosiva aventura de desnudarnos ante otros seres amados, imaginados, sucumbidos o adormilados. Si tienes la fortuna de encontrar un alter ego en tu palabra mentada y amada sabrás lo que es estar en la gloria, entre cielos reconvertidos y en la plenitud de tu espíritu sensible.
Imaginar, escoger, escribir y vivir con palabras es una experiencia que no elegimos, sino que padecemos con dulzura y recato. Con palabras puedes adular, estremecer, amar u odiar: todos sentimientos que son de entrañas hechas tripas y carne en la punta del plumín.
Formidables palabras, bellas, espontáneas o pensadas; amorfas o coléricas. Las palabras son eso que somos; por y a través de ellas....
Buen fin de semana
Y gracias por leer
serengenge72013