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barista
Visitante
Buenas noches amigas y amigos del Foro Off Topic Estilográficas
Un placer y honor compartir espacio con ustedes
Hoy a la tarde he tenido una conversación muy hermosa con mi amigo, el forero JuanjoG. Y ha sido a propósito de la justeza y belleza de las palabras que ciertos autores emplean en sus libros. De ese tipo de palabras que son perfectas y brillantes, que dicen realmente lo necesario sin ningún tipo de florituras ni extrañamientos.
Hace unos años me di cuenta que el estilo de escritura no está relacionado con la inteligencia o complejidad del tema tratado; sino mas bien en la claridad conceptual del escritor. Si quién escribe tiene sus ideas claras y elaboradas en un tópico simple y concreto su escritura será justa, sencilla y divertida; muy llevadera para el lector, y no importa el tema. Tal el caso de García Marquez: prosista magnífico, perfecto y aceitado en un estilo llevadero, entretenido y eficaz.
Otros autores, en cambio, trasladan sus angustias existenciales y dudas metódicas al papel. No se a ustedes, pero a mí me ha pasado que leer a Clarice Lispector ha sido un auténtico suplicio. Y ni hablo de Bertrand Russell, su Principia Mathematica ha sido angustiante y retorcido para mis pobres neuronas..... ¡¡¡ no entendí nada !!!!
Pero lo gracioso es que cuando he comentado a otros conocidos mi falta de entendimiento... ¡¡¡ todos coincidían !!! Pero habíamos leído a Russell, y eso nos elevaba y distinguía...
No se ustedes, pero me pasa que muchas veces deseo aparentar más de lo que soy. Y me pongo solemne, encriptada, ceremonial, un poco esotérica. Y esa oscuridad la justifico porque muchas veces no sé qué escribo, aunque lo escribo igual. Es tal el afán de escribir y la necesidad de comunicarme con mis pares y amigos que lanzo frases ininteligibles, como si fuesen parte de un ritual al que no tienen acceso ni los destinatarios del escrito.
Pero me he dado cuenta que es un defecto extendido; tengo un amigo escritor que presume de sofisticado, usa palabras difíciles, construcciones pasivas imposibles y reproduce así una alegoría inentendible y falaz.
Por eso me parece que no debemos escribir para parecer lo que no somos ( en mi caso, pretendí durante mucho tiempo en hacer creer a quiénes me leían que yo era una mujer inteligente ). He dejado ya la soberbia y los vocablos altisonantes de lado.
Creo haber sido simple, rústica y directa. Tal es cómo soy. Y tales son los escritores que prefiero.
Gracias JuanjoG por hacerme reflexionar, ha sido un placer y honor haber charlado contigo.
Gracias por leer, y si desean participar, son bienvenidos los posteos, mi gente linda
serengenge72013
Un placer y honor compartir espacio con ustedes
Hoy a la tarde he tenido una conversación muy hermosa con mi amigo, el forero JuanjoG. Y ha sido a propósito de la justeza y belleza de las palabras que ciertos autores emplean en sus libros. De ese tipo de palabras que son perfectas y brillantes, que dicen realmente lo necesario sin ningún tipo de florituras ni extrañamientos.
Hace unos años me di cuenta que el estilo de escritura no está relacionado con la inteligencia o complejidad del tema tratado; sino mas bien en la claridad conceptual del escritor. Si quién escribe tiene sus ideas claras y elaboradas en un tópico simple y concreto su escritura será justa, sencilla y divertida; muy llevadera para el lector, y no importa el tema. Tal el caso de García Marquez: prosista magnífico, perfecto y aceitado en un estilo llevadero, entretenido y eficaz.
Otros autores, en cambio, trasladan sus angustias existenciales y dudas metódicas al papel. No se a ustedes, pero a mí me ha pasado que leer a Clarice Lispector ha sido un auténtico suplicio. Y ni hablo de Bertrand Russell, su Principia Mathematica ha sido angustiante y retorcido para mis pobres neuronas..... ¡¡¡ no entendí nada !!!!
Pero lo gracioso es que cuando he comentado a otros conocidos mi falta de entendimiento... ¡¡¡ todos coincidían !!! Pero habíamos leído a Russell, y eso nos elevaba y distinguía...
No se ustedes, pero me pasa que muchas veces deseo aparentar más de lo que soy. Y me pongo solemne, encriptada, ceremonial, un poco esotérica. Y esa oscuridad la justifico porque muchas veces no sé qué escribo, aunque lo escribo igual. Es tal el afán de escribir y la necesidad de comunicarme con mis pares y amigos que lanzo frases ininteligibles, como si fuesen parte de un ritual al que no tienen acceso ni los destinatarios del escrito.
Pero me he dado cuenta que es un defecto extendido; tengo un amigo escritor que presume de sofisticado, usa palabras difíciles, construcciones pasivas imposibles y reproduce así una alegoría inentendible y falaz.
Por eso me parece que no debemos escribir para parecer lo que no somos ( en mi caso, pretendí durante mucho tiempo en hacer creer a quiénes me leían que yo era una mujer inteligente ). He dejado ya la soberbia y los vocablos altisonantes de lado.
Creo haber sido simple, rústica y directa. Tal es cómo soy. Y tales son los escritores que prefiero.
Gracias JuanjoG por hacerme reflexionar, ha sido un placer y honor haber charlado contigo.
Gracias por leer, y si desean participar, son bienvenidos los posteos, mi gente linda
serengenge72013
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