Hola:
Lamento no haberme fijado antes en este hilo. La página que cita nuestra compañera Zaida es estupenda y el artista muy hábil.
El tema me resulta muy interesante y los ex-libris siempre me han parecido de buen gusto.
Hay que partir de la base de que los libros, cada vez más, son objetos trascendentes, valiosos (algunos, claro), que van a pasar a futuras generaciones tras nosotros. Me encantan los libros y he sido asiduo de librerías de viejo y lance siempre que he podido. Aún me siento influenciado por los potentes campos de fuerza que rodean las buenas librerías, a menudo con desastrosas consecuencias presupuestarias. Me faltó poco para empezar a coleccionar también Ex-Libris, pero por suerte no sucumbí.
Los Ex-Libris responden a ese imperioso deseo de marcar lo que consideramos nuestro, relicto evolutivo de lo que aún hacen con todo deleite otros mamíferos como los perros con los instrumentos de que disponen.
Afortunadamente los Ex-Libris son la mejor alternativa, respetuosa con el libro y su devenir, frente a la insidiosa manía de muchas personas de estropear un libro garrapateando su firma, la cual puede producir gran orgullo a su autor, pero que normalmente resulta ilegible y superflua para los futuros poseedores de ese libro. En el elitista y sofisticado mundo del bibliófilo, si la firma que mancha un libro no es la del propio autor o la de una alguna famosa figura histórica, antes que una cualidad, se cataloga como un defecto que devalúa la obra.
Los Ex-Libris puristas deben ser grabados originales, con las palabras Ex-Libris y el nombre del propietario o biblioteca, y estar impresos en papel que se adhiera a la cara interior de la tapa del libro. Casi nadie cumple ya estas premisas básicas, ni otras más puntillosas al respecto. La mayoría actualmente es de tipo sello de caucho, que si bien son resultones, tienen el problema de que la tinta que se usa suele degradarse con el paso del tiempo y pierden calidad y buena presencia.
El último que me hice hacer es bastante sencillo, y como se ve, no cumple con todas las condiciones.
Está basado en un grupo estilizado de cristales de cuarzo y a menudo lo uso coloreado para resaltarlo y acomodarlo al color de las guardas del libro. La técnica utilizada es fotograbado en magnesio e impresión artesanal en papel Guarro Superalfa crema.
Este es el mismo con tinta color ocre, junto una versión en formato etiqueta y algunos borradores iniciales.
Otros bocetos que no llegaron a buen puerto son estos, que incluye como ingrediente un elemento de nuestra afición.
Estos son muy simples y los hicimos para unos amigos. Parten de grabados en metal originales que compraron en un viaje a Londres y se imprimieron en papel verjurado crema. Presenta mucho espacio blanco a petición propia, para escribir la fecha de compra del libro o estampar su nombre a mano.
Si algún día tengo la oportunidad, intentaré que un buen grabador artístico como el que nos presenta Zaida me haga uno "de verdad", sobre un plancha de metal (mejor cobre), grabado a mano, para luego pedir una tirada pequeña en tórculo tradicional sobre papel adecuado.
Muchas gracias por la información y por proponer este tema tan agradable.
Saludos.