atorling
Habitual
Sin verificar
***Aviso: tocho inside
Sólo unas reflexiones personales
En tiempos del analógico prefería el formato cuanto más grande mejor, así que fundamentalmente usaba el formato mediano (desde 4,5x6, hasta 6x9 pasando por 6x7, pero lo que más usé 6x6 y 6x9) aunque llegué a utilizar, que no poseer, un tiempo una Sinar.
No sólo era por la definición, que también, sino porque a mayor formato mejor gradación tonal, más reserva de color, etc, porque para hacer ampliaciones, básicamente proyectabas, y cuanto más grande el formato menos calidad se perdía.
En la fotografía analógica, si usabas el mismo objetivo y la misma película en diferentes cuerpos, a nada que la mecánica fuera medianamente precisa, tenías idéntica calidad.
A pesar de que las cámaras habían ido evolucionando de la película en placa, luego en hoja, rollo hasta el carrete para ir ganado en versatilidad a medida que disminuía el tamaño de los equipos. Entonces el 35 mm, 135 o paso universal que hoy llamamos “full frame”, nacido de la mano de Leica en los años 20 del siglo XX, era el pequeño formato. Hasta los fotógrafos habituales de BBC solían equiparse con cámaras de formato mediano con película en rollo (120 ó 220) hasta la irrupción del digital que cambió todo. El paso universal era más habitual en los reporteros gráficos que en los estudios. La réflex de 35 mm era la cámara propia de la instantánea y del foto reportaje desde que desbancó a las telemétricas que, con Leica a la cabeza, lideraban la acción en tiempos pretéritos.
Pero en digital las cosas cambiaron, y cómo…Ahora es mucho más difícil para la óptica cubrir el formato. Antiguamente los rayos que incidían oblicuamente llegaban al plano focal sin mayor contratiempo para impresionar la película. Ahora los captadores son antecedidos por micro lentes que refractan y reflejan la luz, filtros varios, etc. Así pues la exigencia en el diseño de los objetivos es mucho mayor y el área que se puede cubrir con garantías se ha reducido dramáticamente. También el tipo de sensor, su velocidad de transferencia y otros factores inciden en la calidad y capacidad de la cámara.
Píxeles y tamaño de impresión
Cuando la imagen estaba formada por granos de haluros de plata a veces eran éstos mismos visibles al ampliar. En cualquier caso se consideraba que la capacidad de percepción del ojo humano de detalles en la copia se limitaba a 0,2 mm. Cualquier elemento de menor tamaño se tomaba por debajo del umbral de percepción a una distancia normal de visionado. Por lo que todo círculo de confusión proyectado mayor de este tamaño se consideraba visible, y por lo tanto desenfocado. En base a esto se calculaban las escalas de profundidad de campo que podíamos ver en los objetivos, teniendo en cuenta de media una copia fotográfica de unos 25cm. Si partíamos de paso universal serían unos 7 aumentos, lo que suponía que a tamaño del negativo un círculo desenfocado debía ser inferior a 0,03mm, siempre hablando de 35mm.Para formatos mayores el factor de ampliación para llegar a ese tamaño de copia era menor, y la escala de profundidad de campo se calculaba en consecuencia, en caso de una lente para cámara de 6x6 la escala del objetivo se calculaba teniendo en cuenta un factor de ampliación x4 aproximadamente, y así sucesivamente. La distancia de visionado de restitución, la que nos da una visión de la toma cercana a la realidad, es la distancia focal por el factor de ampliación.
En digital todo esto también ha cambiado. La información del color y la gradación de tonos no se “reparte” y va perdiendo intensidad según se haga una ampliación mayor. Al estar codificado digitalmente cada pixel conserva su propia información independientemente del tamaño futuro de copia. Además, la trama creada por los puntos, de forma cuadrangular, es más antinatural y perceptible a la vista. El mínimo requerimiento para impresión fotográfica es de 150 ppp, pero es mejor subir a 240 ó 300. Esto significa que necesitamos a partir de 6 píxeles/mm o superior. Imaginemos que voy a ampliar una imagen tomada con una cámara de 6MP (3000x2000). Podría ampliar hasta un máximo de 50x33cm con una calidad mínima. Si por ejemplo tomamos una imagen obtenida por una cámara de formato 4/3 de 12MP de aproximadamente 4000x3000 puntos, podríamos ampliarla hasta un límite de 66x50 cm o poco menos, antes de percibir la trama.
Pero, ¿cuántos pixeles necesitamos? ¿Cómo de grande vamos a ampliar y a qué distancia vamos a verlo? ¿Necesitaremos 60MP para imprimir fotos de más de un metro y medio? ¿Hay alguien que se resista a la tentación de comprar una cámara con más y más MP? Esas son preguntas que cada uno debe responderse a la hora de elegir cámara y su conteo de MP.
Todo ello en lo que se refiere a ampliación de la imagen, no a la resolución, ni al detalle real que es capaz de rendir la cámara, eso es harina de otro costal.
El formato 4/3 (y micro 4/3)
Es el más pequeño de los que equipan las cámaras “de verdad”. Entiéndase por esto DSLR y otras de óptica intercambiable enfocadas desde aficionados a profesionales. Con un tamaño de 17,3 x 13 apenas supera los 224 milímetros cuadrados, poco más de la cuarta parte de la superficie del FF, y algo más del 60% de área que el APS-C. Sólo el binomio Olympus- Panasonic optó por este estándar y sólo por él para sus cámaras de ópticas intercambiables, mientras que el resto de marcas en su mayoría tienen DSLR tanto APS-C como FF.
¿Por qué alguien iba a elegir un formato relativamente pequeño en el mundo de las digitales avanzadas? ¿Puede tener alguna ventaja? Pues sí, alguna tiene.
El tamaño menor de sensor implica mayor facilidad para sus ópticas a la hora de cubrir el formato con calidad. Es decir, más limitado el viñeteo (oscurecimiento de las esquinas al llegar menos luz) y resolución más homogénea a lo largo de todo el fotograma. Si consideras la óptica lo más importante lo vas a considerar.
Por otro lado al tener una superficie relativa menor para cada captador a igualdad de megapíxeles la resolución que es capaz de rendir la óptica ha de ser superior (un círculo de mínima confusión menor para adaptarse al tamaño del fotodiodo). No nos sirven para nada muchos captadores si los círculos que componen la imagen ocupan un puñado de ellos, lo que implicaría muchos pixeles próximos con la misma información.
Los objetivos que se usan para los ángulos de toma más habituales para este formato han de ser de distancias focales más pequeñas (en este caso exactamente la mitad, el ángulo de toma que te daba un 50 en FF te lo dará un 25mm en 4/3). Ello implica que la profundidad de campo es mayor en general. Puede ser una ventaja si es lo que buscas o al contrario si requieres una profundidad de campo limitada. Otra dificultad que arrostran estas lentes es que los diafragmas han de dejar diámetros de apertura menores y ello implica una elevada difracción en los bordes del diafragma, haciendo las aperturas por encima de f11 inútiles en muchas lentes debido a la pérdida de resolución y contraste de la imagen. El cambio a formato micro 4/3, sin espejo, facilitó tener la montura más cercanas al plano focal, y eso beneficia el diseño de lentes de corta distancia focal y mejora de la calidad.
Tener una superficie relativamente menor por cada captador supone otra dificultad. La sensibilidad que antes aportaba la película, en base a un grano de mayor tamaño, ahora se consigue amplificando la señal eléctrica. Dicha ganancia puede generar errores que se convierten en ruido electrónico (píxeles con información errónea). A menor superficie para cada captor más dificultad en altas sensibilidades.
El otro escollo que debían salvar estos pequeños captadores cuando empezaban a comercializarse era el rango dinámico, o la capacidad de resolver detalles en un amplio espectro desde las luces más brillantes a las zonas más obscuras.
Cuando yo adquirí mi primera digital, una Olympus réflex de 8 MP en 2005, pensé que por un lado no necesitaría más captadores en el sensor nunca dado que es muy raro que yo amplíe más allá del 30x40cm, y para ese tamaño iba perfecto. Por otro, sabía que los fotodiodos eran demasiado pequeños respecto a la competencia, y su gestión de las sensibilidades altas y el DR estaban algo por detrás. Pensaba que no sería fácil gestionar más MP en un sensor de ese tamaño….
Pero los tiempos avanzan que es una barbaridad, hoy en día hay FF con una densidad de fotodiodos superior a la de mi vieja Oly. El avance de los sensores y de los procesadores de imagen es tal que las modernas micro 4/3 de 16MP se desenvuelven con rangos dinámicos y gestión del ruido muy similar a la de sus competidores de mayor superficie sensible.
La fortaleza de este formato se obtiene con gran variedad de ópticas de muy buena calidad, capaces de ofrecer una resolución superlativa, incluso de sacar el rendimiento suficiente al sensor a un precio en general bastante competitivo respecto competidores de formatos mayores. ¿Lo consiguen? Sin duda las mejores ópticas sí. Pero ¿cuál es su límite? La definición que es capaz de ofrecer una lente no es infinita, ni mucho menos. Cuando se presentó la primera DSLR de Olympus, la E-1, una profesional de 5 MP, los responsables de la marca anticipaban que con la calidad de sus ópticas el estándar 4/3 podría llegar a desarrollarse hasta los 20MP. Ya se ha presentado la primera Panasonic de esta resolución y no tardarán en llegar más. No creo que se pueda ir más allá de los 24MP, aunque algunas ópticas son capaces de sorprenderme y sensor tras sensor van cubriendo la resolución máxima posible así que tampoco quiero apostar
Pero después de esto… ¿qué?
Por un lado ya se ha abierto una puerta a la hiper alta resolución en la M5II con una toma múltiple que consigue una imagen que va desde los 40 hasta los 64MP y supera sin problemas a la de la Nikon D810 de 36MP, pero que hoy por hoy está limitada a tomas estáticas. Quizá evolucione lo suficiente en un futuro para afrontar el reto de alcanzar a las FF, o quizá no.
Para algunos los 16MP de las micro 4/3 actuales pueden quedarse cortos. Pero todo depende de lo que espere cada uno. Una Olympus OM-D EM5 con una buena lente fija y su buen motor JPEG es capaz de resolver el centro del fotograma al nivel de la FF Canon EOS 5D Mark II con la óptica equivalente… y un poco mejor que ésta en los bordes del fotograma!!!
Aquí vemos un ejemplo tomado de Dpreview. Fracción de unas tomas estática de estudio Canon 50mm 1.4. Olympus 50mm 2
Por último parte los equipos micro 4/3 tienen un tamaño muy compacto. Tanto que el poseedor de una compacta de óptica intercambiable puede llevar una cámara diminuta que a igualdad de sensor, procesador JPEG y lente, puede dar el mismo resultado óptico que una semi profesional. ¿Ventaja o inconveniente? Si te gusta viajar ligero de equipaje, llevas calidad réflex en un bolsillo, aunque el agarre de la máquina sea algo más incómodo por su tamaño y ergonomía
El Formato Completo
A todos los que veníamos del mundo réflex nos es común el placer de sentir una cámara de este estilo entre las manos, al menos la sensación, y la experiencia recuerda mucho a otros tiempos. Aunque ya no todas las FF son réflex, también las hay sin espejo, como las Sony A7 y sucesoras.
Una de las fundamentales ventajas respecto a sensores de menor superficie es que a igualdad de conteo de MP cada captador dispondría de más superficie. Ello debe redundar en mejor capacidad a alta sensibilidad (es decir, que la ganancia genere menor ruido, y /o se puedan alcanzar valores de ISO mayores, o que los fabricantes de formatos más pequeños se tengan que esmerar mucho más para acercarse). Visto de otra manera, a igual densidad de fotodiodos que un estándar más pequeño, muchos más pixeles totales. Si una cámara FF tuviera los mismos captadores por mm cuadrado que una 4/3 de 16MP, la FF alcanzaría nada menos que 62MP.
La dificultad que enfrenta es conseguir lentes que cubran el formato adecuadamente con resolución homogénea, limitado viñeteo, astigmatismo, aberraciones cromáticas y distorsiones de curvatura. La inversión en lentes debe ser indudablemente mayor si buscas resultados más o menos avanzados, y aun así, casi ninguna lente alcanza la misma resolución en los bordes del fotograma está al nivel del centro. Por otro, a igualdad de conteo de píxeles con otros formatos el tener píxeles más grandes, me exigirá del objetivo a utilizar menos resolución efectiva.
Y todo esto, ¿importa mucho? Pues depende de para qué aplicación, tu grado de exigencia o necesidad de resultados.
Aquí vemos unos test de Photozone.de (en numero de lineas en altura por imagen)
El Canon 50mm 1,2 USM L probado en una 5D mark II. A pesar de su precio, la resolución que da en los extremos del fotograma es muy limitada
Comparado con un modesto Zuiko 25mm en una 4/3 de 16mp dará más detalle en los extremos a casi cualquier diafragma..
Imagina que quieres sacar una panorámica del perfil de una ciudad (más conocido con el vocablo anglosajón “skyline”) para hacer una gran ampliación muy detallada con tu cámara FF de muchos MP. Para una foto de ese estilo necesitas igual resolución en el centro de la imagen que en los extremos del encuadre y muy pocas ópticas te podrían dar esa calidad, desde luego ninguna económica. O en otro caso similar cuando unes varios fotogramas para obtener una fotografía panorámica, la pérdida de definición y luz en los extremos, que son las zonas por las que unirás las tomas puede dar un resultado raro, con franjas menos homogéneas, claro, si vas a verlo con un grado de ampliación enorme.
Pero si te va usar equipos grandes y puedes permitirte ópticas de gran calidad no vas a tener rival en cuanto a posibilidades y disfrute. También podrás conseguir angulares más extremos con focales mayores, aunque, por el contrario necesitarás teles más largos, y por tanto también más costosos.
Otra ventaja, si tienes una FF de muchos MP es que podrás hacer recortes del encuadre con buena calidad.
EL APS-C
Nacido como APS en tiempos del analógico pasó sin pena ni gloria en aquella etapa de transición entre la antigua y la nueva era digital aunque empujó la calidad de las películas los últimos tiempos de la foto química.
Hoy no es un formato único dado que distintas marcas tienen tamaños de sensor con pequeñas diferencias, con una superficie aproximada del 40% del FF. Por ejemplo Canon suele rondar un factor de conversión de 1,6 (sensor 22,3x 14,9) y Nikon más cerca del 1,5 (23,5x 15,6mm). Hace unos años hubo otros formatos de mayor tamaño como el APS-H que estaban aún más cerca en tamaño del paso universal aunque han caído en desuso.
Quizá sea el más equilibrado de todos y el más extendido entre las cámaras dslr, de aficionados, avanzados y semi-profesionales. Se encuentra a medio camino entre el 4/3 y el formato completo con lo cual toma ventajas y desventajas de ambos.
Las lentes a usar tienen menos requerimientos que las del FF pero más que las del 4/3, por tanto a igualdad de conteo de píxeles la superficie del fotodiodo también se encuentra a medio camino entre ambas, con lo que ello significa a efectos de rango dinámico y uso de altas sensibilidades, al menos en la teoría, luego hay que mirar cámara a cámara lo que los ingenieros han conseguido extraer de cada sensor.
El conteo actual de las réflex APSC anda por los 24MP de media, aunque ya se ha visto alguna sin espejo sumando 28, lo que para el estándar micro cuatro tercios hoy es sólo un sueño ( no sé si alcanzable o no)
Otra ventaja que tiene es que con la veloz obsolescencia de los modelos es fácil encontrar ofertas escandalosas y hacerse con una buena máquina con su zoom básico por poco más de 300€.
Sin duda si quieres una réflex con buenas prestaciones sin hacer una inversión desmedida o al menos no tan alta como en el full frame, este es tu estándar.
CONCLUSIÓN
Pues no la hay. Cada cual que disfrute a su manera con lo que más le complazca. Los grandes cuerpos del FF y sus resultados más profesionales si los acompañas de buenas lentes, las APSC con su buena calidad o las pequeñas y transportables 4/3 que con buenos cristales dan resultados muy estimables.
Aquí otra sección del extremo de una toma en dpreview de dos cámaras sin filtro de paso bajo de 24 y 16 MP...¿quién gana?
Yo me decanté por la última opción, porque mis prioridades han ido siempre por el lado de la óptica y porque con los años arrastrar una pesada bolsa por el mundo me acaba disuadiendo de hacer fotos y me ha tenido bastante tiempo en el dique seco fotográfico.
Pero cada uno es cada uno y las elecciones de cada cual se han de ajustar al disfrute que le va a proporcionar y/o a las aplicaciones para las que va a usar su equipo
A fin de cuentas, como en el tema de los relojes, los aficionados a esto de la foto cada vez estamos un poco más fuera del curso de los tiempos.
Ayer me enseñaba un amigo un libro de fotos, cada página sería de 25x25 y las fotos se apreciaban bien, sin echar de menos más calidad o detalle. Le pregunté qué equipo había usado para las fotos, y sacó su móvil del bolsillo…
Sólo unas reflexiones personales
En tiempos del analógico prefería el formato cuanto más grande mejor, así que fundamentalmente usaba el formato mediano (desde 4,5x6, hasta 6x9 pasando por 6x7, pero lo que más usé 6x6 y 6x9) aunque llegué a utilizar, que no poseer, un tiempo una Sinar.
No sólo era por la definición, que también, sino porque a mayor formato mejor gradación tonal, más reserva de color, etc, porque para hacer ampliaciones, básicamente proyectabas, y cuanto más grande el formato menos calidad se perdía.
En la fotografía analógica, si usabas el mismo objetivo y la misma película en diferentes cuerpos, a nada que la mecánica fuera medianamente precisa, tenías idéntica calidad.
A pesar de que las cámaras habían ido evolucionando de la película en placa, luego en hoja, rollo hasta el carrete para ir ganado en versatilidad a medida que disminuía el tamaño de los equipos. Entonces el 35 mm, 135 o paso universal que hoy llamamos “full frame”, nacido de la mano de Leica en los años 20 del siglo XX, era el pequeño formato. Hasta los fotógrafos habituales de BBC solían equiparse con cámaras de formato mediano con película en rollo (120 ó 220) hasta la irrupción del digital que cambió todo. El paso universal era más habitual en los reporteros gráficos que en los estudios. La réflex de 35 mm era la cámara propia de la instantánea y del foto reportaje desde que desbancó a las telemétricas que, con Leica a la cabeza, lideraban la acción en tiempos pretéritos.
Pero en digital las cosas cambiaron, y cómo…Ahora es mucho más difícil para la óptica cubrir el formato. Antiguamente los rayos que incidían oblicuamente llegaban al plano focal sin mayor contratiempo para impresionar la película. Ahora los captadores son antecedidos por micro lentes que refractan y reflejan la luz, filtros varios, etc. Así pues la exigencia en el diseño de los objetivos es mucho mayor y el área que se puede cubrir con garantías se ha reducido dramáticamente. También el tipo de sensor, su velocidad de transferencia y otros factores inciden en la calidad y capacidad de la cámara.
Píxeles y tamaño de impresión
Cuando la imagen estaba formada por granos de haluros de plata a veces eran éstos mismos visibles al ampliar. En cualquier caso se consideraba que la capacidad de percepción del ojo humano de detalles en la copia se limitaba a 0,2 mm. Cualquier elemento de menor tamaño se tomaba por debajo del umbral de percepción a una distancia normal de visionado. Por lo que todo círculo de confusión proyectado mayor de este tamaño se consideraba visible, y por lo tanto desenfocado. En base a esto se calculaban las escalas de profundidad de campo que podíamos ver en los objetivos, teniendo en cuenta de media una copia fotográfica de unos 25cm. Si partíamos de paso universal serían unos 7 aumentos, lo que suponía que a tamaño del negativo un círculo desenfocado debía ser inferior a 0,03mm, siempre hablando de 35mm.Para formatos mayores el factor de ampliación para llegar a ese tamaño de copia era menor, y la escala de profundidad de campo se calculaba en consecuencia, en caso de una lente para cámara de 6x6 la escala del objetivo se calculaba teniendo en cuenta un factor de ampliación x4 aproximadamente, y así sucesivamente. La distancia de visionado de restitución, la que nos da una visión de la toma cercana a la realidad, es la distancia focal por el factor de ampliación.
En digital todo esto también ha cambiado. La información del color y la gradación de tonos no se “reparte” y va perdiendo intensidad según se haga una ampliación mayor. Al estar codificado digitalmente cada pixel conserva su propia información independientemente del tamaño futuro de copia. Además, la trama creada por los puntos, de forma cuadrangular, es más antinatural y perceptible a la vista. El mínimo requerimiento para impresión fotográfica es de 150 ppp, pero es mejor subir a 240 ó 300. Esto significa que necesitamos a partir de 6 píxeles/mm o superior. Imaginemos que voy a ampliar una imagen tomada con una cámara de 6MP (3000x2000). Podría ampliar hasta un máximo de 50x33cm con una calidad mínima. Si por ejemplo tomamos una imagen obtenida por una cámara de formato 4/3 de 12MP de aproximadamente 4000x3000 puntos, podríamos ampliarla hasta un límite de 66x50 cm o poco menos, antes de percibir la trama.
Pero, ¿cuántos pixeles necesitamos? ¿Cómo de grande vamos a ampliar y a qué distancia vamos a verlo? ¿Necesitaremos 60MP para imprimir fotos de más de un metro y medio? ¿Hay alguien que se resista a la tentación de comprar una cámara con más y más MP? Esas son preguntas que cada uno debe responderse a la hora de elegir cámara y su conteo de MP.
Todo ello en lo que se refiere a ampliación de la imagen, no a la resolución, ni al detalle real que es capaz de rendir la cámara, eso es harina de otro costal.
El formato 4/3 (y micro 4/3)
Es el más pequeño de los que equipan las cámaras “de verdad”. Entiéndase por esto DSLR y otras de óptica intercambiable enfocadas desde aficionados a profesionales. Con un tamaño de 17,3 x 13 apenas supera los 224 milímetros cuadrados, poco más de la cuarta parte de la superficie del FF, y algo más del 60% de área que el APS-C. Sólo el binomio Olympus- Panasonic optó por este estándar y sólo por él para sus cámaras de ópticas intercambiables, mientras que el resto de marcas en su mayoría tienen DSLR tanto APS-C como FF.
¿Por qué alguien iba a elegir un formato relativamente pequeño en el mundo de las digitales avanzadas? ¿Puede tener alguna ventaja? Pues sí, alguna tiene.
El tamaño menor de sensor implica mayor facilidad para sus ópticas a la hora de cubrir el formato con calidad. Es decir, más limitado el viñeteo (oscurecimiento de las esquinas al llegar menos luz) y resolución más homogénea a lo largo de todo el fotograma. Si consideras la óptica lo más importante lo vas a considerar.
Por otro lado al tener una superficie relativa menor para cada captador a igualdad de megapíxeles la resolución que es capaz de rendir la óptica ha de ser superior (un círculo de mínima confusión menor para adaptarse al tamaño del fotodiodo). No nos sirven para nada muchos captadores si los círculos que componen la imagen ocupan un puñado de ellos, lo que implicaría muchos pixeles próximos con la misma información.
Los objetivos que se usan para los ángulos de toma más habituales para este formato han de ser de distancias focales más pequeñas (en este caso exactamente la mitad, el ángulo de toma que te daba un 50 en FF te lo dará un 25mm en 4/3). Ello implica que la profundidad de campo es mayor en general. Puede ser una ventaja si es lo que buscas o al contrario si requieres una profundidad de campo limitada. Otra dificultad que arrostran estas lentes es que los diafragmas han de dejar diámetros de apertura menores y ello implica una elevada difracción en los bordes del diafragma, haciendo las aperturas por encima de f11 inútiles en muchas lentes debido a la pérdida de resolución y contraste de la imagen. El cambio a formato micro 4/3, sin espejo, facilitó tener la montura más cercanas al plano focal, y eso beneficia el diseño de lentes de corta distancia focal y mejora de la calidad.
Tener una superficie relativamente menor por cada captador supone otra dificultad. La sensibilidad que antes aportaba la película, en base a un grano de mayor tamaño, ahora se consigue amplificando la señal eléctrica. Dicha ganancia puede generar errores que se convierten en ruido electrónico (píxeles con información errónea). A menor superficie para cada captor más dificultad en altas sensibilidades.
El otro escollo que debían salvar estos pequeños captadores cuando empezaban a comercializarse era el rango dinámico, o la capacidad de resolver detalles en un amplio espectro desde las luces más brillantes a las zonas más obscuras.
Cuando yo adquirí mi primera digital, una Olympus réflex de 8 MP en 2005, pensé que por un lado no necesitaría más captadores en el sensor nunca dado que es muy raro que yo amplíe más allá del 30x40cm, y para ese tamaño iba perfecto. Por otro, sabía que los fotodiodos eran demasiado pequeños respecto a la competencia, y su gestión de las sensibilidades altas y el DR estaban algo por detrás. Pensaba que no sería fácil gestionar más MP en un sensor de ese tamaño….
Pero los tiempos avanzan que es una barbaridad, hoy en día hay FF con una densidad de fotodiodos superior a la de mi vieja Oly. El avance de los sensores y de los procesadores de imagen es tal que las modernas micro 4/3 de 16MP se desenvuelven con rangos dinámicos y gestión del ruido muy similar a la de sus competidores de mayor superficie sensible.
La fortaleza de este formato se obtiene con gran variedad de ópticas de muy buena calidad, capaces de ofrecer una resolución superlativa, incluso de sacar el rendimiento suficiente al sensor a un precio en general bastante competitivo respecto competidores de formatos mayores. ¿Lo consiguen? Sin duda las mejores ópticas sí. Pero ¿cuál es su límite? La definición que es capaz de ofrecer una lente no es infinita, ni mucho menos. Cuando se presentó la primera DSLR de Olympus, la E-1, una profesional de 5 MP, los responsables de la marca anticipaban que con la calidad de sus ópticas el estándar 4/3 podría llegar a desarrollarse hasta los 20MP. Ya se ha presentado la primera Panasonic de esta resolución y no tardarán en llegar más. No creo que se pueda ir más allá de los 24MP, aunque algunas ópticas son capaces de sorprenderme y sensor tras sensor van cubriendo la resolución máxima posible así que tampoco quiero apostar
Pero después de esto… ¿qué?
Por un lado ya se ha abierto una puerta a la hiper alta resolución en la M5II con una toma múltiple que consigue una imagen que va desde los 40 hasta los 64MP y supera sin problemas a la de la Nikon D810 de 36MP, pero que hoy por hoy está limitada a tomas estáticas. Quizá evolucione lo suficiente en un futuro para afrontar el reto de alcanzar a las FF, o quizá no.
Para algunos los 16MP de las micro 4/3 actuales pueden quedarse cortos. Pero todo depende de lo que espere cada uno. Una Olympus OM-D EM5 con una buena lente fija y su buen motor JPEG es capaz de resolver el centro del fotograma al nivel de la FF Canon EOS 5D Mark II con la óptica equivalente… y un poco mejor que ésta en los bordes del fotograma!!!
Aquí vemos un ejemplo tomado de Dpreview. Fracción de unas tomas estática de estudio Canon 50mm 1.4. Olympus 50mm 2
Por último parte los equipos micro 4/3 tienen un tamaño muy compacto. Tanto que el poseedor de una compacta de óptica intercambiable puede llevar una cámara diminuta que a igualdad de sensor, procesador JPEG y lente, puede dar el mismo resultado óptico que una semi profesional. ¿Ventaja o inconveniente? Si te gusta viajar ligero de equipaje, llevas calidad réflex en un bolsillo, aunque el agarre de la máquina sea algo más incómodo por su tamaño y ergonomía
El Formato Completo
A todos los que veníamos del mundo réflex nos es común el placer de sentir una cámara de este estilo entre las manos, al menos la sensación, y la experiencia recuerda mucho a otros tiempos. Aunque ya no todas las FF son réflex, también las hay sin espejo, como las Sony A7 y sucesoras.
Una de las fundamentales ventajas respecto a sensores de menor superficie es que a igualdad de conteo de MP cada captador dispondría de más superficie. Ello debe redundar en mejor capacidad a alta sensibilidad (es decir, que la ganancia genere menor ruido, y /o se puedan alcanzar valores de ISO mayores, o que los fabricantes de formatos más pequeños se tengan que esmerar mucho más para acercarse). Visto de otra manera, a igual densidad de fotodiodos que un estándar más pequeño, muchos más pixeles totales. Si una cámara FF tuviera los mismos captadores por mm cuadrado que una 4/3 de 16MP, la FF alcanzaría nada menos que 62MP.
La dificultad que enfrenta es conseguir lentes que cubran el formato adecuadamente con resolución homogénea, limitado viñeteo, astigmatismo, aberraciones cromáticas y distorsiones de curvatura. La inversión en lentes debe ser indudablemente mayor si buscas resultados más o menos avanzados, y aun así, casi ninguna lente alcanza la misma resolución en los bordes del fotograma está al nivel del centro. Por otro, a igualdad de conteo de píxeles con otros formatos el tener píxeles más grandes, me exigirá del objetivo a utilizar menos resolución efectiva.
Y todo esto, ¿importa mucho? Pues depende de para qué aplicación, tu grado de exigencia o necesidad de resultados.
Aquí vemos unos test de Photozone.de (en numero de lineas en altura por imagen)
El Canon 50mm 1,2 USM L probado en una 5D mark II. A pesar de su precio, la resolución que da en los extremos del fotograma es muy limitada
Comparado con un modesto Zuiko 25mm en una 4/3 de 16mp dará más detalle en los extremos a casi cualquier diafragma..
Imagina que quieres sacar una panorámica del perfil de una ciudad (más conocido con el vocablo anglosajón “skyline”) para hacer una gran ampliación muy detallada con tu cámara FF de muchos MP. Para una foto de ese estilo necesitas igual resolución en el centro de la imagen que en los extremos del encuadre y muy pocas ópticas te podrían dar esa calidad, desde luego ninguna económica. O en otro caso similar cuando unes varios fotogramas para obtener una fotografía panorámica, la pérdida de definición y luz en los extremos, que son las zonas por las que unirás las tomas puede dar un resultado raro, con franjas menos homogéneas, claro, si vas a verlo con un grado de ampliación enorme.
Pero si te va usar equipos grandes y puedes permitirte ópticas de gran calidad no vas a tener rival en cuanto a posibilidades y disfrute. También podrás conseguir angulares más extremos con focales mayores, aunque, por el contrario necesitarás teles más largos, y por tanto también más costosos.
Otra ventaja, si tienes una FF de muchos MP es que podrás hacer recortes del encuadre con buena calidad.
EL APS-C
Nacido como APS en tiempos del analógico pasó sin pena ni gloria en aquella etapa de transición entre la antigua y la nueva era digital aunque empujó la calidad de las películas los últimos tiempos de la foto química.
Hoy no es un formato único dado que distintas marcas tienen tamaños de sensor con pequeñas diferencias, con una superficie aproximada del 40% del FF. Por ejemplo Canon suele rondar un factor de conversión de 1,6 (sensor 22,3x 14,9) y Nikon más cerca del 1,5 (23,5x 15,6mm). Hace unos años hubo otros formatos de mayor tamaño como el APS-H que estaban aún más cerca en tamaño del paso universal aunque han caído en desuso.
Quizá sea el más equilibrado de todos y el más extendido entre las cámaras dslr, de aficionados, avanzados y semi-profesionales. Se encuentra a medio camino entre el 4/3 y el formato completo con lo cual toma ventajas y desventajas de ambos.
Las lentes a usar tienen menos requerimientos que las del FF pero más que las del 4/3, por tanto a igualdad de conteo de píxeles la superficie del fotodiodo también se encuentra a medio camino entre ambas, con lo que ello significa a efectos de rango dinámico y uso de altas sensibilidades, al menos en la teoría, luego hay que mirar cámara a cámara lo que los ingenieros han conseguido extraer de cada sensor.
El conteo actual de las réflex APSC anda por los 24MP de media, aunque ya se ha visto alguna sin espejo sumando 28, lo que para el estándar micro cuatro tercios hoy es sólo un sueño ( no sé si alcanzable o no)
Otra ventaja que tiene es que con la veloz obsolescencia de los modelos es fácil encontrar ofertas escandalosas y hacerse con una buena máquina con su zoom básico por poco más de 300€.
Sin duda si quieres una réflex con buenas prestaciones sin hacer una inversión desmedida o al menos no tan alta como en el full frame, este es tu estándar.
CONCLUSIÓN
Pues no la hay. Cada cual que disfrute a su manera con lo que más le complazca. Los grandes cuerpos del FF y sus resultados más profesionales si los acompañas de buenas lentes, las APSC con su buena calidad o las pequeñas y transportables 4/3 que con buenos cristales dan resultados muy estimables.
Aquí otra sección del extremo de una toma en dpreview de dos cámaras sin filtro de paso bajo de 24 y 16 MP...¿quién gana?
Yo me decanté por la última opción, porque mis prioridades han ido siempre por el lado de la óptica y porque con los años arrastrar una pesada bolsa por el mundo me acaba disuadiendo de hacer fotos y me ha tenido bastante tiempo en el dique seco fotográfico.
Pero cada uno es cada uno y las elecciones de cada cual se han de ajustar al disfrute que le va a proporcionar y/o a las aplicaciones para las que va a usar su equipo
A fin de cuentas, como en el tema de los relojes, los aficionados a esto de la foto cada vez estamos un poco más fuera del curso de los tiempos.
Ayer me enseñaba un amigo un libro de fotos, cada página sería de 25x25 y las fotos se apreciaban bien, sin echar de menos más calidad o detalle. Le pregunté qué equipo había usado para las fotos, y sacó su móvil del bolsillo…
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