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Relojeria Nautica, breve historia

  • Iniciador del hilo Antonio
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Antonio

Antonio

Quasi-forer@
Sin verificar
Un poco de historia sobre la relojería náutica


En el 1772 el viaje de Resolución de HMS, era a la navegación, lo
que Wilbur y el brinco pequeño de Orville, fueron a la aviación.
Hasta ese tiempo la práctica de navegación era más arte que ciencia y los
marineros nunca navegan de verdad, fuera de la vista de tierra porque era de
este modo como sabían su posición en el mar. El viaje de resolución cambió eso para siempre.
Hubo un primer dispositivo que revolucionó particularmente la navegación, el
cronómetro. Posibilitando inclusive en viajes de exploración a modo de prueba ir perfeccionando y corrigiendo las técnicas de navegación existentes hasta el momento.
Ya los marinos de siglos anteriores habían recorrido los océanos.
Los descubrimientos arqueológicos muestran que los vikingos y polinesios
hicieron los épicos viajes, antes de la invención del compás magnético o el
cronómetro. Ellos no dejaron ningún archivo de cómo lograron estos hechos.
Solo sabemos que usaron el conocimiento de los vientos prevalecientes. Y
también probablemente lo que les permitió determinar la dirección durante
sus navegaciones fueron sus conocimientos sobre el sol y las estrellas.
Gracias a la invención del compás, los marinos antiguos podían a partir de
su posición, calculando la velocidad gracias al cronómetro, calcular la
distancia recorrida y su localización. Estos cálculos no eran muy exactos,
pero formaron la base de la navegación. Cuando astrónomos empezaron a
observar el orden en los movimientos de las estrellas y planetas, los
navegantes usando esta información empezaron a poder determinar su
situación. La latitud de una embarcación se encontró fácilmente observando
la altura del sol del mediodía o la altura de la estrella Polar, pero un
método para encontrar la longitud seguía siendo un misterio.
Desde que ellos pudieron encontrar la latitud, aunque no la longitud, los
navegantes practicaron la navegación paralela y sus viajes pudieron ser
tanto hacia el Este como el Oeste, siempre a lo largo de los paralelos para
una distancia planificada. Esto sometía los viajes a grandes riesgos. Porque
a veces la embarcación no estaba tomando la ruta más directa a su destino.
La navegación paralela hacía perder mucho tiempo y eso significaba exponer
la tripulación a viajes prolongados y al Escorbuto, una enfermedad potencialmente mortal causada por la falta de C de la vitamina en la dieta.
Además, los errores de estima en las largas distancias a veces daban por
resultado desastres. En la noche brumosa del 22 de Octubre de 1707, un
simple error de estima hundió 3 buques de guerra británicos, muriendo 2000
hombres.
Las 4 naves de la flota del Almirante Sir Clowdisley Shovell hacían una
navegación paralela cercana a las Islas de Scilly, navegaba con riesgo
dejando atrás Inglaterra. Después de cometer un error al juzgar su longitud,
el Almirante se dirigió al norte. Un marinero, que secretamente llevaba los
cálculos del viaje de la flota, se acercó al Almirante y le informó del
error. Desgraciadamente el Almirante no lo agradeció y tomó al marinero por un
advenedizo, por lo cual rápidamente ordenó colgado. Solo algunos momentos
luego, la flota chocaba contra los bajíos de Scilly.
Esta tragedia ayudó a la toma de conciencia en Europa, Inglaterra en
particular, de la importancia de encontrar una solución al problema de la
longitud. Un Comité Real fue formado para recoger las ideas y un premio de
320,000 Libras se ofreció a la persona que podría determinar la longitud al mar.
Muchos esquemas eran probados, algunos de ellos fueron:

LA VARIACIÓN MAGNÉTICA
Algunos creyeron que pudieran trazarse diferencias globales en la variación
magnética como modo de determinar la longitud. Pero desgraciadamente la
variación no es de ningún modo una constante bastante importante para ser de
mucha ayuda.

LOS PERROS HERIDOS.
Un defensor de este método sugirió que si con una substancia misteriosa
llamada "polvo de simpatía" se impregnaba una venda, con la que luego se
frotaba en una herida un perro, esto le causaría dolor suficiente para
aullar, aun cuando el perro estuviera a centenares de millas lejos de la
venda. Si esto se hiciera en Inglaterra en un momento predeterminado todos
los días, entonces el perro al aullar le haría un signo de tiempo diario al
navegante. Claro si la nave estuviera viajando en una jornada extendida, el
perro tendría que ser nuevamente dañado para así al guardar la herida fresca
prosiguiera aullando. Por suerte para los perros, este esquema no
arregló la cacerola.

Los SIGNOS de TIEMPO
Esta idea requería de una flota estacionada de barcos en determinadas
localizaciones prefijadas en los océanos. Los que dispararían cada flota
responsable un tiro de cañón luminoso alto en el cielo en un momento
predeterminado cada día para que los marinos tuvieran los signos de tiempo.
El puro costo de tal tarea, por no mencionar la impracticabilidad de fijar
los barcos, en las miles de localizaciones en el agua de grandes profundidades, eran simplemente algunas de las razones por la que esta idea
entró en el archivo olvidado.

Las LUNAS DE JÚPITER
Galileo sugirió primero que los navegantes pudieran usar las lunas que
orbitan alrededor del planeta Júpiter, para así calcular el tiempo preciso y
la longitud. Esta idea realmente cuajó, pero la dificultad de llevarla a
cabo estas observaciones desde una embarcación en plena navegación, hizo que
fuera imposible prácticamente.

La DISTANCIA LUNAR
Otro método teóricamente posible. Medir el ángulo entre la Luna y otros
cuerpos celestiales, determinando el tiempo preciso. Los cálculos eran
difíciles y torpes y a que veces había que navegar por ejemplo 4 horas para
conseguir un cálculo aproximado.

El CRONÓMETRO
Finalmente en 1728, un relojero británico nombrado John Harrison desarrolló
un reloj que fue exacto en todo momento en el mar. Como la Tierra gira 15 grados por hora, si usted sabe la hora precisa del primer meridiano de longitud, la diferencia entre ese tiempo y el tiempo local del navegante (el tiempo a su situación) le dará su longitud. Por fin el marino tenía la posibilidad de fácilmente y de forma consistente, determinar su posición exacta.
Hoy, los relojes de cuarzo baratos le dan el tiempo exacto al navegante y
los sextantes pueden medir la altitud de estrellas dentro de una porción de
un grado. Hoy los dispositivos electrónicos receptores del llamado Sistema
de Posicionamiento Global (GPS) y LORAN, pueden determinar la posición y pueden
calcular cursos y distancias. El RADAR no sólo se usa para evitar la
colisión, también para medir distancias y posición de la parcela.
Durante siglos la navegación ha venido de modo lento evolucionando junto al
desarrollo de todas las ciencias involucradas. Aunque aún la aplicación de
este conocimiento determinado de por resultado que se trate de un arte.
A pesar del levantamiento de información y cálculos que permiten hoy los
microprocesadores, hay muchas razones por qué el marino de hoy necesita
saber y practicar los métodos tradicionales de navegación. Las faltas de Energía, un fusible que se queme o lo que es más importante, el propio
capitán que es responsable para la nave y sus pasajeros y no el GPS, que no
sepa valerse en una condición extrema de fuera de uso de la
electrónica, o simplemente no ser capaz de corroborar un desperfecto parcial. Además por esto último es que debemos siempre preguntarnos y constatar si la
propia electrónica está siendo capaz de llevarnos por donde dice y no por donde
creemos o nos indica.
 
Me gustan estas aportaciones de historia de la relojería. Muchas gracias.
 
Un poco de historia sobre la relojería náutica


En el 1772 el viaje de Resolución de HMS, era a la navegación, lo
que Wilbur y el brinco pequeño de Orville, fueron a la aviación.
Hasta ese tiempo la práctica de navegación era más arte que ciencia y los
marineros nunca navegan de verdad, fuera de la vista de tierra porque era de
este modo como sabían su posición en el mar. El viaje de resolución cambió eso para siempre.
Hubo un primer dispositivo que revolucionó particularmente la navegación, el
cronómetro. Posibilitando inclusive en viajes de exploración a modo de prueba ir perfeccionando y corrigiendo las técnicas de navegación existentes hasta el momento.
Ya los marinos de siglos anteriores habían recorrido los océanos.
Los descubrimientos arqueológicos muestran que los vikingos y polinesios
hicieron los épicos viajes, antes de la invención del compás magnético o el
cronómetro. Ellos no dejaron ningún archivo de cómo lograron estos hechos.
Solo sabemos que usaron el conocimiento de los vientos prevalecientes. Y
también probablemente lo que les permitió determinar la dirección durante
sus navegaciones fueron sus conocimientos sobre el sol y las estrellas.
Gracias a la invención del compás, los marinos antiguos podían a partir de
su posición, calculando la velocidad gracias al cronómetro, calcular la
distancia recorrida y su localización. Estos cálculos no eran muy exactos,
pero formaron la base de la navegación. Cuando astrónomos empezaron a
observar el orden en los movimientos de las estrellas y planetas, los
navegantes usando esta información empezaron a poder determinar su
situación. La latitud de una embarcación se encontró fácilmente observando
la altura del sol del mediodía o la altura de la estrella Polar, pero un
método para encontrar la longitud seguía siendo un misterio.
Desde que ellos pudieron encontrar la latitud, aunque no la longitud, los
navegantes practicaron la navegación paralela y sus viajes pudieron ser
tanto hacia el Este como el Oeste, siempre a lo largo de los paralelos para
una distancia planificada. Esto sometía los viajes a grandes riesgos. Porque
a veces la embarcación no estaba tomando la ruta más directa a su destino.
La navegación paralela hacía perder mucho tiempo y eso significaba exponer
la tripulación a viajes prolongados y al Escorbuto, una enfermedad potencialmente mortal causada por la falta de C de la vitamina en la dieta.
Además, los errores de estima en las largas distancias a veces daban por
resultado desastres. En la noche brumosa del 22 de Octubre de 1707, un
simple error de estima hundió 3 buques de guerra británicos, muriendo 2000
hombres.
Las 4 naves de la flota del Almirante Sir Clowdisley Shovell hacían una
navegación paralela cercana a las Islas de Scilly, navegaba con riesgo
dejando atrás Inglaterra. Después de cometer un error al juzgar su longitud,
el Almirante se dirigió al norte. Un marinero, que secretamente llevaba los
cálculos del viaje de la flota, se acercó al Almirante y le informó del
error. Desgraciadamente el Almirante no lo agradeció y tomó al marinero por un
advenedizo, por lo cual rápidamente ordenó colgado. Solo algunos momentos
luego, la flota chocaba contra los bajíos de Scilly.
Esta tragedia ayudó a la toma de conciencia en Europa, Inglaterra en
particular, de la importancia de encontrar una solución al problema de la
longitud. Un Comité Real fue formado para recoger las ideas y un premio de
320,000 Libras se ofreció a la persona que podría determinar la longitud al mar.
Muchos esquemas eran probados, algunos de ellos fueron:

LA VARIACIÓN MAGNÉTICA
Algunos creyeron que pudieran trazarse diferencias globales en la variación
magnética como modo de determinar la longitud. Pero desgraciadamente la
variación no es de ningún modo una constante bastante importante para ser de
mucha ayuda.

LOS PERROS HERIDOS.
Un defensor de este método sugirió que si con una substancia misteriosa
llamada "polvo de simpatía" se impregnaba una venda, con la que luego se
frotaba en una herida un perro, esto le causaría dolor suficiente para
aullar, aun cuando el perro estuviera a centenares de millas lejos de la
venda. Si esto se hiciera en Inglaterra en un momento predeterminado todos
los días, entonces el perro al aullar le haría un signo de tiempo diario al
navegante. Claro si la nave estuviera viajando en una jornada extendida, el
perro tendría que ser nuevamente dañado para así al guardar la herida fresca
prosiguiera aullando. Por suerte para los perros, este esquema no
arregló la cacerola.

Los SIGNOS de TIEMPO
Esta idea requería de una flota estacionada de barcos en determinadas
localizaciones prefijadas en los océanos. Los que dispararían cada flota
responsable un tiro de cañón luminoso alto en el cielo en un momento
predeterminado cada día para que los marinos tuvieran los signos de tiempo.
El puro costo de tal tarea, por no mencionar la impracticabilidad de fijar
los barcos, en las miles de localizaciones en el agua de grandes profundidades, eran simplemente algunas de las razones por la que esta idea
entró en el archivo olvidado.

Las LUNAS DE JÚPITER
Galileo sugirió primero que los navegantes pudieran usar las lunas que
orbitan alrededor del planeta Júpiter, para así calcular el tiempo preciso y
la longitud. Esta idea realmente cuajó, pero la dificultad de llevarla a
cabo estas observaciones desde una embarcación en plena navegación, hizo que
fuera imposible prácticamente.

La DISTANCIA LUNAR
Otro método teóricamente posible. Medir el ángulo entre la Luna y otros
cuerpos celestiales, determinando el tiempo preciso. Los cálculos eran
difíciles y torpes y a que veces había que navegar por ejemplo 4 horas para
conseguir un cálculo aproximado.

El CRONÓMETRO
Finalmente en 1728, un relojero británico nombrado John Harrison desarrolló
un reloj que fue exacto en todo momento en el mar. Como la Tierra gira 15 grados por hora, si usted sabe la hora precisa del primer meridiano de longitud, la diferencia entre ese tiempo y el tiempo local del navegante (el tiempo a su situación) le dará su longitud. Por fin el marino tenía la posibilidad de fácilmente y de forma consistente, determinar su posición exacta.
Hoy, los relojes de cuarzo baratos le dan el tiempo exacto al navegante y
los sextantes pueden medir la altitud de estrellas dentro de una porción de
un grado. Hoy los dispositivos electrónicos receptores del llamado Sistema
de Posicionamiento Global (GPS) y LORAN, pueden determinar la posición y pueden
calcular cursos y distancias. El RADAR no sólo se usa para evitar la
colisión, también para medir distancias y posición de la parcela.
Durante siglos la navegación ha venido de modo lento evolucionando junto al
desarrollo de todas las ciencias involucradas. Aunque aún la aplicación de
este conocimiento determinado de por resultado que se trate de un arte.
A pesar del levantamiento de información y cálculos que permiten hoy los
microprocesadores, hay muchas razones por qué el marino de hoy necesita
saber y practicar los métodos tradicionales de navegación. Las faltas de Energía, un fusible que se queme o lo que es más importante, el propio
capitán que es responsable para la nave y sus pasajeros y no el GPS, que no
sepa valerse en una condición extrema de fuera de uso de la
electrónica, o simplemente no ser capaz de corroborar un desperfecto parcial. Además por esto último es que debemos siempre preguntarnos y constatar si la
propia electrónica está siendo capaz de llevarnos por donde dice y no por donde
creemos o nos indica.
Muy interesante,muchas gracias,"nunca te acostaras sin saber algo nuevo"
 
Muchas gracias, toda información es buena.:)
 
Muy interesante, de vez en cuando va bien recordar que los relojes son instrumentos.. bueno algunos ;)

Saludos
 
Un poco de historia sobre la relojería náutica


En el 1772 el viaje de Resolución de HMS, era a la navegación, lo
que Wilbur y el brinco pequeño de Orville, fueron a la aviación.
Hasta ese tiempo la práctica de navegación era más arte que ciencia y los
marineros nunca navegan de verdad, fuera de la vista de tierra porque era de
este modo como sabían su posición en el mar. El viaje de resolución cambió eso para siempre.
Hubo un primer dispositivo que revolucionó particularmente la navegación, el
cronómetro. Posibilitando inclusive en viajes de exploración a modo de prueba ir perfeccionando y corrigiendo las técnicas de navegación existentes hasta el momento.
Ya los marinos de siglos anteriores habían recorrido los océanos.
Los descubrimientos arqueológicos muestran que los vikingos y polinesios
hicieron los épicos viajes, antes de la invención del compás magnético o el
cronómetro. Ellos no dejaron ningún archivo de cómo lograron estos hechos.
Solo sabemos que usaron el conocimiento de los vientos prevalecientes. Y
también probablemente lo que les permitió determinar la dirección durante
sus navegaciones fueron sus conocimientos sobre el sol y las estrellas.
Gracias a la invención del compás, los marinos antiguos podían a partir de
su posición, calculando la velocidad gracias al cronómetro, calcular la
distancia recorrida y su localización. Estos cálculos no eran muy exactos,
pero formaron la base de la navegación. Cuando astrónomos empezaron a
observar el orden en los movimientos de las estrellas y planetas, los
navegantes usando esta información empezaron a poder determinar su
situación. La latitud de una embarcación se encontró fácilmente observando
la altura del sol del mediodía o la altura de la estrella Polar, pero un
método para encontrar la longitud seguía siendo un misterio.
Desde que ellos pudieron encontrar la latitud, aunque no la longitud, los
navegantes practicaron la navegación paralela y sus viajes pudieron ser
tanto hacia el Este como el Oeste, siempre a lo largo de los paralelos para
una distancia planificada. Esto sometía los viajes a grandes riesgos. Porque
a veces la embarcación no estaba tomando la ruta más directa a su destino.
La navegación paralela hacía perder mucho tiempo y eso significaba exponer
la tripulación a viajes prolongados y al Escorbuto, una enfermedad potencialmente mortal causada por la falta de C de la vitamina en la dieta.
Además, los errores de estima en las largas distancias a veces daban por
resultado desastres. En la noche brumosa del 22 de Octubre de 1707, un
simple error de estima hundió 3 buques de guerra británicos, muriendo 2000
hombres.
Las 4 naves de la flota del Almirante Sir Clowdisley Shovell hacían una
navegación paralela cercana a las Islas de Scilly, navegaba con riesgo
dejando atrás Inglaterra. Después de cometer un error al juzgar su longitud,
el Almirante se dirigió al norte. Un marinero, que secretamente llevaba los
cálculos del viaje de la flota, se acercó al Almirante y le informó del
error. Desgraciadamente el Almirante no lo agradeció y tomó al marinero por un
advenedizo, por lo cual rápidamente ordenó colgado. Solo algunos momentos
luego, la flota chocaba contra los bajíos de Scilly.
Esta tragedia ayudó a la toma de conciencia en Europa, Inglaterra en
particular, de la importancia de encontrar una solución al problema de la
longitud. Un Comité Real fue formado para recoger las ideas y un premio de
320,000 Libras se ofreció a la persona que podría determinar la longitud al mar.
Muchos esquemas eran probados, algunos de ellos fueron:

LA VARIACIÓN MAGNÉTICA
Algunos creyeron que pudieran trazarse diferencias globales en la variación
magnética como modo de determinar la longitud. Pero desgraciadamente la
variación no es de ningún modo una constante bastante importante para ser de
mucha ayuda.

LOS PERROS HERIDOS.
Un defensor de este método sugirió que si con una substancia misteriosa
llamada "polvo de simpatía" se impregnaba una venda, con la que luego se
frotaba en una herida un perro, esto le causaría dolor suficiente para
aullar, aun cuando el perro estuviera a centenares de millas lejos de la
venda. Si esto se hiciera en Inglaterra en un momento predeterminado todos
los días, entonces el perro al aullar le haría un signo de tiempo diario al
navegante. Claro si la nave estuviera viajando en una jornada extendida, el
perro tendría que ser nuevamente dañado para así al guardar la herida fresca
prosiguiera aullando. Por suerte para los perros, este esquema no
arregló la cacerola.

Los SIGNOS de TIEMPO
Esta idea requería de una flota estacionada de barcos en determinadas
localizaciones prefijadas en los océanos. Los que dispararían cada flota
responsable un tiro de cañón luminoso alto en el cielo en un momento
predeterminado cada día para que los marinos tuvieran los signos de tiempo.
El puro costo de tal tarea, por no mencionar la impracticabilidad de fijar
los barcos, en las miles de localizaciones en el agua de grandes profundidades, eran simplemente algunas de las razones por la que esta idea
entró en el archivo olvidado.

Las LUNAS DE JÚPITER
Galileo sugirió primero que los navegantes pudieran usar las lunas que
orbitan alrededor del planeta Júpiter, para así calcular el tiempo preciso y
la longitud. Esta idea realmente cuajó, pero la dificultad de llevarla a
cabo estas observaciones desde una embarcación en plena navegación, hizo que
fuera imposible prácticamente.

La DISTANCIA LUNAR
Otro método teóricamente posible. Medir el ángulo entre la Luna y otros
cuerpos celestiales, determinando el tiempo preciso. Los cálculos eran
difíciles y torpes y a que veces había que navegar por ejemplo 4 horas para
conseguir un cálculo aproximado.

El CRONÓMETRO
Finalmente en 1728, un relojero británico nombrado John Harrison desarrolló
un reloj que fue exacto en todo momento en el mar. Como la Tierra gira 15 grados por hora, si usted sabe la hora precisa del primer meridiano de longitud, la diferencia entre ese tiempo y el tiempo local del navegante (el tiempo a su situación) le dará su longitud. Por fin el marino tenía la posibilidad de fácilmente y de forma consistente, determinar su posición exacta.
Hoy, los relojes de cuarzo baratos le dan el tiempo exacto al navegante y
los sextantes pueden medir la altitud de estrellas dentro de una porción de
un grado. Hoy los dispositivos electrónicos receptores del llamado Sistema
de Posicionamiento Global (GPS) y LORAN, pueden determinar la posición y pueden
calcular cursos y distancias. El RADAR no sólo se usa para evitar la
colisión, también para medir distancias y posición de la parcela.
Durante siglos la navegación ha venido de modo lento evolucionando junto al
desarrollo de todas las ciencias involucradas. Aunque aún la aplicación de
este conocimiento determinado de por resultado que se trate de un arte.
A pesar del levantamiento de información y cálculos que permiten hoy los
microprocesadores, hay muchas razones por qué el marino de hoy necesita
saber y practicar los métodos tradicionales de navegación. Las faltas de Energía, un fusible que se queme o lo que es más importante, el propio
capitán que es responsable para la nave y sus pasajeros y no el GPS, que no
sepa valerse en una condición extrema de fuera de uso de la
electrónica, o simplemente no ser capaz de corroborar un desperfecto parcial. Además por esto último es que debemos siempre preguntarnos y constatar si la
propia electrónica está siendo capaz de llevarnos por donde dice y no por donde
creemos o nos indica.
saludos y garcias por la informacion a gente como yo que nos gusta el mar y los relojes y algunas que otras cosas mas
 
Mil gracias, muy entretenido.
Aprovecho para re recomendar el libro "longitude" de Dava Sobel sobre relojería y marina.
 
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