Tazio Nuvolari
Malquerido PloProf
Verificad@ con 2FA
Buenas tardes camaradas.
Me presenté hace unos días en este foro tan especial, tras un par de años como lector pasivo. Me gusta participar y aportar, pero por cuestiones personales y profesionales el momento se demoró hasta ahora.
Para compensar la inmensa cantidad de conocimientos adquiridos gracias a vosotros durante todo este tiempo, me permito crear este nuevo tema sobre el cambio en las normas que afectan al controvertido sello "Swiss Made" en el mundo relojeril a partir del ya cercano 2017.
El texto es un refundido (y traducido) de diversas fuentes de solvencia contrastada,
La indicación "Swiss Made" aplicada al sector de la relojería va a endurecer sus condiciones para permitir su aplicación a partir del 1 de Enero de 2017. Además afectará no sólo a los movimientos, sino a la caja, la esfera y el brazalete. Para que un reloj pueda lucir este cuño deberá acreditar que el 60% de su coste procede de Suiza.
El uso de la indicación "Swiss Made" para relojes está protegido por una ley del Consejo Federal que data del 23 de Diciembre de 1971 que estableció que del total del coste, al menos un 50% debía proceder de Suiza. Sin haber sufrido cambios durante más de 40 años, y ante la globalización que ha experimentado la industria mundial durante todo este tiempo, la legislación ha actualizado y endurecido sus exigencias para que un reloj pueda lucir este apelativo históricamente ligado a la calidad de fabricación y montaje.
Fue el 21 de Junio de 2013 cuando el parlamento de la Confederación Helvética votó a favor de una ley con unos objetivos muy claros: proteger el sello "Swiss Made" ante la erosión que dicha apelación ha sufrido en opinión de muchos ciudadanos suizos, y preservar el prestigio que dicha apelación necesita para aportar ese extra intangible para el sector de la relojería.
Actualmente un reloj puede ser considerado legalmente suizo si cumple todas estas condiciones:
a) su movimiento es suizo
b) su movimiento se monta en su caja en Suiza
c) el fabricante lleva a cabo la revisión final en Suiza
Por su parte, en relación al punto "a": un movimiento es suizo si al menos un 50% de su valor (excluyendo los costes de montaje) ha sido realizado en Suiza y si ha sido ensamblado y revisado por el fabricante en Suiza.
El punto clave es que, especialmente en el segmento de precios bajo-medio, muchas marcas y OEM (Original Equipment Manufacturer) han descubierto (y aprovechado) diferentes vías para engañar al sistema y marcar legalmente sus relojes como "Swiss Made", a pesar del hecho de que una fracción extremadamente pequeña de su valor ha sido generado en Suiza. El suministro de movimientos y otros componentes clave (cajas, esferas, manecillas, etc.) provenientes de Asia es un método común: kits de montaje de movimientos completos son fabricados a un coste infinitamente menor en China, Tailandia y otros países (generalmente a un nivel de calidad considerablemente inferior) los cuales, junto a los otros componentes, son enviados a Suiza para su ensamblaje.
Los fabricantes usan una pequeña cantidad de componentes hechos en Suiza, la mayor parte volantes y espirales, así como resortes y rubíes para sus relojes. Y el coste de estos componentes hechos en Suiza superan el del resto de componentes hechos en Asia, o al menos así queda reflejado en la documentación fiscal. Así consiguen superar el 50% del coste total del reloj, las diferentes partes se ensamblan en Suiza y el reloj recibe legalmente la designación "Swiss Made" en la esfera.
La nueva ley debe entrar en funcionamiento efectivo a partir del 1 de Enero de 2017. Desde esta fecha todos los relojes "Swiss Made" deberán ser fabricados cumpliendo la nueva ordenanza industrial:
1) la designación "Swiss Made" no se aplicará solamente al movimiento, sino que afectará a la totalidad del reloj (con una posible excepción del brazalete)
2) al menos un 60% de los costes de fabricación del reloj deberán haber sido realizados en Suiza, siendo el reloj también ensamblado en territorio helvético.
Sin duda esto afectará al precio y la calidad de los relojes que luzcan el sello "Swiss Made", especialmente en todas aquellas marcas que compiten en el segmento de precios bajo-medio. En los últimos años ya se ha podido comprobar cómo la severa reducción del suministro de movimientos ETA ha afectado profundamente a toda la industria, habiendo recurrido muchas marcas a buscar proveedores alternativos o a desarrollar sus propios movimientos. La nueva legislación reducirá todavía más la cantidad de componentes que se pueden adquirir fuera de Suiza, con lo que las marcas deberán profundizar en las soluciones antes mencionadas.
Por lo tanto, las marcas posicionadas en el segmento medio hasta high-end no se verán prácticamente afectadas, pero las que compiten por el mercado del "reloj suizo asequible" (digamos por debajo de los 1000€) se verán obligadas a incrementar sus precios ya que no tendrán más remedio que acudir a proveedores suizos más caros, aunque de mayor calidad.
Me presenté hace unos días en este foro tan especial, tras un par de años como lector pasivo. Me gusta participar y aportar, pero por cuestiones personales y profesionales el momento se demoró hasta ahora.
Para compensar la inmensa cantidad de conocimientos adquiridos gracias a vosotros durante todo este tiempo, me permito crear este nuevo tema sobre el cambio en las normas que afectan al controvertido sello "Swiss Made" en el mundo relojeril a partir del ya cercano 2017.
El texto es un refundido (y traducido) de diversas fuentes de solvencia contrastada,
La indicación "Swiss Made" aplicada al sector de la relojería va a endurecer sus condiciones para permitir su aplicación a partir del 1 de Enero de 2017. Además afectará no sólo a los movimientos, sino a la caja, la esfera y el brazalete. Para que un reloj pueda lucir este cuño deberá acreditar que el 60% de su coste procede de Suiza.
El uso de la indicación "Swiss Made" para relojes está protegido por una ley del Consejo Federal que data del 23 de Diciembre de 1971 que estableció que del total del coste, al menos un 50% debía proceder de Suiza. Sin haber sufrido cambios durante más de 40 años, y ante la globalización que ha experimentado la industria mundial durante todo este tiempo, la legislación ha actualizado y endurecido sus exigencias para que un reloj pueda lucir este apelativo históricamente ligado a la calidad de fabricación y montaje.
Fue el 21 de Junio de 2013 cuando el parlamento de la Confederación Helvética votó a favor de una ley con unos objetivos muy claros: proteger el sello "Swiss Made" ante la erosión que dicha apelación ha sufrido en opinión de muchos ciudadanos suizos, y preservar el prestigio que dicha apelación necesita para aportar ese extra intangible para el sector de la relojería.
Actualmente un reloj puede ser considerado legalmente suizo si cumple todas estas condiciones:
a) su movimiento es suizo
b) su movimiento se monta en su caja en Suiza
c) el fabricante lleva a cabo la revisión final en Suiza
Por su parte, en relación al punto "a": un movimiento es suizo si al menos un 50% de su valor (excluyendo los costes de montaje) ha sido realizado en Suiza y si ha sido ensamblado y revisado por el fabricante en Suiza.
El punto clave es que, especialmente en el segmento de precios bajo-medio, muchas marcas y OEM (Original Equipment Manufacturer) han descubierto (y aprovechado) diferentes vías para engañar al sistema y marcar legalmente sus relojes como "Swiss Made", a pesar del hecho de que una fracción extremadamente pequeña de su valor ha sido generado en Suiza. El suministro de movimientos y otros componentes clave (cajas, esferas, manecillas, etc.) provenientes de Asia es un método común: kits de montaje de movimientos completos son fabricados a un coste infinitamente menor en China, Tailandia y otros países (generalmente a un nivel de calidad considerablemente inferior) los cuales, junto a los otros componentes, son enviados a Suiza para su ensamblaje.
Los fabricantes usan una pequeña cantidad de componentes hechos en Suiza, la mayor parte volantes y espirales, así como resortes y rubíes para sus relojes. Y el coste de estos componentes hechos en Suiza superan el del resto de componentes hechos en Asia, o al menos así queda reflejado en la documentación fiscal. Así consiguen superar el 50% del coste total del reloj, las diferentes partes se ensamblan en Suiza y el reloj recibe legalmente la designación "Swiss Made" en la esfera.
La nueva ley debe entrar en funcionamiento efectivo a partir del 1 de Enero de 2017. Desde esta fecha todos los relojes "Swiss Made" deberán ser fabricados cumpliendo la nueva ordenanza industrial:
1) la designación "Swiss Made" no se aplicará solamente al movimiento, sino que afectará a la totalidad del reloj (con una posible excepción del brazalete)
2) al menos un 60% de los costes de fabricación del reloj deberán haber sido realizados en Suiza, siendo el reloj también ensamblado en territorio helvético.
Sin duda esto afectará al precio y la calidad de los relojes que luzcan el sello "Swiss Made", especialmente en todas aquellas marcas que compiten en el segmento de precios bajo-medio. En los últimos años ya se ha podido comprobar cómo la severa reducción del suministro de movimientos ETA ha afectado profundamente a toda la industria, habiendo recurrido muchas marcas a buscar proveedores alternativos o a desarrollar sus propios movimientos. La nueva legislación reducirá todavía más la cantidad de componentes que se pueden adquirir fuera de Suiza, con lo que las marcas deberán profundizar en las soluciones antes mencionadas.
Por lo tanto, las marcas posicionadas en el segmento medio hasta high-end no se verán prácticamente afectadas, pero las que compiten por el mercado del "reloj suizo asequible" (digamos por debajo de los 1000€) se verán obligadas a incrementar sus precios ya que no tendrán más remedio que acudir a proveedores suizos más caros, aunque de mayor calidad.
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