Alyazirat
De la casa
Sin verificar
Os agrego un pequeño relato de Amboro sacado de la historia de mi ciudad Algeciras. Me imagino a algunos de sus protagonistas portando esos Pams.
DEC
10
El Príncipe Negro, un pirata fascista en Algeciras. Otro relato de Amboro
El Sciré, el submarino del 'Príncioe Negro', el aristócrata Junio Valerio Borghese
Este relato describe las hazañas de un marino fascista italiano, Junio Valerio Borguese, un aristócrata romano ligado a las más altas jerarquías de la historia italiana y que fue conocido como el Príncipe Negro. Un auténtico asesino que utilizó el mar para masacrar a quien consideraba un enemigo de la Italia Fascista. En la bahía de Algeciras, frente el Peñón de Gibraltar, instaló una ‘base’ que le sirvió para lanzar torpedos contra buques ingleses que se aproximaban a la Roca. Esta es la historia:
“Me conocéis, me encanta la historia pero para hablar de la historia naval no quiere decir que deba situarme siempre varios siglos atrás ya que simplemente con retroceder uno, que ya es historia, hay interesantísimas cosas que contar.
Comienzo este relato contando el final, con el protagonista agonizando en una finca gaditana.
Estamos en agosto de 1974, en La Fontanilla urbanización situada a pie de la playa de Conil (Cádiz) que en el día de hoy, igual que entonces, se pueden alquilar alguno de los 17 chalets que en ella se arriendan por temporadas.
Era propiedad de un alemán, Joaquim von Knobloch, que había sido capitán de la Legión Cóndor y que compró el terreno ofreciendo por el erial un duro el metro cuando entonces se pagaban 2 ó 3 pesetas por el del terreno productivo; loco le decían, cuando hoy el cortijo, a manos de su hijo Cristóbal Von Knobloch, vale un fortunón al contrario que esos otros terrenos.
En aquel mes de agosto encontraron un cadáver en este lugar. El que yacía en el suelo se llamaba Junio Valerio Borguese, un aristócrata fascista cuyo apellido está ligado a las más altas jerarquías de la historia italiana.
Parte de su vida es la que trato de contar aquí.
Nació en 1906, hijo del diplomático y príncipe Livio Borguese, vivió entre el castillo familiar en Artena (Roma) y los distintos destinos de su padre entre ellos Madrid.
Desde el siglo XIV los Borguese estaban ligados a la milicia y como desde joven comenzó a interesarse por los submarinos, le tocó la marina.
En 1922, a los 16 añitos, ingresó en la Regia Academia Navale de Livorno así que en 1933 ya era comandante de un submarino.
Participó voluntario en nuestra Guerra Civil mandando el Iride (Arco Iris) un submarino de la clase perla de la Regia Marina que para disimular bautizaron los nacionales españoles como González López con el que atacó a los barcos republicanos e ingleses como el HMS Basilisk que sorprendió frente al Cabo de San Antonio (Alicante) o el HMS Havock que confundió con el destructor de la flota republicana Sánchez Barcazteigui.
La presencia de submarinos italianos en la marina franquista no era inusual porque en la Estación Naval de Soller estaban el C-5, después llamado General Sanjurjo que antes había sido el Torricelli o el C-3, General Mola, ex Archimede, el Sanjurjo 2 y el Mola 2 que antes habían sido el Galilei y el Ferraris y el Aguilar Tablada ex Onice que más tarde fueron bautizados de nuevo con un numeral y la letra L y por ello fueron llamados legionarios.
Total que cuando Italia entró en la II Guerra Mundial el 10 de junio de 1940 nuestro protagonista ya estaba baqueteado en temas de la guerra real en la mar.
En la base naval de La Spezia había una rama secreta que más tarde se llamó Decima Flottigia Mas a donde Borguese fue destinado y acabó siendo su alma mater.
Esta misteriosa unidad desarrollaba los SLC (Siluro a Lenta Corsa) que eran unos torpedos eléctricos tripulados por dos operadores vestidos con traje de buceo con el objetivo de acercarse a la parte sumergida de un barco enemigo y aplicarle una mina lapa para más tarde regresar a su buque nodriza a lomos de su torpedo con el que podrían sortear minas, redes y todos los obstáculos que defendían los puertos que lo hacían infranqueables para un submarino.
Además del propulsor submarino se desarrollaron minas que no explotaran hasta que el barco no estuviera a varias millas del puerto para así seguir operando en el puerto sin levantar sospechas o mitigar las burbujas del equipo respiratorio con un ingenioso sistema de purificación en un circuito cerrado.
Los SLC, los temidos siluros italianos
Estos SLC eran llamados coloquialmente Maiale (cerdo) no se sabe si porque cuando un oficial vio a uno de ellos a la deriva y le gritó a un marinero “amarra a ese cerdo” o porque eran difíciles de manejar pero lo cierto es que tras varias versiones dieron con el 'maiale' definitivo.
También con la colaboración de los técnicos de la firma Pirelli se desarrollaron trajes de buceo que permitían los movimientos y aislaban por lo que permitían una larga inmersión.
La guerra seguía su curso y la base de Gibraltar era un objetivo prioritario por las fuerzas del Eje ya que se había convertido en el puerto de suministro de las fuerzas aliadas en el Mediterráneo y era normal que estuviesen fondeados más de treinta mercantes cargados hasta la borda con material de guerra.
La Marina Regia lo tomó a su cargo y le encargó la misión a la Decima Mas.
El Sciré, el submarino de Borghese, se preparó para transportar en su cubierta los 'maiali y en el campo de Gibraltar se preparó la cobertura con una red operativa para el apoyo logístico de las acciones de Borghese que desde entonces ya fue llamado el Príncipe Nero.
La Villa Carmela, un punto de vigía excelente sobre Gibraltar y la bahía de Algeciras
Primero se envió al técnico de la Piaggio, Antonio Ramognino que estaba casado con la española Conchita Peris del Corral que supuestamente enferma y deseando tomar las aguas, alquiló una solitaria casa conocida como Villa Carmela enclavada en un altozano de Puente Mayorga cerca de La Línea casi a pié de playa con unas excelentes vistas de Gibraltar y la bahía.
Pocos adivinaron que esta pareja excéntrica que daba largos paseos por la playa, él un parlanchín astrólogo, algo loco, tocado con un cómico sombrero de paja y un bastón de caña y ella envuelta en vaporosos trajes de seda, eran los espías más eficientes de la Regia Marina.
Otra base secreta terrestre se situó en Huerta Grande en dos retiradas casas ubicadas entre los ahora Parques naturales del Estrecho y Alcornocales con unas excelentes vistas del estrecho donde se alojó con su esposa Giulio Pistono, un ingeniero que tenía la tapadera de ser el vicecónsul de Italia en Algeciras que convirtió en un centro de comunicaciones pues tenía instalado un potente y sofisticado equipo de transmisiones.
Así estaban las cosas cuando comenzaron las operaciones, primero con incursiones desde Villa Carmela de submarinistas que se adentraban en la bahía desde la playa, colocaban los cimini (eran unas envolturas circulares metálicas con 3 kilos de explosivo que iban unidas a un anillo de goma que se hinchaba con una botella de aire comprimido, se aseguraba bajo el casco y se accionaba una espoleta temporizadora) y volvían nadando.
Después soltando los 'maiale' desde el Sciré con nulos resultados por diversos fallos hasta que a mediados de septiembre de 1940 el Príncipe, otra vez burlando las fuertes medidas de seguridad británica, logra penetrar con su submarino en la bahía; suelta los 'maiali' y tras las explosiones, los petroleros Denbydale y Fiona Sheell y el carguero Durham resultan hundidos.
En vista del éxito empiezan a operar en otros sitios con las dos técnicas y así en muchos puertos misteriosas explosiones se van sucediendo como cuando el Sciré, una vez superado un amplio campo de minas emerge con una fuerte marejada a la altura del faro Ras el Tin, que señalaba el puerto de Alejandría, suelta sus 'maiali' y hunde a los Acorazados HMS Valiant y HMS Queen Elizabeth, el Destructor HMS Jervis y al Petrolero Sagona.
Pero Gibraltar estaba siempre en la mente del Principe Negro así que cuando Ramognino le cuenta que en sus paseos ha descubierto un petrolero italiano de unas 5000 toneladas encallado en la arena de la playa se interesa mucho en ese detalle.
Indagando se entera que al sorprenderlo la entrada de la guerra de Italia fondeado en la bahía y no poder salir porque sería destruido por los ingleses, el armador decidió encallarlo, repatriar a tripulación dejando un pequeño retén para que no fuera confiscado y esperar mejores tiempos.
Así, pensado, se les ocurre utilizarlo como base secreta de los futuros ataques de los 'maiali' al Peñón.
El Olterra amarrado en Algeciras y camuflada, su 'salida' de los siluros
La idea de establecer la base secreta en el Olterra era atrevida pero muy práctica porque las arriesgadas incursiones del submarino nodriza Sciré en la bahía de Algeciras navegando a ras del fondo, justo hasta la desembocadura del Guadarranque para allí soltar sus 'maiali' eran cada vez más difícil por los medios de defensa que los británicos habían dispuestos, por lo que disponer de esta base permanente era una liberación.
El Príncipe Negro expone al Alto Mando Naval (la Supermarine le decían todos) el plan y su órgano de inteligencia, el Sigma 2, lo aprueba tan rápidamente que llama a Borghese a Italia para preparar los equipos e instruir a los futuros hombres Gamma de la 10ª Flotilla MAS (Motoscafi Anti Somergibili) que operarían desde el Olterra.
Todo este entramado se llamó desde entonces se llamó operación Osa Mayor.
Inmediatamente se contacta con armador genovés del Olterra para que pidiera al Estado Español permiso para solicitar a una empresa española el reflotamiento del barco ya que tenía un comprador; español para más señas.
El barco fue remolcado a un muelle de Algeciras que no tenía apenas servicio, justo enfrente del consulado de Inglaterra y comenzaron a efectuar las reparaciones pertinentes.
Los “obreros” fueron llegando y embarcando sus herramientas, sopletes y demás materiales necesarios para los trabajos; más tarde empezó a llegar el material empaquetado como equipo industrial y el más sensible, oculto en la valija diplomática, para construir en el interior del desvencijado barco un sofisticado taller donde montar, mantener, reparar y almacenar los torpedos humanos.
El barco se inundó parcialmente para ocultar una escotilla corrediza que se hizo en la obra viva de la amura de babor por la que saldrían los ‘maiali’ sin ser observados.
Estos “obreros” nunca despertaron sospechas de los agentes secretos que deambulaban por Algeciras pues utilizaban los modales propios de los técnicos de la marina mercante y después de su “trabajo” se integraban con la población en los bares del puerto o en las pensiones sin problemas.
Total que los británicos, a pesar que la vista del Olterra ante sus propias narices les resultaba molesta, no notaron nada anormal en el trajín del oxidado buque.
Se montó en el castillo de proa una mirilla oculta de observación. Un punto privilegiado para ver la bahía con los barcos que fondeaban o entraban en el puerto militar de Gibraltar y comunicarlo al agente C-13 (Giulio Pistono) para que lo transmitiera al Sigma 2 en Italia a través de su equipo de transmisiones de Huerta Grande.
La escena teatral de estos marinos civiles reacondicionando el barco era tan buena que hasta el final de la guerra engañó a todos porque cuando empezaron a llegar los buceadores lo hacían como atléticos turistas huyendo den la guerra camino de Marruecos o disfrazados como amigos del excéntrico matrimonio Ramogninio o como personas mayores que al final terminaban recalando en el Olterra o en Villa Carmela.
Así empezó la carrera militar del decrépito barco que sin moverse fue capaz de mantener a raya una de las más importantes bases de los aliados.
Los británicos, como dije, nunca sospecharon del sistema real por el que numerosos de sus buques se dinamitaban. Siempre creyeron que se trataba de ataques de submarinistas que provenían de submarinos que se adentraban en la bahía.
No podían pensar que un hombre pudiera bucear más de seis kilómetros desde España, atravesar los obstáculos de defensa, sortear y esconderse de las lanchas de vigilancia que continuamente navegaban entre los barcos, soportar las granadas submarinas que continuamente eran lanzadas al mar y después volviesen nadando o buceando.
La carrera de Junio Borghese, al mando de la Xª MAS, siguió cosechando triunfos y planificando otros sorprendentes ataques como el que diseñó para atacar naves mercantes en el puerto de Nueva York o en la base británica de Freetown (Sierra Leona) pero para ello necesitaba poseer un submarino de larga distancia.
Después de muchas gestiones y ya en mayo del 43, consiguió remodelar el submarino Leonardo Da Vinci pero cuando iba a comenzar la misión americana fue interceptado y hundido a 300 millas al oeste de Vigo por el destructor HMS Active y la fragata HMS Ness.
El gobierno italiano, sin previo aviso a los alemanes, se rindió a los Aliados el 8de septiembre de 1942. Nadie sabía nada, la confusión fue total.
La familia real y el gobierno huyó de Roma para refugiarse en Brindisi, ya ocupado por los Aliados, y al enterarse de esto las tropas italianas, sin instrucciones concretas se disolvieron y volvieron a sus casas, se rindieron a los alemanes que invadían el país por el norte o se unieron a ellos.
Otro tanto pasó con la marina; unos prefirieron hundir los barcos antes que entregarlos, otros lo entregaron a los aliados mientras que otros dirigieron sus proas a puertos neutrales.
Sin embargo hubo un hecho que puso el acento a este desbarajuste como fue el hundimiento de su buque insignia, el superacorazado Roma, con todo el estado mayor de la Regia Marina a bordo, por la primera bomba teleguiada de la historia lanzada desde un Dornier alemán.
Se ahogaron 1.445 hombres entre ellos el almirante y la mayor parte de sus mandos.
Italia era un caos ya que entró en una Guerra Civil entre los fascistas de la República Social Italiana, los Monárquicos y la resistencia Partisana que se llevó por delante más de 200.000 muertos innecesarios…
Al final como todos sabemos, los fascistas fueron derrotados, el rey con sus cortesanos marcharon al exilio, los comunistas aislados y finalmente se implantó, como siempre ha sucedido en la historia, el modelo político de los vencedores del conflicto.
Borghese se reunió con los mandos de la Xª Flotilla y les explicó que él seguiría luchando con los alemanes y no por cuestiones políticas sino para defender la mancillada honra del ejército italiano ya que nunca se rendiría ni entregaría sus armas por cobardía porque pensaba que no tiene importancia vencer o perder, vivir o morir si no cómo hacerlo.
La mayoría lo apoyó y así firmó un acuerdo con los alemanes de actuar como unidad independiente usando su bandera italiana. Tendría autonomía total en logística, administración, organización, justicia y disciplina.
Así organiza la nueva Decima Flottiglia MAS basada en un particular código del honor, sin privilegios para los mandos que comerán y usarán el mismo uniforme y del mismo tejido; él mismo rehusará el grado de almirante.
Y así comenzó la vida de un pequeño ejército formado por 18.000 hombres galvanizados por la leyenda de un cuerpo de élite, de valientes del mar.
Aquí en la bahía de Algeciras el operativo fue desmantelado porque los italianos proaliados informaron al M-16 que los misteriosos hundimientos, que tenían a la colonia en vilo, provenían del Olterra así que éste fue abandonado; Ramognino y Conchita abandonaron Villa Carmela rumbo a Italia y Pistono desapareció abandonando su preciosa casa de Huerta Grande, equipada con sus sistemas de transmisiones.
Más tarde la confiscó el Ministerio del Ejército que la usó para recreo de gobernadores militares y como fugaz prisión para retener a Miláns del Bosch después su participación en el golpe del 23F.
El Príncipe Negro comenzó a frecuentar, en principio para la operatividad de su unidad, a diversos agentes de los dos bandos entre los que se desenvolvía con natural facilidad. Así lo mismo hablaba con los alemanes de la SS o los británicos del M-16 o con los de la OSS americana.
Finalizada la guerra, Borghese fue capturado por los partisanos y para evitar males mayores, agentes de la OSS lo llevaron a Roma para que fuera juzgado por los mandos aliados y evitar que se le juzgase como criminal de guerra.
Junio Borghese sabía muchas cosas… tal vez demasiadas.
Para callar las bocas le impusieron 12 años de prisión, pero dos años después ya estaba en la calle reunido con grupos fascistas y anticomunistas formando y presidiendo el Movimiento Social Italiano o Frente Nacional y dando por saco integrado en la operación Gladio (Ideada por la CIA y el MI6, para preparar armadas paramilitares secretas en diversos países ante una eventual invasión soviética de Europa occidental) o de ODESSA (red de colaboración secreta que ayudaba a escapar a miembros de la SS desde Alemania a países donde estuviesen a salvo.)
Su tapadera era la dirección del Banco de Credito Comerciale e Industriale, que al final quebró dejando un pufo de tres millones y medio de dólares de los 60.
Pero nada le pasaba porque el Príncipe Negro, con las organizaciones fascistas a sus órdenes, estaba apoyado por sus conocidos de la OSS llamados ahora CIA ,los del M-16 y los de la OTAN que les interesaba, en plena guerra fría, tenerlo de su parte ya que la política en Italia iba de mal en peor: el pueblo desencantado por los escándalos judiciales, sobornos, corrupción, ataques terroristas de las Brigadas Rojas y en plena recesión económica se decantaba por el borrón y una cuenta nueva extremista que proponía el Partido Comunista en las próximas elecciones.
Esto no lo podía consentir el Príncipe por lo que planeó un golpe de estado e instaurar en Italia un régimen neofascista, similar al de los coroneles en Grecia, que aceptaron encantados los servicios secretos que querían evitar de cualquier forma que el comunismo se extendiese en Europa.
Puso de acuerdo a muchas personas de todas las instituciones estatales incluida la mafia así que se fijó el día de la fiesta de la Inmaculada, el 8 de diciembre de 1970, como el día de la Ejecución del golpe de Estado.
Cuando ya iban a ocupar la R.A.I. para difundir el inicio del golpe, Borghese fue informado que había habido una filtración y que el golpe sería repelido; que era una trampa.
En su huida se cruzó en la carretera con los convoyes militares que acudían a Roma para sofocar la rebelión y prenderlo.
No tuvo problemas para exiliarse y evitar cualquier problema.
De la mano de su amigo y compañero de submarinos en la guerra Civil Española, Luís Carrero Blanco, a la diestra del dictador Franco, obtuvo el refugio español.
Mientras en Italia se sucedía una misteriosa cadena de muertes de personajes significativos , Borguese, con la protección policial franquista, vivía apaciblemente escribiendo su libro 'Demonios del Mar 'pero sin dejar el contacto con neofascistas de toda Europa que residían ricamente protegidos tanto por el SHAPE como por los servicios de inteligencia occidentales.
El Príncipe preparaba (con ya la Italia más tranquilizada porque la Democracia Cristiana superó en votos al PCI, haciendo que éste rebajase sus posiciones extremistas naciendo entonces el llamado eurocomunismo) la vuelta a Italia con la retahíla de secretos, personas y situaciones que tenía en la cabeza.
Su repentina muerte tranquilizó a muchos.
Su cuerpo agonizante de 68 años fue trasladado al Hospital San Juan de Dios de Cádiz acompañado de una bellísima amante italiana que cuando se enteró de su muerte bebió una copa de Dom Perignon.
Dicen que fue envenenado.
Con todos los honores, el legendario Príncipe Negro fue enterrado en Roma en el egregio panteón familiar en la Basílica Santa María la Mayor llevándose el secreto de muerte porque ni en España ni en Italia le quisieron hacer la autopsia.
P.S. : Supongo que dar estas pinceladas de política histórica al narrar los últimos años de su vida , que ya están obsoletas con el devenir de los tiempos, no me pasarán factura.
En todo caso pido perdón."
Espero que os haya entretenido un poco la mañana del sábado
DEC
10
El Príncipe Negro, un pirata fascista en Algeciras. Otro relato de Amboro
El Sciré, el submarino del 'Príncioe Negro', el aristócrata Junio Valerio Borghese
Este relato describe las hazañas de un marino fascista italiano, Junio Valerio Borguese, un aristócrata romano ligado a las más altas jerarquías de la historia italiana y que fue conocido como el Príncipe Negro. Un auténtico asesino que utilizó el mar para masacrar a quien consideraba un enemigo de la Italia Fascista. En la bahía de Algeciras, frente el Peñón de Gibraltar, instaló una ‘base’ que le sirvió para lanzar torpedos contra buques ingleses que se aproximaban a la Roca. Esta es la historia:
“Me conocéis, me encanta la historia pero para hablar de la historia naval no quiere decir que deba situarme siempre varios siglos atrás ya que simplemente con retroceder uno, que ya es historia, hay interesantísimas cosas que contar.
Comienzo este relato contando el final, con el protagonista agonizando en una finca gaditana.
Estamos en agosto de 1974, en La Fontanilla urbanización situada a pie de la playa de Conil (Cádiz) que en el día de hoy, igual que entonces, se pueden alquilar alguno de los 17 chalets que en ella se arriendan por temporadas.
Era propiedad de un alemán, Joaquim von Knobloch, que había sido capitán de la Legión Cóndor y que compró el terreno ofreciendo por el erial un duro el metro cuando entonces se pagaban 2 ó 3 pesetas por el del terreno productivo; loco le decían, cuando hoy el cortijo, a manos de su hijo Cristóbal Von Knobloch, vale un fortunón al contrario que esos otros terrenos.
En aquel mes de agosto encontraron un cadáver en este lugar. El que yacía en el suelo se llamaba Junio Valerio Borguese, un aristócrata fascista cuyo apellido está ligado a las más altas jerarquías de la historia italiana.
Parte de su vida es la que trato de contar aquí.
Nació en 1906, hijo del diplomático y príncipe Livio Borguese, vivió entre el castillo familiar en Artena (Roma) y los distintos destinos de su padre entre ellos Madrid.
Desde el siglo XIV los Borguese estaban ligados a la milicia y como desde joven comenzó a interesarse por los submarinos, le tocó la marina.
En 1922, a los 16 añitos, ingresó en la Regia Academia Navale de Livorno así que en 1933 ya era comandante de un submarino.
Participó voluntario en nuestra Guerra Civil mandando el Iride (Arco Iris) un submarino de la clase perla de la Regia Marina que para disimular bautizaron los nacionales españoles como González López con el que atacó a los barcos republicanos e ingleses como el HMS Basilisk que sorprendió frente al Cabo de San Antonio (Alicante) o el HMS Havock que confundió con el destructor de la flota republicana Sánchez Barcazteigui.
La presencia de submarinos italianos en la marina franquista no era inusual porque en la Estación Naval de Soller estaban el C-5, después llamado General Sanjurjo que antes había sido el Torricelli o el C-3, General Mola, ex Archimede, el Sanjurjo 2 y el Mola 2 que antes habían sido el Galilei y el Ferraris y el Aguilar Tablada ex Onice que más tarde fueron bautizados de nuevo con un numeral y la letra L y por ello fueron llamados legionarios.
Total que cuando Italia entró en la II Guerra Mundial el 10 de junio de 1940 nuestro protagonista ya estaba baqueteado en temas de la guerra real en la mar.
En la base naval de La Spezia había una rama secreta que más tarde se llamó Decima Flottigia Mas a donde Borguese fue destinado y acabó siendo su alma mater.
Esta misteriosa unidad desarrollaba los SLC (Siluro a Lenta Corsa) que eran unos torpedos eléctricos tripulados por dos operadores vestidos con traje de buceo con el objetivo de acercarse a la parte sumergida de un barco enemigo y aplicarle una mina lapa para más tarde regresar a su buque nodriza a lomos de su torpedo con el que podrían sortear minas, redes y todos los obstáculos que defendían los puertos que lo hacían infranqueables para un submarino.
Además del propulsor submarino se desarrollaron minas que no explotaran hasta que el barco no estuviera a varias millas del puerto para así seguir operando en el puerto sin levantar sospechas o mitigar las burbujas del equipo respiratorio con un ingenioso sistema de purificación en un circuito cerrado.
Los SLC, los temidos siluros italianos
Estos SLC eran llamados coloquialmente Maiale (cerdo) no se sabe si porque cuando un oficial vio a uno de ellos a la deriva y le gritó a un marinero “amarra a ese cerdo” o porque eran difíciles de manejar pero lo cierto es que tras varias versiones dieron con el 'maiale' definitivo.
También con la colaboración de los técnicos de la firma Pirelli se desarrollaron trajes de buceo que permitían los movimientos y aislaban por lo que permitían una larga inmersión.
La guerra seguía su curso y la base de Gibraltar era un objetivo prioritario por las fuerzas del Eje ya que se había convertido en el puerto de suministro de las fuerzas aliadas en el Mediterráneo y era normal que estuviesen fondeados más de treinta mercantes cargados hasta la borda con material de guerra.
La Marina Regia lo tomó a su cargo y le encargó la misión a la Decima Mas.
El Sciré, el submarino de Borghese, se preparó para transportar en su cubierta los 'maiali y en el campo de Gibraltar se preparó la cobertura con una red operativa para el apoyo logístico de las acciones de Borghese que desde entonces ya fue llamado el Príncipe Nero.
La Villa Carmela, un punto de vigía excelente sobre Gibraltar y la bahía de Algeciras
Primero se envió al técnico de la Piaggio, Antonio Ramognino que estaba casado con la española Conchita Peris del Corral que supuestamente enferma y deseando tomar las aguas, alquiló una solitaria casa conocida como Villa Carmela enclavada en un altozano de Puente Mayorga cerca de La Línea casi a pié de playa con unas excelentes vistas de Gibraltar y la bahía.
Pocos adivinaron que esta pareja excéntrica que daba largos paseos por la playa, él un parlanchín astrólogo, algo loco, tocado con un cómico sombrero de paja y un bastón de caña y ella envuelta en vaporosos trajes de seda, eran los espías más eficientes de la Regia Marina.
Otra base secreta terrestre se situó en Huerta Grande en dos retiradas casas ubicadas entre los ahora Parques naturales del Estrecho y Alcornocales con unas excelentes vistas del estrecho donde se alojó con su esposa Giulio Pistono, un ingeniero que tenía la tapadera de ser el vicecónsul de Italia en Algeciras que convirtió en un centro de comunicaciones pues tenía instalado un potente y sofisticado equipo de transmisiones.
Así estaban las cosas cuando comenzaron las operaciones, primero con incursiones desde Villa Carmela de submarinistas que se adentraban en la bahía desde la playa, colocaban los cimini (eran unas envolturas circulares metálicas con 3 kilos de explosivo que iban unidas a un anillo de goma que se hinchaba con una botella de aire comprimido, se aseguraba bajo el casco y se accionaba una espoleta temporizadora) y volvían nadando.
Después soltando los 'maiale' desde el Sciré con nulos resultados por diversos fallos hasta que a mediados de septiembre de 1940 el Príncipe, otra vez burlando las fuertes medidas de seguridad británica, logra penetrar con su submarino en la bahía; suelta los 'maiali' y tras las explosiones, los petroleros Denbydale y Fiona Sheell y el carguero Durham resultan hundidos.
En vista del éxito empiezan a operar en otros sitios con las dos técnicas y así en muchos puertos misteriosas explosiones se van sucediendo como cuando el Sciré, una vez superado un amplio campo de minas emerge con una fuerte marejada a la altura del faro Ras el Tin, que señalaba el puerto de Alejandría, suelta sus 'maiali' y hunde a los Acorazados HMS Valiant y HMS Queen Elizabeth, el Destructor HMS Jervis y al Petrolero Sagona.
Pero Gibraltar estaba siempre en la mente del Principe Negro así que cuando Ramognino le cuenta que en sus paseos ha descubierto un petrolero italiano de unas 5000 toneladas encallado en la arena de la playa se interesa mucho en ese detalle.
Indagando se entera que al sorprenderlo la entrada de la guerra de Italia fondeado en la bahía y no poder salir porque sería destruido por los ingleses, el armador decidió encallarlo, repatriar a tripulación dejando un pequeño retén para que no fuera confiscado y esperar mejores tiempos.
Así, pensado, se les ocurre utilizarlo como base secreta de los futuros ataques de los 'maiali' al Peñón.
El Olterra amarrado en Algeciras y camuflada, su 'salida' de los siluros
La idea de establecer la base secreta en el Olterra era atrevida pero muy práctica porque las arriesgadas incursiones del submarino nodriza Sciré en la bahía de Algeciras navegando a ras del fondo, justo hasta la desembocadura del Guadarranque para allí soltar sus 'maiali' eran cada vez más difícil por los medios de defensa que los británicos habían dispuestos, por lo que disponer de esta base permanente era una liberación.
El Príncipe Negro expone al Alto Mando Naval (la Supermarine le decían todos) el plan y su órgano de inteligencia, el Sigma 2, lo aprueba tan rápidamente que llama a Borghese a Italia para preparar los equipos e instruir a los futuros hombres Gamma de la 10ª Flotilla MAS (Motoscafi Anti Somergibili) que operarían desde el Olterra.
Todo este entramado se llamó desde entonces se llamó operación Osa Mayor.
Inmediatamente se contacta con armador genovés del Olterra para que pidiera al Estado Español permiso para solicitar a una empresa española el reflotamiento del barco ya que tenía un comprador; español para más señas.
El barco fue remolcado a un muelle de Algeciras que no tenía apenas servicio, justo enfrente del consulado de Inglaterra y comenzaron a efectuar las reparaciones pertinentes.
Los “obreros” fueron llegando y embarcando sus herramientas, sopletes y demás materiales necesarios para los trabajos; más tarde empezó a llegar el material empaquetado como equipo industrial y el más sensible, oculto en la valija diplomática, para construir en el interior del desvencijado barco un sofisticado taller donde montar, mantener, reparar y almacenar los torpedos humanos.
El barco se inundó parcialmente para ocultar una escotilla corrediza que se hizo en la obra viva de la amura de babor por la que saldrían los ‘maiali’ sin ser observados.
Estos “obreros” nunca despertaron sospechas de los agentes secretos que deambulaban por Algeciras pues utilizaban los modales propios de los técnicos de la marina mercante y después de su “trabajo” se integraban con la población en los bares del puerto o en las pensiones sin problemas.
Total que los británicos, a pesar que la vista del Olterra ante sus propias narices les resultaba molesta, no notaron nada anormal en el trajín del oxidado buque.
Se montó en el castillo de proa una mirilla oculta de observación. Un punto privilegiado para ver la bahía con los barcos que fondeaban o entraban en el puerto militar de Gibraltar y comunicarlo al agente C-13 (Giulio Pistono) para que lo transmitiera al Sigma 2 en Italia a través de su equipo de transmisiones de Huerta Grande.
La escena teatral de estos marinos civiles reacondicionando el barco era tan buena que hasta el final de la guerra engañó a todos porque cuando empezaron a llegar los buceadores lo hacían como atléticos turistas huyendo den la guerra camino de Marruecos o disfrazados como amigos del excéntrico matrimonio Ramogninio o como personas mayores que al final terminaban recalando en el Olterra o en Villa Carmela.
Así empezó la carrera militar del decrépito barco que sin moverse fue capaz de mantener a raya una de las más importantes bases de los aliados.
Los británicos, como dije, nunca sospecharon del sistema real por el que numerosos de sus buques se dinamitaban. Siempre creyeron que se trataba de ataques de submarinistas que provenían de submarinos que se adentraban en la bahía.
No podían pensar que un hombre pudiera bucear más de seis kilómetros desde España, atravesar los obstáculos de defensa, sortear y esconderse de las lanchas de vigilancia que continuamente navegaban entre los barcos, soportar las granadas submarinas que continuamente eran lanzadas al mar y después volviesen nadando o buceando.
La carrera de Junio Borghese, al mando de la Xª MAS, siguió cosechando triunfos y planificando otros sorprendentes ataques como el que diseñó para atacar naves mercantes en el puerto de Nueva York o en la base británica de Freetown (Sierra Leona) pero para ello necesitaba poseer un submarino de larga distancia.
Después de muchas gestiones y ya en mayo del 43, consiguió remodelar el submarino Leonardo Da Vinci pero cuando iba a comenzar la misión americana fue interceptado y hundido a 300 millas al oeste de Vigo por el destructor HMS Active y la fragata HMS Ness.
El gobierno italiano, sin previo aviso a los alemanes, se rindió a los Aliados el 8de septiembre de 1942. Nadie sabía nada, la confusión fue total.
La familia real y el gobierno huyó de Roma para refugiarse en Brindisi, ya ocupado por los Aliados, y al enterarse de esto las tropas italianas, sin instrucciones concretas se disolvieron y volvieron a sus casas, se rindieron a los alemanes que invadían el país por el norte o se unieron a ellos.
Otro tanto pasó con la marina; unos prefirieron hundir los barcos antes que entregarlos, otros lo entregaron a los aliados mientras que otros dirigieron sus proas a puertos neutrales.
Sin embargo hubo un hecho que puso el acento a este desbarajuste como fue el hundimiento de su buque insignia, el superacorazado Roma, con todo el estado mayor de la Regia Marina a bordo, por la primera bomba teleguiada de la historia lanzada desde un Dornier alemán.
Se ahogaron 1.445 hombres entre ellos el almirante y la mayor parte de sus mandos.
Italia era un caos ya que entró en una Guerra Civil entre los fascistas de la República Social Italiana, los Monárquicos y la resistencia Partisana que se llevó por delante más de 200.000 muertos innecesarios…
Al final como todos sabemos, los fascistas fueron derrotados, el rey con sus cortesanos marcharon al exilio, los comunistas aislados y finalmente se implantó, como siempre ha sucedido en la historia, el modelo político de los vencedores del conflicto.
Borghese se reunió con los mandos de la Xª Flotilla y les explicó que él seguiría luchando con los alemanes y no por cuestiones políticas sino para defender la mancillada honra del ejército italiano ya que nunca se rendiría ni entregaría sus armas por cobardía porque pensaba que no tiene importancia vencer o perder, vivir o morir si no cómo hacerlo.
La mayoría lo apoyó y así firmó un acuerdo con los alemanes de actuar como unidad independiente usando su bandera italiana. Tendría autonomía total en logística, administración, organización, justicia y disciplina.
Así organiza la nueva Decima Flottiglia MAS basada en un particular código del honor, sin privilegios para los mandos que comerán y usarán el mismo uniforme y del mismo tejido; él mismo rehusará el grado de almirante.
Y así comenzó la vida de un pequeño ejército formado por 18.000 hombres galvanizados por la leyenda de un cuerpo de élite, de valientes del mar.
Aquí en la bahía de Algeciras el operativo fue desmantelado porque los italianos proaliados informaron al M-16 que los misteriosos hundimientos, que tenían a la colonia en vilo, provenían del Olterra así que éste fue abandonado; Ramognino y Conchita abandonaron Villa Carmela rumbo a Italia y Pistono desapareció abandonando su preciosa casa de Huerta Grande, equipada con sus sistemas de transmisiones.
Más tarde la confiscó el Ministerio del Ejército que la usó para recreo de gobernadores militares y como fugaz prisión para retener a Miláns del Bosch después su participación en el golpe del 23F.
El Príncipe Negro comenzó a frecuentar, en principio para la operatividad de su unidad, a diversos agentes de los dos bandos entre los que se desenvolvía con natural facilidad. Así lo mismo hablaba con los alemanes de la SS o los británicos del M-16 o con los de la OSS americana.
Finalizada la guerra, Borghese fue capturado por los partisanos y para evitar males mayores, agentes de la OSS lo llevaron a Roma para que fuera juzgado por los mandos aliados y evitar que se le juzgase como criminal de guerra.
Junio Borghese sabía muchas cosas… tal vez demasiadas.
Para callar las bocas le impusieron 12 años de prisión, pero dos años después ya estaba en la calle reunido con grupos fascistas y anticomunistas formando y presidiendo el Movimiento Social Italiano o Frente Nacional y dando por saco integrado en la operación Gladio (Ideada por la CIA y el MI6, para preparar armadas paramilitares secretas en diversos países ante una eventual invasión soviética de Europa occidental) o de ODESSA (red de colaboración secreta que ayudaba a escapar a miembros de la SS desde Alemania a países donde estuviesen a salvo.)
Su tapadera era la dirección del Banco de Credito Comerciale e Industriale, que al final quebró dejando un pufo de tres millones y medio de dólares de los 60.
Pero nada le pasaba porque el Príncipe Negro, con las organizaciones fascistas a sus órdenes, estaba apoyado por sus conocidos de la OSS llamados ahora CIA ,los del M-16 y los de la OTAN que les interesaba, en plena guerra fría, tenerlo de su parte ya que la política en Italia iba de mal en peor: el pueblo desencantado por los escándalos judiciales, sobornos, corrupción, ataques terroristas de las Brigadas Rojas y en plena recesión económica se decantaba por el borrón y una cuenta nueva extremista que proponía el Partido Comunista en las próximas elecciones.
Esto no lo podía consentir el Príncipe por lo que planeó un golpe de estado e instaurar en Italia un régimen neofascista, similar al de los coroneles en Grecia, que aceptaron encantados los servicios secretos que querían evitar de cualquier forma que el comunismo se extendiese en Europa.
Puso de acuerdo a muchas personas de todas las instituciones estatales incluida la mafia así que se fijó el día de la fiesta de la Inmaculada, el 8 de diciembre de 1970, como el día de la Ejecución del golpe de Estado.
Cuando ya iban a ocupar la R.A.I. para difundir el inicio del golpe, Borghese fue informado que había habido una filtración y que el golpe sería repelido; que era una trampa.
En su huida se cruzó en la carretera con los convoyes militares que acudían a Roma para sofocar la rebelión y prenderlo.
No tuvo problemas para exiliarse y evitar cualquier problema.
De la mano de su amigo y compañero de submarinos en la guerra Civil Española, Luís Carrero Blanco, a la diestra del dictador Franco, obtuvo el refugio español.
Mientras en Italia se sucedía una misteriosa cadena de muertes de personajes significativos , Borguese, con la protección policial franquista, vivía apaciblemente escribiendo su libro 'Demonios del Mar 'pero sin dejar el contacto con neofascistas de toda Europa que residían ricamente protegidos tanto por el SHAPE como por los servicios de inteligencia occidentales.
El Príncipe preparaba (con ya la Italia más tranquilizada porque la Democracia Cristiana superó en votos al PCI, haciendo que éste rebajase sus posiciones extremistas naciendo entonces el llamado eurocomunismo) la vuelta a Italia con la retahíla de secretos, personas y situaciones que tenía en la cabeza.
Su repentina muerte tranquilizó a muchos.
Su cuerpo agonizante de 68 años fue trasladado al Hospital San Juan de Dios de Cádiz acompañado de una bellísima amante italiana que cuando se enteró de su muerte bebió una copa de Dom Perignon.
Dicen que fue envenenado.
Con todos los honores, el legendario Príncipe Negro fue enterrado en Roma en el egregio panteón familiar en la Basílica Santa María la Mayor llevándose el secreto de muerte porque ni en España ni en Italia le quisieron hacer la autopsia.
P.S. : Supongo que dar estas pinceladas de política histórica al narrar los últimos años de su vida , que ya están obsoletas con el devenir de los tiempos, no me pasarán factura.
En todo caso pido perdón."
Espero que os haya entretenido un poco la mañana del sábado
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