Claudio
Milpostista
Sin verificar
He encontrado en la página web "Relojería Suiza" un interesante artículo titulado "El billete relojero", escrito por Joël A. Grandjean, en donde el autor toca el asunto del título del hilo. He traducido unas poca líneas, las primeras, desde su original en francés. Al final también pongo una reflexión que se hace el autor del artículo, que me ha parecido de interés, y que bien pudiera servir como tema de debate, al igual que lo anterior.
Mención "cronómetro", esto vale oro...
Comprad a la carrerilla un centenar de calibres provenientes de una manufactura fiable. Pasadles el COSC, antes incluso de tocarlos. Una buena parte de ellos obtendrá el certificado. Encajadlos y ¡hala!, vosotros habéis producido cronómetros...¡Qué lástima!
¿Un esquema provocador? Cierto. Pero no estamos lejos de una realidad que ciertos medios y voluminosos autorizan.
Después de todo, los suspendidos, esos "otros" movimientos privados de mención, no son forzosamente perdidos y pueden muy bien habitar los modelos de otra colección de la misma marca para la que el criterio "cronómetro" no forma parte del pliego de condiciones. Lo más desolador en esta historia es que el oficio de ajustador (régleur), este toque humano bordado de atenciones meticulosas y de una experiencia que solo la perseverancia puede engendrar, no tiene más consistencia.
Entonces, es justamente esta la humanidad que el cliente aprueba, esto es lo que le hace soñar.
¿Y si la mención "cronómetro" fuese concedida un día a un reloj terminado y no solamente a su movimiento? La ventaja sería la de poder tranquilizar al consumidor. En efecto, entre el paso con éxito en el COSC y su encajadura, el movimiento efectúa un trayecto que lo expone a varias fuentes de desarreglo hasta ahora no cuantificables …
Mención "cronómetro", esto vale oro...
Comprad a la carrerilla un centenar de calibres provenientes de una manufactura fiable. Pasadles el COSC, antes incluso de tocarlos. Una buena parte de ellos obtendrá el certificado. Encajadlos y ¡hala!, vosotros habéis producido cronómetros...¡Qué lástima!
¿Un esquema provocador? Cierto. Pero no estamos lejos de una realidad que ciertos medios y voluminosos autorizan.
Después de todo, los suspendidos, esos "otros" movimientos privados de mención, no son forzosamente perdidos y pueden muy bien habitar los modelos de otra colección de la misma marca para la que el criterio "cronómetro" no forma parte del pliego de condiciones. Lo más desolador en esta historia es que el oficio de ajustador (régleur), este toque humano bordado de atenciones meticulosas y de una experiencia que solo la perseverancia puede engendrar, no tiene más consistencia.
Entonces, es justamente esta la humanidad que el cliente aprueba, esto es lo que le hace soñar.
<>
Cuestión
¿Y si la mención "cronómetro" fuese concedida un día a un reloj terminado y no solamente a su movimiento? La ventaja sería la de poder tranquilizar al consumidor. En efecto, entre el paso con éxito en el COSC y su encajadura, el movimiento efectúa un trayecto que lo expone a varias fuentes de desarreglo hasta ahora no cuantificables …
Última edición: