Ferreiro
Milpostista
Sin verificar
Para autocelebrar mi condición de forero, os dejo un párrafo de un artículo (La creación se escribe desde dentro) que vi en una revista, sobre la evolución de las marcas de relojes en los últimos quince años y me gustó:
"Si la regresión en el tiempo fuera factible, la mayoría quedaríamos sorprendidos al descubrir el universo relojerode hace poco más de dos décadas. Cierto es que los principios técnicos, las grandes innovaciones, han formado parte de la herencia relojera desde hace varios siglos, pero la forma de interpretación nada o poco tiene que ver con lo que antes era prácticamente una norma que se seguía al pie de la letra. Y este cambio en la forma de acometer la creación se ha convertido en máxima del trabajo relojero, de una relojería suiza que vio como a final de los 70 la llamada "crisis del cuarzo" estuvo a punto de acabar con una historia que había pasado de padres a hijos, donde quedaba reflejado el virtuosismo técnico heredado de los grandes maestros.
Y ese era precisamente el mal que aquejaba a la relojería suiza; una falta evidente de movilidad que los fabricantes japoneses aprovecharon para dejar a los inventores de la relojería cerca del precipicio. Tan cerca que sólo una idea revolucionaria, un reloj de plástico -Swatch-, y una persona, Nicolas Hayek, pudieron cambiar el que parecía final de un ciclo vital. Curiosamente, la salvación llegó desde el mismo cuarzo que estuvo a punto de matarlo; pero a veces el destino es así de caprichoso. Lo cierto es que con la llegada de Hayek al sector, comenzaron lentamente los cambios hasta que en la década de los 90 empezaría a despuntar una nueva era de oro de la relojería que tendría en el comienzo de siglo y en los años posteriores su punto álgido, hasta lograr que el valor de la relojería se acercara al de su realidad mecánica, al de su creatividad. No hablamos de precios, sino de lo que verdaderamente hay dentro de un reloj. Y ahí es donde realmente se ha producido la evolución (que no revolución) que requerían los nuevos tiempos.[...]"
Fuente: Shopping&Style/On Time
"Si la regresión en el tiempo fuera factible, la mayoría quedaríamos sorprendidos al descubrir el universo relojerode hace poco más de dos décadas. Cierto es que los principios técnicos, las grandes innovaciones, han formado parte de la herencia relojera desde hace varios siglos, pero la forma de interpretación nada o poco tiene que ver con lo que antes era prácticamente una norma que se seguía al pie de la letra. Y este cambio en la forma de acometer la creación se ha convertido en máxima del trabajo relojero, de una relojería suiza que vio como a final de los 70 la llamada "crisis del cuarzo" estuvo a punto de acabar con una historia que había pasado de padres a hijos, donde quedaba reflejado el virtuosismo técnico heredado de los grandes maestros.
Y ese era precisamente el mal que aquejaba a la relojería suiza; una falta evidente de movilidad que los fabricantes japoneses aprovecharon para dejar a los inventores de la relojería cerca del precipicio. Tan cerca que sólo una idea revolucionaria, un reloj de plástico -Swatch-, y una persona, Nicolas Hayek, pudieron cambiar el que parecía final de un ciclo vital. Curiosamente, la salvación llegó desde el mismo cuarzo que estuvo a punto de matarlo; pero a veces el destino es así de caprichoso. Lo cierto es que con la llegada de Hayek al sector, comenzaron lentamente los cambios hasta que en la década de los 90 empezaría a despuntar una nueva era de oro de la relojería que tendría en el comienzo de siglo y en los años posteriores su punto álgido, hasta lograr que el valor de la relojería se acercara al de su realidad mecánica, al de su creatividad. No hablamos de precios, sino de lo que verdaderamente hay dentro de un reloj. Y ahí es donde realmente se ha producido la evolución (que no revolución) que requerían los nuevos tiempos.[...]"
Fuente: Shopping&Style/On Time
