Ayer volvía de mi relojería de ajustar el armis.
EL relojero al que se lo llevo en mi ciudad, es un tipo supermajo y agradable. Buena gente.
: Últimamente casi le llevo uno por semana para que me ajuste el armis. (estoy en pleno proceso de expansión en mi colección de divers japo)
Siempre le pido que me cobre lo que me tenga que cobrar, me da algo de apuro.
No obstante nunca me ha cobrado nada. Me pide que se lo deje un ratito (me parece justo, así le echa un vistazo con tranquilidad). Vuelvo a por él, charlamos un ratillo sobre relojes y hasta otro día.
Un día de estos le miraré algún reloj.
Yo no es que sea manazas, pero como tampoco he trasteado nunca con el armis me da algo de yuyu complicarme la vida.
Depende de todo. Antes frecuentaba una relojería que el tío cutre
me tomaba el número de móvil para avisarme cuando estuviera la pieza que faltaba y ¿sabéis lo que hacía siempre?:
Me hacía una minillamada perdida para que indefectíblemente le llamara yo, y entonces ya me decía: " sí, sí, qeu ya te ha llegado la pieza y tienes el reloj"
Siempre me quedaba pensando...¡¡que chungo está la cosa, no le da ni para llamar al cliente!!
Y este relojero sí que me cobraba tres euretes por ajustar el armis
Lo cierto es que me ha perdido como cliente.
A un relojero majo que se porta bien siempre le acabas comprando algún reloj
saludos amigos