Osinar
Forer@ Senior
Sin verificar
Ya. Ya sé que no, que no y que no. Sé que es completamente impósibol. En cabeza de nadie cabe. Ni cabrá. Que no. Lo sé.
Es que -entre papeles la mañanita, deslices de iridio, estampando letras al papel, echándole lo de la cabeza para ver- comencé a las nueve por la maravillosa Abuela 146, qué buen trabajo hace, obrera ella de disciplina elegantosa. Seguí con la Bella Carenne, un dechado de finura y humedad, destellos alfabéticos. Continué después guiando el plumín de la Sailor exhibicionista, pura gemología, atinada.
Pero es que no. Nunca ninguna fue tan obediente, tan leve, tan certera, rápida, entregadiza; tan contradictoriamente pluscuamcorrecta: exacta y aproximada, linda y corriente, grande y manejable, industrial y amanerada, rebelde y leal, egregia y gregaria.
La Cincuentayuno. Es ella. Es la pluma.
Y hoy me parece que jamás habrá otra distinta. Lo ha alcanzado.
Hoy.
Es que -entre papeles la mañanita, deslices de iridio, estampando letras al papel, echándole lo de la cabeza para ver- comencé a las nueve por la maravillosa Abuela 146, qué buen trabajo hace, obrera ella de disciplina elegantosa. Seguí con la Bella Carenne, un dechado de finura y humedad, destellos alfabéticos. Continué después guiando el plumín de la Sailor exhibicionista, pura gemología, atinada.
Pero es que no. Nunca ninguna fue tan obediente, tan leve, tan certera, rápida, entregadiza; tan contradictoriamente pluscuamcorrecta: exacta y aproximada, linda y corriente, grande y manejable, industrial y amanerada, rebelde y leal, egregia y gregaria.
La Cincuentayuno. Es ella. Es la pluma.
Y hoy me parece que jamás habrá otra distinta. Lo ha alcanzado.
Hoy.
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