Sparafucile
Forer@ Senior
Sin verificar
Estimulado por la buena acogida que ha tenido mi hilo sobre las palabras "borrajear" y "remosquearse",
https://relojes-especiales.com/threads/un-par-de-palabras-para-nuestra-jerga.394441/
he seguido indagando en el diccionario y, en esta ocasión, me he entretenido con una búsqueda de la familia de palabras derivadas de "pluma", entre las cuales hay algunas voces curiosas que se refieren a nuestra afición.
Así, encontramos que plumear tiene dos acepciones: la primera, formar líneas con el lápiz o la pluma para sombrear un dibujo; la segunda, escribir con pluma. Muchos de nosotros recordamos que, cuando éramos colegiales, llevábamos en nuestra cartera un plumier. Esta palabra, de origen francés, significa "caja o estuche que sirve para guardar plumas, lápices, etc.", así que todavía podemos usarla para describir los estuches de piel o las cajitas de madera con cajones en las que transportamos o almacenamos nuestros preciados instrumentos.
También merece la pena recordar que el mango en el que se coloca la pluma metálica para escribir o dibujar se llama palillero o portaplumas, y que para limpiar las plumas metálicas o plumines se puede usar un paño, con adorno o sin él, o un cepillo: el limpiaplumas. En cuanto a las plumas de ave, no podemos olvidarnos del tajaplumas o cortaplumas, definido por la RAE como "navaja pequeña con que se cortaban las plumas de ave, y que modernamente tiene otros usos". Y si, borrajeando y plumeando, nos damos cuenta de que hemos cometido un error y nos vemos en la necesidad de tachar lo escrito o si, llevados por la curiosidad, queremos comprobar la resistencia de nuestra estilográfica, lo que hacemos es dar un plumazo. Así lo define el diccionario: "trazo fuerte de pluma y especialmente el que se hace para tachar lo escrito". Pero, si en lugar de garabatear, borrajear y dar plumazos, nos atrae el noble arte de la caligrafía, debemos recordar la palabra plumada, que describe la acción de escribir algo corto (primera acepción) o un rasgo o letra adornada que se hace sin levantar la pluma del papel (segunda acepción), como esos arabescos que trazamos con algunas estilográficas para comprobar la flexibilidad de su plumín.
Y, por último, podemos recordar uno de tantos oficios en desuso, como en desuso están las palabras que lo designaban, plumario o plumista, que se decían del "hombre que tiene por oficio o profesión escribir y, especialmente, escribano encargado de pleitos y asuntos judiciales".
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he seguido indagando en el diccionario y, en esta ocasión, me he entretenido con una búsqueda de la familia de palabras derivadas de "pluma", entre las cuales hay algunas voces curiosas que se refieren a nuestra afición.
Así, encontramos que plumear tiene dos acepciones: la primera, formar líneas con el lápiz o la pluma para sombrear un dibujo; la segunda, escribir con pluma. Muchos de nosotros recordamos que, cuando éramos colegiales, llevábamos en nuestra cartera un plumier. Esta palabra, de origen francés, significa "caja o estuche que sirve para guardar plumas, lápices, etc.", así que todavía podemos usarla para describir los estuches de piel o las cajitas de madera con cajones en las que transportamos o almacenamos nuestros preciados instrumentos.
También merece la pena recordar que el mango en el que se coloca la pluma metálica para escribir o dibujar se llama palillero o portaplumas, y que para limpiar las plumas metálicas o plumines se puede usar un paño, con adorno o sin él, o un cepillo: el limpiaplumas. En cuanto a las plumas de ave, no podemos olvidarnos del tajaplumas o cortaplumas, definido por la RAE como "navaja pequeña con que se cortaban las plumas de ave, y que modernamente tiene otros usos". Y si, borrajeando y plumeando, nos damos cuenta de que hemos cometido un error y nos vemos en la necesidad de tachar lo escrito o si, llevados por la curiosidad, queremos comprobar la resistencia de nuestra estilográfica, lo que hacemos es dar un plumazo. Así lo define el diccionario: "trazo fuerte de pluma y especialmente el que se hace para tachar lo escrito". Pero, si en lugar de garabatear, borrajear y dar plumazos, nos atrae el noble arte de la caligrafía, debemos recordar la palabra plumada, que describe la acción de escribir algo corto (primera acepción) o un rasgo o letra adornada que se hace sin levantar la pluma del papel (segunda acepción), como esos arabescos que trazamos con algunas estilográficas para comprobar la flexibilidad de su plumín.
Y, por último, podemos recordar uno de tantos oficios en desuso, como en desuso están las palabras que lo designaban, plumario o plumista, que se decían del "hombre que tiene por oficio o profesión escribir y, especialmente, escribano encargado de pleitos y asuntos judiciales".
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Gracias por este nuevo aporte.
