RAFAEL
Milpostista
Sin verificar
Os muestro mi Nakaya "Aka-tamenuri" en varias fotos.
La pluma está diseñada para escribir sin capuchón. Es una pluma que se adapta perfectamente a la mano, muy ergonómica. Los pulidos y repulidos conseguido que tocar la laca del cuerpo de la pluma sea una delicia, es muy suave al tacto. El sistema de carga, del cual se me ha olvidado hacer fotos, puede ser por cartucho mediante cargador, en cualquier caso bueno.
El plumín de Nakaya, de la pluma concreta que os muestro, es el sencillo:oro de 14 K. La fabricación "a mano" muy buena; aunque sea un punto M (flexible), equivalente a un punto F europeo, es una pieza recia. Si insisto en buscarle alguna pega al plumín es que es algo áspero, es necesaria naturalmente una práctica, "una doma" sobre el papel para que su deslizamiento sea tan suave como pasar el dedo por la superficie de la pluma.
Su diseño es, como puede verse, muy sobrio, sencillo, cualidades que desde mi punto de vista son imprescindible para cumplir el canón de la auténtica elegancia.
Al ser un producto en buena parte fabricado a mano, la pluma comienza a fabricarse desde el mismo momento que reciben en Nakaya la trasferencia, luego tarda casi tres meses (tres meses de pasión demorada por la dichosa pluma).
La recomiendo.
Junto a un tintero Caran D'Ache negro-carbón (recomendable aunque caro)
La pluma está diseñada para escribir sin capuchón. Es una pluma que se adapta perfectamente a la mano, muy ergonómica. Los pulidos y repulidos conseguido que tocar la laca del cuerpo de la pluma sea una delicia, es muy suave al tacto. El sistema de carga, del cual se me ha olvidado hacer fotos, puede ser por cartucho mediante cargador, en cualquier caso bueno.
El plumín de Nakaya, de la pluma concreta que os muestro, es el sencillo:oro de 14 K. La fabricación "a mano" muy buena; aunque sea un punto M (flexible), equivalente a un punto F europeo, es una pieza recia. Si insisto en buscarle alguna pega al plumín es que es algo áspero, es necesaria naturalmente una práctica, "una doma" sobre el papel para que su deslizamiento sea tan suave como pasar el dedo por la superficie de la pluma.
Su diseño es, como puede verse, muy sobrio, sencillo, cualidades que desde mi punto de vista son imprescindible para cumplir el canón de la auténtica elegancia.
Al ser un producto en buena parte fabricado a mano, la pluma comienza a fabricarse desde el mismo momento que reciben en Nakaya la trasferencia, luego tarda casi tres meses (tres meses de pasión demorada por la dichosa pluma).
La recomiendo.
Junto a un tintero Caran D'Ache negro-carbón (recomendable aunque caro)
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, y encima es que no es cara, si la comparamos con algunas ediciones limitadas y no tan limitadas: creo recordar que la cosa no llegó a los 300 euros para una pluma que te hacen casi "a medida", ya que rellenas un cuestionario diciendo al fabricante cómo la quieres, con qué material, plumín, incluso con qué ángulo sueles escribir, con qué presión, etc.
. Aún con eso, (y si te gustan) salen más baratas que cosas relativamente equivalentes. Los modelos básicos se ponen, entre unas cosas y otras, en 400-500 euros.
