Osinar
Forer@ Senior
Sin verificar
Fue sorprendente. Mira que, desde que os frecuento, parentela y amistades andan hartas. Aún así, lo cierto es que fue sorprendente.
Una efeméride. Cosa de poco, pero aniversario-número-redondo de acontecimiento bonito (mejor dicho: precioso). Y de nuevo las mocedades de mi casa se estiran hasta donde pueden, que afortunadamente es poco en peculio y mucho en ingenio. Se me presentan con esta cosita bonita, que lógicamente ha ido a parar a un mueblín de la oficina. Todo me lo orna:
Estoy seguro de que su precio no excede el de una tenue porción del abono transporte mensual de la pequeña. Segurísimo. Pero, una vez más, el espíritu se solaza infinitamente con la novela que debieron actuar de mientras: que si se les ocurre, que si lo discuten, que si quedan para buscarlo, que si lo encuentran, que si no, que si pon tu más que ayer hiciste canguro, que si venga, que si vale.
Estar en la vida de los demás. Ese es el simple hecho que se muestra. Tan simple como estar en la vida de otros, que a su vez están también en la de uno. Porque sí. La dulce tibieza del beso repetido, del rozar acostumbrado, de la risa tonta.
Esa es la quisicosa. Y me encanta.
Lo que no me encanta es cómo escribo con esa pluma de ave (de hecho el verbo Escribir debería sentirse ajeno a eso que hago). Fijaos qué desastre. Puntito rudo, recio, machotón, alfileroso, micrográfico...:
Un alegrón. Divertido y valioso, del verbo Valer. Y ya puestos, se cuela en este segundo santo un par que ha llegado. Os hablaré de ellas con tiempo, con detenimiento, con delectación. Y hasta os pediré ayuda en OF.
Una efeméride. Cosa de poco, pero aniversario-número-redondo de acontecimiento bonito (mejor dicho: precioso). Y de nuevo las mocedades de mi casa se estiran hasta donde pueden, que afortunadamente es poco en peculio y mucho en ingenio. Se me presentan con esta cosita bonita, que lógicamente ha ido a parar a un mueblín de la oficina. Todo me lo orna:
Estoy seguro de que su precio no excede el de una tenue porción del abono transporte mensual de la pequeña. Segurísimo. Pero, una vez más, el espíritu se solaza infinitamente con la novela que debieron actuar de mientras: que si se les ocurre, que si lo discuten, que si quedan para buscarlo, que si lo encuentran, que si no, que si pon tu más que ayer hiciste canguro, que si venga, que si vale.
Estar en la vida de los demás. Ese es el simple hecho que se muestra. Tan simple como estar en la vida de otros, que a su vez están también en la de uno. Porque sí. La dulce tibieza del beso repetido, del rozar acostumbrado, de la risa tonta.
Esa es la quisicosa. Y me encanta.
Lo que no me encanta es cómo escribo con esa pluma de ave (de hecho el verbo Escribir debería sentirse ajeno a eso que hago). Fijaos qué desastre. Puntito rudo, recio, machotón, alfileroso, micrográfico...:
Un alegrón. Divertido y valioso, del verbo Valer. Y ya puestos, se cuela en este segundo santo un par que ha llegado. Os hablaré de ellas con tiempo, con detenimiento, con delectación. Y hasta os pediré ayuda en OF.