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Lamy Safari: la batalladora

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Lamy Safari: la batalladora

* Esta revisión fue preparada para el concurso de miestilográfica.com, Romillo Pens y Relojes Especiales en marzo-mayo de 2015.
** Es larga y tiene tres partes: una histórica, una descriptiva con despiece y una valoración. Quien no quiera historia, que vaya directo a la segunda.
Y quien ya sepa cómo es una Safari por dentro, a la tercera


Que levante la mano el que nunca haya escrito con una Lamy Safari… y el que nunca haya tenido una en la mano… y el que nunca haya visto una. De los aficionados a las estilográficas seguramente habrá pocos que levanten la mano en la tercera ronda, porque esta pluma es ya un clásico: es casi imposible que nunca hayas visto una. La Safari es hoy como en algún tiempo fueron las Parker y las Waterman de batalla (o las Inoxcrom en España): la pluma “de entrada” para muchos. Y como tal tiene sus defensores y sus detractores: no todo le gusta a todos. Pero vamos por partes.

La compañía

Lamy es una empresa alemana, cuyas oficinas centrales están en Heidelberg, una ciudad universitaria con muchos estudiantes, donde siempre, como es obvio, se han necesitado plumas. Ahí existía una pequeña fábrica, de nombre comercial Orthos, a la que en 1930 no le iba muy bien. Ese año fue comprada por Josef Lamy, un emprendedor que hasta ese momento había trabajado para Parker. Lamy comenzó a producir plumas bajo dos nombres comerciales: Orthos y Artus. Lamy se dio cuenta que el gran negocio eran plumas baratas para estudiantes y eso fue lo que produjo: en 1939 producía 200,000 plumas al año bajo sus dos marcas. Entonces llegó la guerra. Es bien sabido que Heidelberg se salvó de los bombardeos porque muchos de los aliados habían estudiado ahí y fue una ciudad “protegida”, mientras que otras ciudades fueron reducidas a cenizas (quien haya estado alguna vez en Mainz, por ejemplo, lo ha visto). La fábrica de Lamy fue obligada a fabricar armas, pero al terminar la guerra volvió de inmediato a la producción de plumas, y en 1948 cambió de nombre, pasando a llamarse como ahora: C. Josef Lamy GmbH., es decir, Lamy S.A. En 1952 lanzan su primer modelo de éxito, la Lamy 27, que se parece peligrosamente a la Parker 51 en casi todo, plumín encastrado incluido. En 1962 ocurre un relevo familiar muy importante: Manfred Lamy, hijo del fundador, tras doctorarse en economía, se incorpora como jefe de Marketing. Un doctor en economía en una fábrica familiar de plumas es un activo, y este hombre lo demuestra. En 1964 Lamy saca a la venta el LAmYexact, que es… un bolígrafo. Pero de buena gama, de muy buena calidad y con un diseño moderno. Y arrasa, sobre todo por el diseño. Eso le da al joven Lamy la idea de buscar más diseño, algo en lo que la mayoría de las marcas no invertía. Sus modelos son la marca de aparatos eléctricos Braun y la de máquinas de escribir Olivetti, que a la funcionalidad añaden unas líneas de diseño muy características. Entonces contacta con Gerd A. Müller, un diseñador que había trabajado para Braun, y comienza a trabajar con él. El resultado es la famosísima Lamy 2000, que se lanza en otoño del 66 y que es una pluma que no se parece a nada que existiera en ese momento, ni en el diseño ni en los materiales: Bauhaus total, dicen los entendidos, entre los que no me cuento. Es decir, sencillo, funcional y técnicamente casi perfecto. En el 68 aparece la versión “estudiantil”, la Lamy Studio, dirigida a un público joven que sin embargo quiere una pluma de buena calidad. En el 73, Manfred sustituye a su padre como director y se lanza todavía más en la dirección que había elegido: diseño y calidad. En el 74, siempre diseñado por Müller, aparece la línea Lamy Cp1, metálica, cilíndrica, otra vez ultramoderna. En el 76, el doctor en economía vuelve a darle un enorme empujón a su compañía al contratar a uno de los estudios de diseño y márketing más importantes de la época, Leonhardt & Kern, para darle un total lavado de cara a la marca, desde la papelería hasta la publicidad en los puntos de venta. Hoy estamos acostumbrados a que las marcas inviertan una fortuna para publicitar plumas y que contraten a actores de Hollywood que tal vez nunca han visto una estilográfica, pero en los 70 no era normal que una empresa gastara buenas sumas en imagen y publicidad, y que además las plumas fueran muy buenas. De nuevo: es un doctor en economía el que tiene el timón. En esa época, por ejemplo, Lamy se convierte en la marca de las mujeres alemanas modernas, haciéndose con un mercado que Parker había llenado hasta ese momento con plumas de pequeño formato… que estaban bien en los años veinte, pero ya no respondían a las necesidades de los 70’s. Las mujeres sofisticadas en Alemania comienzan a usar Lamy, con lo que la compañía se hace con un buen mercado.

En la misma dirección, cada vez más ascendente, en 1980 lanzan la Lamy Safari. Esta es una pluma que ya no proviene de Müller, el diseñador de la casa, sino que ha sido encargada a Wolfgang Fabian, uno de los diseñadores industriales más importantes de Alemania, y al Mannheim Development Group dirigido por Bernt Spiegel. No es fácil decir cuál sería el equivalente de hoy día, pero sería un diseñador de aúpa y un grupo industrial igual. Se supone que el diseño tiene detrás encuestas y estudios de psicología juvenil, pues Lamy quiere apoderarse del segmento de entre 10 y 16 años. Recuérdese que entonces todos los jóvenes alemanes aprendían a usar estilográfica, y una que les guste, bueno, no es como pegarle hoy día a EL diseño de un móvil juvenil, pero casi. Una pluma de ABS con un clip de metal: mola. Volveremos a ella.

El Dr. Lamy avanza en todos los frentes: en 1981 rediseña de arriba abajo las oficinas y el almacén de la marca. Las primeras se parecen más a una cocina de Adrià que a unas oficinas y el almacén parece sacado de Star Trek, con un sistema de almacenamiento en torres que multiplica el espacio. Todo tiene un efecto calculado: lanzar el mensaje “nosotros somos los modernos, la Alemania del futuro, la Europa del futuro.” En el 82 viene la Lamy White y en el 83 Fabian se marca la Lamy Logo. Éxito tras éxito, todos son golazos de diseño. Müller se pica y contraataca con la Lamy Unic y la Lamy Twin Pen. En el 85, otra vuelta de tuerca: Lamy comienza a producir todo con un sistema de moldeado nuevo. Todo quiere decir todo: las plumas, los plumines, los cartuchos, todo en la misma fábrica. En el 86 muere el fundador y en el 87, otra vez con el Mannheim Development Group detrás, aparece la Lamy ABC, la primera pluma diseñada específicamente para niños. Otro nicho que Lamy ocupa desde el principio. En el 89 comienzan a fabricar tintas y en el 90 comienzan a embalar en cartón sus plumas, cumpliendo con las preocupaciones ecológicas que entonces comenzaban. En el 94 Fabian inventa la Lamy Spirit, un instrumento de escritura ultrafino, y en el 96 la compañía se lanza a “invadir” otros mercados. En el 2001 comienza a colaborar con Lamy el diseñador suizo Franco Clivio, que diseña el Lamy Pico, ese boli pequeñísimo de metal, y en el 2003 Richard Sapper llega con el Lamy Dialog1, de forma triangular, al que seguirá en el 2006 la Lamy Dialog2, diseñada por el danés Knud Holscher (nótese la visión europea del asunto), y la Lamy Dialog3 en 2009, de nuevo de Clivio.

En la actualidad, la empresa, con 320 empleados, es dirigida por Bernhard M. Rösner, un economista que fue formado por Lamy hijo, quien se retiró en 2006, y que fue muchos años el segundo de abordo. Veremos si éste tiene la misma visión de los dos Lamy: el listón ciertamente está alto ¿no creéis?

Aquí tenéis su línea actual en un folleto comercial. Algo notable es que mantienen casi todo lo que han sacado: pocos modelos se han borrado:

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El modelo Safari

Vamos a lo nuestro: la pluma.

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Es una pluma cuyo cuerpo, capuchón y boquilla están hechos de ABS, es decir, acrilobutadinoestireno (ups), un polímero termoplástico. Si buscáis información sobre este material, además de un montón de fórmulas incomprensibles (para mi), veréis que tiene dos características: es resistente y tiene una superficie brillante. Las partes internas, la parte superior del capuchón y el alimentador están hechas de plástico a secas, sin que la compañía especifique nada sobre él. El clip está hecho de acero, al igual que el plumín. Aquí tenéis un despiece hecho por mi mismo:

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La pluma está hecha de once piezas:
1) Cuerpo
2) Capuchón
3) Cápsula interior del capuchón
4) Anilla de presión de caucho (O-ring) para sujetar lo anterior
5) “Botón” del capuchón
6) Clip
7) Boquilla
8) Anilla de presión de plástico (O-ring)
9) Alimentador – parte superior
10) Alimentador – parte inferior (colector)
11) Plumín

La pluma cerrada mide 14 cm., que es el promedio de una pluma con plumín no. 5 o incluso no. 6 (la MB 146 mide sólo cinco cm. más). Abierta, 13 cm. exactos. “Posteada”, 16,5, y el capuchón e sujeta muy bien en el cuerpo. Cierra a click, no a rosca. Su diámetro, en la parte más ancha, es de 1,1 cm.

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El cuerpo (no. 1 del despiece) mide mide 7,4 cm y es de una sola pieza, moldeada por inyección. Se sujeta a la boquilla mediante un roscado interno. Tiene grabado “Germany” en la base y “Lamy” con letras grandes a un costado, y tiene dos agujeros alargados que sirven como visor de tinta. Es resistente. ¿Qué tanto? Bueno, pues no tengo con qué medirlo y no he encontrado ese dato. Yo podría romperlo con las dos manos, pero me llevaría bastante esfuerzo. Si uno se sienta sobre la pluma, se rompe, claro.

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Capuchón (no. 2). De una sola pieza de ABS inyectado, tan sólido como el cuerpo y con dos agujeros visibles para insertar el clip. 6,4 cm de largo por 1,3 de diámetro en la boquilla. Si se te cae rebota alegremente y no parece pasarle gran cosa.

La cápsula interior del capuchón (no. 3) es para fijar el conjunto de plumín dentro del capuchón y para que no se seque. Está hecha de un plástico semiflexible que se amolda perfectamente al conjunto de la boquilla. No es perfecto, como dice ser el de Platinum, pero cumple bien su función.

Anilla de presión de caucho (O-ring) (no. 4) sirve para sujetar el conjunto de cápsula interior, clip y botón dentro del capuchón. Es flexible y cumple muy bien su función. Creo que es un acierto ponerle una anilla al viejo estilo y no cola, como podía haber sido. Da la idea de pluma desmontable y reparable que la Safari quiere ser, a pesar de su bajo precio. A mí eso me parece bien. Además hace que el clip pueda ajustarse mejor.

Botón del capuchón (no. 5). En algunas generaciones de Safari y Al Star el botón se quitaba girándolo mientras se sujetaba por dentro. En las Safari actuales se saca a presión. Creo que esto ha sido un paso atrás: me gustaba más con tornillo, que era más fiel a la filosofía Lamy. Cumple su función, eso sí, pero una vez que se desmonta ya no se aprieta tanto como antes y si no se tiene cuidado al sacarla se puede dañar. En cambio, las generaciones con tornillo sí se podían apretar mejor.

El clip (no. 6) está hecho de metal, doblado en dos líneas paralelas. El diseño es tipo “te gusta o no te gusta”, es decir, muy personal. Para sujetar la pluma a unos vaqueros o a un bolsillo es muy bueno, porque es doble, y creo que ese es su objetivo.

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Vamos al conjunto de boquilla. La boquilla (no. 7) como tal es de una sola pieza, con un diseño triangular también del diseño “te gusta o no te gusta”: hay quien lo encuentra cómodo y quien lo detesta. A mí me gusta y creo que para jóvenes, que es a quien se dirigía la pluma originalmente, viene bien para afianzar hábitos de sujeción de la estilográfica. ABS inyectado, como el cuerpo y el capuchón.

La anilla de presión (no. 8) que queda entre el cuerpo y la boquilla es menos flexible, más dura que la del capuchón. Creo que funciona bien: permite apretar con bastante fuerza para que la pluma no se desenrosque accidentalmente.

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El alimentador está hecho de dos partes: una superior (no. 9) y otra inferior (no. 10). La superior encaja en la inferior. Al principio sorprende un poco esto: ¿para qué una pieza más en una pluma que sólo tiene once? ¿Por qué no hacerlo de una sola pieza. Pues tiene sentido si se observa cómo se encaja el plumín, a presión sobre un canalillo. La pieza de arriba se adapta al plumín, mientras que si fuera de una sola pieza no sería así. Estos tíos son listos: al ponerle dos piezas garantizan que la parte superior siempre esté en contacto con el metal. Desmontad vuestra Safari y lo veréis. El objetivo es que la pluma escriba siempre. ¿Lo logra? Bueno, maras como Sailor, cuyas plumas escriben siempre a la primera, le han apostado más a la cápsula interna que al conjunto del alimentador. Que yo sepa, este diseño de Lamy es único, seguramente patentado, pero no suele mencionarse.
Y vamos a la parte que escribe. Las Lamy Safari comparten plumín con otras líneas de Lamy: es un plumín pequeño (no. 11), de forma triangular, con agujero de respiración. Uno de los puntos más fuertes de Lamy es que son fácilmente intercambiables y hay muchas opciones. Para desmontarlo basta con tirar de ellos, usando, si se quiere, un trozo de celo como ayuda. Si tomamos en cuenta que muchas marcas de gran renombre, como Pelikan, han limitado cada vez más las opciones de puntos, Lamy ofrece una muy buena variedad: EF (extrafino), F (Fino), M (Medio), B (Broad), 1.1 itálico, 1.5 itálico, 1.9 itálico y LH (para zurdos). Existe también un punto A que en la práctica es un medio, un promedio para el que no sabe cuál elegir, vamos. Aquí una muestra de todos ellos:



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(Las muestras de escritura están tomadas de aquí:
https://wonderpens.wordpress.com/201...-should-i-get/ )

La valoración

Intentemos primero ser objetivos y luego ya subjetivos.
El PVP de una Lamy Safari de color normal, de serie, es de 18,90 Euros. Suele venir con un cartucho de regalo. Es decir, que si rellenáramos ese cartucho con jeringuilla una vez que se acabe la tinta, podemos tener una pluma funcional por 18,90 Euros + el precio de nuestra tinta. Si queremos ponerle un convertidor, cuesta cinco Euros.

Así que una Safari con su convertidor sale por 23,90 si no pillamos alguna oferta, que suele pillarse). El salario mínimo interprofesional en España a día de hoy, al menos oficialmente, es de 756,70 Euros, es decir, que una Lamy Safari representa el 3.17 % Objetivamente, podemos decir que es una pluma muy accesible. Al fin y al cabo, si tienes talento para escribir El Quijote, da igual si lo escribes con una vela de sebo y una pluma de ganso, como hizo Cervantes, que con una Montblanc Lorenzo de Medici o con una Lamy Safari.
Pero el mundo de las estilográficas es muy subjetivo, por no decir que totalmente subjetivo. UnaMontblanc 149, por poner un ejemplo muy conocido, tiene un PVP de 745 Euros. Si se ve el ejemplo de arriba del Salario Mínimo, se notará la diferencia. Y habrá quien pregunte: ¿Me compro 31 Safaris o una Montblanc 149?
Pero la pregunta no debería ser esa, porque es dudar entre comprarte una mosca y un avión, sino: ¿Me compro una Safari u otra pluma del mismo precio? Hablamos, claro está, de PVP: si alguien se consigue una MB 149 en veinte Euros en un mercadillo, eso no vale.
¿Qué hay de 24 Euros en el mercado, convertidor incluido?
La primera que se viene a la mente es otra alemana, la Kaweco Sport. Pero la comparación no funciona: la Sport es una pluma portátil, la Safari, no. Están pensadas para usos diferentes.
Chinas: aquí se abren las posibilidades en todas direcciones. Y hay experiencias para todos. El control de calidad de Lamy es bueno, aunque no perfecto: algunos plumines no vienen tan bien como otrosy hay diferencias entre el grosor a veces.Sí hay un cierto porcentaje de suerte aquí. Y en las chinas también, y más. Así que en este caso creo que generalizar no funciona: alguna china puede salir tan buena como una Safari, otras, no.
Parker: Im, Urban y alguna otra, que son un pelín más caras, todo hay que decirlo. Aquí se puede comparar. Yo he tenido de todas, y tengo una Urban que ha aguantado todo lo que le he echado. Y también Safaris que aguantan lo que sea. Así que, sí: las Parker de gama baja que salen buenas son tan buenas como las Safaris que salen buenas. Pero las Lamy, al ser minimalistas, con el tiempo sufren menos: hay menos metal que maltratar.

¿Qué nos ofrece la Lamy que nos invite a preferirla sobre las anteriores? Pues la apuesta del economista: colorines, variedad. La Safari viene en varios colores (blanca, azul, roja, amarilla, negra, negra mate, transparente) y anualmente sale un color especial que cuesta lo mismo que las de serie. Y hay dos opciones de acabado: plumín y clip plateado y plumín y clip negros. En éstos últimos, sin embargo, sólo existen los puntos redondos (EF-B). ¿Y quién se resiste a una “edición especial” de 24 Euros? Sobre todo si vemos que algunas de los ochenta, como la famosa Verde Sabana o la Naranja Terracota se venden en 600 Euros en la red. Y además, quien no quiera plástico ABS, puede comprar por unos Euros más una Al Star, que es exactamente lo mismo que una Safari, pero en metal.

O sea que al final, el Doctor Lamy tenía razón: se trata del diseño y de la variedad. Porque además de los colores está la oferta de puntos, desde un EF hasta uno para zurdos, pasando por caligráficos que muchas marcas ya no tienen en la actualidad. En esto, Lamy y Kaweco mantienen la bandera alemana de la vieja escuela, con puntos caligráficos, aunque comparativamente los use menos gente que los redondos. Y el hecho de que sean fácilmente intercambiables y se puedan comprar sueltos es también un aliciente. Si no te gusta, lo cambias tú mismo.

Y esa es la Safari: es como un Swacht, tiene todo lo necesario y casi todo de plástico. De hecho, Lamy hizo lo mismo que en su momento hizo el fabricante suizo: reducirlo a su mínima expresión, pero intentando que tuviera calidad. De hecho, la historia de las compañías es casi clavada: una estilográfica de plástico ochentera, reducida a su mínima expresión y un reloj de plástico ochentero reducido a su mínima expresión. Y a rodar: que se te caiga, que se golpee, que aguante caña… total, si se rompe, no es un Rolex ni es una Montblanc, no vas a llorar: no lo quieres para heredárselo a tus hijos. Estas dos de la foto (con la libretita Rhodia) han entrado a barrios en los que una MB y un Rolex no entrarían jamás (o seguro no saldrían)… y aquí están:



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Espero que os haya gustado el discurso.


Y ahora algunas fotos de mi pequeña colección de Safaris de colorines, con las que me alegro cualquier día por nublado que esté:


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foto%2013_zpsrwa5p3vu.jpg



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Qué pedazo revisión,me ha encantado,gracias a post como este son los que hacen que entres en este mundo de las estilográficas y que valores mucho más las cosas.
 
Magnífica revisión compañero Kalamophilos ! , no había tenido la oportunidad de leerla y me ha encantado, bien estructurada , documentada y redactada, y muy amena , ¡ una obra maestra sinceramente!.
Gracias por el buen trabajo, ya no se ven muchos de tan alto nivel.
Salu2
 
Qué pedazo revisión,me ha encantado,gracias a post como este son los que hacen que entres en este mundo de las estilográficas y que valores mucho más las cosas.

Muchas gracias: me alegra que te haya gustado.
 
Magnífica revisión compañero Kalamophilos ! , no había tenido la oportunidad de leerla y me ha encantado, bien estructurada , documentada y redactada, y muy amena , ¡ una obra maestra sinceramente!.
Gracias por el buen trabajo, ya no se ven muchos de tan alto nivel.
Salu2

Caray, muchas gracias por tus palabras. La verdad es que pensaba que la revisión no había gustado mucho (en el concurso obtuvo un solo voto ::blush:: ), pero me alegra ver que sí.
 
Fantástica revisión! Yo como nunca me decidía en que color comprarla me hice con la Vista y vaya tute diario que le doy!
 
Increíble revisión, felicidades! Tengo una Lamy Vista en el curro como la del compi, y se lleva un buen tute a diario. Y ahí está como una campeona!
 
¡¡¡Magnífico!!!
Sobra las demás palabras
Muchas gracias
Salvador
 
Muy buen post, buena redaccion y buenas plumas. Un 10 magnífico.
 
  • #10
Me gusta esa amarilla a lo "kill bill" con el clip y el plumín en negro
 
  • #11
Que guapas!!!


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  • #12
Muchas gracias por este post.
Aunque siempre me han gustado las plumas, estoy aprendiendo con post como estos.
Y También me he dado cuenta de que me queda mucho por aprender.

Preciosas y coloridas. Lo mejor para alegrar el día.

Añadida a mi lista de la compra.

Saludos


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  • #13
:clap::clap:

Gracias, sólo por este hilo me entró el gusanillo de las Lamy Safary. Ya llevo comparadas 5 (3 en uso y otras 2 en camino)
 
  • #14
Hola,encontre una Lamy abandonada en el trabajo y ya esta incorporada a mi pequeña colección.....Un trabajo muy bueno y claro,felicitaciones:ok::..................
 
  • #15
Buenísima revisión compañero. Tengo una lamy Safari que uso a diario en mi trabajo y estoy encantado. Además si un día la pierdo no pasa nada!


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  • #16
Muy buen análisis. Enhorabuena y gracias!

Con qué tinta sueles utilizarlas?
 
  • #17
Me encanta el post y las Safari. Yo siempre llevo una cerquita. Lo de que sean de Heidelberg, lo desconocía y me encanta saberlo gracias al texto.
 
  • #18
Me ha encantado.
Hay mucha diferencia entre la Al-star y las safari? Ya no sólo en materiales sinó a la hora de escribir?
 
  • #19
Me ha encantado.
Hay mucha diferencia entre la Al-star y las safari? Ya no sólo en materiales sinó a la hora de escribir?

No hay ninguna diferencia: el plumin y alimentador son los mismos en las Safaris y las Al
 
  • #20
En los Colegios Alemanes, como el San Alberto Magno de San Sebastian, el unico medio de escritura permitido hasta los 16 años es la estilografica.

Con el fin de no crear diferencias en el alumnado en funcion del poder adquisitivo de las familias, en el material obligatorio (como la pluma) el colegio determinaba un producto robusto, fiable y economico que debia ser el que todos los alumnos equiparan. ¿A que no adivinais que pluma era la elegida desde finales de los 80?
 
  • #21
Mmmm, ni idea...

IMG_20160709_093832.jpg

En la foto de familia falta alguna. Como podéis imaginar, no me gustan nada.
 
  • #22
borrado
 
Última edición:
  • #23
Pues Pepe Merino, tengo justo la que no tienes: la blanca.
 
  • #24
Fantástica revisión, me ha encantado leerla[emoji3]
 
  • #25
Vaya trabajo. Ya puede estar contenta la casa Lamy:D Enhorabuena. Es de agradecer que haya personas que nos faciliten esta información tan importante para seguir estar enganchados a esta afición. Saludos
 
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